Las Milicias Nacionales Revolucionarias y los Comités de Defensa de la Revolución
La necesidad de la defensa frente a las agresiones y ataques enemigos para liquidar la Revolución, condujo a que desde los meses iniciales del triunfo se fueran creando comités militantes en fábricas, talleres y otros centros de trabajo urbanos y rurales. También en las universidades, los institutos y otros centros docentes, los estudiantes habían manifestado su disposición de incorporarse a la defensa de la Revolución.
El 26 de octubre de 1959 se celebró una enorme concentración en la que Fidel anunció la constitución de las Milicias Nacionales Revolucionarias, que tenían como objetivo organizar al pueblo para la defensa de sus conquistas, frente a las intrigas de la contrarrevolución externa e interna. Los batallones de milicia ocuparon un lugar en la defensa del país, junto al Ejército Popular y la Policía Nacional Revolucionaria.
Un año después, el 28 de septiembre de 1960, también en una enorme concentración frente al antiguo Palacio Presidencial, surgió otra organización que fortalecería la vigilancia y la defensa frente a las agresiones del enemigo: los Comités de Defensa de la Revolución, (CDR).
El pueblo se había reunido para recibir a Fidel luego de su regreso de la ONU, donde había realizado una firme denuncia al imperialismo y proclamó los derechos de los pueblos.
En medio del masivo acto, se escucharon dos bombascolocadas por manos reaccionarias. De aquella masa humana, compacta, surgieron los gritos de: ¡Paredón! ¡Viva la Revolución! En su intervención, Fidel planteó la idea de establecer un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, frente a las acciones del imperio. Aquella noche surgieron los CDR. La confianza que la Revolución tenía en el pueblo quedaba reafirmada.
La primera Declaración de La Habana
Un mes antes de constituirse los CDR, el imperialismo estaba tramando una maniobra diplomática con gobiernos entreguistas de América Latina en la Conferencia de la Organización de Estados Americanos, ( OEA), celebrada en San José, Costa Rica. Allí Cuba sería acusada del "delito" de haber hecho una revolución liberadora y contar con la ayuda de la Unión Soviética.
En esta conferencia, la delegación cubana estuvo encabezada por el Ministro de Relaciones Exteriores, Raúl Roa, justamente llamado: "Canciller de la Dignidad", pues su papel en representación de la Revolución Cubana, sus respuestas ante las maniobras que trataban de imponernos, fueron páginas antológicas en la historia de la lucha de los pueblos por su soberanía. De la conferencia de San José, la delegación cubana se retiró tras enérgica protesta.
Poco después de la Declaración anticubana de la Conferencia de San José, el pueblo habanero, en representación de la nación, y en número de más de un millón, llenaba la Plaza de la Revolución para celebrar la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba.
El 2 de septiembre de 1960 se defendió en aquella reunión magna, el derecho a la libre determinación, a la soberanía de nuestro pueblo. La Asamblea popular y democrática condenó la Declaración de la conferencia de la OEA y aprobó la Primera Declaración de La Habana.
La misma condenaba ante los pueblos de América y del mundo, la explotación del hombre por el hombre; los males económicos, políticos y sociales que padecen los pueblos de América Latina, causados por la dominación imperialista, y el deber de estos pueblos de luchar por sus reivindicaciones económicas, políticas y sociales, por su liberación de la opresión y la explotación.
Cuba proclamó ante América y el mundo, el derecho de los campesinos a la tierra; del obrero al fruto de su trabajo; de los niños a la educación; de los enfermos a la asistencia médica y hospitalaria; de los jóvenes al trabajo; de los estudiantes a la enseñanza libre, experimental y científica; de los negros y los indios a la dignidad plena del hombre; de la mujer a la igualdad civil, social y política; del anciano a una vejez segura; de los intelectuales, artistas y científicos a luchar, con sus obras, por un mundo mejor; de los estados a la nacionalización de los monopolios imperialistas; de los países al comercio libre con todos los pueblos del mundo; de las naciones a su plena soberanía.
La Primera Declaración de La Habana demostró la estrecha vinculación entre las masas y el Gobierno Revolucionario de cuba y definió la voluntad de nuestro pueblo de mantener sus aspiraciones revolucionarias.
Las masas populares, fuerzas motrices de la revolución democrático – popular – agraria y antiimperialista, bajo la dirección de la vanguardia revolucionaria, enfrentó las agresiones de la reacción interna y externa, y organizó las Milicias Nacionales Revolucionarias y los Comités de Defensa de la Revolución. El pueblo condenó en la amplia y democrática asamblea, celebrada el 2 de septiembre de 1969, las maniobras de imperialismo contra Cuba en un documento que ha pasado a la historia como la Primera Declaración de La Habana.
La solidaridad de la comunidad socialista con Cuba
De importancia decisiva para el desarrollo del progreso revolucionario fue el apoyo solidario recibido desde los primeros días del triunfo, por numerosos pueblos del mundo, pero muy especialmente, la demostración de internacionalismo proletario que se recibió de los países de la comunidad socialista y, fundamentalmente, de la Unión Soviética.
El 11 de enero de 1959, la URSS reconoció al Gobierno Revolucionario de Cuba y entre agosto y octubre de ese año fueron vendidas a preciode mercado mundial a la Unión Soviética 500 000 toneladas de azúcar cubana. En febrero de 1969 visitó nuestro país una delegación soviética presidida por Anastas I. Mikoyán, Vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS. Como resultado de esta visita se firmaron diversos tratados entre los que resaltaba la concesión de un crédito soviético a Cuba, por valor de 100 000 000 de pesos a bajo interés y por 12 años.
En los momentos de constantes agresiones imperialistas Cuba tuvo muestras de solidaridad y ayuda desinteresada del campo socialista. Se estableció un convenio comercial con la URSS, por medio del cual esta compraba 1 000 000 t de azúcar anuales y las 700 000 que dejó de comprar EE.UU. Además, asumía todo el suministro de petróleo a Cuba y garantizaba el envío de otras mercancías necesarias. Igualmente se firmaron convenios de colaboración científico – técnica y cultural. Años más tarde, al analizar esta etapa, Fidel exponía:
"Sin la ayuda decidida, firme y generosa del pueblo soviético, nuestra patria no habría podido sobrevivir el enfrentamiento con el imperialismo. Ellos nos compraron el azúcar cuando nuestro mercado fue brutalmente suprimido por Estados Unidos; ellos nos suministraron las materias primas y el combustible que no habríamos podido adquirir en ningún lugar del mundo…"
Junto a la URSS, otros países socialistas apoyaron a Cuba. Se firmaron numerosos convenios comerciales y de las más diversas ramas de la economía, la ciencia, la técnica y la cultura. Un amplio movimiento de solidaridad brindó a nuestro país: créditos, asesoría técnica, plantas industriales completas, nuevas rutas aéreas y navales, etc.
En aquellos años difíciles un grito recorrió la humanidad. "¡Cuba no está sola!". Cuba, pese a las pretensiones del imperialismo, pudo continuar su proceso revolucionario gracias a la firme decisión de su pueblo y a las muestras de internacionalismo proletario de los países de la comunidad socialista, especialmente la URSS, y al apoyo solidario de otros pueblos del mundo.
Se inicia la etapa de construcción socialista
Con el amplio apoyo de las masas populares y con la ayuda de los países socialistas y la solidaridad internacional, el Gobierno Revolucionario continúo realizando las necesarias transformaciones económicas, políticas y sociales, que garantizaban en primer lugar nuestra independencia económica y que sentaban las bases para la eliminación de la explotación y la instauración plena de la dictadura del proletariado.
La nacionalización de todas las empresas norteamericanas el 6 de agosto de 1960 fue seguida en octubre del mismo año de la expropiación de 105 ingenios azucareros, 50 fábricas textiles, 8 empresas de ferrocarril, 11 circuitos cinematográficos, 13 tiendas por departamentos, 16 molinos arroceros, 6 fábricas de bebidas alcohólicas, 11 tostaderos de café, 47 almacenes comerciales y 6 fábricas de leche condensada, además de todo el sistema bancario del país.
Todas estas empresas que eran propiedad de la burguesía, al pasar a ser del Estado, pusieron en sus manos, los renglones fundamentales de la economía de nuestro país. De esta forma la propiedad socialista sobre los medios de producción situaba a nuestra sociedad en una nueva etapa de su desarrollo: la etapa de construcción socialista. Paralelamente a estas leyes se adoptó la Ley de Reforma Urbana, que eliminaba la propiedad de los dueños de viviendas que las tenían para alquilar y las entregaba a los inquilinos. Con estas medidas se daba cumplimiento al Programa del Moncada.
Mientras los sectores populares se unían con entusiasmo en apoyo a las leyes revolucionarias, la parte más acomodada de la burguesía nacional, que había estado colaborando con el imperialismo, en el sabotaje a nuestra economía, quedaba despojada de su poderío económico. Se había dado un golpe mortal a la explotación del hombre por el hombre en nuestro país. Bajo la dirección de la vanguardia revolucionaria integrada por las fuerzas del 26 de Julio, el Directorio Revolucionario y el Partido Socialista Popular, la clase obrera, en estrecha alianza con el campesinado, instauraba la dictadura del proletariado.
En el transcurso de la Revolución Cubana, con la adopción de diferentes medidas, se fueron eliminando los principales males heredados del capitalismoy que habían sido denunciados en La Historia me Absolverá: el problema de la tierra, de la industrialización, de la vivienda, del desempleo, etc.
Un énfasis tuvo el problema de la salud, sector en el que se invirtieron grandes recursospara la extensión del servicio hospitalario hasta los rincones más apartados del país, la atención médica gratuita y la rebaja del precio de las medicinas.
La Revolución se enfrentó con decisión al bloqueo yanqui que incluía instrumentos, equipos médicos y medicamentos. También se incrementó la matrícula en la carrera de medicina para asegurar la graduación de médicos que garantizaran las necesidades del país y compensaran el número de los que habían abandonado el país como resultado de la labor diversionista de la contrarrevolución interna y externa.
El problema de la educación no fue menos importante. En un solo curso escolar, (1959 / 1960), se fundaron casi tantas aulas rurales como en los 50 años de neocolonia. La matrícula escolar aumentó de 717 414 alumnos en el curso 1958 – 1959, a 1 050 119 alumnos en el curso 1959 – 1960. En septiembre de 1959 se había promulgado una ley que reglamentaba la creación de 10 000 aulas, y en el año 1960 se convirtieron en escuelas 69 cuarteles militares.
Ahora bien, era necesario emprender en el plano educacional una campaña en aras de la erradicación del analfabetismo, que como fenómeno social era una secuela del subdesarrollo. La eliminación del mismo aseguraría la base técnico – material en la construcción de la nueva sociedad.
La Campaña de Alfabetización en Cuba se desarrolló durante el año 1961 que por tal motivo llevó el nombre de "Año de la Educación", pero se había venido preparando cuidadosamente con antelación. La Campaña de Alfabetización fue indetenible y en diciembre de 1969 Cuba se declaró Territorio Libre de Analfabetismo.
Muchas otras tareas se habían realizado, todas encaminadas a asegurar el cumplimiento de los objetivos del desarrollo de la nueva sociedad; por ejemplo, la supresión del juego, del tráfico de drogas, del contrabando. Se comenzó a trabajar en la erradicación de los barrios insalubres y de la mendicidad. Por otro lado, se celebraron congresos obreros y campesinos, y se procedió a la eliminación de los elementos que trataban de debilitar la unidad revolucionaria entre los obreros y campesinos.
También se crearon en 1960, otras organizaciones revolucionarias, como la Asociación de Jóvenes Rebeldes, que agrupaba a la juventud, y la Federación de Mujeres Cubanas, que organizaba a las masas femeninas de la población. La defensa de las conquistas de la Revolución fue una tarea primordial.
A fines de 1960 se habían creado, por iniciativa de Fidel, las primeras Escuelas de Instrucción Revolucionaria. En ellas se preparaban militantes del 26 de Julio, del DR y del PSP. Como parte del programa, se estudiaba el Socialismo Científico. Las nuevas medidas que se iban adoptando, como parte del cumplimiento del programa revolucionario, conducían a asegurar el avance de la Revolución y la construcción socialista.
La proclamación del carácter socialista de la Revolución, (16 de abril de 1961)
El rumbo socialista de la Revolución Cubana aparece indisolublemente ligado a las medidas tomadas a partir del triunfo insurreccional del 1 de enero de 1959, entre las que se desatacan la Reforma Agraria y las nacionalizaciones de las empresas imperialistas y de la banca. Las transformaciones socioeconómicas se fueron realizando bajo una misma dirección revolucionaria, desde el triunfo mismo, lo que aceleró el paso de la etapa democrático – popular a la socialista.
El pueblo fue protagonista de los cambios que se iban operando, los cuales respondían a sus intereses; se solidarizó con la transformación revolucionaria de la economía y según Osvaldo Dorticós: "un buen día descubrió o confirmó que eso que aplaudía, y que al pueblo favorecía, y que era la gran conquista histórica del pueblo cubano, esa revolución que tales cambios realizaba, era una Revolución
Socialista."
Muy cercano estaba el día en que se proclamaría el carácter socialista de la Revolución Cubana. Fue precisamente el 16 de abril de 1961, en la despedida del duelo de las víctimas del criminal bombardeo realizado por el imperialismo a los aeropuertos de Ciudad Libertad, Santiago de Cuba y San Antonio de los Baños. En ese acto, con emocionadas palabras Fidel afirmó:
"Obreros y campesinos, hombres y mujeres humildes de la Patria, ¿juran defender hasta la última gota de sangre esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes?"
El pueblo conmovido respondió: "¡Sí!", y terminaba Fidel:
"¡Viva la clase obrera! ¡Vivan los campesinos! ¡Vivan los humildes! ¡Vivan los mártires de la Patria! ¡Vivan eternamente los héroes de la Patria! ¡Viva la Revolución Socialista! ¡Viva Cuba Libre!"
Desde el triunfo de la Revolución se habían dado sólidos pasos, que posibilitaron el rápido tránsito de la etapa democrático – popular a la socialista. Poco a poco, la clase obrera se adueñó de los principales medios de producción. El 16 de abril se proclamó oficialmente el carácter socialista de la Revolución Cubana.
El bloqueo económico y otras agresiones imperialistas
E 1960 Estados Unidos suprimió la cuota azucarera cubana en el mercado norteamericano. Posteriormente, con otro golpe, trataron de asfixiar a nuestra economía: prohibieron de modo absoluto la exportaciónde piezas de repuesto a Cuba no solo pro parte de la industria interna, sino también de sus subsidiarias en todo el mundo. También suprimieron la venta de petróleo, producto fundamental para nuestro país.
No satisfecho con estas medidas, en octubre de ese mismo año, el gobierno norteamericano decretó el embargo parcial de las mercancías destinadas a Cuba, con el propósito de privar a la economía cubana de sus tradicionales fuentes de importación, y de provocar escoceses y promover el descontento público. A mediados de 1961 se dispuso el embargo total de mercancías, incluyendo alimentosy medicinas. La prohibición del comercio con Cuba incluyó también la adopción de represalias con otras naciones que lo continuaran.
El imperialismo había hecho todo lo posible por llevar a nuestro país a una crisiseconómica total; sin embargo, la Revolución se mantenía firma y nuestro pueblo indoblegable. Sólo les quedaba el recurso de la agresión armada, para tratar de aplastar a la Revolución Cubana.
La invasión mercenaria a Playa Girón
Desde fines de 1960, el gobierno norteamericano venía preparando una agresión militar a Cuba, empleando contrarrevolucionarios de origen cubano. Bajo la administración del Presidente Eisenhower, los planes concebidos por la CIA para invadir nuestro país, fueron tomando forma, y se perfeccionaron y pusieron en práctica durante la presidencia de Kennedy, en 1961.
Cuba, por su parte, había denunciado reiteradamente ante la ONU, que Estados Unidos fomentaba un llamado "ejército de liberación", de cuatro o cinco mil mercenarios. Sin embargo, estas denuncias caían en el vacío y el reclutamientode mercenarios en Miami marchaba a todo tren, así como su entrenamiento en el campamento de Retalhuleu y otros en Guatemala. La operación "Pluto", así se llamaba el plan de la CIA, constituía en desembarcar los mercenarios por Bahía de Cochinos, ocupar allí una cabeza de playa, constituir un gobierno provisional y solicitar la intervención de la OEA, es decir, de Estados Unidos.
Paralelamente, en Cuba, la contrarrevolución interna había recrudecido su campaña de sabotajes y atentados terroristas, que por su intensidad anunciaban una agresión mayor. El 17 de abril a las 2:30 AM, las tropas mercenarias desembarcaron por Playa Girón y Playa Larga en la Bahía de Cochinos, con el apoyo de la Marina y la Aviación estadounidense, iniciando el avance en el territorio cubano.
Tan pronto pisaron tierra, los invasores tropezaron con la tenaz resistencia de un grupo de milicianos, que ante los gritos de ríndanse y el fuego de las armas enemigas respondieron el nuestro grito de guerra y de victoria: "Patria o Muerte, ¡Venceremos!"
En general, la lucha se caracterizó por el heroísmo de todos los combatientes. En todo momento se puso de manifiesto el patriotismo socialista de nuestro pueblo, que defendía sus conquistas, luchaba por una causa justa u poseía una alta moral. Los héroes que cayeron en Girón, cayeron defendiendo el socialismo.
El día 18, al ser rechazados violentamente, los invasores comenzaron el despliegue o huían despavoridos. Uno de los hechos más sobresalientes en estas jornadas fue el importante papel desempeñado por Fidel. Su confianza en el pueblo, su valor y coraje en el combate.
La victoria alcanzada en Playa Girón es una victoria del socialismo sobre el capitalismo, una victoria de los explotados sobre los explotadores y significó el triunfo de las ideas revolucionarias en Latinoamérica, frente al imperialismo.