
**Odín ha hablado, su voluntad es la de desperar a los protectores de Asgard en contra de las amenazas que Hades está por arrojar a las blancas tierras. Los planes del sacerdote van viento en popa... "Las fuerzas de Hades y los Dioses Guerreros se matarán entre sí, uno a uno los zafiros de Odín caerán en mis manos y una vez que sus fuerzas ya no sean una amenaza podrá tomar el absoluto control de Asgard y quitar a Hilda del camino, su caracter amable y amoroso se ha ganado el corazón del pueblo, a pesar de mostrarse delicada es una mujer decidida, si le coloco el anillo la haré más manipulable a mis propósitos. Jajajaja" Maquina el sacerdote en silencio mirando en su trono el fuego frío de la hoguera, sus garras acarician los brazos de marmol, mientras un nuevo día está por llegar a su fin. Voltea a ver el asiento de terciopelo asignado a Hilda continuando en sus pensamientos "Al anochecer regresará de sus oraciones pero Sigfried no se separa de su lado en estos días oscuros, no puedo esperar más" El gran hombre de túnica obscura se pone de pié y manda llamar a sus mensajeros.
Dos soldados vestidos de pieles gruesas aparecen de inmediato ante Derbal y se arrodillan ante su señoría -Avisen de inmediato a Loki que traiga a Hilda, Sigfried debe estar con ella y díganle a Sigfried que vaya a investiar a las fronteras del Este, es urgente por que se han visto invasores, seguros asesinos de Hades que intentan penetrar en el Valhala si parte de inmediato tardará 2 días en regresar... ¡Apresurense! Hilda debe estar en el Palacio antes del anochecer por su propia seguridad- El sumo sacerdote sale a la balconiza del salón a mirar al horizonte del día, obcervando malicioso los mares helados del Ártico mientras los dos mensajeros asienten y salen corriendo apresurados a enviar su mensaje.**
(Con las indicaciones de los organizadores Asgard debe comenzar de inmediato su participación para que este lunes y sin retraso las tropas del Inframundo puedan iniciar)