Brasileños marchan en apoyo al expresidente Lula da Silva
Los manifestantes mostraron su solidaridad con el líder del gobernante Partido de los Trabajadores en los alrededores de su vivienda ubicada en Sao Paulo
Las calles de Brasil amanecieron este sábado con manifestaciones de simpatizantes del expresidente, Luiz Inácio Lula Da Silva, en contra de su detención e interrogatorio por el caso de corrupción de la estatal petrolera Petrobras, dijo la cadena multiestatal Telesur.
Los que están a favor del Partido de los Trabajadores (PT) y del gobierno de Dilma Rousseff lanzan consignas en contra de la medida de las autoridades, que a juicio de expertos, intenta desprestigiar la imagen del exmandatario, desde que anunció su deseo de volver a la Presidencia.
Vale destacar que Lula da Silva afirmó que se sintió "prisionero", cuando la Policía Federal allanó su casa para llevarlo a una comisaría, donde prestó declaración durante más de tres horas.
Da Silva aseguró estar indignado por la llegada de los agentes y lamentó la actuación del Poder Judicial, en un discurso que pronunció en la sede de la dirección nacional del PT.
El expresidente encabezó anoche un acto público en el centro de Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña, después de ser trasladado ayer por la policía desde su residencia para prestar declaración.
Algunos militantes del PT pasaron la noche en una vigilia frente a la casa de Lula, en el municipio de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo, donde se espera que lleguen más seguidores hoy para expresar su solidaridad al exlíder sindical.
El exjefe de Estado calificó como persecución política y exagerada la acción de la policía. En una declaración a la prensa anunció que comenzaría a movilizarse en las calles, escenario que conoce toda su vida política.
"La única respuesta que puedo dar a la ofensiva es ir a la calle y decir: estoy vivo y soy más honesto que vosotros", afirmó Lula en un mitin ante centenares de simpatizantes, celebrado en la sede del sindicato de empleados de banca en Sao Paulo.
Miguel Angel dijo :
"La única respuesta que puedo dar a la ofensiva es ir a la calle y decir: estoy vivo y soy más honesto que vosotros" Eso es coraje, vergüenza, dignidad, pureza moral, así es como se actúa en estas situaciones, el pueblo lanzado a las calles dispuesto a luchar, con sus dirigentes al frente, con dignidad, porque no hay nada q temer, no hay miedo si no se debe algo inmoral. Para aquellos q opinaron a favor de la posibilidad q Lula da Silva estuviera involucrado en actividades de corrupción, ilegales enriquecimientos, aquí está la respuesta, para taparles la boca como una bofetada, alguien q tiene cuentas pendientes con la justicia no actúa así, teme, se esconde, lucha desde lo oscuro, no se enfrenta a sus difamadores de esta forma. El pueblo lo ama, lo sigue, ya esta historia es antigua, desde q era presidente, después atacaron a Dilma, ahora repiten con Lula cuando habló de la posibilidad de postularse para la presidencia de Brasil, no se encuentra concebido dentro de los planes del imperio y sus acólitos oligarcas neoliberales, como dijo Lula, la lucha continúa, hay q protegerlo, pueden intentar su asesinato. Los oligarcas andan sueltos, es un pandemonio en América Latina. En la unidad revolucionaria está la fuerza para aplastar la pleamar contrarrevolucionaria.
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva está tranquilo y seguro ante su primer encuentro con el juez Sergio Moro este miércoles en la ciudad de Curitiba por el caso de corrupción Lava Jato.
De acuerdo con el senador del Partido de los Trabajadores (PT) Humbeto Costa, el líder brasileño está muy tranquilo, seguro y preparado para prestar su testimonio y además se espera que aborde “las fragilidades y debilidades del proceso” en curso.
El encuentro entre Lula y Moro es el primero entre ambos. Las medidas de seguridad aplicadas en la zona se han reforzado, mientras en la capital del estado de Paraná movimientos sociales junto a alrededor de 50 legisladores participan en un campamento en respaldo de Lula, quien busca demostrar su inocencia.
Entretanto, la sentencia podría ser leída entre 45 y 60 días después.
El exmandatario brasileño acusa al juez de emprender una persecución política en su contra y presentó una denuncia en su contra ante el comité de derechos humanos de las Naciones Unidas.
“No me están juzgando por corrupción, sino por la forma en que goberné este país”, dijo hace días en Río Grande del Sur.
Para Lula, el juicio es un ensañamiento político que busca impedir su candidatura a las elecciones presidenciales de 2018, para las que lidera las encuestas de intención de voto.
Este proceso inició en julio de 2016, luego de que el exsenador Delcidio do Amaral involucrara a Lula en un plan para comprar el silencio del exdirector del área Internacional de Petrobras, Nestor Cerveró.
Lula enfrenta cinco causas judiciales en tribunales de Brasilia y Curitiba, acusado de corrupción, lavado de dinero y tráfico de influencias.
Conmoción en Brasil y pedido de juicio político al presidente de facto, por las revelaciones de un arrepentido
Graban el aval de Temer al pago de coimas
Temer fue grabado por Joesley Batista, uno de los dueños de JBS Friboi –el mayor frigorífico el mundo–, dando su aval a la compra del silencio del ex jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, condenado a más de 15 años de prisión.
Temer (Izq.) fue filmado dando su aval al pago de coimas para silenciar al ex diputado Cunha (Der.).
Una bomba de proporciones inimaginadas le estalló en las manos a Michel Temer y podría hacer implosionar su gobierno. Según divulgó ayer el diario O Globo, el presidente de Brasil fue grabado por Joesley Batista, uno de los dueños de JBS Friboi –el mayor frigorífico el mundo–, dando su aval a la compra del silencio del ex jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien finalmente fue condenado a más de 15 años de prisión por su participación en la trama de corrupción en la petrolera estatal Petrobras. Cunha fue cercano aliado del mandatario y considerado motor y cerebro del juicio político que destituyó a Dilma Rousseff. Delante de Batista, el mandatario señaló al diputado Rodrigo Rocha Loures, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMBD), que lidera Temer, para resolver un asunto del holding J&F Investimentos, controlado por JBS, se desprende de las filtraciones realizadas por O Globo en su página web. Luego, según el diario, el diputado fue filmado recibiendo una valija con 500.000 reales (unos 160.000 dólares) enviados por Batista. No bien se difundió la grabación que involucra a Temer, la oposición exigió la apertura de un juicio político contra el presidente. El diputado Alessandro Molon, del partido Red de Sustentabilidad, anunció el inicio el tramite de apertura para que se lleve a cabo un juicio político, o “impeachment”, contra el jefe de Estado, informaron los medios locales.
La información revelada por O Globo involucra a nuevos delatores en un nuevo megaescándalo de corrupción que socava el sistema político de Brasil: los hermanos Joesley y Wesley Batista, que sirvieron de carnada para Temer y Neves en filmaciones controladas por la fiscalía y la policía federal. En una de las conversaciones, según las filmaciones de marzo pasado en poder de la Fiscalía General de la República citadas por O Globo, Temer es informado por Wesley Batista que le estaba pagando a Cunha y al lobbista Lucio Funaro, presos en la Operación Lava Jato, para que permanezcan callados y no entreguen a nadie.
“Hay que seguir haciendo eso”, dice Temer en la grabación revelada por el sitio online del diario de Rio de Janeiro. Joesley Batista entregó a la Corte Suprema la grabación, en la cual también consta que Temer negoció la entrega de 500 mil reales, unos 150 mil dólares, en concepto de coima para resolver asuntos del gigante JBS con el Estado. El dinero lo recibió el diputado Rodrigo Rocha Lourdes, quien fue filmado, siempre según O Globo.
Los hermanos Batista estuvieron el miércoles pasado declarando todo ante siete abogados en el despacho del juez de la Corte Suprema Edson Fachin, instructor del caso Lava Jato para personas con fuero privilegiado. O Globo informó además que Joesley Batista y su hermano Wesley, dueños de JBS Friboi, una de las mayores exportadores de carne a nivel mundial, intentan cerrar un acuerdo de colaboración con la Justicia, como ya hicieron 77 ex directivos del grupo Odebrecht, implicado en el caso Petrobras.
Temer también fue citado en varios de los testimonios que dieron a la Justicia los ex ejecutivos de Odebrecht, pero la ley impide investigar al jefe de Estado por hechos ocurridos antes de su mandato. También la edición online del diario O Globo publicó que el ex candidato presidencial derrotado en 2014 Aécio Neves, un senador aliado de Temer, le pidió unos 2 millones de reales (600 mil dólares) a los dueños de JBS para pagar su defensa en la Operación Lava Jato, una transacción que se hizo y fue filmada.
Asimismo, O Globo señaló que el dinero fue entregado al primo de Neves en una cena que resultó filmada por la Policía Federal, que rastreó el dinero y descubrió que fue a parar a una empresa del senador Zeze Perrella, de su mismo partido. Joesley Batista relató, según el diario, que el ex ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, también implicado en el caso Petrobras, era su contacto en el Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen los ex presidentes Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva, ambos salpicados por el escándalo. Según Joesley, citado por O Globo, con Mantega se negociaban los sobornos distribuidos a los petistas y a los aliados de sus Gobiernos.
Asimismo, reveló que también había realizado el pago de cinco millones de reales (unos 1,6 millones de dólares) a Eduardo Cunha, después de ingresar en prisión, en concepto de coimas y añadió que todavía le debía 20 millones de reales más (unos 6,5 millones de dólares) por la tramitación de una ley de incentivos fiscales para el sector del pollo.
Lula da Silva inició su caravana de 20 días por el nordeste de Brasil
La gira del reencuentro con el pueblo
“Estoy comenzando un gran viaje para decirles a las personas que el PT siempre estará a su lado”, dijo el ex mandatario brasileño. El popular dirigente recorrerá en micro más de tres mil kilómetros y una veintena de ciudades.
Simpatizantes saludan a Lula en Salvador, Bahía; el ex mandatario lidera los sondeos. Imagen: EFE
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inició ayer una caravana por el empobrecido nordeste del país, su gran bastión histórico. Aunque admitió su deseo de disputar las elecciones, negó que la gira de 20 días tenga fines electorales. “Estoy comenzando un gran viaje para ver las cosas de cerca y escuchar a las personas”, afirmó el ex jefe de Estado en un video divulgado por el Partido de los Trabajadores (PT) a su llegada al aeropuerto de Salvador, la primera ciudad de una gira que realizará en micro.
El ex mandatario, considerado el líder más carismático en la historia de Brasil, descartó que pretenda promover una posible candidatura durante la gira que hará hasta el 5 de septiembre por los nueve estados del nordeste de Brasil, región de la que procede y en donde tiene su mayor popularidad. “No se trata de un viaje para construir una candidatura porque ni sé si seré candidato en 2018”, afirmó el ex líder sindical en una entrevista concedida al principal periódico de Salvador y al rechazar el supuesto clima de precampaña de su viaje.
Desde que comenzó a ser investigado en diferentes procesos por corrupción, que atribuye a una persecución política para impedirle aspirar nuevamente a la Presidencia, Lula insistió en que tiene cada vez más deseos de disputar las elecciones del año que viene. El ex mandatario ya fue condenado a nueve años y medio de prisión en primera instancia en un juicio por corrupción y lavado de dinero y enfrenta otros cuatro procesos similares. Su elección puede garantizarle el fuero privilegiado, con lo que los procesos quedarían paralizados, pero el ex presidente puede quedar inhabilitado y sería impedido de disputar las elecciones en caso de que algún tribunal de segunda instancia confirme la condena que ya le fue impuesta.
“Estoy comenzando un gran viaje para decirles a las personas que el PT siempre estará a su lado”, dijo el ex jefe de Estado en el video publicado por el partido que ayudó a fundar y que lo postuló en cinco oportunidades a la Presidencia. Lula fue cuidadoso con sus declaraciones de los últimos días debido a que puede ser multado o sancionado por las autoridades electorales en caso de que anticipe su posible campaña electoral.
“Estoy haciendo esta gira para reencontrarme con Brasil y conversar con el pueblo, que es lo que hago desde que comencé en la política. Siempre hice política conversando con las personas, mirándolas a los ojos, conociendo la realidad de cada región y buscando soluciones a los problemas de las personas y de las comunidades”, agregó. Pese a insistir en negar el clima electoral, el dirigente socialista recorrerá en micro más de tres mil kilómetros y participará en eventos organizados por el PT en una veintena de ciudades en las que convocó a su militancia.
El PT comparó esta iniciativa llamada “Lula por Brasil” a las “Caravanas de Ciudadanía”, un proyecto similar que Lula desarrolló antes de las campañas para las presidenciales de 1994 y 1998, en las que perdió, pero que le dieron proyección nacional a su imagen política porque visitó 359 ciudades del país. La presencia de Lula en el nordeste contará con un refuerzo de la seguridad ante el temor de posibles protestas de grupos contrarios al ex presidente, quien, pese a aparecer al frente en casi todos los sondeos, también cuenta con altos índices de rechazo. El PT, debilitado por la corrupción y la crisis económica, todavía no definió el nombre de su candidato para 2018 pero sus dirigentes dijeron que consideran a Lula como la mejor opción.
Esta gira de tres semanas con la que recorrerá 28 ciudades es también un retorno a las raíces del ex mandatario, quien nació en Pernambuco, en pleno corazón de esta castigada región. Séptimo hijo de un matrimonio de analfabetos, en estas áridas tierras Lula conoció el hambre antes de que su familia emigrara a la industrial San Pablo cuando él tenía siete años.
El Nordeste es también una de las regiones que más se beneficiaron de las ambiciosas políticas sociales de Lula, que contribuyeron a sacar a millones de brasileños de la pobreza durante sus dos mandatos (2003-2010).
Un legado con el que pretende reencontrase ahora durante una gira que incluirá entre otros, actos en universidades populares creadas por sus gobiernos o una reunión junto a pequeños agricultores para defender políticas sociales que fueron reducidas o dejadas de lado por la administración del conservador Michel Temer, adelantó su asesoría de prensa. “Lula es un candidato que necesita tocar a la gente, abrazar a los niños. La fuerza del contacto físico puede generar imágenes icónicas y fortalecer todavía más su imagen de líder mesiánico”, declaró Paulo Moura, especialista en marketing político.
Con una impresionante tasa de popularidad del 80 por ciento, Lula era prácticamente intocable cuando dejó el poder en el 2010, mientras Brasil volaba imparable impulsado por el boom de las materias primas. Pero hoy, el panorama cambió considerablemente. Con el gigante emergente desplomado, el país lucha para salir de su peor recesión en un siglo cuando se cumple un año de que su sucesora y ahijada política, Dilma Rousseff, fuera destituida acusada de maquillar las cuentas públicas.
Los sondeos siguen situándo a Lula en cabeza en caso de que pueda presentarse y es visto por muchos como la única esperanza del Partido de los Trabajadores para recuperarse del revés histórico sufrido en las elecciones municipales del pasado octubre. “Esta caravana en el nordeste tiene un doble propósito: contestar la condena, dando la imagen de que una persona tan adorada no puede ir a prisión, además de movilizar a las tropas del PT, que precisa de su carisma para sobrevivir”, analizó Moura.
En Brasil, Lula deploró a las elites que sostienen a Temer
La caravana del abrazo
La gira en colectivo y algunos tramos en barco se prolongará por veinte días, en los que visitará nueve provincias de esa región en la que es amplio favorito de cara a los comicios de 2018.
Miles de seguidores rodean a Lula durante una presentación en Salvador, estado de Bahía. Imagen: AFP
Desde Brasilia
No paran de abrazarlo. Luiz Inácio Lula da Silva cumplió ayer su tercer día de gira por el empobrecido nordeste brasileño donde deploró a las “elites” que sostienen al gobierno de Michel Temer. Lo que Brasil necesita es “un gobierno con credibilidad y elegido democráticamente por el pueblo (..) si un día el PT vuelve a gobernar este país vamos a hacer más de lo que ya hicimos”. Lo dijo en Feira de Santana, en el interior del estado de Bahia, con un sombrero de los que llevan los campesinos de esa región donde recibió una bandera de los Sin Tierra. El público coreaba “Lula guerrero del pueblo brasileño” la misma consigna escuchada el jueves Salvador y el viernes en Cruz de las Almas. Allí cargó a upa a Luiz Inácio Magalhaes, que estaba junto a su mamá, la asistente social Tahita Magalhaes, afiliada al PT. Cuando le preguntaron eligió ese nombre para su hijo Tahita respondió “tenía que hacer ese homenaje (..) Lula representa al pueblo nordestino”.
La gira en colectivo y algunos tramos en barco, se prolongará por 20 días, en los que visitará 9 provincias de esa región en la que es amplio favorito de cara a los comicios de 2018 en los que planea ser candidato a un tercer mandato. Más: todas las encuestas publicadas este año lo ubicaron como el político más popular del país con un 30 por ciento promedio de intención de voto en el padrón nacional.
“Estoy haciendo esta gira para reencontrarme con Brasil y conversar con el pueblo, que es lo que hago desde que comencé en la política”.
En esta caravana Lula retomó una tradición iniciada en los años 90 cuando recorrió todo el país y repitió parcialmente en 2005 para repeler la guerra informativa declarada por el grupo Globo tras el escándalo del “Mensalao” por el cual renunciaron varios ministros y cayó la dirección del PT. Advertido de que sería imposible revertir los ataques televisivos, radiales y gráficos de Globo, optó por hablar ante el público en centenas de actos –llegó a realizar hasta tres en un día– una estrategia que le permitió la proeza comunicacional de vencer al multimedios y, seguidamente, ser reelecto en 2006.
Ahora, con 72 años, fuera del gobierno y bajo un régimen de facto decidido a proscribirlo, Lula se embarca en otra marcha porque “no podemos bajar la cabeza, hay que luchar”. Corre con ventaja dado que su liderazgo galvaniza a todo el campo democrático popular, y crece entre los ciudadanos que sufren las penurias del ajuste de Temer que ya dejó poco menos de 14 millones de desocupados y 8 de subocupados.
Mientras el líder petista está en campaña 14 meses antes de las elecciones entre sus adversarios ninguno se consolidó, aunque muchos aspiran a ser el referente “anti-Lula”. El empresario Joao Doria, que se jacta de su antilulismo intentó, hacer un circuito paralelo por el nordeste a donde viajó en su avión particular. No tuvo suerte. Hace dos semanas fue recibido a huevazos en Salvador y el viernes en Recife, capital del estado nordestino de Pernambuco, se limitó a discursear para empresarios en un hotel a salvo de “esa gente manipulada por la izquierda”, dijo Doria con su macartismo de mercado que le rindió buenos dividendos el año pasado al ser electo intendente de San Pablo destronando al petista Fernando Haddad, tenido como un posible eventual candidato en las presidenciales de 2018 si Lula quedara fuera del pleito por una condena en segunda instancia en la causa Lava Jato, conducida por otro el juez Sergio Moro.
Pero Doria sabe de su fortaleza en San Pablo, el mayor colegio electoral brasileño. El empresario de corbatas caras es especialmente entre las clases medias blancas, y si finalmente se consolida como candidato tendrá el aval del espectro financiero, mediático y político que luego de bendecir la deposición de Dilma Rousseff ahora trabaja para impedir un tercer mandato de Lula, a través de toda índole de mecanismos propios de un régimen anómalo.
Lula admitió que el “golpe” será realmente victorioso cuando él quede fuera de carrera , para lo cual todas las armas son válidas, como lo prueba su antagonista mayor el juez Moro, que combina medidas judiciales, a veces al margen de la ley, y apariciones públicas casi proselitistas.
En julio firmó una sentencia de 9 años y medio de prisión sin pruebas contra Lula y la semana pasada ofreció una conferencia en la que habló como candidato presidencial, aunque ni él sepa si lo será. La presentación fue organizada por una empresa periodística ligada al intendente paulista Joao Doria. El siempre noticiado fin del lulismo, desmentido por la realidad pese a que la popularidad de Lula está lejos de ser la de 2010, refleja no sólo la intención de impedirle ser candidato en 2018, sino de establecer un nuevo sistema de valores políticos . ¿Cómo? Aboliendo la simbología encarnada por Lula que hoy realizaba su cuarto día de gira en colectivo por el nordeste .
La mercadotecnia del régimen asigna roles a cada uno de sus referentes.
A Moro le corresponde el papel de justiciero guiado por un fin superior: acabar con el “lulopetismo”. Joao Doria representa al empresario exitoso fóbico de la política y el militar retirado Jair Bolsonaro apunta al mercado de electores con tentaciones fascistas. Bolsonaro, el único que reivindica a la dictadura y a Donald Trump sin sonrojarse, es el diputado más votado de Río de Janeiro y el dirigente conservador mejor posicionado con entre 15 y 17 puntos.
En ese escenario implantado tras la caída de Rousseff cada día ganan más protagonismo los militares y la policía empleados para garantizar un orden postdemocrático que ,como dice el senador y ex sindicalista Paulo Paím, atiza la “lucha de clases” mediante la eliminación de los derechos laborales y el congelamiento del gasto público.
“El papel de las Fuerzas Armadas no es solamente coercitivo, porque cuando más se militariza de la seguridad también hay una componente de propaganda” observó el jefe del bloque de diputados del PT, Carlos Zarattini. “Temer mandó casi 10 mil integrantes de las fuerzas armadas a Río de Janeiro (en julio) pensando en términos políticos, pensando en la propaganda directa que es tener a los militares desfilando todos los días en las favelas o en Copacabana”, indicó Zarattini en entrevista con PáginaI12.
Además el legislador petista señaló la operación de pinzas, con la complicidad de congresistas y miembros de la Corte, para implantar el parlamentarismo en lugar del actual presidencialismo como forma de esterilizar una eventual victoria de Lula. Se trata de sucesivos “golpes dentro del golpe”. Pero descartó la hipótesis de un golpe clásico encabezado por los militares donde “por el momento vemos que prevalecen los grupos institucionalistas del comandante del Ejército general Villas Boas. Esto es así en este momento, no sabemos más adelante”.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Foto: EFE.
Desde la fundación del Partido de los Trabajadores en Brasil (PT), Lula da Silva inauguró una modalidad típica de circular por el país: hacer caravanas, llegar a lugares nunca mencionados en los medios, hablar con gente cuya voz no es escuchada. Fue así como Lula sorprendió en las campañas electorales, cuando tenía muy poco tiempo para hablar en los medios.
Ahora Lula retoma las caravanas. Empieza por el Nordeste de Brasil, de donde salió, chico todavía, con su madre y los hermanos, huyendo de la sequía. Hace un viaje de 20 días, por 28 ciudades de las nueve provincias de la región, en autobus. Empieza por Bahía, pasa por el interior de la provincia y por Salvador, la ciudad más lulista del país, la más negra también.
Cruza el río San Francisco en barco, pasa por las provincias de Sergipe, Alagoas, Pernambuco, Paraiba, Rio Grande do Norte, Ceará, Piaui y termina esa primera caravana en Maranhão. Visita a ciudades muy conocidas como Salvador, Recife, Fortaleza, así como otras poco conocidas incluso en Brasil, como Cruz das Almas. Estancia, Lagarto, Nossa Senhora da Gloria, Penedo, Arapiraca, entre tantas otras. De las 9 provincias de la región,
Apenas un gobernador no apoya a Lula, todos los otros lo recibirán en sus provincias. En varias ciudades habrá ceremonias de adhesión colectiva de líderes sindicales, estudiantiles, de mujeres, de negros, de jóvenes, al PT.
Es la región que más se ha trasformado a lo largo de los gobiernos del PT, porque siempre fue la más pobre, las más excluida. No por casualidad es aquella región que antes era el feudo controlado por la derecha y se ha vuelto la región donde Lula y Dilma tienen el más alto nivel de votación. En la elección presidencial de 2014, la derecha ha ganado con gran ventaja en el centro sur del país, pero Dilma ha tenido siempre más del 70% en todas las provincias del nordeste brasileño, lo cual le permitió salir victoriosa.
Lula empieza el viaje en el momento en que una nueva encuesta confirma su favoritismo para los comicios presidenciales del 2018, siempre en alza,así como que el único adversario que tiene hoy es Bolsonaro, candidato de la extrema derecha. La misma Marina Silva, que mantenía cierto nivel de apoyo, ahora baja al 3%. Su supuesta “tercera vía” se ha desgastado con el apoyo a Aécio Neves en la segunda vuelta del 2014, así como con su respaldo al golpe contra Dilma.
La caravana sale como forma de empezar una precampaña presidencial, anticipando la campaña del 2018, como forma de pelear por la garantía de que las elecciones se van a dar y que Lula podrá ser candidato. En este momento Lula está condenado en primera instancia –aun sin ninguna prueba en su contra–, aguardando juicio en segunda instancia, que podrá confirmar o no esa sentencia. Un juicio que a lo mejor se dé recién en julio o agosto del 2019. Lula se aprovecha de ese tiempo para consolidar el apoyo popular e implantar el clima de campaña electoral, de forma que se vuelva insostenible que un líder con el apoyo que él tiene sea impedido de ser candidato. Aun si fuera condenado en segunda instancia, Lula tiene la posibilidad de presentar un recurso al Supremo Tribunal Federal.
Son dos carreras paralelas: la de los procesos -son 6 en total en contra de Lula- y la de las caravanas. Una semana después de que termine esta primera, Lula se presentará de nuevo a declarar en Curitiba, el día 13 de septiembre.
Esta es la primera de una serie de caravanas que Lula tiene planeada por todo Brasil. El sábado pasado, en el cierre del Congreso de la CUT (Central Unica de Trabajadores) de Río de Janeiro, en la cuadra de la Escuela de Samba Imperio Serrano, Lula se comprometió a hacer una caravana por la Bajada Fluminense, la periferia más popular de Río, así como ya había mencionado que hará otra caravana por las provincias del centro sur de Brasil.
Después de haber ido con Lula a la inauguración de la transposición del río San Francisco, en la región más árida del nordeste de Brasil, en Paraiba, tengo de nuevo el privilegio de volver al nordeste y participar de esta caravana. Será políticamente decisiva la caravana, pero a la vez, emocionante, por la identificación popular con Lula.
El viaje es parte del proyecto del PT de discusión y elaboración de un programa de reconstrucción nacional del país, después de los efectos económicos, sociales y políticos brutales de las acciones del gobierno de Temer. El día 6 de septiembre, cuando Lula retorne de ese viaje, el país ya no será el mismo, bajo el impacto de la caravana.
Los medios ya se ponen muy nerviosos, la comparan con la larga marcha de Mao o con la guerrilla de Fidel, aunque sea de característica totalmente distinta. Lula juega su fuerza distintiva, para fortalecer aún más su imagen y confrontar a los que les gustaría verlo fuera de la vida política y de la memoria de los brasileños.
Los medios brasileños hacen como si nada importante estuviera ocurriendo en el nordeste de Brasil. Habría solamente un viaje de Lula, que a veces es informado en medio de alguna chicana política. No reproducen ninguna foto de Lula rodeado por un mar de pueblo. Es como si el pueblo no existiera o fuera apenas una invención de Lula. Además de ser excluido del presupuesto, el pueblo brasileño es excluido de los medios. A falta de poder explicar por qué, a pesar de las incesantes acusaciones a Lula, su popularidad solo aumenta, prefieren ocultar el fenómeno mas importante del año en Brasil.
La incomodidad que la primera caravana de Lula provoca es tal que la derecha prefiere tratar de esconderla. “De lo que no se puede hablar, es mejor callar”, decía Wittgenstein. Es lo que hacen la derecha brasileña y los que, ubicados en el campo popular, no logran explicar el fenómeno Lula, e intentan obviarlo, como si tal cosa fuera posible.
Sin embargo, es imposible entender a Brasil sin entender el PT, sin entender a Lula. Por lo que han significado y por la forma en que marcaron a todo el campo político y a la memoria de pueblo. Un parlamentario del PSDB, en una crisis de sinceridad, alcanzó a decir que habría que matar a Lula. Lo que no se puede entender, mejor intentar su eliminación mágica.
La caravana de Lula, sin embargo, hace aflorar a la superficie el Brasil real escondido por los medios. Si alguien tenía dudas de las relaciones de Lula con el pueblo brasileño, puede ver en las escenas emocionantes de la caravana, imágenes explicitas y masivas de un amor plenamente correspondido entre Lula y el pueblo brasileño. Y no se trata solamente de escenas románticas, porque ellas tienen su raíz en las profundas trasformaciones de la vida de millones de personas, que quieren agradecer a Lula por ello, protegerlo de sus enemigos y mostrar toda su disposición de apoyarlo para que él vuelva a ser presidente de Brasil y dar continuidad a las transformaciones que tanto bien le han hecho a su vida.
Por otra parte, quien intente analizar al PT separado de Lula, como si ello fuera posible, se quedará con una visión reductiva, internista, organizativa, y no política del partido. El PT es el partido de Lula, es el partido que ha protagonizado, liderado por Lula, los más importantes procesos de trasformación económica, social, política e ideológica de Brasil. Desde ese punto de vista el PT y Lula son indisociables, con sus particularidades, sus avances y sus tropiezos.
El hecho de que Lula sea el gran líder político nacional hace que él obligadamente trascienda al PT, que él sea más grande que el partido. Pero ello ocurre con todos los grandes líderes populares. Ellos nacen dentro de un partido, se asocian estrechamente a ese partido, pero se proyectan como líderes nacionales.
No es posible entender al PT sin Lula, como no es posible entender a Lula sin el PT. Ellos están tan imbricados, que uno solo existe con el otro, en el marco de sus particularidades.
La ofensiva de la derecha ha afectado a ambos, a Lula y a PT. Ahora, cuando Lula se lanza a caravanas por todo Brasil, el PT como que se revigoriza, cobra nuevas fuerzas, al ritmo de los percusionistas que acompañan a Lula, retoma vínculos estrechos con las bases populares que han llevado el PT a las cuatro victorias en las elecciones populares. (Solamente en la provincia de Bahía, durante el paso de Lula, hubo 5 mil afiliaciones al PT.)
En el Nordeste, la masa lulista, beneficiaria de las políticas de los gobiernos del PT, se reconocen en Lula y lo proyectan como su gran esperanza de un futuro mejor. Una masa que, a la vez, en la mayor parte de las provincias de la región ha elegido y reelegido a gobernadores de izquierda y a bancadas parlamentarias progresistas.
El PT tiene ahora la posibilidad de se rejuvenecer, de ganar para sus filas a amplios sectores de la masa que se movilizan al compás de los viajes de Lula. Con su discurso Lula es el gran director de orquesta. Un discurso que ataca duramente el desmonte de lo mejor Brasil ha construido a lo largo e este siglo que, a la vez, se compara con las conquistas de que todos han sido beneficiarios en los gobiernos del PT. Que paralelamente apunta hacia los caminos de la retomada del crecimiento, de la distribución de la renta y de la inclusión social.
Porque Lula representa la esperanza concreta de que ese camino puede ser retomado. Lula no está luchando por su candidatura, Lula no está luchando por su inocencia frente a acusaciones sin fundamento. Lula está luchando por rescatar la democracia. El rescate que pasa por su derecho a ser candidato de nuevo a la presidencia de Brasil y a desenmascarar las acusaciones que le son dirigidas sin ninguna prueba.
El PT tiene una nueva oportunidad de reconstruirse como partido, después de haber sufrido los más duros y continuados ataques que a partido en la historia política de Brasil. Puede recomponer y renovar sus filas, con el ingreso de nuevas generaciones de militantes, de mujeres, de jóvenes, de negros, de trabajadores de los mas distintos sectores de la muy diferenciada sociedad brasileña.
Ya al inicio de la caravana por el nordeste brasileño, que yo tengo la oportunidad de seguir, es posible darse cuenta del vigor renovado que el PT revela, con la movilización y la reincorporación de militantes que habían tomado distancia del partido, sea también por el ingreso de simpatizantes para dentro de sus filas, sea por la adhesión de los que se dan cuenta de que se trata de la única alternativa política real para superar la gigantesca crisis en que el gobierno golpista lanza a Brasil. Se dan cuenta de que el PT es el partido de Lula, es el partido que representa los intereses de las grandes masas populares de Brasil.
Los cambios en la dirección del PT, con la elección de la joven senadora Gleisi Hoffmann para su presidencia, es la otra cara de esa renovación. Ella se ha proyectado, rápidamente, como una gran líder política nacional, sumando a su firme actuación en el Parlamento a su actuación dinámica como dirigente partidaria, que encarna, junto a Lula, la nueva fase del PT, con diálogo estrecho con todos los movimientos del campo popular y con toda la militancia del partido.
La caravana a su vez funciona como un proceso de movilización popular y de construcción de la nueva plataforma de la izquierda. En lugar de seminarios cerrados entre cuatro paredes, Lula desarrolla un amplio proceso de discusión y de elaboración democrática, con participación directa de las más amplias capas de la población. En sus intervenciones, Lula retoma, cien años después, el “pan, paz y tierra”, para proponer que hoy día en Brasil el slogan sea: “trabajo, educación y casa propia para todos”.
El PT recobra su vigor al compás de las caravanas de Lula. Así que cuando se termine esta, otras están programadas. Acusando los efectos espectaculares de esta primera, los medios intentan desconocerla, para no tener que publicar las formidables fotos del mar de gente que se acerca a Lula desde todas partes. El Poder Judicial, mientras desarrolla su implacable persecución a Lula, aun sin ninguna prueba en contra de él, basado solamente en “indicios”, que no logra comprobar, acelera la condena de Lula batiendo records de rapidez en el primer proceso su en contra, dándose cuenta de que la popularidad del ex presidente solo aumenta, conforme pasa el tiempo.
Brasil ya no será el mismo después de esta primera caravana y el propio PT tampoco será el mismo. La dinámica de las caravanas no se detendrá, teniendo a Lula como su líder y buscando que el PT se constituya como la gran orquesta, para que el pueblo brasileño pueda reencontrarse consigo mismo y volver a danzar de alegría al sonido que solo se puede escuchar en democracia.
A un año del inicio de su gobierno de facto en Brasil, el mandatario sólo busca sobrevivir
Nuevas pruebas que involucran a Temer
El empresario Batista anunció que tiene 42 horas de grabaciones con diversos miembros de la organización delictiva y que se apresta a entregar a la Justicia más detalles sobre el acuerdo mafioso del que es parte el mandatario brasileño.
Temer gerencia el gobierno sólo para mantenerse en el cargo. Imagen: AFP
Desde Brasilia
Demolición democrática. Transcurrido un año desde la caída de Dilma Rousseff, su sucesor Michel Temer gerencia el gobierno con el único propósito de mantenerse en el cargo, y así preservar el foro privilegiado que impide su procesamiento ante una avalancha de evidencias sobre su participación en una organización delictiva que, al parecer, sigue funcionando. Igual que este golpe continuado.
Ayer el delincuente confeso y arrepentido, Joesley Batista brindó más pormenores de su relación con el gobernante en ejercicio. Propietario del frigorífico JBS, mayor exportador de carnes del mundo, Batista grabó a Temer este año durante una reunión en la que aparentemente se pactó el pago de sobornos a políticos aliados y el apriete de jueces inoportunos. El audio tomó estado público el 17 de mayo y a partir de entonces el gobierno de facto sobrevive con un pulmotor financiado con dinero público.
Ahora el empresario anunció que tiene otras 42 horas de grabaciones con diversos miembros de la organización delictiva y que se apresta a entregar a la justicia más detalles sobre el acuerdo mafioso del que son parte el mandatario y, probablemente , varios miembros del oficialista Partido Movimiento Democrático Brasileño. Cada vez que Batista abre la boca el Palacio del Planalto tiembla.
También se sacudió la delegación gubernamental que acompaña a Temer en una visita oficial a China, ya que según versiones el mandatario podría anticipar su retorno a Brasil para apagar este incendio en ciernes. “Ese Temer ceremonioso que se ve en la televisión es falso, el verdadero Temer es el que yo grabé , el que pide dinero de forma directa, sin ceremonias” declaró el magnate de la carne autor confeso de más de 1.800 sobornos a políticos.
Si el gobierno de excepción no cayó fue gracias a la consolidación de los arreglos entre el Poder Ejecutivo y cientos de diputados que hace un mes impidieron la apertura de un juicio impulsado por la Procuraduría General de la República. Los 263 congresistas que rechazaron la apertura de un proceso recibieron directa e indirectamente miles de millones de dólares en la forma de partidas de dinero federal y eximición de impuestos para grupos económicos. Fueron conchavos a cielo abierto. Ministros pactando a cara descubierta en los pasillos del Legislativo. La lógica empleada para costear la impunidad del ocupante del Planalto ya había sido aplicada para financiar la mayoría especial de diputados y senadores que reformó la Constitución para congelar por 20 años el gasto público. Estas evidencias describen el modo como se ha gestionado la cosa pública desde el 31 de agosto del año pasado cuando el Senado destituyó a Rousseff por haber incrementado las partidas para financiar a los pequeños productores rurales sin tener permiso parlamentario.
Temer intentó demostrar calma cuando un periodista le preguntó en Pekín sobre las nuevas revelaciones de su antiguo socio Batista y la posibilidad de que la Procuraduría ofrezca una nueva denuncia, ahora por “asociación ilícita”. Es probable que la semana próxima el procurador Rodrigo Janot vuelva a denunciarlo con nuevas evidencias y la delación de otro arrepentido, el cambista Lucio Funaro quien durante años estuvo a cargo de llevar las maletas de dinero sucio del PMDB. De acuerdo con los primeros trascendidos las confesiones de Funaro no serían tan explosivas como la del empresario Batista, pero la suma de ambas podría tener un efecto corrosivo devastador sobre un jefe de gobierno a quien sólo respalda el 3 por ciento de los brasileños.
El desprestigio de Temer y las escenas de pornografía política no preocupan al mercado. La Bolsa de Valores de San Pablo cerró sus operaciones del viernes a los 71.923 puntos , la más alta desde 2010. La semana pasada hubo otra ronda de negocios apoteótica cuando se anunció la decisión de privatizar la gigante de la energía Eletrobras. Los banqueros ratificaron su voto en administración que ha demolido lo que restaba de democracia del mismo modo que las acciones se cayeron en picada cuando Dilma fue reelecta 2014. El jueves, al cumplirse un año de su destitución, Rousseff deploró la irresponsabilidad de la “elite económica” por haber apoyado el régimen de excepción.