Claudio Rizó Fue arrancar Ada Colau en el Congreso, y encenderse las luces. Pocas veces la calle estuvo tan iluminada como cuando la joven representante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) desfloró ante sus señorías el tarro de duelo y lágrimas que había ido recogiendo por los distintos hogares de España (cuando lo eran), sacudiéndoles, de paso, una lección de humanidad y oratoria fina que por muchas lunas que pasen apuesto a que les acompañarán largo tiempo en la intimidad de sus caprichos legislativos. Estuvo brillante. Diría que sobradamente brillante. Mucho más que cualquier otro compareciente. Tartamudeó al comienzo, una palabra encasquillada, por novata, como quien entra de nuevas en un lugar prohibido o supuestamente egregio y debe exprimir el poco tiempo del que cuenta para violar la prohibición o desmontar su grandeza. Pero al poco se asentó, se hizo hueco, aclimató ideas... y fue entonces cuando pudimos ver y escuchar a millones de familias que llevaban años esperando ese momento, salir guarecidos en sus palabras, en sus gestos de elocuencia y en su rabia contenida, para exponer por fin a los diputados, en un cara a cara demoledor y por momentos sonrojante, la barbarie diaria con que han de lidiar como cabezas de turco, en masa, de un sistema económicamente despótico y vacío de alma incomprensiblemente legalizado. Fue la última en comparecer, pero hasta de ese detalle minúsculo dejó rúbrica con lacerante ironía al insinuarse en su disconformidad un paralelismo simbólico entre esa tardía aparición programada y el último escalón que ocupan millones de españoles caídos a los avernos desde la explosión de la burbuja inmobiliaria. Su mirada era sobria, recriminatoria, tanto que por sí sola, con sólo otear a quienes la escuchaban, daba la impresión de que a su ruego humanitario le siguiera un lógico espíritu dolido y desdeñoso, a partes iguales, cuando no despreciativo hacia sus semejantes. Un alto en la exposición, si acaso una pausa para ganar resuelloÉ ¡y soltarlo! Minuto once y pocos segundos de su comparecencia. Se presume que algo va a pasar. Una cuchilla hubiera rajado la atmósfera, tensamente aquietada. No hay marcha atrás: "¡Este señor es un criminal, y como tal deberían ustedes tratarle!", espeta de cuajo y sin quiebra en la voz para referirse al vicesecretario general de la Asociación Española de la Banca (AEB), quien la había precedido en la locución y que le había dejado sobre la butaca la afrentosa pulla de que "La legislación española sobre hipotecas es estupenda". Tras su comparecencia fue por esa causa amonestada por el presidente de la Comisión Santiago Lanzuela, y además lo fue correctamente, por más que aquello sonó más a obligación de protocolo y formalidad del lugar que a deseo íntimo del presidente en hacerlo. La semana próxima se someterá a debate la admisión o no a trámite de las propuestas de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), y Ada Colau tuvo a este respecto especial interés en refrescar las tres "urgentes medidas de mínimos" que recoge, a saber: la dación en pago con efectos retroactivos, la moratoria inmediata en todos los desahucios y la creación de un "parking" de alquiler social. Afirmó que "técnicamente" no habría escollo alguno para alcanzar esa aspiración. Que se trata, en cualquier caso, de una cuestión de voluntad política. De querer hacer. O de no querer hacerlo. Sin más. Y sobre todo, de humanidad. Y de restañar, en lo posible, la estafa bancaria, financiera y gubernamental que mayormente es el pueblo el que a sus lomos soporta. Debo reconocer que en algunos pasajes de su intervención me sentí receloso en cuanto a ciertas supuestas bondades y ausencias de tecnicismos de que hacía gala, así como de determinados razonamientos de tipo jurídico con los que no me identifiqué por entero. Pero eso no quita para poder atrapar el alma de su mensaje, del grueso de su queja para comprender dolores, desentrañar engaños, y alinearse uno con la causa absolutamente justa que representa la Plataforma y su Iniciativa Legislativa Popular. Porque si ni eso pasa, si la ILP ni siquiera accede al debate parlamentario, si se la patea y rechaza sin más, entonces sí, entonces puede que la calle hable, y se exprese, de una vez. Definitivamente. Pero en su propio lenguaje. Que nada tendrá ya que ver con el de Ada Colau. Pulcro, fino y razonado. Descuiden. Con su oratoria. Ni sobre todo con sus modos.
Ada Colau promete perseguir a los diputados en contra de la ILP por la dación en pago "allá donde vayan"
La portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca lamenta que el PP vote a favor de la ILP por el retorno de los toros y en contra de la dación en pago "la misma tarde"
La invitada se quejó del retraso en su comparecencia, un retraso que casualmente, sirvió para esquivar 'in extremis' los informativos de mayor audiencia
Barcelona (Redacción).- La portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, ha prometido este viernes en una entrevista en Rac1 perseguir a los diputados del Congreso "allá donde vayan, allá donde se muevan, allá donde desayunen".
Colau, que compareció esta semana ante la Comisión de Economía del Congreso y calificó de "criminal" al representante de la Asociación Española de la Banca por considerar que la legislación vigente no es la causa de los deshaucios, ha asegurado que "nunca incitaremos ningún acto de violencia, pero estamos en un momento de vulneración sistemática de los derechos humanos y no podemos quedarnos impasibles. Tenemos que señalar a los responsables", ha sostenido.
Ahora bien, "antes de llegar a este punto hemos de agotar todas las vías [...] No sé qué más de tiene que hacer en este país para que se escuche a la ciudadanía", ha dicho Colau. "Aquellos diputados que persistan en no escuchar la voluntad de la ciudadanía entendemos que son directamente responsables de su sufrimiento. Queremos señalarlos (a los que voten en contra de la Iniciativa Legislativa Popular a favor de la dación en pago) para que no puedan ir con impunidad por la calle como si nada pasara", ha indicado la portavoz de la PAH.
"Habrá vigilancia ciudadana y siempre que sea posible, que haya gente que recuerde al entorno que esa persona es responsable [...] Lo que queremos es señalar para hacer visible que aquella persona es responsable de lo que podemos calificar de crimen".
Colau ha lamentado que "la misma tarde" en la que el PP apruebe la ILP del retorno de los toros se tumbe la dación en pago. "Esta mañana hemos llegado a 1.400.000 firmas. Casi hemos triplicado la cantidad de firmas que pide la ley para la ILP", ha explicado.
"El PP, de momento ha dicho que votará a favor de los toros para que se tramite, y en cambio, votará en contra de la dación en pago y que se paren los deshaucios. Estamos esperando que el PP rectifique, aunque sea tarde", ha sostenido Colau, que ha explicado que se quedó "corta" al calificar de "criminal" al representante de la AEB esta semana en la comisión del Congreso.
Estos días la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) está siendo noticia, sobre todo desde el martes pasado, cuando su portavoz, Ada Colau, intervino en el Congreso con un discurso muy aplaudido por la gente. Este jueves por la mañana, un grupo de unas doscientas personas se han reunido en la sede del banco BBVA de Barcelona para intentar hablar con alguien de la entidad y negociar.
Con gritos de 'Tú sí que vales', Colau ha hecho un nuevo discurso en el interior del banco con el que ha dado las gracias por el apoyo recibido desde las redes sociales, a la vez que aseguraba, emocionada, que "hay muchísima gente en toda España que está con nosotros de verdad". La manifestación se ha iniciado a las diez de la mañana en la plaza Universitat, donde se han reunido una treintena de plataformas de afectados por la hipoteca, y desde donde se han dirigido al BBVA.
Todo ha transcurrido sin disturbios y se podían ver pancartas con lemas como 'Stop desahucios' y los gritos y silbatos de los manifestantes resonaban en la sede. Colau también ha dicho que, a pesar de que la situación sea "muy dura y complicada", la gente debe seguir sin "desfallecer ni resignarse".
Entra en nuestra web para ver online las mejores series, realities y programas de televisión. El Gran Debate, 09/02/2013, Entrevista íntegra a Ada Colau. Ver vídeo online.
Tengo un buen trabajo. Buen sueldo, puesto garantizado, no implica gran esfuerzo físico ni un horario excesivo. El problema, no hay nada perfecto, es que me aburre. Mucho.
Tanto me aburre, que en cuanto esta mujer empieza a hablar tengo que recurrir a todo mi entrenamiento, que no es poco, para mantener incólumes los músculos faciales y no dar un respingo. Lo más sorprendente del caso es que de su boca no sale el revoltijo habitual de lugares comunes y medias verdades. Dice cosas distintas, ciertas y enteras. Empieza lamentando, con naturalidad, que no se hayan atendido sus peticiones de fijar la comparecencia a una hora menos tardía, ya que no vive en Madrid y eso la obligará a pernoctar, es decir, a tener más gastos. Y mientras lo dice mira a los parlamentarios para que entiendan el trasfondo: "Para mí el coste del hotel no es irrelevante, como para vosotros, o como para la gente a la que soléis traer aquí; verbigracia, el representante de la banca que me ha precedido. A vosotros os lo paga el contribuyente, los otros disponen de bolsillos bien profundos. Yo sólo tengo el mío, que no lo es, y el de una plataforma ciudadana que tampoco puede tirar cohetes".
Simpatizo con ella al instante por ese acto de franqueza, tan infrecuente en un país donde gusta tanto el dinero que se ha extendido un peculiar pudor a la hora de reconocer su falta. También me gusta su nombre: Ada. Me recuerda a mi admirado Nabokov, y su Ada o el ardor. Sí, no se extrañen, los ujieres podemos ser personas leídas. Aprobamos una oposición dura, y luego son muchas horas escuchando naderías: ayuda mucho tener un arsenal de lecturas para reflexionar sobre ellas, incluso rememorar pasajes, mientras uno soporta discursos plúmbeos.
Pero cuando ya me gana por completo es en el momento en que reconoce que ha estado a punto de lanzarle un zapato al compareciente que la ha precedido, y que ha venido a exponer las bondades del sistema que arroja a la calle, tras entramparlas de por vida, a las personas a las que esta mujer representa. No lo ha hecho, explica, por el solo motivo de que eso le habría impedido hablar a continuación. Y de pronto me la imagino, poniéndose en pie y cercenando de un zapatazo el blablablá inerte y acartonado del portavoz bancario. Habría sido el acontecimiento más sensacional registrado en esta casa desde la entrada de aquel tipo con tricornio, bigote y pistola, de infausta memoria. Yo, que por edad no llegué a vivir aquello, habría tenido por fin alguna aventura memorable que contarles a mis nietos.
Lo confieso: desde ese instante tiene toda mi atención. Y me rinde a sus pies cuando llega al meollo de su discurso y, con un verbo contagiado de la claridad de las ideas que lo sustentan, razona que lo que aquí ha habido es una estafa colectiva, la generación de un espejismo en multitud de personas desprevenidas, que creyeron de buena fe lo que gente más avisada les dijo. De un lado, quienes según ellos mismos sabían de finanzas, y bajo cuyas argumentaciones tóxicas se emboscó un enjambre de jugadores de ventaja listos para pillar el dinero y echar a correr. De otro, los mismísimos poderes públicos, desde el último alcalde, enfebrecido por recalificar todo lo recalificable para recaudar impuestos sobre las obras y financiar sus quimeras municipales (o su plan de pensiones, en el peor de los casos), hasta toda la ristra de ministros de Hacienda que empujaron a la ciudadanía a comprarse casas con la desgravación en el impuesto sobre la renta. Todos, cual aciagos flautistas de Hamelin, atrajeron a la pobre gente a la fosa del ladrillo. Y ahora, cuando la gente está ahí abajo atrapada, van y les echan paletadas encima.
La veo irse y sueño con que un día, antes de que me jubile, voces como la suya sean aquí la regla y no la excepción.
Ada Colau abandera el movimiento contra los desahucios y revoluciona internet
Casi un millón y medio de ciudadanos piden la dación en pago, el alquiler social y el fin de los desahucios | "Si las personas no tienen una segunda oportunidad, el país no la tendrá tampoco y estará condenado"
Italo Calvino dice en Las cosmicómicas que hubo un momento exacto en que toda la materia del universo estaba concentrada en un solo punto, antes de empezar a expandirse en el espacio. Eso mismo ocurre en el despachito de Ada Colau, en el Observatori de Drets Econòmics, Socials i Culturals, una oenegé donde a diario se trabaja en favor de cosas tan revolucionarias como el derecho a la vivienda, a la salud, al trabajo o a la educación. El universo también se concentra en la minúscula sede de la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca (PAH), a la que esta barcelonesa de 38 años ha puesto rostro desde su desgarradora y altisonante intervención del pasado martes en el Congreso para defender la reforma de la ley sobre desahucios.
No es de extrañar que Ada Colau, que empleó expresiones como cínicos, criminales o estafa generalizada y que fue reprendida por el presidente de la comisión de Economía del Congreso, el diputado del PP Santiago Lanzuela, que vio en sus palabras "gravísimas ofensas", hiciera enrojecer a sus señorías. De indignación, de impotencia o de vergüenza, según los casos. Donde unos vieron amenazas y coacciones; otros, lucidez y vehemencia. En cuanto esta mujer habla, comienza el big bang: el casi millón y medio de firmas recogidas para aprobar que la entrega de la vivienda liquide la deuda con el banco, los 400.000 desahucios registrados en España desde el 2008, la agonía de los peces fuera del agua...
Ada Colau está conmocionada por el último suicidio de una vida hipotecada, ayer en Córdoba. Habla, en el Parlamento y en la calle, con la misma incorrección de José Saramago, ese gran agitador, a quien una vez preguntaron si era partidario de legalizar las drogas y respondió que "primero legalizaría el pan, clandestino para gran parte de la humanidad".
La portavoz de los desahuciados, convertida en símbolo muy a su pesar, no cambia ni una coma de lo que dijo el martes: "Fui prudente y comedida. La realidad es aún más radical y violenta, como demuestra la tragedia de Córdoba". La PAH ha impedido más de 550 desahucios. Detrás de cada uno hay dramas como el de Mónica, que a veces sólo come en todo el día una sopa de sobre. Ella y su marido, ingeniero, están en paro y no cobran subsidio porque son autónomos. Y, además, jóvenes, sin hijos y pueden quedarse sin casa de un momento a otro. "De estos pobres nadie habla".
Pero también hay casos que impactan por su mensaje positivo. El de Lluís Martí, por ejemplo. Este vecino de La Bisbal del Penedès fue la primera persona que logró frenar el desahucio, en noviembre del 2010. Cuando Lluís llegó a la PAH, parecía un enajenado. Decía que no le quitarían a su hijo, que pondría una bomba si era necesario. "Al recibir ayuda -explica Ada-, se convirtió en el ser más razonable y tierno del mundo. Hoy sigue en su casa y se ha convertido en uno de nuestros mejores activistas. Catalunya Caixa ha dejado su caso por imposible. Ahora que soy madre, lo comprendo todo: el banco no quería negociar y los servicios sociales le dijeron que si acababa en la calle, le retirarían la custodia de su hijo. Yo también habría enloquecido". Hay personas que prefieren dejar de comer para pagar la hipoteca. "Nadie quiere irse de su casa", dice Ada Colau, que ironiza sobre la palabra que emplea la justicia para los desahucios: lanzamientos y ejecuciones hipotecarias. "A veces, ejecuciones, sin más, en sentido estricto".
El próximo martes, el Congreso debatirá la petición de la PAH, que ha recogido 1.400.000 firmas para que la ley acepte la dación en pago retroactiva (es decir, que la entrega de la vivienda liquide la deuda con el banco), la moratoria de los desahucios y el alquiler social. Previsiblemente, el PP aprovechará su mayoría para que la medida ni siquiera sea admitida a trámite. Mejor suerte parece que tendrá otra iniciativa popular, que se discutirá antes y que ha recogido 500.000 firmas -casi tres veces menos- para la defensa de las corridas de toros. En fin... Ada Colau, que tiene que morderse la lengua, explica que el martes habrá movilizaciones. Y manifestaciones en toda España por una vivienda digna el próximo día 16. "Dicen que pedimos cosas imposibles, pero sólo pedimos una segunda oportunidad para las personas. Porque, si no se la dan y no las liberan de sus deudas, qué les queda: la economía sumergida y los servicios sociales. Entonces será el país el que se hundirá". Cuando se le pregunta cómo se protege ante tantas desgracias, cómo evita llevarse los problemas a casa, responde que confía en no acostumbrarse jamás a la injusticia, a la barbarie. "Somos muchas voces, cada vez más, y no sólo nos sacrificamos por una causa justa. Esta lucha saca a relucir lo mejor del ser humano. Demostrar que la presión social comienza a dar frutos y que David puede derrotar a Goliat recompensa de sobra".
El paro sigue aumentando, la vivienda es el principal gasto de las familias, que hasta ahora han contado con el colchón familiar, pero el colchón esta cada vez peor y la crisis no da tregua. Miles de nuevos desahucios se perfilan en el horizonte. "Esta no es una lucha ideológica, sino de derechos humanos", afirma la portavoz de la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca, quien, por cierto, vive de alquiler. Ada Colau se desespera cuando oye que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, cuando se criminaliza al más débil y "cuando se olvida que durante años los bancos y el Estado negaron la crisis y aseguraban que el ladrillo era una inversión segura. Beatriz Corredor, ministra de Vivienda con el PSOE, lo afirmaba incluso en el 2008, cuando ya había estallado la burbuja inmobiliaria. Nadie dio la voz de alarma. Ni los notarios ni las tasadoras. Sólo se desgravó la compra de pisos, no el alquiler. El Banco de España actuó más como la patronal del sector que como un regulador público. Las personas tenían una necesidad básica, un derecho fundamental, el acceso a la vivienda, y les dijeron que sólo podían llegar a puerto con una hipoteca. Y ahora todos se lavan las manos".
Todos no. Ada Colau confía en que algún día saldrá el sol, ya sea a través de una ley o de un decreto. No sabe cuántas personas más tendrán que sufrir el "tremendo dolor" de perder la casa, pero suspira. Y confía. Dice Italo Calvino, a propósito de los átomos que formaron el universo antes de su expansión: "Para contar hay que poder separarse un poquito uno de otro, y nosotros ocupábamos todos el mismo punto". Ese punto es ahora un despachito donde cabe todo el sufrimiento y también toda la esperanza del mundo.
EUROPAPRESS* : La portavoz de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), Ada Colau, ha opinado que muchos de los casos de corrupción política están asociados con la burbuja inmobiliaria ya que éstos se beneficiaron de la misma. En una entrevista con Antena 3 Colau ha indicado que las administraciones públicas se "beneficiaron" y "financiaron" a corto plazo "con el tema inmobiliario" y es por eso que en España hay "tantos casos de corrupción que están muy asociados a la burbuja inmobiliaria y cuando todo esto estalla". Asimismo, ha añadido que durante años "inmobiliarias, constructoras y entidades financieras" sacaron beneficio y contribuyeron a que se incentivara la burbuja. También, en este sentido ha criticado que "hasta el mismo día" que estalló todo el asunto las ministras socialistas decían que "no había burbuja, que la vivienda era un valor seguro, que lo mejor que podía hacerse en España era comprarse una vivienda".
Por otra parte, la portavoz de la PAH ha lamentado que este país "está en el punto de mira" de todos los medios de comunicación del mundo que "se escandalizan con la ley que tenemos aquí".
"No hay ningún país de Europa, ni en EEUU, ni en ningún otro lugar que estén desalojando como aquí y, encima, la gente se quede con la deuda de por vida", ha subrayado al tiempo que ha dicho que "todo el mundo reconoce que esto es una anomalía".
Haciendo alusión a los alquileres en España, ha explicado que a diferencia de otros países del mundo, "no es una alternativa real" porque, según ha destacado, son más caros y de mala calidad. Sin embargo, en Alemania el alquiler "es la opción mayoritaria porque está incentivado por el estado, está protegida, hay límites de precios y no te pueden echar así como así", ha ejemplificado.
Además, ha recalcado que las personas afectadas por las hipotecas no es que rehuyan de su responsabilidad, sino que la gente "está dispuesta a asumir la responsabilidad que era consciente que asumía".
Colau ha criticado que en este país a las inmobiliarias, a las empresas, a los corruptos y a los partidos les "perdonan" y les "prescriben" las deudas "muy rápido", sin embargo, "a los únicos que no les prescriben es a las familias".
También, ha afirmado que hay un discurso oficial que "culpabiliza" a la gente más pobre y que lo ha perdido todo. Algo que, a su juicio, es "intolerable" porque ese discurso "se hace, evidentemente, para rehuir las propias responsabilidades".
A la pregunta de si se arrepiente de haber denominado ayer de "criminal" a un representante de la banca durante su intervención ante la Comisión de Economía del Congreso, ha sostenido que "en absoluto" , que incluso fue "prudente" y que la banca "tiene las manos marcadas de sangre".
"Digo criminal y lo ratifico porque la política que han seguido las entidades financieras es criminal, han hundido la economía de este país y han hundido a miles de personas a las que han empobrecido hasta el final de sus días", ha aseverado Colau.
antena3.com | Madrid | Actualizado el 13/02/2013 a las 11:38 horas
La iniciativa legislativa popular para implantar la dación en pago retroactiva y paralizar las ejecuciones hipotecarias recibió el apoyo para ser tramitada en el Congreso.
"Lo estuvimos diciendo hasta el último momento que no tirabamos la toalla, que ese es el espiritu de la plataforma en la que participamos desde hace cuatro años y que nunca lo hemos dado por perdido porque hay vidas en juego" explica Ada Colau.
Ada Colau ha señálado que "el hecho de batallar hasta el final, de reunirnos ayer con el Partido Popular justo antes del plenario de la tarde, de convocar movilizaciones a las puertas del congreso y delante de las sedes del PP han dado sus frutos".
La portavoz de la de afectados de la hipoteca cuenta como no tenían la sensación de que iban a admitir la ILP "Nos dijeron que no en todo momento justificandose, se notaba la presión popular" pero al final cuando "ya se estaba tramitando la propuesta vimos que había mucho movimiento entre los miembros del Partido Popular. Nos llamaron en el pasillo del Congreso y nos dijeron que se estaban planteando cambiar el voto y efectivamente lo hicieron en el último momento".
Ada Colau: "Nunca tiramos la toalla porque no nos lo podemos permitir"
La cara visible de la PAH valora el momento actual de la lucha por el derecho a la vivienda, tras la admisión a trámite de la ILP y en previsión de la manifestación del sábado.
Ada Colau (Barcelona, 1974) vive de alquiler. No firmó una hipoteca en tiempos de bonanza porque ya entonces denunciaba la burbuja inmobiliaria que acabó por estallar. Lleva una década luchando por el derecho a la vivienda digna, desde 2009 a través de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, de la que es la cara más visible. Desde su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso no ha podido descansar, solicitada constantemente por los medios de comunicación. En el bar donde la entrevistamos se acercan a felicitarle por sus palabras en una tertulia televisiva. Su interlocutor dice que hará lo posible para ir a la manifestación del sábado. "Yo no soy afectado, pero tengo hijos que podrían serlo", aclara. Ella le explica que tampoco lo es.
Cuenta que la indignación que sintió por las palabras del vicesecretario de la Asociación Española de Banca, Javier Rodríguez Pellitero, en la comisión del Congreso la llevó a improvisar su intervención. No era consciente de que hubiera tanta gente siguiendo la sesión ni que causaria tanto revuelo, asegura. Tampoco dijo nada que no hubieran dicho ya, tanto ella como otros activistas de la Plataforma, fuera de esas paredes. Una semana más tarde pudieron hacer avanzar un paso más sus demandas con la admisión a trámite de la ILP por la dación en pago, la paralización de los desahucios y el alquiler social.
¿Cómo valoráis la admisión a trámite de la ILP?
Como una victoria de la movilización ciudadana. Es una victoria parcial, es solo un paso. Tampoco podemos ser autocomplacientes porque ahora viene lo más difícil, que es conseguir que se aprueben las medidas, pero es un paso importante. Hasta pocos minutos antes que el Partido Popular interviniera en el Congreso, habían dejado muy claro que iba a impedir su tramitación, cosa que nosotros habíamos denunciado como una falta de democracia. No era una cuestión solo de nuestra iniciativa, sino el hecho que tu cumplas con todos los requisitos de la ley, tripliques las firmas que piden, con casi un millón y medio, y a pesar de esto, se plantearan utilizar su mayoría absoluta para bloquearla y que ni siquiera se debatiera era realmente incomprensible. Esto generó un apoyo ciudadano a nuestra llamada, y los diputados y diputadas recibieron miles de correos en pocos días, se organizaron concentraciones en el Congreso y delante de las sedes del PP y eso se respiraba dentro del Congreso. Se notaba aquella tensión, se notaba que la calle entraba ahí dentro y se notaba el aliento de la ciudadanía, y eso sin duda hizo cambiar el sentido del voto.
¿Cómo vivisteis ese día en el Congreso?
No tiramos nunca la toalla; esa es una lección que la Plataforma tiene aprendida, que no se puede dar nada por perdido, porque no nos lo podemos permitir, de hecho. Y esto nos ha hecho parar desahucios, negociar con los bancos, y llegar hasta donde hemos llegado hoy. Con este mismo espíritu hasta el último momento no lo dimos por perdido, pedimos una entrevista con el grupo Popular pocas horas antes, nos recibieron. Ya fue indicativo el hecho de que nos recibieran siete o ocho diputados, el portavoz principal y la portavoz adjunta, los responsables de economía y vivienda, … Es decir, que le daban importancia al tema, no lo consideraban un mero trámite. Estaban sintiendo la presión y eso se notaba. De hecho también nos dieron con un trato inaudito. Hasta ahora se nos había ninguneado, pero se nos dió todo el reconocimiento, se nos dijo que nuestro objetivos eran los mismos, … Nos intentaron convencer de que no la admitían a trámite porque era mejor, porque así su proyecto de ley se aprobaría antes y tendríamos soluciones antes. Les dijimos que no compararan un contenido con otro, pero se estaban intentando justificar, estaban a la defensiva, y se notaba que hasta internamente debían tener debate y que no estaba tan clara su postura, por eso insistimos hasta el último momento y finalmente lo conseguimos.
¿Cómo os comunicaron el cambio en su decisión?
Poco antes de que le llegara el turno al grupo Popular nos pidieron que salieramos un momento al pasillo del Congreso y nos dijeron que se estaban planteando cambiar el sentido del voto y nos intentaban pedir que bajáramos la presión social. Estaban reconociendo que era la presión social la que los hacía replantearse el sentido del voto. Nosotros dijimos que las personas ahí presentes no éramos representantes, no teníamos capacidad de negociar nada y que además estábamos defendiendo medidas de mínimos y no había nada que negociar. Mantendremos la movilización para que lo que se tramite no sea solo la ILP como tal sino que se recojan las medidas. A pesar de que no hicimos ninguna concesión, la presión era tal que tuvieron que modificar su voto.
¿El PP y la PAH han ido de la mano, como dijo Teodoro García Ejea?
Hasta ahora no. Pero siempre hemos dicho que no hemos querido nunca identificarnos con ningún partido político porque realmente somos una experiencia ciudadana, nuestro movimiento es muy plural, muy transversal. Hay gente de todo tipo: gente abstencionista y gente que vota a prácticamente todos los partidos políticos. Es una problemática social que afecta a miles de personas. En este sentido, no hemos sido nunca dogmáticos. El problema es que ellos sí lo han sido. Y concretamente los dos partidos mayoritarios nos han tratado hasta ahora con arrogancia y menosprecio. Han menospreciado completamente la movilización, no nos han considerado expertos, no nos han convocado a pesar que somos quien mejor conoce la problemática y quien antes se ha movilizado por todo esto. Pero la movilización ha hecho que precisamente ya en las últimas semanas primero el partido socialista se haya visto obligado a cambiar su actitud, y han empezado a reconocer a la ciudadanía, han cambiado su postura, han empezado a decir que apoyarían la iniciativa legislativa, y esto ha sido un cambio muy reciente del partido socialista, y luego ha venido el Partido Popular. Evidentemente, nos alegraremos de que rectifiquen, porque de eso se trata, que las mayorías parlamentarias apoyen las demandas ciudadanas. Lo que no aceptaremos es que se pervierta la realidad y se traicionan los hechos, y ni que sea por respeto a la ciudadanía a la que hasta ahora se ha menospreciado. Que reconozcan su error y rectifiquen aunque sea tarde, pero que no digan mentiras y que hemos ido de la mano y hemos estado cooperando en todo momento, porque esto no ha sido así hasta ahora.
Paralización de un desahucio, en una foto de archivo / Edu Bayer
¿Una vez admitida a trámite la ILP, qué haréis para evitar que se vean recortadas vuestras demandas?
Se admite a trámite. Dicen que lo quieren tramitar por la vía de urgencia. En esto nosotros estamos de acuerdo. Sabemos que es urgente, y cuanto antes mejor, porque de hecho ya van cuatro años tarde. Lo que no aceptaríamos es que se utilice la tramitación de urgencia para rápidamente sacarse este tema de encima y aprobar un proyecto en el que no se respeten las medidas de mínimos. Ya hemos dicho que las medidas de la ILP son de mínimos y no de máximos, y por tanto son irrenunciables. No nos contentaremos con que lo aprueben solo para una parte de la gente afectada. Toda la gente afectada, cada una de las personas afectadas, merece una segunda oportunidad y por lo tanto nosotros mantendremos toda la movilización y el máximo de la presión social para conseguir que respeten estas medidas de mínimos. Estamos dispuestos a dialogar y negociar tanto como haga falta para ampliar estas medidas, porque somos conscientes que con esto no se resuelve el problema de la vivienda y que hacen falta muchas más medidas. A lo que no estamos dispuestos es a que se reduzca, y por lo tanto la estrategia es lo que ha funcionado hasta ahora: mantener y aumentar la presión social y responsabilizar directamente a cada diputado y diputada. En el sentido en que es importante que en temas tan cruciales como los que estamos tratando, que afectan la vida y el sufrimiento de miles de personas, empiecen a ser más conscientes del peso de su voto y de sus decisiones, no es simplemente una negociación entre partidos o ideologías. Más allá de la disciplina de voto de partido, apelamos a su conciencia individual. Por eso entregamos cartas a todos los grupos para que las hicieran llegar a todos los diputados y diputadas y estamos esperando que nos las devuelvan. Hasta el día de la manifestación estaremos esperando respuesta a estas cartas. Algunas cartas ya nos han llegado y estamos esperando que en los próximos días nos lleguen más.
¿Os han llegado de todos los partidos?
No. El día 16 con la manifestación haremos público qué diputados y diputadas han contestado, y el sentido de esa respuesta. A partir de entonces, aquellos que no se comprometan con esas demandas de mínimos, se encuentre en la fase que se encuentre la tramitación de las propuestas de ley, las haremos directamente responsables del sufrimiento de la gente y por tanto informaremos públicamente. Los señalaremos en el sentido de que informaremos a la ciudadanía de que estas personas son responsables de que no prosperen estas medidas.
¿Eso es el escrache?
Exacto, el escrache.
¿En qué consiste?
Lo que lo ha inspirado son las campañas que se dan, salvando las distancias, en un momento en que se produce una situación de injusticia que clama al cielo, postdictadura en Argentina y otros países de América Latina, donde la justicia y el poder político no responden a esas injusticias después de la dictadura, sino que hacen leyes de amnistía que hacen que torturadores y asesinos se puedan mover con impunidad. Como no hay justicia formal, se organiza una justicia social, y es la ciudadanía la que, sin hacer ningún tipo de acto violento, se organiza colectivamente para señalar estas personas, para visibilizarlo y que todo el mundo sepa que aquella persona, que se mueve en aquél barrio, y que va a comer ahí, que trabaja allá y que hace ese acto público, es responsable de esta serie de cosas. En Argentina esto se hacía con carteles informando de lo que había hecho esa persona en su barrio, en su trabajo, ... Nunca atacando físicamente ni agrediendo en absoluto, pero sí informando a todo el mundo de sus responsabilidades. Debemos salvar las distancias, porque no estamos hablando de una dictadura, como mínimo en sentido clásico. Estamos hablando de una dictadura financiera, porque ahora mismo todas nuestras políticas sociales y derechos fundamentales están comprometidos por las travesuras de esta clase financiera, así que, si bien en un contexto diferente, hay una similitud profunda, con una situación de injusticia generalizada, de vulneración de derechos fundamentales en la que los responsables no solo no tienen que responder por sus crímenes sino que además son premiados por la gestión pública. Delante de esto, no hay justicia y hace falta que la ciudadanía se organice para hacer justicia.
¿Y esto en qué se concretará?
Se concretará en lo que ya hemos empezado a hacer, campañas a través de redes sociales e internet en las que interpelamos directamente a las personas, a través de correos o de tweets, para recordarles que estamos pendientes de su posicionamiento y si en estas primeras semanas no hay respuestas positivas después de esta interpelación, veremos como hacerlo presencialmente. Siempre sin agredir a nadie ni hacer ningún acto violento, porque somos un movimiento pacífico, y de hecho hemos evitado muchos actos de violencia, como son los desahucios, o como son los de las personas que nos llegan desesperadas a las reuniones diciendo que harán una barbaridad porque no pueden más. Hemos canalizado y evitado mucho malestar social, porque somos un movimiento pacífico, pero sí que informaremos públicamente de los movimientos de estas personas y de sus responsabilidades.
En diciembre lamentabais que os habíais reunido con los presidente de Ecuador y Bolivia pero no con los partidos mayoritarios en España. Ahora en una semana habéis comparecido dos veces en el Congreso.
Sí, pero no es lo mismo. En los otros casos fueron los máximos representantes y presidentes de gobierno que nos llamaron a nosotros. En cambio al Congreso hemos llegado después de años de ninguneo y menosprecio, y después de haber cumplido todo lo que decía la ley. Hemos recogido todas las firmas y no han tenido más remedio que convocarnos y escucharnos, pero realmente han sido forzados por una movilización ciudadana de mucho tiempo, o sea que realmente aún estamos lejos de tener aquí el trato que nos han dado otros gobiernos. Y tampoco nos ha recibido ningún presidente, ni de Catalunya ni del Estado español.
Ada Colau junto al presidente del Congreso, Jesús Posada / EFE
Tanto en la comparecencia en la Comisión de Economía como en la votación en el Congreso tuvisteis “problemas”, por el lenguaje utilizado en la primera o por la intervención al final de la sesión.
Yo negaría esta descripción. Eso es lo que dicen ellos, pero hubieron otros problemas. Que se sigan produciendo muertes los mismo días que comparecemos, eso sí es un problema. Resituémonos. Se desfigura la realidad a través de los grandes medios de comunicación. Quien tiene más visibilidad, que normalmente son diputados o entidades financieras, magnifica hechos que son irrelevantes respecto a la realidad social y en cambio invisibilizan y minimizan los hechos que son realmente graves. Lo que es escandaloso es que aún ahora nos estemos enterando que cada semana se producen muertes por culpa de esta ley que aún no han sido capaces de cambiar en el Congreso. Esto es lo realmente escandaloso y lo grave. Intentan desviar la atención de estos hechos, de su incompetencia y del hecho que pasados cuatro años aún no hayan sido capaces de resolver el problema, magnificando o diciendo que son exageradas unas palabras que he utilizado, pero en cambio mucha gente del mundo jurídico está diciendo que son perfectamente rigurosas y que hay suficientes hechos como para demostrar que son perfectamente pertinentes y hasta prudentes, que se han quedado cortas, por lo que hace a la comparecencia. Y luego en el Congreso, en la tribuna, unas pocas personas, una vez había acabado el debate, cuando están haciendo ruido los diputados y nosotros simplemente damos un grito recordando que aquello es una victoria de la ciudadanía y no de ningún partido político, porque la última intervención del Partido Popular, que acababa de cambiar el sentido de su voto, lo presentaba como si hubiéramos estado colaborando siempre y fuéramos los mismos, cosa que claramente no es cierta. Decir que eso es una alteración del orden o una falta de educación lo dice quien quiere desviar el tema y sus responsabilidades, porque efectivamente es insostenible e indefendible con las pruebas que hay. Por otro lado, habría que hablar mucho sobre qué son agresiones, qué es violencia o qué es mala educación. ¿Quién lo define, eso? El representante de la banca hizo una comparecencia ofensiva, insultante, faltando a la verdad, mintiendo descaradamente, diciendo que las entidades financieras no estaban desahuciando, cuando somos el país que más desahucia, y hay datos judiciales que lo demuestran, no lo digo yo. Mintió, y está probado. Ninguneó la problemática que está provocando la muerte de varias personas. Dijo que el sistema era perfecto y no se debía cambiar. ¿Eso no es una vergüenza? No es escandaloso? No es una falta de respeto?
La intervención de la semana pasada ha dado que hablar de Ada Colau en muchos medios, en algunas ocasiones esperando un liderazgo. ¿Qué le parece?
Lo que se ha demostrado es que el único liderazgo que está cambiando las cosas es el colectivo, la movilización ciudadana. Este movimiento es impensable por el hecho que haya una persona u otra. Si no hubieran participado miles de personas todo lo que ha pasado hasta ahora no hubiera pasado. Este es el único liderazgo que importa, y es el más peligroso. El poder, cuando no tiene una cabeza visible que se pueda cargar es cuando realmente tiembla. Creo que precisamente por eso se intenta personalizar, para que sea más fácil atacar el movimiento. Si es cosa de una persona, atacas la persona y es mucho más fácil. Afortunadamente, creo que toda la sociedad ha entendido perfectamente el mensaje de que yo estaba ahora temporalmente visible. También es normal que no todo el mundo haga lo mismo. Algunos tenemos unas habilidades, otros tenemos otras, y yo que a lo mejor estoy más acostumbrada a hablar en público, pues estoy encantada de poner esto a servicio del movimiento. No digo que no esté siendo cara visible, lo estoy siendo, porque cada uno pone sus habilidades a disposición, pero lo mismo que hago yo lo podrían hacer otras personas, y de hecho lo harán a corto plazo, y cotidianamente hay muchas otras personas que están dando la cara. Es una cosa temporal y creo que pedir estos liderazgos es intentar minimizar el movimiento.
Ada Colau retratada ante el local de la PAH en Barcelona / Carmen Secanella
¿Cuando empezasteis con la Plataforma hace cuatro años esperabais llegar hasta aquí, con todo este apoyo?
No. Tampoco nos paramos nunca a pensarlo porque la realidad ha sido tan dura, tan urgente siempre, que no hemos tenido mucho tiempo para reflexionar a fondo, para proyectarnos a futuro. Hemos actuado siempre en base a la urgencia y la necesidad, pero evidentemente, si esto nos lo dicen hace cuatro años o hace un año, ni nosotros nos lo hubiéramos creído. Realmente se demuestra que se puede llegar mucho más lejos de lo que pensamos si nos lo creemos y persistimos. No pensábamos que llegaríamos tan lejos.
¿Cómo se ha construido este apoyo social?
Se ha construido a distintos niveles. Primero visibilizando y dando respuestas a uno de los principales problemas en el que este ha mostrado ser un Estado fallido que no responde a las necesidades básicas. Que la ciudadanía se organice para dar respuesta a problemas urgentes en los que el Estado no está respondiendo evidentemente genera un gran apoyo, porque la gente necesita ayuda con problemas que son cuestiones de necesidades básicas. Y también se ha hecho reforzando y empoderando este sujeto colectivo ciudadano. La gente está harta de representantes, de tertulianos, que se llenan la boca de que, porque los han votado una vez o porque tienen visibilidad, representan el sentir mayoritario, pero que cada vez están más lejos de la realidad social. En cambio, cuando se ven a los ciudadanos anónimos que se autoorganizan, que son los que dan respuestas a los problemas, y que demuestran que con nuestros recursos, sin ni siquiera dinero, se puede conseguir mucho más de lo que supuestamente se podía, la gente responde. La gente está pidiendo esto, un proceso colectivo en el que todo el mundo pueda participar y sea protagonista y no salga tanto representante que después en realidad traiciona constantemente lo que es el sentir mayoritario.
¿El hecho de conseguir hacer cambiar en el último momento posiciones tan firmes muestra que está cambiando alguna cosa en la sociedad?
Yo creo que sí. Además, cada vez más gente nos interpela no solo por el problema concreto, que ha despertado un gran consenso, sino que otros colectivos y personas a título individual nos piden que expliquemos nuestra experiencia por si puede inspirar experiencias en otros campos como una pequeña y humilde y parcial, pero como un ejemplo de que las cosas puede ser distintas y está en nuestras manos. Es el mensaje principal de la Plataforma.
¿Es la PAH es la lucha que ha conseguido más éxitos, en el actual período de movilizaciones?
No sé si es la que más. No conozco todas las luchas en profundidad, pero socialmente sí que se nos está atribuyendo un poco ese rol. Uno de los grandes aciertos que ha tenido la Plataforma es saber articular diferentes niveles al mismo tiempo. Tenemos muy claro que el tema es una lucha de fondo para cambiar una ley injusta, pero que no nos podemos esperar a cambiar esa ley, que no nos podemos quedar con los discursos y la denuncia, que tenemos que actuar. Por eso articulamos también microintervenciones, como campañas de desobediencia civil para parar los desahucios, estrategias de negociación con las entidades financieras, interpelar al poder judicial haciendo recursos en los juzgados, … Todos los niveles posibles a la vez, de lo más pequeño a lo más grande, articularlo a la vez creo que ha sido una de las claves del éxito.
Acción de la PAH en una entidad financiera, en una foto de archivo / Edu Bayer
¿Qué pasará si finalmente no se aprueba la ILP?
Si no se aprueba la ILP las medidas seguirán siendo medidas de mínimos urgentes, necesarias e imprescindibles, con lo cual seguiremos defendiendo en la práctica estas medidas; seguiremos parando los desahucios que tendría que parar la administración pública y por otro lado seguiremos presionando estas instituciones que no escuchan a la ciudadanía para que la escuchen. El hecho que en un trámite determinado no se aprueben unas medidas no significa que no se puedan volver a proponer. Las propondremos tantas veces como haga falta. Habrá muchos momentos del debate parlamentario en los que se podrán volver a plantear estas demandas, y lo haremos tantas veces como haga falta, porque no es una cuestión de opinión, es una cuestión de vida o muerte, del sufrimiento de miles de personas que no dejará de existir hasta que no haya este derecho a la segunda oportunidad, y hasta que no se garantice el derecho a la vivienda.
Ada Colau, portavoz de la Platataforma de Afectados por la Hipoteca / Carmen Secanella
Cifuentes acusa a Colau de apoyar a "grupos proetarras" y de crear "una estrategia política radical" con los desahucios
La delegada del Gobierno de Madrid ha considerado que la PAH no es solo un grupo que está apoyando a las personas desahuciadas, sino que también "está siguiendo una estrategia política bastante radical"
nuevatribuna.es | 25 Marzo 2013 - 12:24 h.
La delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes, ha acusado a la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, de haber apoyado a Bildu, a Sortu y a otros grupos "proetarras" y de emprender una "estrategia política radical" a partir del movimiento antidesahucios.
"Ada Colau y las personas que están la plataforma anti desahucios han manifestado su apoyo, en determinadas ocasiones, a Bildu, a Sortu y a esos grupos que a mi modo de ver y el de muchos españoles tienen que ver con el entorno de ETA", ha asegurado, en una entrevista en Radio Nacional recogida por Europa Press, la delegada del Gobierno, quien también ha acusado a este grupo de llevar a cabo "una estrategia política radical", aprovechando la cuestión de los desahucios.
"Yo sí creo que hay intereses políticos en todas estas cuestiones, sino que alguien me explique por qué de repente el acoso se centra exclusivamente en políticos del Partido Popular"
En este sentido, Cifuentes ha considerado que la PAH no es solo un grupo que está apoyando a las personas desahuciadas, sino que también "está siguiendo una estrategia política bastante radical". "Yo sí creo que hay intereses políticos en todas estas cuestiones, sino que alguien me explique por qué de repente el acoso se centra exclusivamente en políticos del Partido Popular", ha añadido.
De esta forma, la delegada del Gobierno ha distinguido entre el "drama" de las personas que están sufriendo desahucios y a las que "el Gobierno ya está ayudando con diferentes medidas" y "violencia y coacción" que, a su juicio, lleva a cabo este grupo. "Otra cosa es la lucha callejera hasta llegar casi a la kale borroca", ha destacado.
Por último, Cifuentes ha expresado su deseo de que estos "ataques" no se recrudezcan y ha destacado la incompatibilidad entre el derecho a manifestarse con el ejercicio de la violencia y la coacción.
Es partidaria de la acción cotidiana y rehúye los discursos de crítica capitalista de gran complejidad. Desde que llamó “criminal” a un representante de la Banca, se ha convertido en la cara más visible de los movimientos sociales en los grandes medios. Sin embargo, su lucha en favor del derecho a una vivienda digna se remonta al año 2004. Entonces, en el marco de las protestas antiglobalización y en contra de la Guerra de Irak, unos cuantos activistas se especializaron en temas de vivienda. Entre ellos, Ada Colau (Barcelona, 1974) la líder antideshaucios que no quería serlo.
molina_jordi | El Tribunal de Justicia de la UE os ha dado la razón.
Habíamos insistido mucho en que la normativa española sobre los desahucios era ilegal. Ha tenido que ser la Unión Europea la que, finalmente, ha penalizado las prácticas del Gobierno español.
¿Qué supone esta sentencia para la PAH?
Ada Colau | Con la sentencia europea se deberían poder parar cerca de 200.000 procesos de ejecuciones hipotecarias. La resolución dice lo mismo que denuncia la Plataforma desde hace años. Exigimos que se asuman responsabilidades políticas.
Y las estáis exigiendo ‘cara a cara’ con los diputados. ¿Cómo va la presión social delescrache?
Estamos en una fase inicial y justo ahora empieza la segunda. En un primer momento, hemos invitado a los diputados a venir a nuestras reuniones y muy pocos han respondido. Como no han venido a conocer la realidad social, la realidad social ha ido a buscarlos. Ahora hemos pasado a interpelarles personalmente en la calle. Estamos convencidos de que, si conocen la gravedad de la situación, votarán en favor de nuestras propuestas. La ciudadanía se organiza colectivamente y señala los representantes públicos. Creemos que en el Congreso se diluye la responsabilidad individual de los representantes en las votaciones.
Una estrategia de presión popular que se hacía en Argentina para señalar a los responsables de la dictadura militar.
En cierto modo sufrimos una dictadura financiera. Nuestras políticas sociales y nuestros derechos fundamentales están a merced de la clase financiera. Son contextos diferentes y hay que salvar distancias, pero son similares. Eso sí, aquí los responsables no deben responder por sus crímenes, sino que además son premiados por la gestión pública.
Señalar los diputados responsables. ¿No sería justo también hacer una discriminación positiva?
Lo hemos hecho, pero nos lo han reflejado poco. Los primeros en responder fueron ICV y ERC, que trasladaron al Congreso nuestras demandas cuando los desahucios aún no eran noticia. Han llevado nuestras propuestas al Congreso hasta en cuatro o cinco ocasiones. Por el contrario, y hasta hace cuatro días, el PP y PSOE, siempre habían votado en contra. CiU y PNV han sido más ambiguos y han votado según soplaba el viento.
¿Te ves dentro de unos años formando parte de alguna lista electoral?
Lo he pensado porque mucha gente me lo ha dicho. Y de sectores muy diferentes. De hecho, dos fuerzas me llamaron para las elecciones catalanas. Rechacé ir en las listas de ICV-EUiA y la CUP, a pesar de compartir buena parte del programa. Sinceramente, no creo que un fichaje individual cambie nada. Creo que ahora mismo se hace más desde fuera del Parlament que desde dentro. Es necesaria una refundación de la democracia en la que el conjunto de la ciudadanía se implique. La PAH, una organización sin casi recursos, ha tenido mucha más incidencia que ningún partido… En el futuro, si abordamos un proceso amplio de revisión de maneras de hacer, puedo plantearme participar en la política, pero en ningún caso con el sistema de partidos actual.
La Plataforma hace una crítica sistémica, como la hizo el movimiento del 15-M. ¿Comparte la misma esencia?
Tenemos puntos en común, pero no somos iguales. De hecho, la Plataforma nace dos años antes del estallido de indignación del 15-M. En ese momento, se produjo un encuentro perfecto entre una cosa y la otra. Por un lado, el 15-M vio en la labor de la Plataforma un trabajo previo que había que integrar. Y, por otro, nosotros, que hasta entonces sólo estábamos consolidados en Catalunya, nos extendimos por el territorio español.
El 15-M rehuyó de liderazgos y exigía una “democracia real”. La PAH ha encontrado en ti una única portavoz y ha sabido concretar en las demandas. ¿Se ha tratado de no caer en los mismos errores?
Nosotros lo hemos tenido más fácil porque somos una plataforma sectorial. Pero sí es cierto que, más allá de la expresión inicial de malestar y de indignación, había un segundo proceso de concreción. Y nosotros, con el tema de la vivienda, ya teníamos un trabajo hecho de denuncia y de indentificación de responsables. Por otra parte, no soy la única portavoz. Simplemente he estado en la Plataforma desde el principio, he tenido incidencia en la generación del discurso y es razonable que sea una de las caras más visibles. En la Plataforma hay gente muy válida en diferentes sectores y tratamos de poner al servicio del movimiento las habilidades de cada uno.
¿Temes convertirte en una víctima mediática? Te hemos visto en platós donde sólo se escucha a quien más grita…
Sabemos lo que hacemos. Ir a según qué programas de televisión no quiere decir que todo nos parezca bien. Pero hoy en día, es un hecho que vivimos en una sociedad mediática y para llegar a la mayor parte de la población, que siempre ha sido nuestra vocación, hay que pasar por los grandes medios. Debemos hacerlo con cuidado, dosificando nuestras apariciones y con espíritu crítico. Quizás con una o dos veces que vayamos a ‘El Gran Debate’ de Tele5 es suficiente. Y tratamos de pactar entrevistas, no aparecer únicamente en el intercanvio de gritos.
¿Ha habido voces discordantes dentro de la Plataforma sobre la participación en este tipo de programas?
Sí, no todo el mundo lo ha visto de la misma manera. Hay gente que es más crítica… Ahora los que insisten en que los visite son los del ‘Gato al Agua’, de Intereconomía.
¡Qué miedo!
Estamos debatiendo qué hacer…
Los grandes medios silenciaban la problemática o la abordaban desde el sensacionalismo. Ahora parece que se empieza a hablar más de la organización de la PAH.
Tenemos claro que el gran medio de masas es una empresa que funciona con criterios de rentabilidad. Cuando éramos totalmente desconocidos sufrimos casos de pequeña censura. Convocábamos los medios para que captaran acciones que hacíamos frente a algunos bancos y las televisiones, por ejemplo, tenían prohibido enseñar los logos de las entidades financieras, que son las grandes proveedoras de publicidad. Cuando no se ha podido silenciar el fenómeno hemos visto cómo nos llamaban para enterarse de los desahucios más traumáticos, buscando la parte morbosa del drama. Desde la famosa comparecencia del Congreso se ha hecho más visible la parte de la movilización social y se ha mostrado el proceso de empoderamiento de la gente.
La comparecencia en la que tildas de “criminal” a un representante de la Banca… La red hirvió. ¿Qué papel han jugado las redes sociales?
Las palabras de criminal se han magnificado mucho desde los medios, pero en las redes miles de personas habían visto la comparecencia entera. Es un medio de comunicación emergente que, de momento, no está controlado por las grandes empresas. Se ve, cada vez más, cómo lo que las redes recogen acaba determinando el contenido de los programas.
La PAH combate las injusticias del día a día. ¿No crees que es necesaria una crítica más global?
No creo en los maximalismos que llevan a la inacción absoluta. Llevo varios años de activismo y he comprobado su ineficacia total. Creo en “hacer a medida que haces”. Los pequeños gestos desencadenan las grandes transformaciones. Si vamos con un discurso maximalista de crítica capitalista, de cero colaboración con nadie que pueda estar manchado, llegaremos a poquísima gente. Hoy necesitamos mecanismos concretos que permitan a los afectados sobrevivir y no quedarse en la calle. Y, en este proceso, se desencadenan procesos colectivos de transformación que generan un efecto de bola de nieve.
Las políticas públicas de vivienda han sido las grandes olvidadas. ¿Por qué?
La cuestión de la vivienda ha sido un auténtico desastre. A finales del franquismo comienza un modelo de cambio en términos sociales y culturales. José Luis Arrese, ministro de Franco, lo plasma en la frase: “queremos un país de propietarios, no de proletarios”. Poco a poco, se avanza hacia una sociedad individualista y conservadora que no sólo se perpetúa en democracia, sino que se radicaliza. En 1998, el PP le da un empujón definitivo a la burbuja inmobiliaria con el “todo urbanizable” de Francisco Álvarez Cascos. Pero es que el PSOE fue el que liberalizó el alquiler, con el ‘decretazo’ de Miguel Boyer. Los dos grandes partidos han hecho que el alquiler no sea una alternativa y nos han llevado a todos al sobreendeudamiento.
Zapatero decía que la economía española estaba en la Champions League …
Exportaciones, milagro español … Era una estafa. En ese momento la burbuja permitía el modelo de ‘todos estamos ganando’. Los que han gobernado no se han atrevido a detener ese aparente modelo de crecimiento de la burbuja inmobiliaria porque temían que la oposición y la ciudadanía se les echara encima. Vivimos en una democracia descafeinada en la que sólo importa ganar las elecciones. La política miope, más pendiente de los réditos electorales que de hacer una sociedad más justa, nos ha llevado directamente al abismo.
Ada Colau gana en Barcelona y le arrebata la alcaldía a Trias (CiU)
BComú gana con 11 concejales, CiU pierde 6 y C's entra con 6
EFE - Jueves, 7 de Mayo de 2015 - Actualizado a las 13:54h
Ada Colau
BARCELONA. La encuesta electoral del CIS augura que la candidatura de BComú liderada por Ada Colau ganaría las elecciones municipales de Barcelona si se hicieran ahora, con 11 concejales en el consitorio, donde no había tenido representación en el mandato que acaba.
CiU perdería la alcaldía y se quedaría en segunda posición con 8 concejales --ahora tiene 14--, y C's sería la tercera fuerza con sus primeros 6 escaños en el Ayuntamiento. Por detrás se sitúan PSC (5 concejales, frente a los 11 actuales), PP y ERC empatarían a 4 --los populares tienen hoy 9 y los republicanos 2--, la CUP entraría en el constistorio con 3, y UPyD seguiría sin estar representada en Barcelona.
ICV-EUiA pasaría de sus 5 escaños actuales a los 11 que alcanza BComú, la candidatura en que se ha incorporado.
La estimación de voto indica que BComú alcanzaría el 25,9% de apoyos, CiU el 18,5%, C's el 13,8%, PSC el 11,6%, ERC el 10,1%, PP el 9,1%, CUP el 7,1%, mientras que UPyD no entraría en el consistorio (0,6%), otros partidos concentrarían el 2% de votos y el 1,4% serían en blanco.
Esta esta la estimación de la macroencuesta del CIS sobre las municipales y autonómicas del 24 de mayo en toda España, y que para Barcelona se basa en 993 entrevistas personales hechas a domicilio del 23 de marzo al 9 de abril entre la población de la ciudad con derecho a voto en las municipales, y con un margen de error del +/-3,2%.
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