Cuando Cristo desembarca en esta región, le salen estos endemoniados, al parecer llevaban así muchos años. Se decía del que pernoctaba en los sepulcros, que en el habita el espíritu inmundo. También se dice que la ferocidad de estos endemoniados era tal que, para evitar que se hiciesen daño a sí mismos o a otros, ya que atacaban a los caminantes como dice aquí Mateo, les ataban con cadenas, pero como en otras ocasiones, talvez aquí la las habían roto.
Los rabinos atribuían en ocasiones la enfermedad a influjo mágico o a vejación de demonios, entonces se utilizaba medios mágicos o exorcismos y hasta acciones supersticiosas, o por repetición de palabras sin sentido para extraer los demonios. Contrario a este procedimiento, Cristo usa para curar a estos endemoniados su mandato.
2.¿QUÉ QUIERES DE NOSOTROS, HIJO DE DIOS?
Este Evangelio también lo relata Marcos y Lucas. En Mc se describe al endemoniado viendo y conociendo a Cristo desde lejos; viene corriendo y se postra ante él. Y gritando le dijo: Jesús, Hijo de Dios Altísimo ¿qué hay entre tú y yo? Te conjuro en nombre de Dios que no me atormentes
La expresión Dios Altísimo es usada en los escritos rabínicos para denominar al Dios de los judíos. El expresar ¿qué hay para ti y para mí? significa que no tienen que ver nada entre ellos. Y también le dice que no le atormente. El endemoniado le conjura por Dios. Manifiestamente este endemoniado cree en la virtud del nombre de Dios, máxime sobre Cristo, del que reconoce su grandeza y santidad al llamarle Hijo de Dios. El endemoniado quiere contener a Cristo, como si éste viniese a alterar los planes permisivos de Dios.
3.¿HAS VENIDO AQUÍ A ATORMENTARNOS ANTES DE TIEMPO?
En Marcos y Lucas pide el endemoniado que no le atormente. ¿En qué sentido? Mateo es el que da la explicación: ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo? La tradición judía reconocía que los demonios estaban condenados en el infierno, pero admitía que algunos podían ejercer de tentadores y atormentadores de los hombres (Job 1:10.12; 2:4). Sólo a la hora del juicio final será terminada esta obra de tentación y daño a los hombres (2 Pe 2:4). Pero la venida del Mesías comenzaba a contener esta obra demoníaca, como Cristo mismo dijo (Mt 12:28). Esta libertad condicionada de que gozaban antes del juicio final y días mesiánicos, pero de la que ahora ya no van a gozar o la tienen muy constreñida, es por lo que se encuentran atormentados. Y al tener su limitación antes del juicio final, es lo que les hace quejarse y temer que Cristo haya venido antes de tiempo a atormentarles.
4.SI VAS A EXPULSARNOS, ENVÍANOS A ESA PIARA
Relata el Evangelio: A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara Los judíos tenían prohibida la cría del cerdo, como animal impuro, pero no por la Ley, sino por la tradición rabínica, aunque se ha hecho ver que, en la práctica, esta prescripción era frecuentemente violada. Este gran piara hace suponer una población en gran parte pagana. Se sabe que en las ciudades de Gadara e Hippos, de la Decápolis, había muchos gentiles, hasta incluso no ser judíos la mayor parte de las gentes de esta región. Aunque la misión de Cristo estaba destinada inmediatamente a los judíos, la excepción benéfica en otras gentes se podía dar, como en el caso de la cananea (Mc 7:24, ).Dos preguntas se suelen hacer a este propósito: ¿Por qué los demonios piden entrar en los cerdos? ¿Por qué Cristo permite aquí el daño anejo a sus propietarios?
5.LA SUPREMA AUTORIDAD DE CRISTO SOBRE LOS ESPÍRITUS IMPUROS.
Si los demonios piden, al ser expulsados de los endemoniados, no ser obligados a ir al abismo, es decir, a cesar en su tarea de enemistad y odio al establecimiento del reino de Dios, y cuya prueba de su llegada, como Cristo dijo, es la expulsión de los demonios de los poseídos (Mt 12:28, par.), piden también entrar en la manada de los cerdos. Era una transacción benéfica para los hombres. Pero, sin duda, pretendían, al impulsarlos con una carrera desenfrenada a despeñarse y ahogarse en el lago, provocar una reacción hostil de las gentes contra Cristo, con las ventajas que de esto pudieran derivarse para su obra de mal. Pero se ve, por otra parte, que su acción en esta piara acusa, de modo más sensible, el movimiento diabólico de, literariamente, expulsión e ingreso, destacándose así la suprema autoridad de Cristo sobre los espíritus impuros.
6.JESÚS EJERCÍA EL PODER DE DIOS
El daño que se seguiría en los propietarios no debía de ser tan cuantioso como a primera vista pudiera parecer, ya que no supone que fuese toda la manada propiedad de un solo dueño, sino, como es ordinario, se habrían agrupado los ganados de diversos dueños. Naturalmente, no podrá darse una razón concreta de la permisión de este daño en aquellos dueños. Pudo ser por castigo moral, para quitar un excesivo apego a los bienes. Siempre son razones de providencia. ¿Por qué permite Dios o quiere una inundación, donde se destruirán bienes, se ahogarán rebaños y morirán personas? Pero lo que tiene más valor es la enseñanza teológica que se desprende de esta autorización o permisión de Cristo. Los evangelistas valoran la importancia de las cosas según un ideal espiritual. Nadie tiene el derecho de imponer a su prójimo el cambio de un bien temporal por un bien espiritual, pero Dios tiene ese derecho: él había permitido a Satán herir a Job en sus bienes e incluso en su carne. Los evangelistas podían recordarse de esto, y se puede concluir que, en su pensamiento, Jesús ejercía el poder de Dios.
Así esta escena viene a presentar a un tiempo a Cristo como Mesías (Mt 12:23.28) y como ejerciendo poderes de Dios: tanto sobre los bienes materiales como sobre el disponer del destino de los demonios en permitirles una acción temporal tentadora o en recluirlos definitivamente en el abismo (Lc).
7.LE ROGARON QUE SE FUERA DE SU TERRITORIO.
Los pastores, despavoridos ante aquel suceso, en que no podían responder de la custodia de los ganados, partieron a la ciudad y a los campos a dar la noticia. Ante tal suceso, la gente se presentó en el lugar. Se describe en Lucas y Marcos el asombro de la gente al encontrarse al endemoniado sentado a los pies de Jesús, vestido y cuerdo. Ante el asombro, no de la curación del endemoniado, sino de la manada despeñada y ahogada, le rogaron que se retirase de su región, pues estaban sobrecogidos de un gran temor (Lc). Y el ruego debió de ser repetido e insistente, como lo describe Marcos. No deja de ser extraña esta petición. Admitido el milagro, ¿por qué se obra así? Probablemente por el temor a que pudiese haber nuevas pérdidas en sus bienes materiales. ¿Acaso vieron en él a un profeta judío que castigaba así el animal para ellos prohibido?
8.JESÚS DERROTA ESOS PODERES QUE LUCHAN CONTRA EL REINO DE DIOS
Este Evangelio destaca la grandeza de Cristo sobre los endemoniados. Del mismo modo como en el Evangelio anterior se demostró el poder de Jesús sobre los elementos naturales como el viento y el mar, ahora se da a conocer el poder del Señor sobre los poderes vivos que luchan contra el Reino, se muestra el poder de Cristo sobre las fuerzas del mal.
Talvez no sea fácil comprender este Evangelio, donde Jesús derrota esos poderes que luchan contra el Reino de Dios, aún más, ¿como comprender a esos cuidadores que asombrados temieron la presencia del Señor Jesús y que luego huyeron?, de todas maneras, es mejor confiar en Jesucristo, en su protección que temer al demonio y mientras permanezcamos junto al Señor, no seremos tentados en nuestras fuerzas.
9.SEPAMOS VER EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR JESÚS, A EL SALVADOR, A NUESTRO REDENTOR.
Démonos cuenta cuando parece molesta la presencia de Jesús, en que ocasión de nuestras vidas, seguramente cuando la tenemos demasiada cómoda, cuando por la presencia de El, tenemos que darnos al que lo necesite en desmedro de lo nuestro, nos estorba la presencia de Jesús cuando tenemos que enfrentar nuestro egoísmo, especialmente para que no nos haga ver como somos frente los mas necesitados.
En efecto, para muchos, Jesús es una complicación porque estamos obligados a actuar bajo el bien.
Pero para nosotros, lo más hermoso es vivir en compañía del Señor, le pedimos que no se aleje y que se quede con nosotros, porque sin El nada somos y nada podemos esperar y para eso estamos dispuestos a todo, dispuestos a ser desprendidos porque nada es digno de El, pues es Jesús la mayor riqueza y la mayor alegría a la que podemos aspirar.
Así nosotros suplicamos, quédate con nosotros Jesús, para que puedas santificarnos y para que nos ayudes a cumplir con la voluntad de Nuestro Padre
“Siempre adelante, nunca hacia atrás”. Este fue el lema de Junípero Serra, cuyas dotes intelectuales, celo misionero, bondad y paciencia produjeron sus frutos en su nativa Mallorca, en México y en los Estados Unidos.
Nacido en Petra (Mallorca) el 24 de noviembre de 1713, Miguel José fue hijo de Antonio Serra y Margarita Ferrer, agricultores. Después de la enseñanza primaria en los Franciscanos de Petra, Miguel marchó a Palma, la Capital, e ingresó en los Frailes Menores en 1730, tomando el nombre de Junípero en honor de uno de los primeros seguidores de San Francisco. Ordenado de sacerdote en 1737, Serra fue destinado a enseñar filosofía. Entre sus alumnos hubo dos que fueron sus últimos colaboradores en el Nuevo Mundo, Francisco Palou y Juan Crespí. Tras doctorarse en Teología en la Universidad del Beato Ramón Llull en 1742, Serra continuó enseñando filosofía y teología y adquirió gran fama como predicador.
En 1749, en unión de Palou, partió para el Colegio de San Fernando, en la Ciudad de México. Temiendo comunicar a sus padres su próxima partida, Serra pidió a un fraile compañero suyo que les informara sobre el particular. “Yo quisiera poder infundirles la gran alegría que llena mi corazón”, decía. “Si yo pudiera hacer esto, seguro que ellos me instarían a seguir adelante y no retroceder nunca”. Les pedía que comprendieran su vocación misionera y prometía recordarlos en la oración.
Poco después de su llegada a México, Serra sufrió la picadura de un insecto que le produjo la hinchazón de un pie y una úlcera en la pierna de la que le resultó una cojera para el resto de su vida. Tras unos meses en el Colegio de San Fernando, Serra fue destinado a las misiones de Sierra Gorda al nordeste de la ciudad de México. Allí trabajó durante ocho años, tres de ellos como presidente de las misiones. Llamado a la Ciudad de México, fue maestro de novicios durante nueve años y continuó su predicación en las zonas alrededor de la capital. En 1767 los jesuitas fueron expulsados de México y sus misiones de la Baja California fueron encomendadas al Colegio de San Fernando. Serra fue nombrado presidente de esas misiones, cuya cabecera estaba en la Misión de Loreto.
En 1769, la Corona de España decidió colonizar la Alta California (hoy Estado de California en los EE.UU.). Serra fue nombrado nuevamente presidente; supervisó la fundación de las nueve misiones: San Diego (1769), San Carlos Borromeo (1770), San Antonio de Padua (1771), San Gabriel Arcángel (1771), San Luis Obispo (1772), San Francisco de Asís (1776), San Juan de Capistrano (1776). Santa Clara de Asís (1777) y San Buenaventura (1782).
En 1773 Junípero fue a la Ciudad de México para entrevistarse con el Virrey Bucarelli y tratar de resolver los problemas que habían surgido entre los misioneros y los representantes del Rey en California. La Representación de Serra (1773) ha sido llamada «Carta de los Derechos» de los indios; una parte decretaba que «el gobierno, el control y la educación de los indios bautizados pertenecerían exclusivamente a los misioneros». Durante esta visita a la Ciudad de México Serra escribió a su sobrino, el Padre Miguel Ribot Serra diciéndole: “En California está mi vida y allí, si Dios quiere, espero morir”.
Ni siquiera el martirio del Padre Luis Jaime en la Misión de San Diego (1775) apagó el deseo de Serra de añadir nuevas misiones a la cadena de las ya existentes a lo largo de la costa de California. En todas estas misiones, Junípero y los frailes enseñaron a los indios métodos de cultivo más eficaces y el modo de domesticar a los animales necesarios para la alimentación y el transporte. Cuando fue capturado el indio que dirigía a los rebeldes en la Misión de San Diego, Serra escribió al Virrey, pidiéndole que perdonara la vida del indio. Los que fueron capturados, fueron eventualmente perdonados. En la misma carta al Virrey, Serra pedía que “en el caso de que los indios, tanto paganos como cristianos, quisieran matarme, deberían ser perdonados”. Serra explicaba: “Debe darse a entender al asesino, después de un moderado castigo, que ha sido perdonado y así cumpliremos la ley cristiana que nos manda perdonar las injurias y no buscar la muerte del pecador, sino su salvación eterna”.
Serra pasó los últimos años de su vida ocupado en las tareas de la administración, la necesidad de escribir muchas cartas a las otras misiones y a la Iglesia y a los oficiales del gobierno en la Ciudad de México, y con el ansia de fundar las misiones necesarias. Sin embargo, trabajó con gran fe y tenacidad, aunque le iban faltando las fuerzas. Los indios le pusieron de apodo “el viejo”, porque tenía 56 años cuando llegó a la Alta California, pero Serra trabajó constantemente hasta su muerte el 28 de agosto de 1784 en la Misión de San Carlos Borromeo, que había sido su cuartel general y se convirtió en el lugar de su descanso definitivo. Los indios y los soldados lloraron la muerte de Serra y lo llamaban “Bendito Padre”. Muchos se llevaban un trozo de su hábito como recuerdo; otros tocaban medallas y rosarios a su cuerpo.
Poco tiempo después de la muerte de Serra, el Guardián del Colegio de San Fernando escribía al Provincial de los Franciscanos en Mallorca: “Murió como un justo, en tales circunstancias que todos los que estaban presentes derramaban tiernas lágrimas y pensaban que su bendita alma subió inmediatamente al cielo a recibir la recompensa de su intensa e ininterrumpida labor de 34 años, sostenido por nuestro amado Jesús, al que siempre tenía en su mente, sufriendo aquellos inexplicables tormentos por nuestra redención. Fue tan grande la caridad que manifestaba, que causaba admiración no sólo en la gente ordinaria, sino también en personas de alta posición, proclamando todos que ese hombre era un santo y sus obras las de un apóstol”.
El 14 de septiembre de 1987, el Papa Juan Pablo II tuvo un encuentro con los Indios nativos americanos en Fénix, Arizona, durante el cual alabó los esfuerzos de Serra para proteger a los indios contra la explotación. Tres días más tarde el Papa visitó la tumba de Serra en la Misión de S. Carlos Borromeo y recordó la Representación de Serra en 1773 en favor de los indios de California. Juan Pablo II dijo que Serra y sus misioneros compartían la convicción de que “el Evangelio es un asunto de vida y de salvación. Ellos estimaban que al ofrecer a Jesucristo a la gente, estaban haciendo algo de un valor, importancia y dignidad inmensos”. Esta convicción los sostenía “frente a cualquier vicisitud, desazón y oposición”.
El mismo Juan Pablo II beatificó solemnemente en Roma a Fray Junípero el 25 de septiembre de 1988.
“El Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados”
Mt 9, 1-8
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.TEN CONFIANZA, HIJO; SE TE PERDONAN TUS PECADOS.
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaún, su ciudad. Estando allí le trajeron un enfermo en una camilla. Era paralítico. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, seguramente tanto de los que llevaban la camilla como del enfermo, dice al paralítico: Ten confianza, hijo; se te perdonan tus pecados. Esta actitud de Jesús que comienza perdonándole los pecados tiene un valor especial. En aquel ambiente existía la creencia de que la enfermedad era castigo de pecados. Al oír esto, algunos escribas pensaron: Este hombre está blasfemando. Esto porque ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios? Y Jesús aquí aparece perdonando los pecados en su nombre, con autoridad propia. Ni al mismo Mesías en la mentalidad rabínica, atribuyeron jamás el poder de perdonar los pecados. En el Antiguo Testamento, este poder es una prerrogativa exclusivamente divina. Dios ofendido es quien únicamente podría perdonar su ofensa. Y, porque Jesús usa estos poderes de Dios, dicen que blasfema.
2.¿ QUÉ ES MÁS FÁCIL: DECIR SE TE PERDONAN TUS PECADOS, O DECIR ¿LEVÁNTATE Y ANDA?
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: ¿Por qué piensan mal en sus corazones? Jesús que los conoció en su espíritu, admite la interpretación que ellos censuran. Esta normal penetración de los corazones es un atributo de Dios. Los rabinos habían deducido por un texto de Isaías (11:2ss) que la penetración del pensamiento le sería comunicada al Mesías sólo para el recto juzgar, aunque el perdón de los pecados era don de los días mesiánicos (Jer 31:34; Ez 36:25). Por ello les pregunta: Qué es más fácil: decir Se te perdonan tus pecados, o decir ¿Levántate y anda? Ambas cosas están en la misma línea de poder sobrenatural. Luego Jesús les dice; ¿Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados –le dijo entonces al paralítico, Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El se levantó y se fue a su casa.
3.EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS PERTENECE PROPIAMENTE A JESÚS
La repercusión de este milagro fue grande, por eso el fragmento del Evangelio dice; Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, Todos los que vieron esto se maravillaban y glorificaban a Dios (Lc), porque jamás hemos visto tal cosa, decían. Lo singular, es que habían visto milagros, pero no para acreditar el poder de perdonar los pecados.
Quedaron temerosamente impresionados y alabando a Dios, que había dado tanto poder a los hombres, expresión esta última que pudiera revestir diversos matices: el poder de hacer milagros ¿a los apóstoles? (Mt 10:8), ¿para perdonar en la confesión los pecados? El poder de perdonar los pecados pertenece propiamente a Jesús; los ministros de la Iglesia no lo ejercen sino en su nombre.
4.EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS
En este pasaje hay dos temas: una curación y el poder de perdonar los pecados. Jesús nos muestra el supremo poder de perdonar los pecados, poder exclusivo de la divinidad, pero la principal preocupación es curar el alma, mucho más que el cuerpo, y cuando nos concede la salud del cuerpo, es en atención a que se viva en mayor plenitud la salud espiritual. Es así como además dice al paralítico, Ten Confianza, por tanto tengamos nosotros confianza en la bondad del Señor, el es compasivo y misericordioso, a nosotros nos dice lo mismo que al paralítico, Confía, hijo, tus pecados te son perdonados, es la confianza en su bondad para perdonar la que arrancará nuestro perdón.
El perdón de los pecados, es algo que no se ve, no se puede constatar a simple vista, por esa razón algunos fariseos murmuran, pero no se atreven a formular algo, pero Jesús lee sus pensamientos y estos quedan al descubierto y los increpa. En muchas ocasiones, no nos atrevemos a formular cuestionamientos o reparos sobre la voluntad de Dios de una forma abierta, sin embargo en nuestro interior muchas veces cuestionamos el Plan de Dios. San Juan de la Cruz, nos dice que no hay que entristecerse por las cosas que nos trae Dios. El solo quiere el bien para nosotros.
5.EL HIJO DEL HOMBRE TIENE SOBRE LA TIERRA EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS
Dice Jesús; Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, Jesucristo habla ahora con afirmación absoluta, el tiene poder para perdonar los pecados, ahora afirma que es hijo de Dios, lo demuestra además conociendo lo intimo de los hombres, esto es en el pensamiento y en los sentimientos de los escribas. Pero con todo, Jesús nos ha hechos partícipes de su capacidad de perdonar a los ministros, que lo ejercen siempre en su nombre, glorifiquemos a Dios el haber dado este poder a sus ministros.
6.SOLO DIOS PUEDE PERDONAR LOS PECADOS
Cuando la gente vio a Jesús perdonar los pecados decía: Solo Dios puede perdonar los pecados, si Jesucristo los perdona, luego el es Dios, entonces nosotros debemos ser ese modelo, modelo de vida sin pecado, algo que se logra viviendo en Jesucristo, viviendo en Dios, entonces, que mejor razón para acercarnos a El.
Alimentemos la confianza en la infinita bondad de Dios, que quiere perdonar nuestros pecados, vivamos en plenitud la alegría de haber recibido el Perdón de Dios; si a Dios le gusta perdonar, se complace en olvidarse y borrar los pecados de sus hijos; también le agrada que sus hijos reciban el perdón; confiemos en el perdón y vivamos gozosos al sentirnos perdonados.
De este modo también, es como estamos comprometidos a llevar una vida que debe ser un testimonio, que motive a los demás a ir hacia Dios, para que todos lleguen al Reino de Dios, reino de justicia y de paz, de la verdad y del amor.
La mejor síntesis de su biografía tan estupenda nos la da él con estas palabras de autoconfesión: "Mi vida ¿para qué es sino para sacrificarla por las almas? ¿Cómo podría probar yo mi amor a Dios, si no ofrezco lo que más se estima en este mundo, la salud y la vida? No me sería grata la vida si no tuviere algo que perder por Jesucristo. Siento un deseo vivísimo de ir a las mansiones de los iroqueses y ofrecer mi vida por la salvación de aquellos salvajes".
Nos encontramos, pues, ante un hombre totalmente de Dios y entregado al amor de sus hermanos para llevarlos a Cristo.
El apóstol del Languedoc, que se consagra a rehacer la fe y las costumbres, tan maltrechas en aquellas comarcas después de las guerras de religión. Su sueño era evangelizar el Canadá francés, pero nunca se lo consintieron, y consumió su vida en un ámbito mucho más reducido, que era el de su tierra natal.
Nació en Fontcouverte, en Languedoc, (Francia) el 31 de enero de 1587. Sus padres muy fervorosos cristianos y en muy buena posición económica, lo educaron en la sobriedad y en los más sanos principios cristianos. De niño sólo llamaba la atención por sus modales dulces, atento, servicial y muy entregado a cuanto se refiere a la Iglesia. Nunca se cansaba de estar en ella ni de los rezos familiares por más que se prolongasen. Por el 1610, comienza a frecuentar el colegio de los jesuitas de Beziers. Tiene trece anos. Llama la atención no por hacer algo raro, sino por hacer todo cuanto estaba mandado perfectamente bien. Es el primero en todo: Estudios, piedad, esparcimientos, pero lo que más gusta a sus superiores y compañeros es ver que no se lo cree. Es sencillo, humilde, el compañero más fiel. ¿Dónde encuentra Juan Francisco la fuerza para ello? En su ferviente amor a la Eucaristía que recibe casi a diario y que para aquellos tiempos era cosa bastante rara. Su tierno amor a la Virgen María, a la que acude con amor filial. A su Ángel de la Guarda que hasta a veces parece que le acompaña.
El día de la Inmaculada de 1616 ingresa en el Compañía de Jesús como novicio y se entrega de lleno a formarse en las votos religiosos. Emite los votos y los superiores lo destinan a que profundice en los estudios teológicos y filosóficos, en los que también hace maravillosos progresos. Antes de dedicarse al apostolado, pasa largas horas en oración. Los superiores lo ven maduro para dar el paso del sacerdocio y el día de la Sma. Trinidad de 1630 tiene el gozo de recibir el don del sacramento sacerdotal.
La vida de Juan Francisco ahora ya no tiene freno. Comienzan sus famosas misiones rurales. Recorre una gran cantidad de pueblos y ciudades. A todas partes llega su fogosa palabra. El Señor le bendice y regala el don de hacer milagros; todos los encamina para despertar el amor a Dios y el odio al pecado.
Al final de su vida en Puy, feudo tradicional de los calvinistas, se le llamaba «el santo» por antonomasia, y las multitudes acudían a oír a aquel religioso de sotana raída y con remiendos, y de oratoria poco brillante, a menudo tachada de vulgar, que sacudía las conciencias con palabras sencillas e irresistibles.
Cuando no predicaba o confesaba - con el extenuante horario que se había impuesto a sí mismo -, recorría las aldeas más apartadas hablando de Dios a los campesinos que no veían un cura en todo el año, y atendía solícitamente a los herejes consiguiendo muchas conversiones.
La fundación de una serie de casas de refugio para mujeres de vida airada dio pie a calumnias y amenazas de muerte, pero lo más duro fue la postura incomprensiva de sus superiores, quienes juzgaron que se excedía en su celo, y que a menudo pusieron no pocas trabas a su actividad, por lo cual en cierto modo puede también considerársele como mártir silencioso de la obediencia.
Supo descubrir el enorme valor del dolor y del sufrimiento. Se abrazó a él y a cuantos sufrían. Los amaba como la más tierna madre. Les curaba de sus pestilentes enfermedades. Solía decir: "Sufrir por Jesucristo es el único consuelo que hallo en este mundo. Señor, dame fuerzas para poder sufrir más y más por tu amor".
Alguien dijo de él "que no tenía más que a Dios dentro de su alma, a Dios en la boca y a Dios delante de sus ojos". Poseía una gracia enorme para convertir las almas, aun las más alejadas. Se dice que una dama que era totalmente reacia a la Iglesia y hasta enemiga declarada, al ver sus distinguidos modales y su gran santidad, le dijo: "Padre ¿cómo no me voy a convertir a la fe cristiana si usted me lo pide con tanta gracia?".
Agotado de sus apostolados, volaba al cielo el 26 de diciembre de 1640.
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo
1.LOS DISCÍPULOS SE ENCONTRABAN CON LAS PUERTAS CERRADAS POR TEMOR A LOS JUDÍOS.
El Evangelio de san Juan, destaca por su gran importancia, las apariciones de Jesús a los apóstoles. La primera tiene lugar en la tarde del mismo día de la resurrección. Los once apóstoles están juntos; acaso hubiese con ellos otras gentes que no se citan, como tampoco se dice en que lugar; creíblemente podría ser en el cenáculo (Act 1:4.13). Los sucesos de aquellos días, siendo ellos los discípulos del Crucificado, les tenían temerosos. Por eso les hacía ocultarse y cerrar las puertas, para evitar una intromisión inesperada de sus enemigos. Pero la entrega de este detalle tiene también por objeto demostrar el estado glorioso en que se halla Cristo resucitado cuando se presenta ante ellos.
2.“¡LA PAZ ESTÉ CON USTEDES!”
Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”. La paz es un don Dios, la paz viene de Dios, es allí donde debemos buscarla, y en su morada favorita, en el corazón de los hombres, en ese lugar debe nacer la buena disposición para vivir en armonía y tranquilidad. Construir la paz, requiere una gran dosis de amor por la vida y los hombres. En Dios, la paztiene su origen, y nosotros tenemos que contribuir a ella. Nuestro Señor, es Dios de la paz, y en nuestras oraciones pidamos siempre por ella, oremos a Jesús, el nos trajo la paz de Dios a los hombres y es el Príncipe de la paz.
En efecto, Cristo es nuestra paz, los cristianos expresamos nuestro convencimiento de que sólo Cristo es "nuestra paz" (Ef 2, 14), reafirmando así que Él mismo es un don de paz como Padre de toda la humanidad.
Por tanto, oremos por la paz, con el convencimiento de verdaderos cristianos, concientes de que la justicia y la paz son dos bienes absolutamente inseparables, producto de los corazones justos y de conciencia de camino en rectitud.
3.“¡HEMOS VISTO AL SEÑOR!”
En esta aparición del Señor a los apóstoles no estaba el apóstol Tomás, de sobrenombre el mellizo. Si aparece, por una parte, el hombre de corazón y de arranque que relata san Juan 11:16. En el capitulo 14:5 san Juan lo muestra un tanto escéptico. Entonces se diría que es lo que va a reflejarse aquí. No solamente no creyó en la resurrección del Señor por el testimonio de los otros diez apóstoles, y no sólo exigió para ello el verle él mismo, sino el comprobarlo. Es así como el necesitaba ver las llagas de los clavos en las manos del Señor, y aún mas, meter su dedo en ellas, lo mismo que su mano en la llaga del costado de Cristo, la que había sido abierta por el golpe de lanza del centurión. Entonces, sólo a este precio creerá.
4.“TRAE AQUÍ TU DEDO: AQUÍ ESTÁN MIS MANOS.”
Pero a los ocho días se realizó otra vez la visita del Señor. Estaban los apóstoles juntos, probablemente en el mismo lugar, y Tomás con ellos. Y vino el Señor otra vez, cerradas las puertas. San Juan relata esta escena muy sobriamente. Y después de desearles la paz "¡La paz esté con ustedes!", se dirigió a Tomás y le dijo: Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos y le mandó que cumpliese en su cuerpo la experiencia que él exigía diciéndole: Acerca tu mano, métela en mi costado. En adelante, no seas incrédulo, sino hombre de fe.
No dice explícitamente el relato si Tomas llegó a introducir el dedo en las llagas para cerciorarse, al contrario lo exceptúa al decirle Cristo: Ahora crees, porque me has visto. La evidencia de la presencia de Cristo había de deshacer la obstinación de Tomás.
5.¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!
Tomas exclamo: ¡Señor mío y Dios mío! Esta exclamación encierra una riqueza teológica grandiosa y hermosísima. Esta es un reconocimiento de Cristo, es un afirmación de quién es El. Es, además, esta enunciación, uno de los pasajes del evangelio de san Juan junto con el prólogo, en donde explícitamente se proclama la divinidad de Cristo. Dado el lento proceso de los apóstoles en ir valorando en Cristo su divinidad hasta la gran clarificación de Pentecostés, sin duda la frase es una explicitación de san Juan a la hora de la composición de su evangelio. Pero supone el acto de fe de Tomás.
6.¡FELICES LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO!
Dice el Señor: ¡Felices los que creen sin haber visto! La respuesta de Cristo a esta confesión de Tomás acusa el contraste, se diría un poco irónico, entre la fe de Tomás y la visión de Cristo resucitado, para proclamar bienaventurados a los que creen sin ver. No es censura a los motivos racionales de la fe y la credibilidad, como tampoco lo es a los otros diez apóstoles, que ocho días antes le vieron y creyeron, pero que no plantearon exigencias ni condiciones para su fe, ya que ellos no tuvieron la actitud de Tomás, que se negó a creer a los testigos para admitir la fe si él mismo no veía lo que no sería dable verlo a todos, ni por razón de la lejanía en el tiempo, ni por haber sido de los elegidos por Dios para ser testigos de su resurrección (Act 2:32; 10:40-42). Es la bienaventuranza de Cristo a los fieles futuros, que aceptan, por tradición ininterrumpida, la fe de los que fueron elegidos por Dios para ser testigos oficiales de su resurrección y para transmitirla a los demás. Es lo que Cristo pidió en la Oración Sacerdotal: No ruego sólo por éstos (por los apóstoles), sino por cuantos crean en mí por su palabra” (Jn 17:20).
7.“AHORA CREES, PORQUE ME HAS VISTO.”
Tomás fue reprochado, no porque el ver para creer sea malo, sino por haber rechazado el testimonio de los otros apóstoles que vieron. Para creer hay que verlo directamente, como los apóstoles, o indirectamente, como nosotros, que nos apoyamos en el ver y en la predicación solemne y pública de los apóstoles.
La fe es un don de Dios, pero tiene también sus bases humanas, como es el estudio y el testimonio de los testigos.
Este Evangelio nos enseña una lección de fe y, nos invita a no esperar signos visibles para creer. Pero también es comprensible que Tomás quisiera experimentar por si mismo, del mismo modo como nos gusta a nosotros experimentar por nosotros mismos, por que a Cristo se le debe experimentar en primera persona. Es cierto que la ayuda de los amigos como los consejos de nuestro director espiritual son validos, pero al final solo depende de nosotros mismos dar ese gran paso a la fe, y entregarnos con toda confianza a los brazos del Señor.
El Señor permite a Tomás esta experiencia, se aparece a los apóstoles e inmediatamente le habla, me imagino la emoción de Tomás al verle, tal vez entristecido por haber dudado, pero al mismo tiempo agradecido por este actitud de Cristo y, así, el hace ese hermoso reconocimiento a la divinidad de Jesús con esta hermosa oración de alabanza: “Señor mío y Dios mío.”
8.ORACIÓN
Señor mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti. Señor mío y Dios mío, dame todo lo que me acerca a ti. Señor mío y Dios mío, despójame de mi mismo para darme todo a ti. (S. Nicolás de Flüe,).
Aunque no estoy aún dispuesto para verte y tocarte, ioh Dios mío!, quiero igualmente acercarme a ti y alcanzar con el deseo lo que ahora no puedo plenamente conseguir. (J. H. NEWMAN, Matunitá cristiana, pp. 303-304).
Cristo es "nuestra paz" (Ef 2, 14), la Paz de Cristo Resucitado para todos
Entonces Jesús les dijo claramente: “Lázaro ha muerto, pero yo me alegro por ustedes de no haber estado allá, pues así ustedes creerán. Vamos a verlo”. Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros a morir con él». Jn 11, 14-16
Puede resultar paradójico que un apóstol de Jesús sea recordado especialmente por su "incredulidad". Pero eso es precisamente lo que ocurre con Tomás, protagonista del célebre episodio -referido por San Juan- que comenzó en la tarde misma de la resurrección de Jesús y tuvo su coronación el domingo siguiente (cfr. Jn 20, 19-29). Este episodio ha sido abundantemente representado en la iconografía del apóstol, y el texto evangélico es proclamado cada año en el domingo que sigue a la fiesta de Pascua y en la fiesta de Santo Tomás apóstol, que se celebra el 3 de julio.
En el Evangelio, Tomás es llamado varias veces "el Mellizo" -o, en griego, "Dídimo"- (Jn. 11, 16; 20, 24; 21, 2), pero no se aclara de quién era mellizo.
Tomás aparece también dispuesto a morir por Jesús (Jn. 11, 16) y en el famoso episodio en que Jesús dice "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn. 14, 5).
Fuera de estas menciones, y de su aparición en las consabidas listas de los apóstoles de los sinópticos y de los Hechos, ninguna otra referencia a Tomás aparece en la Escritura. La literatura apócrifa, por su parte, recoge muchas tradiciones acerca del apóstol, algunas de las cuales influyen decididamente en su representación iconográfica.
Según los "Hechos de Tomás", apócrifo del siglo III, el apóstol era arquitecto, y habría sido invitado por un rey de la India (Gundoforo, Gondoforo o Gundafar) a levantarle un palacio. Tomás recibe el dinero para la construcción y lo distribuye entre los necesitados. Cuando el rey quiere ver el palacio, Tomás le anuncia que, al dar el dinero a los pobres, le edificó al monarca un palacio en el cielo. El rey, irritado, lo arroja en prisión, pero más tarde lo perdona. A raíz de este episodio legendario, Tomás es representado frecuentemente con una escuadra de arquitecto. Gracias a investigaciones recientes, se han hallado monedas de mediados del siglo I con el nombre del rey Gundafar, lo que da algún sustento histórico a esta tradición.
Su culto existe en la India desde los primeros siglos, y el sitio de su martirio (Calamina, hoy Mailapur o Mylapor, cerca de Madrás), es venerado desde entonces - si bien la tradición señala que los restos de Tomás fueron trasladados a Edesa en el 394-. Murió, según la tradición, atravesado por una lanza, que constituye -por tanto- otro de sus atributos iconográficos.
Otra leyenda piadosa añade una nueva incredulidad a la vida Tomás. Como se negaba a creer en la asunción de María, hace abrir su tumba y la encuentra llena de flores. Entonces la Virgen, desde el cielo, desanuda su cinturón y lo deja caer en manos de Tomás, quien nuevamente cree "por haber visto". Por este motivo, Tomás es representado a veces con el "sagrado cinto" entre sus manos. La reliquia es venerada desde el siglo XII en Prato, Italia.
Para leer más sobre la Biografía de los apóstoles en el enlace siguiente:
-¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?-
Mt 9, 14-17
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.LOS DISCÍPULOS DE JUAN AYUNAN FRECUENTEMENTE Y HACEN ORACIÓN
Los escribas y fariseos, se han hechos ellos mismo su mala fama y como siempre acostumbran a dirigir palabras en las que se expresa el deseo de que alguien sufra algún daño, es así como atacan ahora a Jesús directamente diciendo: "Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben. El ayuno es un elemento esencial de la vida piadosa de los judíos; éstos practican no sólo el ayuno, sino también la oración (Lc 11,1), como les había enseñado Juan Bautista (Lc 11,1). Con esta crítica ellos quieren presentar a los amigos de Jesús como discípulos permisivos, amigos dados a comer, beber y a banquetear.
2."¿ACASO LOS AMIGOS DEL ESPOSO PUEDEN ESTAR TRISTES?
Jesús responde a este juicio sobre sus discípulos, recordándoles que, cuando se está de boda, los rabinos no sólo eximían del ayuno a los amigos del novio, sino que éstos estaban obligados a interrumpirlo. Es así como les pregunta y les contesta: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
El evangelista compara a Jesús con un novio, el tiempo presente con una fiesta de bodas, y los discípulos con los invitados a la fiesta. En estas circunstancias el ayuno queda prohibido y no hay lugar para la tristeza. Les hizo además esta comparación: Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande.
3.DEDICARSE A LA ORACIÓN Y A LA MEDITACIÓN DE LAS COSAS DE DIOS
Siempre el ayuno fue considerado, como un medio de purificación espiritual, es así como Jesús nos enseño que ciertos demonios solo se expulsan con la oración y el ayuno (Mt 17, 21). También leemos en las Sagradas Escrituras, “Proclame un ayuno, para humillarnos delante de nuestro Dios” (1Esd 8,21), por esta razón los discípulos de Juan ayunaban frecuentemente y se dedicaban a la oración. Talvez esto es algo que nosotros debemos hacer con frecuencia.
Sin embargo, abstenerse o privarse de comer o de beber total o parcialmente, especialmente por motivos religiosos, a muchos les parece como que ya no es usual, además no es placentero. En efecto, privarse de la gula para dedicarse a la oración y a la meditación de las cosas de Dios, para algunos puede ser algo innecesario, para otros ni si quiera es mortificación, esto lo decide cada uno según sus propias motivaciones.
Jesús no pide que los discípulos ayunen, esto es los deja libre en este aspecto. Talvez por esto, los discípulos de Juan Bautista y de los fariseos, que tenía la obligación de ayunar, quieren saber porqué Jesús no pide el ayuno de sus amigos, es así como ellos reclaman: ¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?"
Pregunta, ¿No es bueno y hermoso que nosotros los discípulos de Jesús, nos destaquemos también por estas prácticas de ayuno y oración?. Jesús mismo practicó el ayuno y la oración durante casi 40 días (Mt 4,2).
4.TAMPOCO SE PONE VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS
Jesús continúa: Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!".
Con Jesús –vino nuevo, odres nuevos- se pone fin a un largo período de la historia del pueblo judío, representado por los fariseos que se aferran a las viejas formas de una tradición basada en ayunos múltiples, y se oponen a las nuevas formas del tiempo presente de la salvación, tiempo de alegría, de amor y de fecundidad, representado por la imagen de una fiesta de bodas.
5.JESÚS, HA VENIDO A TERMINAR CON TODO LO VIEJO
Jesús ha venido a traernos una vida nueva, vida de la gracia, y esa vida nos requiere como hombres nuevos, con una nueva mentalidad, con nuevos criterios, con una nueva escala de valores, ahora debemos ver las cosas de una manera distinta, y hacer un juicio renovado de los acontecimientos. En efecto Jesús, ha venido a terminar con todo lo viejo y nos trae un hombre con un nuevo sentido de la vida, con esperanzas nuevas.
Ese vino nuevo, es el hombre nuevo que se forma en Cristo, se debe echar en odres nuevos, esto es un cambio profundo y un nuevo sistema de vida. Pablo nos dice; “Así como Jesucristo resucito en la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva” (Rom 6,4), o también como nos aclara cuando nos dice: “El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente” (2 Cor 5, 17).
No nos contentemos con lo que somos, tratemos de ser como nos enseño Jesús, “sean perfectos como es perfecto el Padre que esta en los cielos” (Mt 5,48)
En Coimbra, el antiguo convento de Santa Clara, Santa Clara-a-Velha, hoy casi reducido a ruinas por las arenas del Mondego, evoca dos historias de amor completamente distintas: allí recibió sepultura (aunque su sepulcro está ahora en Alcobaça) Inés de Castro, amante y luego esposa del príncipe don Pedro, hijo de Alfonso IV de Portugal, y allí estuvo también, antes de su traslado a Santa Clara-a-Nova, la tumba de la fundadora, la llamada Reina Santa.
Isabel nació en Zaragoza, en el hermoso palacio de la Aljafería. Era hija de Pedro III el Grande, nieta de Jaime el Conquistador y sobrina nieta de Santa Isabel de Hungría. Desde niña fue muy inclinada a la piedad y más atenta a las virtudes de su tía abuela que a las hazañas de su padre y abuelo.
A los doce años (1283), fue entregada en matrimonio al rey Denís de Portugal, de quien tuvo una hija y un hijo. Su vida se vio señalada por múltiples pruebas, que soportó llena de fe. El rey, que la abandonó pronto, empezó a acusarla de mala conducta, mientras ella llevaba su abnegación hasta a educar a los hijos adulterinos de aquél. Denís, acusador inveterado, entró en conflicto con su yerno, y más tarde con su hermano, en tanto que su propio hijo se alzaba contra él. A esto respondía Isabel multiplicando sus ayunos y esfuerzos cerca de los interesados a fin de reconciliarlos. Después, sobrevinieron los duelos familiares: su hija y su yerno murieron jóvenes.
El rey murió en 1325. Delante del cadáver Isabel se viste el hábito de la Tercera Orden de San Francisco y empieza una vida completamente consagrada a Dios, a los pobres y a los enfermos. Se hace peregrina, llega a Compostela, y ante el Apóstol deja todas sus insignias reales. Visita hospitales y mientras besa a los apestados va sembrando milagros.
Habiendo brotado de nuevo la guerra, en esta ocasión entre su hijo y uno de sus nietos; se puso en camino para reconciliarles, pero moriría en el transcurso del viaje en Estremoz (1336). Madura ya para el cielo, exhala el último suspiro invocando a la Virgen María.
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo
En aquel tiempo, fue Jesús a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga de su pueblo, Nazaret. Se puso a enseñar de tal manera que todos estaban maravillados, sin embargo de entre sus mismos coterráneos, celosas palabras de admiración escandalosa brotan de ellos; ¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es ésa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
Los nazaretanos oyeron hablar de los milagros de Jesús, y reconocen que los realiza, pero como un simple instrumento o intermediario. Por eso, la sabiduría que tiene “le ha sido dada,” y los “milagros se hacen por su mano.” Es lo mismo que se dice de Moisés (2 Par 35:6). Pero su creencia en El, aún como taumaturgo, es muy primaria. Probablemente desconfían del valor de sus obras, mientras no sean reconocidas por tales en Jerusalén por los doctores (Jn 7:3-5). Es un caso de estrechez popular y familiar. Aparte, que era creencia que no se sabría el origen del Mesías.
2.¿NO ES ACASO EL CARPINTERO?
Hay en los coterráneos de Jesús una gran sorpresa, ellos le conocían desde niño y quizá se preguntaron: ¿cómo había cambiado tanto? En otras aldeas cercanas como Cafarnaún habían recibido las enseñanzas de Jesús, sin embargo los habitantes de Nazaret habían quedado escandalizados y no lo aceptaban. ¿Por qué?, ellos dan algunos motivos: No es el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros? Lo más seguro es que cuando se citan “hermanos” y “hermanas” de Cristo, sean estos parientes en grados diversos del mismo.
A Jesús se le hace “artesano”, carpintero. Pero entonces, y en aquel villorrio, los oficios de un “artesano” podían extenderse a otros pequeños menesteres. Sin embargo por conocer a sus familiares desestiman sus poderes y se “escandalizan” de Él. No admitían el misterio de Dios presente en una persona tan común como ellos. ¡Para poder hablar de Dios debería ser alguien distinto a ellos!
3.“UN PROFETA ES DESPRECIADO SOLAMENTE EN SU PUEBLO
No hubo una buena acogida para Jesús, y ellos eran las personas que habrían de aceptar la Buena Nueva como un privilegio, sin embargo no son exactamente las primeros en no aceptarla. Por tanto, el apuro no es sólo, con los de fuera, sino también con los parientes y con la gente de su pueblo.
No deja de extrañar el que Jesús diga aquí que sólo en su patria y entre los suyos es desestimado un profeta, cuando precisamente viene de la región de los gerasenos, de donde le rogaron se fuera de alli. La frase es un proverbio. En todo caso, Cristo en la región de Gerasa se presentó como un desconocido, mientras que en Nazaret vino precedido de la gran fama de los milagros.
4.LA MULTITUD QUE LO ESCUCHABA ESTABA ASOMBRADA
Esta “admiración” verdadera que Jesús tiene a causa de la “incredulidad” que tenían en Él, en nada va contra la plena sabiduría que tiene por su ciencia sobrenatural, ya que esto no es más que un caso del ejercicio de su ciencia “experimental,” como la teología enseña. Y, sobre todo, la descripción popular: un modo de acusar su actitud ante ellos.
Esto que sucede en esta escena sigue siendo habitual, no concebimos posible que alguien que convive con nosotros pueda ser mejor o que tenga cualidades extraordinarias.
Siempre habrá grandes cualidades que admirar en las personas que nos rodean, y no tiene sentido escandalizarse y entristecerse porque son mejores, ya que no podemos ser nosotros los mejores en todos los aspectos, admirar cualidades de los demás es un hermoso sentimiento, y para los envidiosos una amargura.
5.COMO SUFRE AQUEL QUE SIENTE CELOS Y ENVIDIA PORQUE UNO DE CONDICIÓN MAS HUMILDE ES MÁS ALABADO
Si nosotros vemos en esta expresión ¿de donde le vienen?, incomprensión, especialmente porque conocemos a Jesús, hagamos un esfuerzo por captar lo bueno y positivo que hay en quienes nos rodean, y así, buscar que en nosotros haya capacidad de admiración por la gente a la que conocemos.
¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón?, se preguntan sus paisanos, como queriendo decir que los que son hijos de un artesano, no pueden mostrar sabiduría. Es conocido como sufre aquel que siente celos y envidia porque uno de condición mas humilde es mas alabado, seguramente porque piensa que la gloria que se le tributa se la están robando a él, entonces sus mal corazón intenta calmar este dolor despreciando el origen de quien sobresale mas que él.
6.“UN PROFETA ES DESPRECIADO SOLAMENTE EN SU PUEBLO, EN SU FAMILIA Y EN SU CASA”.
Y Jesús era para ellos fue un motivo de escándalo. Entonces les dijo: ““Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro; sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos.
Jesús, estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Así fue como Cristo, dejo a los suyos y se fue a predicar a otro lugar, y esto para nosotros hoy debiera entristecernos mucho, que EL no abandone por nuestra falta fe, es así como pongamos todo lo necesario de nuestra parte para que el Señor nunca nos deje, y para que esto no ocurra nuestra fe debe ser honesta y sincera.
7.NUESTRA CEGUERA ESPIRITUAL NO NOS DEJA VER
También nos esta enseñando este Evangelio, que no podemos amar al Señor, si sentimos desprecio por algún hermano, especialmente si en el miramos su condición social, económica o racial.
Hagamos un esfuerzo para no juzgar a los demás por las apariencias, y sepamos ver en otros su coherencia de vida, la rectitud de su espíritu, su calidad humana, capacidad de justicia, su sabiduría y que sea para nosotros un ejemplo su camino de santidad.
En este Evangelio, Jesús nos hace ver como nuestra ceguera espiritual no nos deja ver sus obras salvadoras, que el nos esta mostrando su voluntad y no somos capaces de verla, ¿esta contrariando nuestros gustos?, ¿nos esta delatando nuestra soberbia?.
San Antonio María Zaccaría nació en Cremona, al Norte de Italia en 1502. Quedó muy pronto huérfano de padre. Tuvo una madre muy piadosa, que incluso rehusó un nuevo matrimonio para dedicarse más a la educación de su hijo. De ella aprendió una sólida piedad, austeridad y caridad.
Se distinguió desde muy joven por su compasión hacia los menesterosos y desvalidos. Fue esto lo que le movió a estudiar medicina en Padua. Así curaría a los enfermos, sobre todo a los más pobres, y aprovecharía para instruirles en la religión y atender a la salvación de las almas.
Su piedad y su generosidad fueron despertando en él la vocación sacerdotal (1528). Así su entrega sería más completa. Mucho influyó también en esta decisión su amor a la Virgen, a quien había consagrado su virginidad.
Pertenece a aquella generación de sacerdotes italianos que prepararon en su país el concilio de Trento, trabajando por la reforma del clero y la evangelización del pueblo.
Cada época tiene sus propias necesidades, a las que hay que responder con nuevas instituciones. Como más tarde Cayetano de Thiene, y como antes Felipe Neri o Andrés Avelino, Zaccaría concibió un nuevo modelo de vida sacerdotal, la del clérigo regular: éste no es un monje, ni un fraile mendicante, sino un sacerdote que vive bajo una regla y liga su vida con unos votos. Zaccaría fundó su Congregación en Milán en 1533 bajo el patrocinio de San Pablo, por quien sentía gran devoción. Doce años después de la prematura muerte de su fundador, habían de recibir entre sus filas a San Alejandro Sauli, quien les conferiría una extraordinaria pujanza antes de pasar a ser uno de los obispos más notables de la reforma tridentina.
También fundó una congregación femenina, para que se dedicaran a la protección y socorro de las jóvenes en peligro. San Carlos Borromeo se sirvió de ella para la reforma de los monasterios, elogiándola tanto que la llamó "la joya más preciosa de su mitra". A los miembros de estas dos congregaciones se les llama Barnanitas, por haber nacido ambas en una parroquia de Milán dedicada a San Bernabé.
Consciente San Antonio María de la influencia de la vida familiar en las costumbres privadas y públicas, creó también una congregación para los unidos en matrimonio, ordenada a la reforma de las familias.
San Antonio María entregó su alma a Dios el año 1539, a los 37 años de edad en Cremonasu ciudad natal. Llama la atención la multitud de obras realizadas en tan breve espacio de tiempo. Fue canonizado por León XIII el año 1890.
Conservamos la consigna que San Antonio María daba a sus hermanos: a saber: - Servir sin recompensa y combatir sin sueldo ni provisiones aseguradas.-
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo
“Se postró ante él y le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir”
Mt 9, 18-26
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.SEÑOR, MI HIJA ACABA DE MORIR
Se presentó a Jesús un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá. San Mateo se refiere uno de los jefes de la sinagoga, es decir un miembro distinguido de la sinagoga, según el Evangelio de san Marco, se llama Jairo, nombre bastante usual. Llegándose a Jesús, se postró ante El, e insistentemente le rogaba que viniese a su casa e impusiese sus manos sobre su hija única, sabemos por los sinópticos que es de doce años y que estaba muriéndose, este fragmento dice mi hija acaba de morir.
2.EL ALTO JEFE RUEGA A JESÚS, QUE PARA CURAR A SU HIJA
Si el alto jefe ruega a Jesús, que para curar a su hija, venga a su casa y le imponga sus manos, el no tenía un conocimiento claro del poder de Jesús, ya que no pensó en una curación a distancia. Era la fe imperfecta, que pensaba requerirse la presencia física para la curación. Es lo que hizo exclamar a Marta, la hermana de Lázaro, después de la muerte de éste, dirigiéndose a Cristo: Si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano (Jn 11:21). La prueba le resultaba especialmente dura al alto jefe, cuando acaba de presenciar la curación de la mujer con hemorragia. Es un contraste acusado en dos actitudes de fe.
Este relato de san Mateo, se encuentra en san Marcos (Mc 5, 21-43) con mucho detalle, con descripción de los personajes y los sucesos, y nos hace ver minuciosamente todas las actitudes, que suceden paso a paso, la de Jesús, los discípulos, las gentes, los que suplican, los que sufren, los que alborotan y los que lloran, en otra palabras, es un relato muy vivo.
3.SE LE ACERCÓ POR DETRÁS UNA MUJER QUE PADECÍA DE HEMORRAGIAS
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años. Debía de ser de cierta posición social, pues había consultado muchos médicos y gastado toda su hacienda con ellos, pero no había podido ser curada por ninguno, pero sin provecho alguno, es decir iba de mal en peor, no sólo por la inutilidad de aquellos remedios, sino, en parte, causados por los mismos.
Cuando Jesús iba a casa del Jefe de la Sinagoga para curar a su hija, tiene lugar esta escena. Iba acompañado de una gran multitud, que le apretujaba. En las callejuelas del viejo Oriente, el entusiasmo despertado por Jesús hacía que la multitud, empujándose por acercarse, le apretujase. Entre esta turba se mezcló la mujer angustiada y tocó con fe el vestido del Señor. Y al punto se hizo su curación.
4.CREÍA QUE CON ELLO SE CURARÍA
Habiendo oído esta mujer la fama curativa de Jesús, apeló, desesperada ya de médicos, al mejor recurso, Él. Sólo pensó en tocar su vestido, porque creía que con ello se curaría. La mujer enferma, a como de lugar quiere llevar adelante su propósito, entonces viene por atrás, y como queriendo robarle o sorprenderle un milagro. Esto es, porque era debido al tipo de impureza legal que significaba su enfermedad, ya que otros enfermos tocaban a Jesús para curarse. Las prescripciones rabínicas, aislaban a la mujer que padecía de esta enfermedad a fin de que no contagiase su impureza legal.
5.TEN CONFIANZA, HIJA, TU FE TE HA SALVADO
En este fragmento de san Mateo, dice que Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado, sin embargo en san Marcos, Jesús, se vuelve preguntando quién le ha tocado, porque una fuerza había salido de El. Y se dio vuelta, es decir, miraba en torno suyo, — es la clásica mirada circular del estilo de san Marcos, como queriendo descubrir quién había sido. Si Jesús obra así, no es por ignorancia, sino por elevar y confirmar la fe de aquella mujer, haciéndole ver que no fue la curación por un contacto supersticioso, sino por efecto de la fe. Ante esto, los discípulos, se extrañan de esta pregunta, pues todos le apretujaban y nadie se había acercado a El con gestos o modos especiales. Pero Jesús insistió en su afirmación. Ante esto, la mujer se postró ante El y le confesó, lo mismo, ante todo el pueblo toda la verdad. Jesús le dijo: Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado. Y desde ese instante la mujer quedó sana.
6.CONFIANZA PLENA EN EL PODER DE JESÚS
Hermoso relato, Al acercarse a El con fe esta mujer y ser curada, lo que mas nos encanta, es darnos cuenta la confianza plena en el poder de Jesús, no solo cree que Jesús la puede curar, sino que va mas adelante, pues ella cree que con tan solo tocar su vestido basta, pero aún hay mas, ella piensa que auque Jesús no se de cuenta, con el simple contacto de su manto, le devolverá la salud perdida.
Así debiera ser nuestra fe y nuestra confianza en Jesús, nuestro hermano amigo que nunca nos falla.
Pero Jesús, al oír esto, sólo le recomienda que tenga fe. Era ésta la que iba a crear el clima en que El ejercía las curaciones, y que, por faltar tantas veces, no realizó milagros. Y vino a su casa. Pero no permito que le siguiera nadie de la turba que le rodeaba, más que tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan.
7.LA NIÑA NO ESTÁ MUERTA, SINO QUE DUERME
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba, todo el rito de lloronas a sueldo, ya evocadas por Jeremías (Jer 9:17-18). Por eso, a la presencia de esto, les dice al entrar, Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme. El uso eufemístico del sueño por la muerte es usual al pueblo judío. Así anunció Jesús la muerte de Lázaro (Jn 11:11.14). Pero aquí el contraste entre muerte y sueño no permitía la interpretación eufemística. Y, sabiendo aquellos mercenarios fúnebres la realidad de la muerte de la niña, se rieron de Jesús. Cuando hicieron salir a la gente, él entró, Y, acercándose al lecho, tomó de la mano, y ella se levantó. Según san Marcos, le dijo unas palabras en arameo. «Talitákum», que significa: « ¡Niña, Yo te lo ordeno, levántate!», destacándose la autoridad de Jesús. Y al instante la niña de doce años se levantó y echó a andar, luego mandó que diesen de comer a la niña.
8.EL PODER DE JESÚS QUE SE MANIFIESTA INCLUSO ANTE LA MUERTE
Jesús, sólo permitió entrar en la habitación de la niña muerta a sus padres y a sus tres apóstoles. Y a todos los demás los echó fuera
Nos demuestra este relato la verdad de la resurrección, pero no sólo la había resucitado, sino curado; la necesidad de comida le haría ver la perfecta salud que ya gozaba.
Este relato nos muestra el poder de Jesús que se manifiesta incluso ante la muerte, que se somete a su palabra imperativa, la resurrección de la hija de Jairo, nos muestra el poder de Jesús sobre la vida humana.
9.SE POSTRÓ ANTE ÉL ROGÁNDOLE CON INSISTENCIA.
También vemos a al alto jefe de la sinagoga que al ver Jesús, se postró ante él, esto es se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia. Así debemos ser también nosotros en la oración, con fuerza y perseverancia. La fe es nuestra mayor necesidad, muchas veces estamos preocupados de un sin números de necesidades, tales como bienes, vacaciones, viajes, cultura, dinero etc. Pero lo que el Señor no dice que lo que más necesitamos es fe. Es así, como es bueno pedirle al Señor: Señor, que la fe no me abandone, te pido que me la refuerces, que me la concedas siempre, en abundancia, en suficiencia
Bendiciones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
SANTORAL
SANTA MARIA GORETTIS. XX
Santa María Goretti - la Inés del siglo XX - nació en Corinaldo en 1980. Sus padres eran Luis y Asunta. Tuvieron seis hijos. Emigran a Ferrieri di Conca y trabajan como colonos. Eran terrenos malsanos y el padre murió pronto.
Quedaron solos Asunta y los niños, el mayor de trece años.
María, que era la segunda, animaba a su madre: Mamá, no tengas miedo. Ya vamos siendo grandes. El Señor nos ayudará y ya verás cómo salimos adelante.
Asunta había de trabajar en los duros trabajos del campo. Pero no olvidaba la educación de sus hijos. Desde que aprendían a hablar, les enseñaba la señal de la cruz y a rezar las oraciones. Y ella rezaba con ellos.
Marietta, como llamaban cariñosamente a María, atendía sobre todo a las labores de la casa, arreglaba a los hermanos menores, iba por agua, guisaba, cosía.
Además tenía que atender a otras dos personas que vivían en la misma casa, Juan Serenelli y su hijo Alejandro, mozo de veinte años.
Alejandro era un muchacho normal, pero las malas lecturas le hicierondaño. Empezó a fijarse con malas intenciones en Marietta, que sólo tenía doce años, pero algo desarrollada para su edad. Una brutal pasión se encendió en Alejandro, que no pararía hasta intentar saciarla violentamente.
Dos veces la tentó y María se resistió. La tercera vez lo tenía todo bien medido. Su padre, Asunta y los niños estaban todos trillando en la era. María cosía en la escalera una camisa que Alejandro le había mandado remendar con la idea de que quedase sola en alguna habitación.
Sabiéndola sola se acercó e intentó violarla. Ella se defendió fuertemente diciendo que prefería morir antes que pecar. Alejandro viendo que no podía conseguirlo, con un punzón le infligió 14 heridas en vientre y pecho.
La trasladaron a Nettuno. Sufrió una operación sin cloroformo con gran entereza. Recibió con gran devoción el viático, teniendo entre sus manos la medalla de la Virgen Milagrosa. Le sugieren que perdone al asesino, y contesta: Ya le perdoné mientras me hería. Le vuelvo a perdonar y deseo que venga conmigo al paraíso. Poco después la niña moría invocando a la Virgen. Era el 6 de julio de 1902. Hubo una inmensa conmoción en la comarca.
El heroísmo de María no fue improvisado. Las virtudes que mostró en su muerte--morir antes que pecar, perdón, entereza en el sufrimiento--eran fruto de una vida ejemplar. Con oración, modestia y trabajo se preparó.
Alejandro fue condenado a 30 años de cárcel. Pronto se arrepintió y sólo deseaba expiar su pecado. Una noche en un sueño vio a María que le ofrecía un ramo de flores. Él lo interpretó como un nuevo perdón, que le devolvió la paz. Por su buena conducta le condonaron tres años de cárcel.
Al salir en 1929 trabajó como albañil, y un día fue a Corinaldo a pedir perdón a "mamá Asunta", y en la Misa de Nochebuena comulgaron juntos la madre y el asesino de su hija. Luego se retiró como criado a los capuchinos de Ascoli. Murió el año 1970, tras una vida piadosa y penitente.
El día 24 de junio del Año Santo 1950 fue un día grande en Roma. En la plaza de San Pedro, Pío XII canonizaba a una niña, Santa María Goretti. Se calcula que asistieron hasta medio millón de personas.
Era la primera vez que una madre presenciaba la canonización de su hija. Alejandro siguió la ceremonia desde Ascoli... Cuatro años después, mamá Asunta iba a reunirse con su Marietta en el paraíso.
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo