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| De: JoKeR-MaN (Mensaje original) |
Enviado: 08/10/2014 02:34 |
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* El final parece más que inminente, pues los esfuerzos del Dios Guerrero resultan inútiles ante una fuerza que explota para ponerlo en serio peligro, uno que no tarda en llegar y que al impactar logra terminar con la vida del nórdico, quien se pierde bajo la luz poco antes de que su cuerpo pueda ser visible boca arriba, justo sobre el suelo que juró proteger...*
Miime de Benetnasch Eta »»
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Ganador: Krishna de Crisaor
Los felicito por la fluidez del combate aunque, en mi opinión, sentí a ambos guerreros con poca química entre ellos y los turnos ligeramente oxidados. Siento que el combate pudo haber dado para más.
Mime - Admiro mucho tu forma de rollear y tu facilidad de escritura. Tu interpretación del frío y atormentado Mime fue excelsa. Crweo que tu derrota se debió, en parte, a tu poca elevación cósmica y a que no explotaste al máximo el arpa de Mime.Por otro lado, el recurso literario de las enseñanzas de Folken fue algo que te dio buenos puntos.
Krishna - Creo que pudiste sacarle más provecho a tu lanza, un arma verdaderamente peligrosa. Aún así, supiste aplicar los mantras y técnicas de meditación de una manera correcta y te hiciste de la víctoria. Felicidades.
Resultados:
Desgaste cósmico: 50%
Daño físico: 15%
Daño a armadura: 25%
Krishna es ahora el poseedor del Zafiro Odín - Eta. Puedes contionuar tu roll e ir en busca de nuevos Zafíros Odín.
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*Tras su veloz andar entre los tortuosos senderos de Asgard, el tigre vikingo divisa una ciudadela abandonada y carcomida por el tiempo. Las columnas de piedra y aquellos muros a medio caer son la sombra de una próspera ciudad que, siglos atrás, había circundado el castillo de Valhala; sin embargo los azotes del tiempo y el hielo habían reducido a escombros aquel lugar. Moviéndose como una agilidad felina, Syd sabe que la batalla en aquel lugar ha terminado y que el resultado puede no ser a su favor. Adentrándose con velocidad en aquellas ruinas, el vikingo encuentra frente a sí a un hombre cuya piel oscura es aún más rara que el sol en aquellos lares, vistiendo una armadura extranjera. Lo siguiente que llama su atención es un cuerpo sin vida tumbado en el suelo, aún protegido por uno de los ropajes sagrados de Asgard sin embargo este ya ha sido despojado de su zafiro. -¡Maldito!- son las primeras palabras que exclama el héroe vikingo al saber algo que su corazón ya temía: la muerte de Mime. Su ceño su frunce y sus ojos se clavan como dagas sobre el enemigo. -Tu eres uno de los invasores que osan atacar nuestra tierra sagrada. ¡No perdonaré tus acciones en contra de mi pueblo!-. Su semblante es como el de una fiera bestia tentada a clavar sus colmillos en los intrusos. Un aura blanca y gélida comienza a rodear su cuerpo primero de forma tenue pero, con cada segundo que pasa, adquiere un fulgor y fuerza propia de los guerreros del extremo del mundo. Sus garras están afiladas, y el tigre vikingo está listo para tomar la vida de otro General Marino.*
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** Después de recoger la lanza que se encuentra tirada a un costado del cuerpo de aquel oponente, se yergue tan alto como es, sus ojos avellanados observan la triste escena, "quizás tu interior estaba en mal estado, por eso es que no pudiste vencerme" indica para si, cuelga la lanza a su espalda y se encuentra listo para proseguir, en su cinto coloca la gema recolectada, guareciendola ahora, por su mente tranquila pasan las escenas de sus congéneres y la pregunta nace sincera y espontanea -- Cuantos guerreros han caído ya?? -- piensa para si mismo, para dar la vuelta, su cosmo se apaga suavemente dando un breve descanso a su cuerpo, posteriormente camina un poco admirando las hermosas aristas perdidas por la nieve, "en su momento esta fue una hermosa ciudad" piensa para si mismo, para después observar el valle del valhalla, en su rostro no se observa ninguna expresión, todo es paz y tranquilidad, ni siquiera el indómito clima que lo rodea, le hace exclamar alguna queja, estaba por retirarse cuando escucha aquella pertinaz voz, se gira sobre sus talones y todo lo contrario a aquel guerrero que despide directamente un aura de emociones iracundas, el moreno le observa con una calma tal que pareciera estar en cualquier lugar de meditación menos el centro de una batalla -- Así que otro Dios Guerrero, hace su aparición, bienvenido -- susurra con una voz atona, sin sentido ni emoción, -- Mi nombre es Krishna de la escama de Krysaor, lamento la perdida de tu compañero, lastimosamente no puedo darle los honores que deben de ofrecersele a tan digno rival -- indica haciendo una ligera reverencia ante el recién llegado, en efecto el corazón tranquilo del joven marino no esta lleno de vanagloria, si no de respeto por sus oponentes, todo aquel lugar esta lleno de una sincronia con el sujeto, que pareciera que habia estado ahi por siempre, la figura del guerrero de poseidon se mueve con una naturalidad sobresaliente, luego entonces observa a su nuevo oponente -- Realmente no deseo regar mas sangre en esta mision que mi dios ha mandado, pero si no tengo mas remedio que luchar que así sea -- indica, descargando nuevamente su lanza dorada, la cual en la punta lleva aun el mancho rojo carmesi de la sangre de mime de benetach **
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*El helado cosmos del tigre continúa su ascenso de forma exponencial, alimentado por su orgullo vikingo herido ante las planas palabras de Krishna. Con su capa de vista blanca y roja agitándose como consecuencia de la elevación cósmica que invoca, Syd clava sus ojos como dagas sobre el inexpresivo rostro del siervo del señor de los mares mientras menta con molestia en su voz metálica -Si no deseabas derramar sangre, jamás hubieras servido a un amo mezquino como Poseidón. Su invasión a nuestras tierras es una ofensa imperdonable hacia Odín, y ahora la sangre que se derramará será la tuya, Krishna de Crysaor-. Con una velocidad inalcanzable para el ojo humano, el Dios Guerrero de Mizar emprende una veloz y zigzagueante carrera en dirección del portador de la escama sagrada. Su velocidad es tal que solo parece un manchón oscuro avanzando con veloces movimientos de izquierda a derecha, con la intención de confundir al enemigo y evitar que su ataque sea bloqueado. Cuando se encuentra ya a una corta distancia del hijo de Posedidón, el tigre vikingo suelta un poderoso zarpazo con su diestra en dirección de la garganta descubierta de su enemigo. Las blancas garras de Syd son tan afiladas como el acero y sus movimientos son extremadamente veloces; aquella ofensiva busca desgarrar el punto descubierto del enemigo. Acto seguido, y en menos de un parpadeo, la otra mano abierta del guerrero de Asgard suelta otro manotazo en dirección del rostro oscuro de Crysaor, buscando cortar con sus zarpas el rostro y herir, especialmente, los ojos del hindú. La lanza a espaldas del moreno no ha pasado desapercibida para los atentos ojos de Zeta, y es precisamente por eso que ataca así: Aquella es un arma que necesita espacio, y si el tigre no se lo otorga esta será inútil para alguien que no puede siquiera descolgarla de su espalda.*
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** Los ojos de aquel moreno ser, observan con denuedo toda aquella actividad de su oponente, el despliegue de su poderoso cosmos helado, y la presencia de aquel carácter indómito de los orgullosos vikingos, sin embargo, aquel sujeto no pierde en absoluto la pasmosa calma que posee; -- Sea entonces como deseas -- susurra al tiempo que su pie se desliza hacia atrás, al tiempo que percibe y observa el desarrollo en vía de su humanidad sobre el ataque certero de las garras de aquel guerrero con un frenesí asesino que puede ventearlo en todo el lugar ... -- hmmm -- mentaliza el sujeto, la lanza en especial, es un arma que se usa en un área de uso amplio, sin embargo para aquel, que maneja aquella arma como una parte esencial de su cuerpo, sabe que puede manejarla en cualquier sentido, amplio o de espectro corto, justo cuando las garras del oponente cruzan la escasa distancia entre ambos guerreros, la espalda del moreno se arquea describiendo unos treinta grados hacia atrás de manera que apenas es suficiente para evitar aquellas poderosas garras, y mientras aquel movimiento de espalda se sucede, la mano diestra vuela sobre su espalda baja, donde la lanza se encuentra adherida a su armadura y muñequeando solamente, sabiendo que la parte baja de su oponente a quedado descubierta, tomando la lanza por el centro, esta describe un semicirculo buscando herir a su oponente sobre la cintura, ya que debido a su filo y a la habilidad misma de la lanza es casi imposible evitar su corte -- No deberias de acercarte tan confiado, si no conoces las habilidades de tu oponente -- le susurra **
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| Chicos por favor, darle mas celeridad al asunto!!
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*Cuando su zarpazo ha fallado y la lanza del cazador se acerca a su vientre a una velocidad considerable, Syd puede solamente echar para atrás el costado izquierdo de su cuerpo y dejar que el filo del arma enemiga pase a una mínima distancia suya, para después dar un par de saltos hacia atrás y ganar nuevamente distancia contra Krishna. Cuando el orgulloso vikingo pasa sus dedos sobre el vientre de su ropaje sagrado se encuentra con una zanja en el frío metal cruzando a la altura de su ombligo, causado por el corte lateral de la lanza que, a pesar de no haber llegado a su piel, logro dejar su marca en la armadura de Zeta. °°¿Pero qué?°° se cuestiona Syd mientras una gota de sudor frío recorre su mejilla y sus ojos contemplan el corte °°Estoy seguro de que su lanza no logró alcanzarme… ¿Cómo es que dejó este corte en mi ropaje? Tengo que tener más cuidado.°° y al concluir, regresa sus ojos apiñonados sobre el enemigo. Sus garras nuevamente toman guardia y su cuerpo vuelve a emanar aquella luz blanca y fría, propia de los guerreros del Norte del mundo. El tigre vikingo se ha salvado de la estocada de Crisaor pero la suerte no le sonreirá dos veces; si el divino de Zeta quiere ganar tendrá que ser más prudente en su batalla.*
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** los ojos de aquel moreno visitante observan con total tranquilidad a su oponente, en su rostro se observa la falta de emociones que choca directamente con el asedio de su oponente que demuestra una hostilidad perenne, la lanza es colocada en ristre a su flanco izquierdo, la milenaria escama de crisaor se eleva con una total presencia, confiado directamente en la fuerza de su guerrero, -- sospecho que esta batalla no sera muy diferente a la anterior -- susurra para si mismo, sin dejar de observarle, poco a poco su cosmo energía comienza a dejarse sentir por todo aquel lugar, sin embargo aquella es tan enigmática, tranquila, como si no estuviera en medio de alguna batalla, una fuerte senacion lo que hace mella en el ambiente, y la lanza se alumbra suavemente -- Y bueno supongo que no me daras tu zafiro por las buenas -- susurra nuevamente comenzando a caminar hacia el despacio sin prisas, efimero **
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*Cada músculo en el cuerpo de Syd se tensa y su mirada, amenazante como la de una bestia salvaje, se clava en los ojos del señor del Mar Índico sin perder detalle de sus movimientos. El cuerpo del divino de Zeta emana un aura blanca que ilumina su humanidad como si de una antorcha se tratase, haciendo descender la temperatura a cada segundo. Una capa de escarcha comienza a hacerse presente en todo el campo de batalla y el gélido soplido del norte que ruge entre las montañas azota con más violencia el lugar. Las garras de Syd, afiladas como espadas, crecen en la punta de sus dedos hasta tener el largo parecido al de una daga. La cosmo energía de Zeta está alcanzando su clímax y el tigre está listo para enfrentar al cazador.*
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** Los ojos del peliblanco observan sin perder un solo detalle, -- Interesante eso que tienes ahí -- susurra mientras su cosmos energía comienza a emanar nuevamente, fluidamente, mimetizándose con su entorno, generando pequeños remolinos de energía eólica, como si un pedazo de brisa marina le acompañara, -- Comencemos entonces -- La lanza es puesta a su lado, sabiendo del arte de la guerra a corta y larga distancia, esta se acomoda y con una velocidad inusual en los seres humanos, salta, buscando dar una estocada a aquel fiel guerrero nórdico, tratando de empalarlo, aprovechando la extraña habilidad de su lanza, la cual nunca falla el objetivo **
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*El cosmos del Dios Guerrero colisiona con la energía del Marino, creando descargas estáticas esporádicas sobre el aire y un espectáculo de luces impresionante incluso para el norte del mundo. El Tigre no pierde detalle de los veloces movimientos del hindú, pues a pesar de que este podría parecer demasiado rápido para el ojo común, el Divino de Zeta está entrenado para luchar al mismo ritmo que la luz. Mientras su enemigo se abalanza con un salto en su contra, Syd libera la fuerza de sus piernas en la forma de un salto hacia su costado izquierdo y esquivando la mortal estocada de Krishna que ni siquiera su ropaje sagrado hubiese podido frenar. El vikingo ha aprendido que aquella arma es imposible de confrontar y por eso busca evadirle con suficiente tiempo, distancia y velocidad. Tras un elegante giro en el aire, Syd aterriza sobre una de las viejas columnas de roca carcomida por el tiempo, aún emanando aquel blanquecino cosmos que, segundo a segundo, hace disminuir la temperatura del lugar. Sin perder ni un instante, el tigre vikingo abre el compás de sus piernas y extiende sus brazos en el aire mientras toda su cosmoenergía parece arremolinarse a su alrededor con violencia -¡Muere invasor! ¡Siente la furia del océano ártico!- exclama mientras, frente a su Zafiro Odín, un átomo de luz azulada se forma y comienza a expandirse con velocidad. A espaldas del nórdico la imagen fantasmal de un grupo de icebergs gigantescos se forma haciendo sentir su gélida fuerza por todo el lugar y descendiendo aún más la temperatura del campo de batalla. -¡BLUE IMPULSE!- exclama el orgulloso pagano mientras el átomo frente a él sale disparado a una velocidad parecida a la de la luz en contra de Cryssaor y la holográfica imagen de los témpanos tras él chocan entre í y se quiebran con un rugido ensordecedor. Aquel ken posee la fuerza del salvaje océano ártico, y todo aquel poder está a punto de volcarse sobre el enemigo del Norte.*
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** Una diáfana aunque siniestra sonrisa aparece en el rostro de aquel argento moreno, la estocada es evitada con prudencia y lejanía, el guerrero susurra mentalmente -- Has aprendido -- inquiere sin pronunciar, mas en cuanto toca tierra sus piernas se flexionan con suavidad y muelleo, dando así un suave aterrizaje, y preparándolo para lo que seguramente debe de esperar que es el contraataque de aquel guerrero nórdico, los vientos juegan con su cabellera de forma peculiar, mientras se hiergue en toda la estatura de su cuerpo, su escama relumbra suavemente con el leve tintineo de la luz que apenas se llega a colar entre las nubes, la lanza aun en ristre después de haber fallado su objetivo se encuentra con soltura entre sus manos, y es entonces que percibe la hostilidad del cruento nórdico, las piernas se abren a la altura de sus hombros, la cintura se flexiona ligeramente hacia adelante, la lanza se pone en ristre, la energía se acumula elevándose por todo su cuerpo, hasta el punto de generar una onde de pequeñas descargas electrostáticas, sabe que no puede detener ya ese ataque, mas sabe también que solo tiene una acción a ejecutar ya, la lanza es entonces tomada con ambas manos, colocada como si la fuera a lanzar, y al escuchar suavemente el susurro de -- Flashing!!! Lancer!! -- al tiempo miles de estocadas nacen de la punta de la lanza en busca de la humanidad del dios guerrero, la fortaleza fisica es puesta a prueba, mientras el impacto del ataque del guerrero da sobre su cuerpo, aventandolo en una distancia razonable hacia su espalda, y sintiendo un punzante dolor, -- argh!!! -- un poco de sangre nace por su boca, mas espera el resultado de su contraataque, mientras tiene una rodilla puesta por tierra y sosteniéndose con el bastón de su lanza con la mano, respira agitadamente -- Bien parece que esto durara un poco mas -- susurra para si mismo mientras respira hondo**
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*La brillante y gélida luz azul que inunda el campo de batalla se ve contrastada por un resplandor dorado emanante de las afiladas estocadas de Krishna, quién parece querer perforar las aguas y hielo del mismo océano ártico. °°¡Ingenuo!°° reflexiona Syd con orgullo °°¡Querer romper un iceberg con una lanza es tan tonto como querer congelar al sol!°° mientras una sonrisa se dibuja en sus pálidos labios. Sin embargo, recién concluidos sus pensamientos, una de las estocadas quiebra la luz azul y se impacta en el hombro izquierdo del vikingo, perforando su ropaje sagrado y haciendo que la tibia sangre brote desde la hendidura de su armadura; para sorpresa del divino de Zeta. Y antes de que este pueda siquiera reaccionar una segunda estocada lo alcanza en la parte baja de su viente, haciendo que la luz dorada incluso salga por el mismo punto en la espalda de Syd. -¡Arghh!- exclama mientras más golpes alcanzan su cuerpo y lo lanzan con violencia contra los restos de roca de lo que alguna vez fue una casa. Su cuerpo presenta rasguños y cortadas en cada parte que no es protegido por el ropaje de Zeta e incluso la armadura divina muestra hendiduras y marcas de las estocadas. Aquella lluvia de lanzas no hirió más al vikingo, convirtiéndose en sólo rasguños profundos, debido a que primero se impactó contra el impulso azul y ambas técnicas dañaron a sus rivales, sin embargo las primeras dos estocadas fueron profundas y peligrosas. Con la espalda recargada en una pared de escombros, el vikingo toca su hombro izquierdo con su brazo derecho y sus manos sienten la tibieza de la sangre que brota. Su mirar busca con furia el resultado del impulso azul en contra de Crysaor.*
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| ** Los ojos de aquel sujeto observan con denuedo a su oponente -- he de reconocer que tienes una grandiosa técnica -- susurra pero en lugar de intentar levantarse, la lanza es clavada en la tierra y el acomoda sus piernas en una posición clásica de meditación, recogiendo sus piernas sobre sus muslos y extendiendo sus manos sobre sus rodillas -- Kundalini -- susurra al tiempo que comienza a rodearle un aura tan fuerte, que contrarresta la resolana que genera la nieve que los rodea -- Tu nivel, es bastante loable, por lo que te tratare como a un igual -- indican sus palabras un tanto taciturnas y con un poco de dificultad, unas gotas de sangre caen por su frente y por la comisura de sus labios, el daño es interno, por lo que no se aprecia del todo, mientras aquel piensa "" es una técnica bastante fuerte, pero ..."", ahí queda aquel pensamiento pues la siguiente parte es hablada -- Un excelente técnica, lastima es, que no me volverás a alcanzar con ella -- indica mientras su cuerpo sigue cubriéndose de aquella luz, la concentracion vuelve al moreno, y paz eterea se filtra, haciéndose uno con la naturaleza que lo rodea, tranquilamente sigue meditando, y la paz y la calma llegan a el, transmitiendolo a todo su ser, a su alrededor, ahora solamente espera **
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