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De: JoKeR-MaN (Mensaje original) |
Enviado: 08/10/2014 02:33 |
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*Aún con los brazos extendidos y convocando toda la furia de Eolo en forma de un torbellino, una mueca de asombro se apodera del rostro del amo de las bestias pues, a pesar de las heridas que apabullan al lobo del Norte, este se opone al poderoso Big Tornado. °°¡No puede ser!°° piensa con sorpresa al ver como su enemigo logra convocar nuevamente a los lobos cósmicos que ahora se lanzan nuevamente en su contra como una jauría salida directamente de las entrañas del Infierno. Las piernas de Eo se flexionan, preparándose para un escape, sin embargo el cansancio y el desgaste del combate lo traicionan. Las garras y colmillos de las bestias entrar de lleno contra su cuerpo protegido por lo que queda de la Escama dorada de Scylla. -¡Arghhh!- exclama con dolor mientras los cánidos infernales muerden y desgarran su piel, rasguñan su rostro y lanzan su humanidad varios metros hacia atrás, aterrizando de espaldas sobre la blanca alfombra de Asgard. Lentamente, la nieve sobre la cual está el cuerpo de Eo, comienza a teñirse de rojo mientras la tibia sangre del guerrero abandona su cuerpo por los cientos de heridas profundas que ahora adornan el moribundo cuerpo del guardián de Scylla. –S… Señ… or… Pos.. ei.. dón…- logra murmurar con torpeza mientras la sangre que expulsa con cada sílaba mancha su menntón, pues su garganta ha sido desgarrada por las fauces de una de las bestias de luz rojiza. El dolor ya no muerde el físico del Marino, y una extraña sensación fría pero apacible se va apoderando de su corazón: El helado toque de la muerte por fin ha alcanzado al guardián del Pacífico Sur. Mirando cómo se contempla una obra de arte, Eo acaricia con sus ojos el nublado cielo de Asgard preguntándose si, al menos, logró llevarse a su enemigo con él al Reino de la Muerte en nombre de Poseidón. Su último pensamiento es para sus hermanos Marinos, confiando plenamente en que la misión que el mismo Señor de los Mares les encargó se verá cumplida y que su muerte no será en vano. Asgard y el resto del mundo caerán ante la misericordia de Poseidón, y el mundo será convertido en una utopía. Con estos pensamientos, el alma de Eo abandona su cuerpo y su corazón por fin se detiene, dejando sólo un cuerpo maltrecho y una destrozada escama más roja que dorada sobre la blanca nieve. Su última y orgullosa sonrisa esta por siempre dibujada en los labios de su cadáver. Tal vez las bestias de Scylla han caído, pero la guerra entre el reino del norte y el océano no ha acabado.*
Nota: Te agradezco por un excelente combate, Fenrir (Creo que el más impresionante hasta ahora en la guerra). ¡Saludos!
Sukyura no Io » Kaitoshi Marīna
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*El aire raudo va de lado a lado, arrastrando rastros de polvo, nieve y piedrecillas. El escenario no se parece en absoluto a la imagen original, antes de servir de cuadrilátero a estos dos guerreros. El sol comienza a filtrarse suavemente entre los nubarrones a medida que la nieve vuelve a asentarse y el aire gélido parece seguir un curso predefinido a pesar de los cambios en el paisaje. El nórdico se ve asentado sobre un saliente de roca a poca altura, sin embargo la posición inestable, lo hace caer sobre la nieve. Prácticamente ninguna sección completa de su Ropaje Divino se mantiene. El brazo diestro presenta un ángulo extraño a la altura del codo, denunciando que fue ese brazo el empleado al momento de caer desde los aires cuando fue arrastrado por la técnica del invasor. El rostro se ve con una parte del visor, el cual apenas cubre el ojo derecho. El cabello se queda pegado al rostro a causa de la sangre y de la nieve. Aullidos resuenan y al paso de algunos momentos se escucha el trote de los viejos poseedores de tal región. Erguidos y pausados durante un tiempo, olfatean y buscan con su mirada, pues han sentido a su hermano mayor, oído sus gritos y captado la muerte del invasor. Con saltos ágiles, llegan hasta el lugar del cuerpo del de cabellos grises, permaneciendo estáticos observándolo con detalle. - Es hora de comer. - Con tales palabras el cuerpo maltrecho del Nórdico, que permanece recostado sobre la nieve, anuncia su hálito de vida, emitiendo la orden que estaba en deuda con sus hermanos. "Maldito... Perdí mi Ropaje, pero te prometí que serías alimento de mis hermanos, y aunque no pueda moverme, disfrutaré de tu castigo... Que sepan todos los invasores, que Asgard seguirá siendo libre." Inmóvil y sangrante el Nórdico observa como sus hermanos se dirigen prestos y vengativos al cuerpo del invasor, pues ninguno de los lobos ha olvidado a sus hermanos asesinados. Cerrando los ojos el nórdico se funde entre la nieve, dejando que su cuerpo se alimente del frío, sin energía, procurando que las heridas se mantengan sin infectarse y que la sangre eventualmente se congele y coagule. Y mientras unos hacen efectiva la venganza, otro se refugia en el sueño cercano al desmayo sobre la nieve, mientras que entre todos ellos, el Zafiro de Epsilon brilla desde la cintura del Lobo Alfa.*
Fenrir de Alioth Hermano!! Opino igual que tu!, una lucha muy muy buena! Me gustó bastante =) Hasta que nos volvamos a encontrar.
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Vs .
Ganador: Phenri de Ariotho Epsilon
Una batalla excelente, aunque siento que hubo un poco de supermaneo por ambos lados, pero eso no le quita lo grandiosa.
Resultados:
Desgaste cósmico: 85%
Daño físico: 85%
Daño a armadura: 90%
*Explicación: Fenri soportaste una gran cantidad de golpes, dando lugar a la grandeza de la lucha cuerpo a cuerpo como lo tienen el guerrero licantropo, sin embargo recibiste demasiado daño. Por lo que tu encuentro posterior seguramente resultara fatal, una excelente batalla, el marino al que enfrentaste no eran fácil en absoluto.
Phenri sigue en posesión de su Zafiro Odín - sólo se le podrá quitar con muerte .
Phenri puedes seguir en tu puesto, defendiendo o puedes apoyar a tus compañeros en interceptar a alguien que haya avazando.
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*Tras dejar atrás la espesura del bosque circundante al palacio de Valhala y avanzar con paso veloz entre los senderos congelados de Asgard, Alberich no puede más que sentirse ligeramente incómodo al estar fuera de su ambiente. Pronto, los ojos esmeraldas del guerrero de Odín vislumbran el destructivo resultado de la batalla entre dos poderosos seres, que ha transformado completamente el panorama anterior. °°La destrucción de la cascada que llevaba congelada cientos de años es impresionante.°° reflexiona, avanzando con cautela entre los gigantescos bloques de hielo y nieve, buscando con todos sus sentidos a su herido camarada. En su diestra aún porta la espada heredada por el mismo Surtur, aunque las llamas se han extinguido por el momento y su brillo frío es parecido al del hielo. Transcurrido unos minutos, Alberich encuentra el maltrecho cuerpo de Fenrir tumbado en la nieve. -Vaya, Fenrir. No te ves muy bien.- dice con una sonrisa en el rostro, apenas pudiendo disimular sus oscuras intenciones. Un instante después, la sonrisa se desdibuja de sus labios y una expresión serena y sabia pinta su rostro, mientras continua hablando -Las batallas continúan por todo el reino, y parece que los invasores van ganando terreno. Los cosmos de Haggen, Tholl y Mime han desaparecido y el tuyo es muy débil. No podrás proteger el reino mucho tiempo más…- entonces calla y nuevamente dirige su centellante mirar verde en dirección del lobo del norte. -Fenrir… Entrégame tu Zafiro Odín. Juro protegerlo de los invasores con mi vida en nombre de Odín, de Hilda y de Asgard.- y tras estas palabras, extiende su mano izquierda con la palma abierta haciendo una cuenca en dirección de Épsilon, esperando recibir la preciada gema. Su mirar brilla con codicia, pero su rostro es tan serio como el de una estatua.*
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*Los lobos han dado cuenta de su víctima y rastros de sangre y de la Escama del Marino se pueden ver entre la nieve y las rocas desnudas, mientras que en otro punto una figura con vistos aún salvajes se observa entre la nieve, sin embargo su apariencia maltrecha refleja la debilidad y desgaste de aquél, quien aún aguarda a que sus heridas dejen de sangrar y sobrevivir, sin embargo éstos lobos no esperan a recuperarse, mientras exista un enemigo en su entorno, sólo la muerte podrá detenerlos. El frío helado se siente en aquel ambiente tan transformado y devastado, cada músculo del Alfa parece doler, aunque su posición ayuda bastante a reducir cualquier desgaste innecesario, y desde ese punto observa al recién llegado, captando su presencia incluso antes de que pudiera verlo, gracias a la poderosa relación con los demás lobos, quienes en muchas ocasiones, se organizan con el cúmulo de las emociones y sensaciones captadas por cada uno de ellos, para crear una conciencia colectiva, y de esa forma, los lobos que en varias posiciones han visto, olido y escuchado al recién llegado, le hacen llegar tales sensaciones al Alfa. La mirada lobuna de aquél humano gira en la dirección donde luego apareciera su compañero, y se mantiene fija en la figura de dicha persona. - Jmmm - Decenas de ojos, de orejas y de hocicos se giran hacía el de cabellos rojizos, todo la escena se carga de expectación, mientras que algunos cuadrúpedos en silencio se acercan al Alfa, rodeándolo, estableciendo una barrera simbólica entre el huérfano y el de la espada. Con cierto esfuerzo el Alfa se sienta y apoya sus brazos sobre la nieve, al momento varios hilillos de sangre descienden desde sus brazos, uno de ellos lamido por alguno de los cuadrúpedos más cercano. Otro esfuerzo que hace temblar sus músculos le permite erguirse por completo, hasta observar a su coterráneo a la misma altura. - Debes saber que un lobo no confía en ningún humano, sólo en la manada... Tu olor no me gusta... Éste zafiro que representa la dignidad de los lobos, sólo será portado por un lobo mientras cualquiera de ellos siga vivo... Ahora da media vuelta y márchate... - Diciendo ésto, gira hacia donde se encontrar antes la cascada. Detrás de él y formando un corrillo, los demás lobos no dejan de olfatear y de apuntar sus ojos hacia el pelirrojo.*
Fenrir de Alioth |
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** Los ojos protegidos por aquel casco, que ocultan gran parte de su rostro, observan con denuedo cierta escena en plenitud, su fino oido alcanza a captar lo ultimo de su conversación, por lo que una voz tan helada como la hoja de una navaja se deja escuchar en el lugar, -- Una pelea entre aliados, cuando son invadidos, no es muy buena que digamos -- poco a poco el mas temido de los generales marinos se acerca a donde ellos, observando como una escama se encuentra destrozada y varios lobos aun olfatean los cruentos restos, mientras el otro nórdico se marcha, observa con atención al pelirrojo -- Aunque a mi, me facilitan el trabajo, pues me evitan la necesidad de ir a buscarlos -- indica con una soberbia y seguridad que se reflejan en la cinica sonrisa que aparece en su rostro, segundos despues agrega -- Y bien, quien sera el siguiente en morir ? -- dicho esto su energia se deja sentir por todo aquel lugar de una manera hostil que revuelve aun mas los vientos gelidos que le rodean, espera con impaciencia a que ellos decidan, mas es simplemente innecesario, el guerrero de los mares, el legendario dragon marino hace su aparicion, la sangre de asgard caera en sus manos **
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*Ante la llegada del enigmático señor de los dragones, la mirada diabólica de Alberich se clava en el invasor y la sonrisa se desdibuja de su faz. Una gota de sudor frío recorre su blanca mejilla mientras toma la empuñadura de su legendaria espada llameante con ambas manos. °°Maldición…°° se lamenta el forjador de los nibelungos °°No sabía que aún quedaban Marinos por esta zona. Mi ventaja está perdida aquí.°° entonces dirige, por un segundo, sus orbes esmeraldas al fiero lobo de las llanuras congeladas °°Además, en el lamentable estado en el que se encuentra Fenrir no podrá serme de ayuda.°° Pronto, la sonrisa típica del Divino de Megrez regresa a sus labios mientras retoma su posición erguida y tomando la espada cristalina con sólo su brazo derecho. -Como quieras, Fenrir.- comenta ante los ladridos de Epsilon e ignorando las palabras del Dragón Marino -Lucha cuanto quieras, en nombre de Asgard y los valientes lobos que murieron protegiéndola-. Tras sus palabras el hombre de cabellos de fuego da media vuelta, no sin antes dirigir una diabólica mirada al invasor, y emprende una veloz carrera en dirección de su santuario boscoso. Al poco tiempo Alberich ha dejado atrás tanto al lobo como al dragón, y sus orbes verdes vuelven a encenderse con codicia. °°No me interesa quién muera en esta batalla… Fenrir probablemente perezca, pero este camino sólo conduce a mi cementerio amatista… ¡Y ahí soy invencible! No importa que Dragón Marino se haga de la gema de Fenrir por un instante, pues apenas ponga pie en el bosque de los espíritus, ¡el zafiro Épsilon será mio!°°*
Nota: Avanzo al siguiente escenario "Bosque de los Espíritus". Todo tuyo Fenrir XD
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*Por un momento lobos, viento y el guerrero nórdico, todos juntos captaron la presencia de un personaje completamente extraño a la escena de aquella región. Los hocicos se giraron del pelirojo a la nueva persona. Los ojos de cánidos y del homínido se fijaron sobre el nuevo recién llegado, captando el mensaje de aquél y luego se dirigieron de nuevo al pelirojo para observarlo salir despavorido. Todo este giro de hechos apenas causó mayor incomodidad en el alfa, el que girando su cuerpo, observa el desarrollo de los hechos, hasta ver perderse entre los árboles al pelirojo y a quien lo sigue. "Otro invasor... Alberich, tal parecer que tu hora ha llegado..." Pensando de esa forma, avanza algunos metros, mientras se apoya sobre una roca y deja que cada músculo se relaje, a la par que sus amigos se reúnen en torno suyo, algunos se acuestan, otros aún observan el punto por el cual ambos escaparon, otros lamen sus heridas y las del alfa. Las manos adoloridas del nórdico, acarician a sus hermanos, mientras que sus cansados ojos se pierden tras los párpados, buscando un descanso necesario. "Ésta tierra de lobos será defendida por nosotros... Pero no será nuestra misión defender a codiciosos humanos... Si cualquiera de ellos sobrevive y vuelve por acá, entonces será de nuevo hora de la cena". Pensando de esa forma, el lobo gris, el de la media luna en la frente empuja la mano adolorida, entregando una sección de carne. Al sentir aquel trozo el nórdico abre los ojos, agradeciendo a su hermano más próximo, mientras devora rápidamente la carne, tras lo cual se deja perder entre sueños, rodeado de sus hermanos.*
Fenrir de Alioth |
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*A tal forma en que por lo bajo de la sombra de su yelmo, una mirada de confianza se impone al ver hacerse a un lado al pelirrojo conocido como "El cerebro de Asgard" mientras su testa erguida e imponente despliega un nuevo e intenso brillo dorado, uno que parece transformar lentamente el escenario...-Parece que has quedado solo- emite de forma fría con un tonel de voz grueso y completamente audible el Comandante marino...-Es un lástima, por que en el estado que estás, no serás capaz de soportar ni la más mínima ofensiva de mi parte...- entonces, algo sucede, esa fuente enérgica en su interior explota voluminosa mente, sintiendo un amplio y extenso campo de vibraciones en el ambiente, una rauda escena que comienza a desfigurarse dejando a ambos combatientes en un Universo paralelo que por el momento se presenta como un fondo negro con pequeños puntos esparcidos por doquier que lentamente van tomando forma...-Te apartaré de mi camino...- entonces, cada punto a su alrededor comienza a girar por encima de un eje imaginario entre medio de ambos, comenzando a generar las imágenes de nebulosas, planetas y sistemas que en un parpadeo, rodean absolutamente toda el área de combate forjando un espectáculo increíble donde ambos quedan en medio. Sus pies giran su postura quedando de perfil hacia el Nórdico mientras su diestra se eleva con su índice estirado, donde una brillante luz comienza a ser emitida como fuente de expulsión de ese implacable despliegue a punto de suceder mientras su mirada se esconde quedando de reojo sobre su objetivo...-¡Es hora de que te mueras!.... ¡GALAXIAN EXPLOSION!- y ante sus palabras y la corta distancia entre ambos, la activación de su ofensiva se resume en la presión que aumenta el tamaño de cada imagen estelar en el escenario hasta el punto de envolverlas de un rojo intenso desarrollado desde su núcleo y estallar en un sonido extremadamente ensordecedor, desplegando toda esa destructiva fuerza de demolición sobre la fisonomía del nórdico y hacia sus propios lobos, quedando ahora ambos rodeados por ese escenario completamente destructivo que amenaza mortalmente a la vida de sus rivales teniendo como objetivo eliminar la existencia de todos los seres frente a su presencia, incluyendo a la de los animales*
Kanon de Dragón Marino - Comandante del Mar
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*El aire corre frío, indiferente a quien duerme y a aquellos que terminan de devorar a su antiguo oponente, todos ellos a su vez parecen ensimismados en la carne, la nieve y en el alfa, que parece completamente distante a todo lo que le rodea, mientras el proceso de recuperación apenas inicia en su azotado cuerpo. El aire trae un rumor de voces y de energía. Las orejas se yerguen, los olfatos rastrean las partículas de olor, en tanto que todo parece detenerse; la amenaza gravita en todo el lugar y pequeños cúmulos de nieve recorren el escenario, arrermolinándose en todos los sentidos. En un sólo movimiento los lobos toman posición defensiva, como un sólo núcleo, organizado y combativo. Las garras se clavan en la nieve mientras que los colmillos asoman en medio de los labios, todos parecen prestos a dar alcance al huidizo o ataque al invasor. De repente una figura se levanta y se antepone a todos ellos, arrojando aquel zafiro a alguno de los lobos, emitiendo a la par un silbido perentorio que sólo significa una orden irrevocable. En torno del maltrecho cuerpo un aura apenas se anuncia, más resiente al nórdico que cae de rodillas al momento que sus garras a punto de partirse brillan con más intensidad. Al unísono los lobos emiten un aullido, lanzándose en todas direcciones, recordando la orden anterior del alfa, que no es más que sobrevivir. El cúmulo de luces del ataque ya está encima, y en el último instante, el orgullo representante de los cánidos, eleva su rostro enfrentando con aspecto feroz lo que se ve como su desenlace. - Éste es el valle de los lobos!!! - Gritando ésto, todo el ánimo y el espíritu de vida se concentran en sus garras, mientras que una figura lobuna se alza a espaldas del arrodillado Dios Guerrero. "Malditos humanos". En un último destello, las garras se clavan sobre el suelo, desenlazando toda la fuerza vital del nórdico, que se oye como un rugido, mientras que aquellos despliegues avanzan por el suelo, como su fuesen rasgaduras que buscan al invasor. En medio de planetas y galaxias, un lobo parece resurgir, amenazando con sus fauces y garras, plasmando en su mirada la casta imponente de los lobos de Asgard, de los devoradores de hombres, del orgullo de la comunidad. Y en un sólo brillo de luz, las garras prestas, los ojos fieros, el espíritu animal, se funde con la inmensidad del universo, en medio de una hecatombe que no deja rastro ni siquiera de las rocas que servían de piso al nórdico, dejando a la expectativa de la suerte de los lobos, especialmente de aquel que es el relevo del heredero de los Fenrir.*
Fenrir de Alioth |
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*Una voluntad gigantesca demuestra el nórdico en su último intento de valentía junto a esa manada de lobos involucrados, sin embargo en resolución la magnitud de la explosión por una de las técnicas más letales dentro del orden atheniense iguala a un poder destructivo que todo lo desintegra en su amplio radio de expansión, por lo tanto entre toda esa melancolía inspirada por un digno líder de manada, los lobos marcan su propio destino al correr a su muerte, hacia el núcleo de toda la gigantesca ola expansiva que genera la técnica del marino por lo tanto, en última instancia de su proyección se admira como un lobo de gran tamaño intenta llegar al letal general, pero como un fantasma en el tiempo, su figura se pierde borrosa en las cenizas que acompaña al fuego que limpia y expande el territorio, dando paso a la diestra estirada de Kanon, cual vuelve hacia su pecho limpiando con un ademán de su muñeca unos chamuscados pelos que logran llegar hasta su coraza brillante fundiendo se con la misma hasta reducirse a polvo...-Jhm, Fuiste un tonto si pensaste que esos animales podían alcanzarme ya con el poder de mi explosión de galaxias en su mortífera evolución... Jhm jhm jhm- emite aún demostrando cierta ironía en su rostro para luego, expresar una emoción desencajada al comenzar a emanar una fuerte risotada mediante sus pasos lo avanzan hacia la destruida zona donde su poder estalló momentos antes y que solo polvo disipándose se presenta ante ella...-¡Ahora solo queda tan solo un poco más de camino para llegar hasta ese lugar!...- emite cerrando su puño, rebosante de orgullo propio y ambición...- Jhm jhm, Pronto tendré el poder para destruir a todos mis enemigos y finalmente... ¡Seré invencible! ¡Hahahaha!...- entonces sigue avanzando hacia adelante, buscando la continuidad del camino para proseguir con su misión de asesinar a todos aquellos que osen detener los maléficos y retorcidos planes del Dragón Marino...*
Sea Dragon
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Perfecto carnal! aunque no fui muy claro con mi anterior turno al parecer, pero el resultado iba a ser el mismo XD. Espero que el peli rojo me vengue =)
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Ganador Kanon de Dragon Marino.
Sin daños que mencionar.
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Kanon puedes avancer donde Megrez, para continuidad del evento.
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No había caído en cuenta de ésta parte, pero debo menconar que sin carga previa, Kano realizó su mayor ataque que según él lo describe, prácticamente destrozó el lugar, lo cual implica un desgaste de cosmos.
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