Claudio Rizó Fue arrancar Ada Colau en el Congreso, y encenderse las luces. Pocas veces la calle estuvo tan iluminada como cuando la joven representante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) desfloró ante sus señorías el tarro de duelo y lágrimas que había ido recogiendo por los distintos hogares de España (cuando lo eran), sacudiéndoles, de paso, una lección de humanidad y oratoria fina que por muchas lunas que pasen apuesto a que les acompañarán largo tiempo en la intimidad de sus caprichos legislativos. Estuvo brillante. Diría que sobradamente brillante. Mucho más que cualquier otro compareciente. Tartamudeó al comienzo, una palabra encasquillada, por novata, como quien entra de nuevas en un lugar prohibido o supuestamente egregio y debe exprimir el poco tiempo del que cuenta para violar la prohibición o desmontar su grandeza. Pero al poco se asentó, se hizo hueco, aclimató ideas... y fue entonces cuando pudimos ver y escuchar a millones de familias que llevaban años esperando ese momento, salir guarecidos en sus palabras, en sus gestos de elocuencia y en su rabia contenida, para exponer por fin a los diputados, en un cara a cara demoledor y por momentos sonrojante, la barbarie diaria con que han de lidiar como cabezas de turco, en masa, de un sistema económicamente despótico y vacío de alma incomprensiblemente legalizado. Fue la última en comparecer, pero hasta de ese detalle minúsculo dejó rúbrica con lacerante ironía al insinuarse en su disconformidad un paralelismo simbólico entre esa tardía aparición programada y el último escalón que ocupan millones de españoles caídos a los avernos desde la explosión de la burbuja inmobiliaria. Su mirada era sobria, recriminatoria, tanto que por sí sola, con sólo otear a quienes la escuchaban, daba la impresión de que a su ruego humanitario le siguiera un lógico espíritu dolido y desdeñoso, a partes iguales, cuando no despreciativo hacia sus semejantes. Un alto en la exposición, si acaso una pausa para ganar resuelloÉ ¡y soltarlo! Minuto once y pocos segundos de su comparecencia. Se presume que algo va a pasar. Una cuchilla hubiera rajado la atmósfera, tensamente aquietada. No hay marcha atrás: "¡Este señor es un criminal, y como tal deberían ustedes tratarle!", espeta de cuajo y sin quiebra en la voz para referirse al vicesecretario general de la Asociación Española de la Banca (AEB), quien la había precedido en la locución y que le había dejado sobre la butaca la afrentosa pulla de que "La legislación española sobre hipotecas es estupenda". Tras su comparecencia fue por esa causa amonestada por el presidente de la Comisión Santiago Lanzuela, y además lo fue correctamente, por más que aquello sonó más a obligación de protocolo y formalidad del lugar que a deseo íntimo del presidente en hacerlo. La semana próxima se someterá a debate la admisión o no a trámite de las propuestas de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), y Ada Colau tuvo a este respecto especial interés en refrescar las tres "urgentes medidas de mínimos" que recoge, a saber: la dación en pago con efectos retroactivos, la moratoria inmediata en todos los desahucios y la creación de un "parking" de alquiler social. Afirmó que "técnicamente" no habría escollo alguno para alcanzar esa aspiración. Que se trata, en cualquier caso, de una cuestión de voluntad política. De querer hacer. O de no querer hacerlo. Sin más. Y sobre todo, de humanidad. Y de restañar, en lo posible, la estafa bancaria, financiera y gubernamental que mayormente es el pueblo el que a sus lomos soporta. Debo reconocer que en algunos pasajes de su intervención me sentí receloso en cuanto a ciertas supuestas bondades y ausencias de tecnicismos de que hacía gala, así como de determinados razonamientos de tipo jurídico con los que no me identifiqué por entero. Pero eso no quita para poder atrapar el alma de su mensaje, del grueso de su queja para comprender dolores, desentrañar engaños, y alinearse uno con la causa absolutamente justa que representa la Plataforma y su Iniciativa Legislativa Popular. Porque si ni eso pasa, si la ILP ni siquiera accede al debate parlamentario, si se la patea y rechaza sin más, entonces sí, entonces puede que la calle hable, y se exprese, de una vez. Definitivamente. Pero en su propio lenguaje. Que nada tendrá ya que ver con el de Ada Colau. Pulcro, fino y razonado. Descuiden. Con su oratoria. Ni sobre todo con sus modos.
Ada Colau ha celebrado este viernes un encuentro con el expresidente de Uruguay, José Mújica, al que ha calificado de "referente de la nueva política". La candidata ha colgado una foto de ambos en twitter y ha afirmado que para ella es "un honor" el encuentro con el exmandatario, del que Barcelona en Comú dice que ha mostrado su apoyo a Colau. Mújica se encontraba en Barcelona en visita privada y tenía previsto abandonar la ciudad hoy mismo. La reunión se ha celebrado en el hotel en el que estaba alojado el expresidente, en la plaza de Catalunya.
Colau, que también ha hecho una visita al mercado de Hostafrancs y ha lanzado un mensaje en clave electoral: si la de Barcelona en Comú no es la lista más votada la candidatura renunciará a gobernar. La alcadable ha afirmado que respetará así al tradición de que en la ciudd gobierne siempre el más votado. Más allá de un compromiso ético resulta algo obvio, porque difícilmente podrá Colau socios, menos todavía si no queda la primera.
«Me haréis llorar antes de empezar». Estas fueron las primeras palabras que ha pronunciado Ada Colau este miércoles en la plaza de Catalunya, que Barcelona en Comú ha llenado en su acto central. En la que fuera la sede de los indignados, la del 15-M, Colau ha hecho su mejor discurso de la campaña, el más emocionado, y también el más rotundo. Ha hablado ante la mayor audiencia que ha reunido en esta campaña: unas 4.000 personas. Ha sido contundente: «Con toda la humildad pero con toda la determinación, os digo que quiero ser la próxima alcaldesa de Barcelona».
Que el resultado no esté decidido ya es una victoria, ha dicho: «El mundo no se acaba el 24 de mayo, pero sí habrá algo inaudito: por primera vez en mucho tiempo la gente común puede ganar esta ciudad. Los que nunca hemos ganado podemos ganar».
La candidata ha hecho una especie de manifiesto repasando aquello a lo que no se resignarán los suyos. «No nos resignaremos al paro ni a la precariedad. No nos resignaremos a los desahucios. No nos resignaremos a que haya niños que no coman tres veces en esta ciudad que tanto dinero tiene. No nos resignaremos nunca ante ningún caso de persona anónima que tenga que sufrir la impunidad, como Patricia Heras». Ha citado así la candidata el nombre de la joven condenada por participar en los hechos que acabaron con un guardia urbano tetrapléjico, caso que relata el documental 'Ciutat Morta'. Heras negó siempre haber estado en el lugar de los hechos y se suicidó.
«NO NOS RESIGNAREMOS»
«No nos resignaremos a que la ciudad sea un escaparate al servicio del turismo de masas. No nos resignaremos a perder la Rambla, ni a que haya políticas racistas, como un centro de internamiento [por el CIE de la Zona Franca]», ha continuado la alcaldable, que ha vuelto a replicar críticas de CiU: «Estos días hemos dejado muy claro que no nos resignaremos. Nos dirán que crispamos. Querrán movilizar el miedo, como han hecho tantas veces. Intentarán provocarnos. Nos harán ataques personales. Pero no nos harán caer en sus provocaciones. Ante su campaña crispada, del miedo, la nuestra es de la ilusión».
«Yo ya he visto a mucha gente en esta ciudad demostrar que lo imposible era posible», ha afirmado Colau. Se refería, es de suponer, a su labor como portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. «Porque no todo empezó en la plaza de Catalunya: la PAH ya existía antes del 15-M. Solo puede haber alcalde o alcaldesa». Y ha acabado con la frase, ya citada, que expresa su deseo de sustituir a Xavier Trias como alcaldesa de Barcelona: «Como vecina, como mujer, como hija, madre de un niño de 4 años y compañera de un hombre maravilloso, al que me gustaría darle todo el reconocimiento. Como amiga, con toda la humildad pero con toda la determinación, os digo que quiero ser la próxima alcaldesa de Barcelona».
Tras Colau ha hablado Jaume Asens, quien ha recordado que Trias fue «la mano derecha del corrupto Pujol». «Se enfadan cuando hablamos de mafia y corrupción». Asens ha citado casos que afectan a la federación, pero ha avisado de que el enemigo no es ningún partido, sino «las 400 familias que nunca se presentan a las elecciones».
SIN MÚSICA EN VIVO
La ecosocialista Laia Ortiz y Gerardo Pisarello se han sumado a los discursos, intercalados entre intervenciones de artistas. Pisarello ha proclamado: «Ada Colau no es un yo, es un nosotros». El acto previsto era un mitin-concierto, pero la huelga de la música en directo ha impedido que actuaran Santiago Auserón, Nacho Vegas y Lídia Pujol, entre otros. A cambio, hicieron breves parlamentos y se vieron fragmentos de sus canciones en vídeo.
Artur Mas carga contra Ada Colau y dice que Barcelona se juega "ser desierto o jardín" El presidente de CiU y de la Generalitat, Artur Mas (i), y el alcalde de Barcelona y candidato a la reelección de esta formación, Xavier Trias. (Toni Albir / EFE) Barcelona se juega ser un "jardín de oportunidades" si gana CiU o "un desierto económico" si lo hace la cabeza de lista de Barcelona en Comú, Ada Colau. Mas, en el mitin de final de campaña de CiU junto al candidato a la reelección, Xavier Trias, ha acusado a Colau de tener "dudas" ante el proceso soberanista. ECO Actividad social ¿Qué es esto? 41% 78 0 Todavía no ha sido votado.¡Sé el primero en hacerlo! addDOMLoadEvent(function() { var jqObject = jQuery('#content-rating-tooltip'); jQuery('#content-rating .hits').hover( function () { jqObject.show(); }, function () { jqObject.hide(); } ); }); 88 0 socialSharer.init('#ui-eco-social-links', 'http%3A%2F%2Fwww.20minutos.es%2Fnoticia%2F2469344%2F0%2Fartur-mas%2Fciu-ada-colau%2Fultimo-acto-campana%2F', 'Artur+Mas+carga+contra+Ada+Colau+y+dice+que+Barcelona+se+juega+%22ser+desierto+o+jard%C3%ADn%22'); EFE. 22.05.2015 El presidente de la Ganeralitat, Artur Mas, ha remarcado que el domingo Barcelona se juega ser un "jardín de oportunidades" si gana CiU o "un desierto económico" si lo hace la cabeza de lista de Barcelona en Comú, Ada Colau.Mas, que ha participado en el mitin de final de campaña de CiU junto al candidato a la reelección, Xavier Trias, ha acusado a Colau de tener "dudas" ante el proceso soberanista y ha advertido de que la riqueza no se genera a partir "de escraches y asambleas", sino por la vía de ayudar a la gente para que tengan oportunidades."En Barcelona se juega lo siguiente: que sea un desierto económico en manos de unos o un jardín de oportunidades en manos de otros", ha dicho.Por su parte, el candidato de ERC por Barcelona, Alfred Bosch, ha pedido el voto a su partido para que sea la capital catalana "la que lidere" la consecución de la independencia de Cataluña y la construcción de un país con "más igualdad y justicia social"En el acto de final de campaña, Bosch ha subrayado que la independencia supondrá "la revolución democrática más profunda que hemos visto nunca".
A la alcaldable de Barcelona en Comú le costó adaptarse al rifirrafe electoral
ALBERT BERTRAN
Ada Colau, en su mitin de final de campaña.
TONI SUST BARCELONA
Sábado, 23 de mayo del 2015
A Ada Colau le ha costado lo suyo pasar de activista a candidata. Empezó la campaña con un desconcierto evidente: ¿por qué la atacaban tanto? En el debate inicial, el organizado por la FAVB y BTV, estuvo callada mucho rato y no dejó una sola muestra de la contundencia que la hizo conocida. Se diría que el problema fue que no conocía esa sensación, porque como portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca era elogiada casi unánimemente, excepto por el enemigo, un enemigo claro: los bancos.
Pero en la arena electoral, Colau se empezó a llevar capones de sus rivales: que extendía el odio, que no tenía experiencia, que su candidatura era un peligro, que quería pagar a los funcionarios con la moneda local que propone. Poco a poco se fue adaptando a la nueva situación no sin dejar de exclamarse: "Nos atacan como si gobernáramos".
A mitad de la primera semana empezó a crecer, aunque la estupefacción tardó en disiparse. El formato de campaña ha sido clásico: acto sectorial por la mañana, acto de barrio por la tarde. Apenas nada a mediodía. En las primeras jornadas, como en el inicio de la campaña, hizo algunos discursos mejorables, aparentemente improvisados, se diría que por el mal del estudiante listo, que creyéndose sobrado no se prepara el examen. Eso se corrigió y en el mitin central del miércoles la alcaldable llegó a su mejor momento.
Si algo ha marcado la trayectoria de Barcelona en Comú es que en seguida tuvo conciencia de que podía ganar, de que era una alternativa real. Y eso es nuevo y ha calado en muchos votantes. La idea de un voto útil no ya para influir sino para gobernar. El propio alcalde y candidato a la reelección, Xavier Trias, ha visto en Colau el enemigo a batir.
Candidatura y no partido
La asistencia a los actos ha sido elevada y la convivencia dentro de la candidatura, correcta. A ello ha contribuido sin duda que ICV-EUiA ha aceptado jugar un papel secundario. El hecho de que Barcelona en Comú sea una candidatura y no un partido también es algo que la ha beneficiado. Le ha otorgado un plus de buena imagen que el historiador Josep Fontana, que cierra la lista, subrayó la diferencia en un acto. Un partido va a unas elecciones pensando siempre, aunque sea un poco, en las siguientes. Una candidatura con un objetivo concreto vive para ese objetivo.
El reto de Colau es ganar a Trias. Aunque sea por un voto, eso le permitiría gobernar, mediante una compleja trama de respaldos. Como poco, ya puede decir que ha logrado que a un día de las elecciones casi nadie dé por hecho un resultado.
Los posibles pactos para arrebatar la alcaldía a Colau encienden la campaña de Barcelona
La candidata de Barcelona en Comú echó en cara a PSC y ERC haber suscrito un acuerdo para mantener a Trias como alcalde, algo que los acusados niegan
Trias ha salido al paso marcando perfil pactista y asegurando que él estaría dispuesto a entenderse incluso con la candidata de Barcelona en Comú
La fragmentación y el sistema de elección hace improbable que en Barcelona se dé un gran pacto postelectoral para arrebatar la alcaldía a la lista más votada
El ayuntamiento de Barcelona saldrá de la contienda electoral del 24 de mayo más fragmentado que nunca, con hasta 7 fuerzas que podrían tener representación. En esta situación, los pactos electorales se han convertido en algo tan importante como los propios resultados de cada fuerza para predecir quien se hará con la silla del alcalde. Un sudoku, el de las sumas que den 21 regidores, que ha entrado en campaña con fuerza, después de que la candidata de Barcelona en Comú dejara caer que ERC y PSC tienen un pacto con CiU para hacer alcalde a Trias.
El debate entre los candidatos que este martes tuvo lugar en TV3 abrió la veda a las especulaciones. El alcaldable de CiU y el de ERC mostraron su cercanía al asegurar el primero que aceptaba las tres condiciones que Bosch había señalado para suscribir un pacto. "Proceso nacional, progreso social y limpieza", marcó el de Esquerra como condiciones. "Le compro los tres", salió al paso Trias. También el candidato socialista, Jaume Collboni, mostró su disposición a pactar, bien con Barcelona en Comú o bien con CiU. "En todo caso yo me comprometo a no ser un obstáculo para la gobernabilidad", prometió.
Tampoco Ada Colau rechazó en aquel debate un posible pacto con ERC si llegase a darse el caso, aunque, eso sí, "hablaremos sobre medidas concretas", aseguró la candidata. Pese a mostrarse abierta al acuerdo el martes, el miércoles Colau exigió a PSC y ERC que revelasen si habían suscrito un pacto con Trias. "Tenemos el derecho a saber si han pactado para mantener el estatus quo en Barcelona porque hay una mayoría social que no quiere que CiU siga gobernando", machacó Colau. A partir de ahí, el resto de candidatos se pusieron a bailar la música que tocaba la de BComú.
Alfred Bosch salió al paso, negando alianzas soterradas con Collboni y Trias. Lo que sí marcó el independentista fue su distancia respecto a la candidatura de Colau, al asegurar que no hará alcalde a ningún candidato que no apueste decididamente por la independencia de Catalunya. También Collboni salió a desmentir a Colau, esgrimiendo el discurso contrario al de Bosch. "No pondremos Barcelona al servicio del independentismo", aseguró el socialista, que rechazó con dureza la acusación de Colau, asegurando que la candidata de BComú "ha caído en los vicios de la vieja política: hablar de pactos en vez de hacerlo de proyectos".
Echar leña al fuego es la especialidad de Ciutadans, así que su candidata en Barcelona no dejó escapar esta ocasión. "No mienta", espetó Carina Mejías a Bosch después de que éste negara un pacto con Trias. Para Mejías está claro que los independentistas –saco en el que mete a Trias– tienen un acuerdo postelectoral.
El actual alcalde ha sido el último en salir al paso de la acusación de Colau. Trias está interesado en hacerse ver como un líder dialogante y con capacidad de llegar a múltiples pactos, una "geometría variable" que el convergente ha puesto en práctica durante la pasada legislatura, pactando con el PP las grandes intervenciones urbanísticas, con el PSC acuerdos de corte social, y con ERC en materia nacional. Con esas credenciales, Trias ha asegurado que podría pactar diferentes cuestiones con cualquier partido, "incluso con Colau".
El improbable pacto a tres
Más allá de la propaganda de los partidos, para que una entente a tres quitara la alcaldía a la lista más votada debería darse un resultado que ningún sondeo ha previsto. Para cumplirse la insinuación de Ada Colau de un pacto entre CiU, PSC y ERC que le quitara la alcaldía, Barcelona en Comú debería ganar en votos al segundo y que la suma de los regidores de los tres restantes sumase 21 regidores.
El único sondeo reciente que da a la lista de Barcelona en Comú como ganadora es la del CIS, publicada el 7 de mayo. En ella, BComú obtenía 11 regidores, CiU 8, PSC 5 y ERC 4. En este caso, la suma de CiU, PSC y ERC da 17 regidores, por lo que necesitarían al menos otros 4 para convertir a Trias en alcalde, hasta alcanzar la mayoría absoluta. Una situación improbable, incluso variando ligeramente los resultados. La razón de que este pacto a tres sea tan improbable es que, para que ocurriera, 4 fuerzas deberían obtener buenos resultados, CiU, BComú, PSC y ERC, sin perjudicarse entre ellas.
ÓSCAR TORAL / LAURA ESTIRADO / MONTSE BARAZA / BARCELONA
AL MINUTO CiU, segunda, triple empate de ERC, C's y PPC, el PSC es la tercera fuerza y la CUP entra -- Manuela Carmena superaría a Aguirre, según Telemadrid
hace 56 minutos - "Es una victoria de David contra Goliat", afirma Ada Colau, a quien Xavier Trias ha felicitado ... Lunes, 25 Mayo 2015. ... en Comú, Ada Colau, en el momento en que ha depositado su voto en las elecciones municipales. .... Total 20minutos.es Redes sociales 24may 22h 24may 23h 25may 00h 25may 01h ...
La activista antidesahucios Ada Colau ha ganado las elecciones municipales de Barcelona, al frente de la plataforma ciudadana Barcelona en Comú. En las redes se ha recordado cómo Colau ha pasado de ser detenida por agentes durante sus protestas a la responsable de la policía municipal en la ciudad. La foto es de julio de 2013, cuando Colau y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca pedían en una oficina del Banco Popular la dación en pago para un hombre que no podía hacer frente a los pagos de la hipoteca. Eso sí, el agente no es de la guardia urbana, sino un mosso d'esquadra, que depende de la Generalitat de Catalunya.
La segunda foto más compartida, en la que aparece escoltada por dos agentes, es de Paco Serinelli (AP Photo) y fue la imagen escogida por la BBC para ilustrar un perfil de Colau publicado en febrero de 2014, en el que la activista afirmaba: "No soy particularmente inteligente, no soy poderosa. Sólo soy una persona normal y eso es lo que más les preocupa. Esto es una muestra de cuánto poder tienen los ciudadanos normales".
Colau fue portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, organización que además de organizar campañas para intentar evitar desahucios, ofrecía asesoramiento legal a los afectados. Como escribe Xavier Vidal-Folch en El País, si eres un barcelonés desahuciado que acude buscando ayuda al ayuntamiento, “te redireccionan a la PAH, ‘porque allá arreglan el 90% de los casos’”.
Ada Colau, probable alcaldesa de Barcelona a partir del próximo 13 de junio, se ha dirigido en una carta abierta los trabajadores del Ayuntamiento para transmitirles “tranquilidad” ante los “rumores malintencionados” sobre las consecuencias de la entrada de su equipo en el gobierno de la ciudad, y para darles garantías sobre sus condiciones laborales.
Colau ha publicado la carta en el blog de la candidatura Barcelona en Comú, dirigiéndola a “los trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento de Barcelona”. En ella se presenta como “futura alcaldesa” y empieza agradeciendo su dedicación a quienes “durante años habéis estado y seguís trabajando para la ciudad”.
La líder de BComú asegura a todos los trabajadores (“funcionarios, laborales o subcontratados”) su “firme compromiso” con el “mantenimiento de las condiciones laborales” y, “en la medida de lo posible”, la mejora de estas condiciones. “Estas semanas y meses están circulando muchos rumores malintencionados de lo que supondrá nuestra entrada en la alcaldía de Barcelona”, continúa la carta de Colau, en referencia seguramente a los temores o al malestar que se han manifestado en sectores del funcionariado, especialmente de la Guardia Urbana.
Colau sale al paso de estas cuestiones y dice que quiere transmitir tranquilidad a los trabajadores, a quienes pide “que, antes de creer cualquier rumor extraño, nos hagáis llegar las dudas, nos preguntéis directamente. El ADN del equipo que ahora entrará en el Ayuntamiento es el de la proximidad, el de trabajar contando con toda la experiencia, el de trabajar mano a mano con todos los profesionales que hacéis que este Ayuntamiento funcione cada día”.
La carta acaba afirmando que “tenemos el firme compromiso de hacer de Barcelona un referente en el mundo como ciudad justa y democrática, y esto pasa, sin ningún género de duda, por la defensa de los servicios públicos de calidad y la garantía de un trato ejemplar del Ayuntamiento hacia sus trabajadores, con diálogo y colaboración permanentes”
Colau, ayer por la tarde, durante la audiencia con la FAVB.
La retahíla de reivindicaciones vecinales en las voces de 52 de los 73 barrios de la ciudad que este martes se oyeron en la Casa del Mar pudo sonar a déjà-vu a la alcaldable Ada Colau. Durante sus 10 años como activista vecinal en Ciutat Vella, Colau había acudido a no pocas audiencias públicas de formato casi idéntico: los vecinos expresan sus preocupaciones y el representante político de turno escucha e intenta dar respuestas. La (no menor) novedad de ayer era que la exportavoz de la PAH había cambiado de rol y pasado de estar en la platea a ser ella la responsable política (in péctore) que debía responder.El objetivo de la cita de ayer era claro: se trataba de escenificar un cambio en las formas. Buscar la foto de la «nueva política». Un encuentro abierto -también a la prensa- con los movimientos vecinales de la ciudad incluso antes de la constitución del ayuntamiento el próximo día 13. Audiencias públicas ha habido durante años, pero quien da la cara no suele ser el alcalde, y menos antes de haber asumido el cargo; gesto que la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) celebró con entusiasmo. Colau fue aplaudida a su entrada al auditorio, algo nada habitual en este tipo de encuentros.
Abrió la sesión -propuesta por la propia Colau el primer día después de ganar las elecciones- el presidente de la FAVB, Lluís Rabell. «Esta no es una cita protocolaria, sino una muestra de compromiso de diálogo que esperemos que sea permanente, entre el ayuntamiento y la ciudadanía; de un nuevo estilo de gobierno que dé a la ciudadanía voz y protagonismo en la necesaria transformación de Barcelona», apuntó Rabell, quien habló de cambio de época e insistió en la necesidad de que los vecinos se impliquen de forma directa en la gestión de la ciudad.
El líder vecinal planteó a Colau la necesidad de impulsar una modificación del reglamento de participación para instaurar un auténtico «gobierno abierto», petición a la que ella se comprometió insistiendo en que esa es la base de su programa, y la razón de ser de su candidatura.
Colau -quien se reunió con los vecinos mientras miembros de su equipo lo hacían con el resto de líderes políticos para intentar cerrar un pacto de gobierno- inició su discurso hablando de la «inteligencia colectiva» que le ofrecía Rabell. «Gran parte de lo que sé de la ciudad lo he aprendido del movimiento vecinal», aseguró. «Queremos que Barcelona sea una ciudad justa y democrática. Votar cada cuatro años se nos ha quedado corto. Queríamos llegar al ayuntamiento no para ocupar las sillas que ocupaban otros sino para abrir las puertas. Hemos venido aquí para mandar obedeciendo. Por eso queríamos que uno de los primeros encuentros fuera con la ciudadanía», narró Colau, con la comodidad del que se sabe jugando, si no en casa, casi, y armada de paciencia.
La mayoría de las intervenciones, llegadas desde barrios muy distintos -con una destacable representación de zonas poco sospechosas como Pedralbes o Sant Gervasi- mostraron un tono especialmente amable con Colau, aunque el presidente de la asociación de vecinos de Prosperitat le advirtió de que estaban allí «para empujar, no para ayudar». La líder de BC se comprometió a asistir una vez al mes a un pleno de distrito, y a empezar por Nou Barris.
Colau respondió a todas las intervenciones -más de medio centenar en más de dos horas-, y, pese a que recordó que no dispone de una varita mágica - «soy Ada sin hache»-, concluyó: «Barcelona lo tiene todo para ser la ciudad que quiera ser. La clave es que sea un proyecto colectivo. De todos».
Colau en el pasillo de la galería gótica del ayuntamiento, el día 28.
Ada Colau gobernará en minoría a partir del sábado. Las conversaciones con ERC y el PSC no están cerradas pero fuentes conocedoras de las negociaciones daban ayer por hecho que Barcelona en Comú (BC) iniciará el mandato en solitario. No obstante, el buen clima creado con republicanos y socialistas hace prever que ambos voten a favor o se abstengan en el pleno de investidura del día 13 como muestra de esa sintonía.
Colau sostuvo desde la misma noche electoral que no temía enfrentarse a cuatro años con solo 11 de los 41 concejales del pleno. Tras descartar el diálogo con CiU, Ciutadans y el PPC y a su vez ser rechazada por la CUP, únicamente le quedaba pactar con ERC y/o el PSC. En los últimos 15 días se han sucedido los encuentros con ambos pero ni la coincidencia programática en muchos aspectos ni la urgencia por crear un gobierno estable han bastado para cerrar un acuerdo a dos o tres bandas.
La sombra del 27-S
Con la candidatura de Alfred Bosch las conversaciones han sido más frecuentes y han ido más allá que con los socialistas. Únicamente la presión del presidente de ERC, Oriol Junqueras, para que BC firmara la hoja de ruta soberanista, la semana pasada, rompió ese hechizo. Colau soltó un sonoro no y al máximo dirigente republicano le tocó algo parecido a rectificar. Ella, hábil, aprovechó el encuentro con la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y òmnium Cultural del lunes para presentar su propia fórmula al tiempo que anunciaba su presencia en la manifestación independentista del 11 de septiembre en la Meridiana. Pátina soberanista recuperada, ERC se apresuró a aplaudir el gesto.
Pero para que los republicanos hubieran entrado en el equipo de gobierno hacía falta más que eso. De hecho, lo que molesta son las elecciones al Parlament del 27 de septiembre. Un eventual acuerdo con Colau tensaría las relaciones con CiU al ponerse de lado de quien les ha arrebatado su plaza más preciosa. Además, agitaría los fantasmas del tripartito, algo que les podría restar apoyos en unas elecciones en las que se juegan su futuro político.
Respuestas económicas
Así que de momento, a esperar por lo menos estos tres meses. Fuentes republicanas explicaban ayer que tampoco han tomado una decisión sobre si votarán a favor de la líder de BC o si se abstendrán. Están pendientes de que los negociadores del futuro equipo de gobierno les den algunas respuestas sobre asuntos importantes referidos al crecimiento económico, por ejemplo si se mantiene la subvención al Circuit de Barcelona-Catalunya, por lo que Bosch apuesta.
Quienes tampoco tienen una decisión tomada acerca de la investidura de Colau son los socialistas, pese a que se decantarían por un voto afirmativo como señal de colaboración. Jaume Collboni ha apostado por incorporarse al gobierno de la ciudad desde el primer día. Con sus cuatro concejales, los socialistas habían vendido su experiencia de más de 30 años en el ayuntamiento como aval de la estabilidad necesaria.
Incorporación aplaudida
Pero descartada la entrada de ERC, a Colau lo que menos le interesaba era incorporar de forma estable a un partido asimilado al pasado, pese a la renovación del equipo hecha por Collboni. No obstante, en un giro inesperado, Colau confirmó ayer que el exsocialista Jordi Martí será el gerente del ayuntamiento.
La incorporación, adelantada por la SER, se vería con buenos ojos tanto por sus excompañeros de partido como por ERC. Aunque ERC tenía entre sus filas a MES (partido de nueva creación del que es portavoz Jordi Martí), desconocía las conversaciones entre el expresidente del grupo municipal socialista y Colau.
Con este panorama de gobierno en minoría, al menos de momento, Colau está diseñando las responsabilidades de su equipo, que se repartirían en cuatro áreas: Democracia y Participación; Derechos (con Bienestar, Educación y Cultura); Urbanismo (con Medioambiente), y Economía y Empleo, que se podrían traducir en sendas tenencias de alcaldía y tener al frente a los números dos, tres, cuatro y cinco de la lista de BC, respectivamente Gerardo Pisarello, Laia Ortiz, Jaume Asens y Janet Sanz. Pero para eso hay tiempo hasta el siguiente pleno, en un mes.
Colau ficha a Jordi Martí como gerente del Ayuntamiento de Barcelona
"El nombramiento no surge del tacticismo, ni de un pacto de siglas y tampoco tiene relación con acuerdos con otros partidos", asegura la líder de Barcelona en Comú
Ada Colau, la alcaldable de Barcelona en Comú (BC), ha anunciado que el exlíder del PSC en la capital catalana, Jordi Martí, será el nuevo gerente del ayuntamiento.
Jordi Martí, en un acto del nuevo partido Moviment d'Esquerres (MES), el pasado noviembre.
La líder de BC -que ha anunciado el fichaje de Martí en una rueda de prensa- ha asegurado que este "nombramiento no forma parte de ningún tacticismo, ni pacto de siglas y no tiene relación con posibles acuerdos con otras formaciones". Además ha añadido que quiere "formar gobierno con expeciencia y conocimiento de la institución para transformar Barcelona en una ciudad más justa".
PRÓXIMO A ERC
Martí -vinculado profesionalmente a la gestión cultural- abandonó el partido socialista tras perder las primarias ante Jaume Collboni y ahora milita en la nueva formación Moviment d'Esquerres (MES), fruto de la unión de los escindidos del PSC Nova Esquerra Catalana y Moviment Catalunya.
En los últimos comicios, MES se presentó en coalición con ERC y el cabeza de lista republicano, Alfred Bosch, le ofreció a Martí ir de dos en su candidatura, algo que el exsocialista rechazó. Fuentes de ERC han explicado este martes EL PERIÓDICO que la oferta de Colau a Martí no forma parte de las negociaciones entre los republicanos y Colau.
DEL ICUB AL GRUPO MUNICIPAL
El exconcejal fue delegado en el Institut de Cultura de Barcelona (Icub) en el último mandato del PSC al frente del ayuntamiento, recogiendo así el relevo de su mentor, Ferran Mascarell.
Tras la pérdida de la alcaldía, y después de un breve interregno, Martí cogió las riendas del grupo municipal socialista en sustitución de Jordi Hereu. En los casi dos años que ejerció al frente del grupo chocó innumerables veces con la federación del partido y, tras perder las primarias contra Collboni, rompió el carnet del PSC.
Ada Colau será investida alcaldesa esta tarde con los votos de su grupo, Barcelona en Comú (BC), de ERC, del PSC y uno de la CUP. Alcanzará de esta forma la mayoría absoluta, al sumar 21 apoyos entre los 41 miembros que componen el pleno. Las intensas negociaciones de las últimas dos semanas con republicanos y socialistas han dado sus frutos, mientras que el apoyo de uno de los tres concejales de la CUP responde a un «voto de confianza» hacia Colau.
El consejo de federación del PSC avaló anoche con el 80,18% de los votos el sí a la investidura que proponía Jaume Collboni, que desde el primer momento había defendido entrar en el gobierno municipal con un pacto estable, algo que BC no ha contemplado por el momento. De hecho, en un comentario poco diplomático que no sentó demasiado bien en las filas socialistas, Colau señaló ayer que el socialista ha sido un partido que ha gobernado «años y años y ha tenido casos de corrupción muy graves». Por lo que sí ha apostado en cambio BC es por la foto con ERC, que ayer se hizo en la sala de prensa de los grupos municipales, en el propio ayuntamiento.
GESTO DE CONFIANZA
La que será la primera alcaldesa de la capital catalana (tras 119 hombres en el cargo) compareció con el líder republicano, Alfred Bosch en un acto que este describió como la escenificación de un «gesto de confianza», derivado de la «responsabilidad» que para él supone apoyar a la ganadora de las elecciones. «Como ya hicimos hace cuatro años con el alcalde Xavier Trias», puntualizó Bosch para intentar calmar a sus socios en el Parlament.
Pero la herida entre ERC y CiU en el Ayuntamiento de Barcelona ya está abierta. Así se explicarían también los comentarios de Trias el jueves al advertir de que «gobernarán los mismos con otros nombres», en referencia a los tripartitos de épocas anteriores. De momento, eso no está sobre la mesa. Tanto Colau como Bosch se esforzaron en decir que la entrada en el gobierno de otras fuerzas deberá esperar. Antes tendrán que fructificar las «complicidades», en palabras del republicano, que insistió en que lo de ayer «no es un pacto porque no hay contrapartidas, sino que solo aspira a garantizar el progreso social y nacional de Barcelona».
POLÍTICAS CONCRETAS
La futura alcaldesa de Barcelona insistió en que las negociaciones que proseguirán a partir del lunes con las dos fuerzas de izquierdas se basarán en «programas y políticas concretas». Tras celebrar que la ciudad haya votado un «cambio», encajó que el ayuntamiento está muy fragmentado (a partir de hoy habrá siete partidos, frente a los cinco que había hasta ahora), con lo que el diálogo será una de las premisas del próximo mandato.
Precisamente, una de las primeras cosas que deberá acordar con los partidos de la oposición serán los sueldos. Colau admitió ayer que su intención de rebajarse el sueldo a sí misma y a sus 10 concejales a 2.200 euros netos mensuales por 14 pagas precisa de la mayoría del pleno. «No podemos imponer nuestro código ético al resto», reconoció.
CARGOS TÉCNICOS O POLÍTICOS
El reajuste salarial tendría que aprobarse en un pleno pero, prosiguió Colau, este máximo en la nómina solo afectaría «a los cargos políticos, no a los técnicos». En este sentido, por ejemplo, los gerentes de distrito que ganan más seguirán haciéndolo. Lo mismo ocurriría con los primeros fichajes anunciados por BC, que su líder confirmó ayer.
Tanto el nuevo delegado de Seguridad, responsable de la Guardia Urbana, Amadeu Recasens, como el gerente municipal, Jordi Martí, no estarán sujetos a este límite, reveló la casi alcaldesa, que añadió que a ambos se les había hecho una oferta como profesionales y no era de recibo que cobraran menos que algunas dpersonas que estarán bajo su mando.
DEPENDER DE ALCALDÍA
Recasens tendrá el cargo de delegado y dependerá directamente de la alcaldía, cosa que nunca había ocurrido hasta ahora, ya que solía ser un concejal que estaba en el pleno quien se hacía cargo de estas competencias. Otro cambio es que las cuestiones vinculadas a la movilidad, que tradicionalmente dependían de Seguridad, ahora serán competencia de la cuarta tenencia de alcaldía, que lleva la militante de ICV Janet Sanz, junto con Ecología y Urbanismo.
FIESTA EN SANT JAUME
Con los 21 votos, Colau se convertirá en alcaldesa sobre las seis de la tarde de hoy. Con la intención de compartir con la ciudadanía la victoria, explicó ayer, se han introducido diversos cambios en la liturgia de la investidura. Se han habilitado diversas salas anexas al Saló de Cent para dar cabida a los «centenares de invitados» a los que se les ha pedido participar, entre los que hay numerosas entidades sociales y representantes de todas las confesiones religiosas de la ciudad.
«Hemos prescindido de las alfombras de lujo para poner una pantalla en la plaza y que la gente pueda ver lo que ocurre dentro», expuso Colau. También habrá servicio de guardería para los más pequeños.
La mujer que este sábado se convertirá en alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha explicado a pocas horas de ser investida que le embarga "muchísima emoción" porque en las últimas horas muchas personas la paran por la calle para felicitarla. "Soy una mujer de origen humilde que cree que es un momento colectivo", ha descrito.
Junto al líder del PSC, Jaume Collboni, con quien presentaba el acuerdo para votarla en el pleno de la investidura, Colau ha asegurado que ahora pensará en toda Barcelona para construir un gobierno "lo más dialogante posible".
DEJARSE LA PIEL
"El hecho de ser una mujer no quiere decir que lo deba hacer mejor", ha intepretado para también subrayar que no procede de la "política convencional". "Nos dejaremos la piel para estar a la altura de las circunstancias", ha concluido.
Ada Colau será investida alcaldesa esta tarde con los votos de su grupo, Barcelona en Comú (BC), de ERC, del PSC y uno de la CUP. Alcanzará de esta forma la mayoría absoluta, al sumar 21 apoyos entre los 41 miembros que componen el pleno. Las intensas negociaciones de las últimas dos semanas con republicanos y socialistas han dado sus frutos, mientras que el apoyo de uno de los tres concejales de la CUP responde a un "voto de confianza" hacia Colau.
146