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General: Mi música y la tuya !!
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De: Ruben1919 (Mensagem original) |
Enviado: 14/02/2014 09:55 |
www.youtube.com/watch?v=3FqzudfX_rU
9/7/2008 - Subido por cusiton
Hermosa cancion compuesta e interpretada por el tenor venezolano Alfredo Sadel, como un homenaje a ...
Canta arpa .... de Alfredo Sadel ...
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Teresa Parodi cantará en Cuba con reliquia de Mercedes Sosa
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Quince años a guitarra limpia
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Cambio de tiempo (+ Fotos y Video)
Teresita Fernández. Foto: Archivo de Marta Valdés/ Cortesía del Museo de la Música.
A veces las frases hechas que aceptamos sin más ni más, recobran su sentido literal. En más de una ocasión, a lo largo de esas seis décadas de cantos y guitarreos, de enjundiosos discursos sin tribuna ni pódium, cara a cara, de sillón a sillón, que prodigó al semejante fuera quien fuera a su paso por esta vida, Teresita Fernández hizo, de lo que estoy afirmando, un hecho contundente.
Cambio de tiempo fue en mi vida –y me consta que también lo fue en las vidas de quienes experimentamos sus primeras sacudidas-, la llegada de una voz, un temperamento y una empuñadura de guitarra como los que trajeron, en 1965, aquellos dos primeros recitales suyos en la pequeña Sala Arlequín de La Rampa y su posterior presentación en los muy selectos lunes de Bellas Artes.
Todavía no había hechizado a grandes y pequeños con el universo particular que todos y cada uno de nosotros llevaría consigo en lo adelante, porque pasó por tradición entonada de una a otra generación. Ni una enredadera, ni un trasto abandonado, ni un bichito diminuto siquiera, poblaban la palangana de oro que volteó sobre nosotros, adultos asombrados, de edades tan diversas con aquellas canciones de amor, más bien parábolas de una biblia que debe haber estado empeñada en escribir por aquel entonces.
Cuánto me llegaron sus acordes mayores y menores con tres dedos simples, sus ademanes con la mano derecha que no rasgueaba ni arpegiaba ni desglosaba sonidos sino que parecía argumentar razones sagradas para meterse en las vidas de los millones que la fuimos queriendo y hoy, sin remedio, entramos a venerarla para que siga durando como lo merece.
Me pregunto sobre qué estrellas de la noche habanera se habrán trepado aquellas canciones como la que empezaba diciendo, en un temblor, “me has dicho que me quieres” y que, más adelante, se arremolinaba (“no puede haber soledad”) hacia arriba, como un tirabuzón para dejarnos sin aliento, respirando a su ritmo y a su aire, frases salteadas que escucho dentro de mi cabeza ahora mismo, frases entrecortadas por esas nubes que se meten en la memoria y hacen sombra a la palabra (no así al revivir del canto emocionado). Absolutamente nadie antes que ella, nos había cantado así.
Todavía no había señales, ni un guiño siquiera, de ese brebaje mágico que nos dio a paladear para que en lo adelante, cada vez que se nos ocurriera, consiguiéramos volver a ser niños. Muchas personas, en la infancia, sólo habíamos dispuesto de la pájara pinta, el mirunflí o aquel canto del marinero que, con tal de que lo sacaran del agua y por no ahogarse, estaba dispuesto a entregar todo su oro y su plata y su mujer por esclava (¡sí, sí!), y empezamos a tener una ronda propia que nos hizo tomar conciencia del mundo que teníamos pegado a las narices, sin lobos ni serpientes, sin yerbajos venenosos, colocado por obra de Dios en la Isla más hermosa del mundo, donde el puesto de hada, vacante desde las primeras matanzas a nuestros aborígenes y tachado con plumón indeleble desde el día que arribaron a nuestras dolidas costas los primeros seres esclavizados, pasó a ser ocupado por una maestra que canta. Nuevo cambio de tiempo, inesperado y salvador, para el archipiélago entero.
Aquella rebeldía de hierro, aquella atronadora salva que en tiempos en que nada parecía poder protegernos de la mala voluntad que amenazaba con ademanes sutiles o francamente groseros la dimensión espiritual alcanzada gracias a la fe en nosotros mismos, nos convocó a acercarnos, cuerpo a cuerpo, todos los domingos de la vida, para oxigenar el alma bajo las ramas de un bosquecito de yagrumas. Desde allí, acompañada de un par de cómplices fervientes*, de pie con su guitarra, al cuello un collar de semillas, acaso engarzado para ella en acción de gracias por manos agradecidas, Teresita Fernández se declaró juglar y se puso a soplar para todos lados, como quien juega a la gallinita ciega, un viento mágico capaz de volvernos ángeles y, con la fuerza de la cruz que siempre tuvo a la vista, sobre el cuerpo o en el mismo centro del corazón, atontar a los diablillos sonsos que pululaban en el ambiente de aquel entonces. Así tuvimos a mano una especie de espanta-demonios a cuyo amparo quien más y quien menos, alguna vez, fue a guarecerse. Linda tropa, invencible, armó –ya sabemos—acopiando pedacitos de cosas feas, con la sola voluntad de borrar de este mundo el flagelo del abandono.
El lunes 11 de noviembre de 2013 amanecimos con la ¿noticia? de que Teresita se había ¿marchado de este mundo?, que Teresita había ¿dejado de existir? Qué manera de resultar inútil el vocabulario. Qué manera de no figurar en el más abarcador o sofisticado diccionario un monosílabo, una palabra esdrújula, una pista capaz de validar esa extraña realidad que no nos queda otro remedio que admitir mirándonos a los ojos antes de abrazarnos, bajando la cabeza o elevando la mirada ¿en soledad? sin escatimar temblores de voz y cosquilleos en el corazón, sin mover un dedo para secar esa lágrima voluntariosa que cae, o pestañar para esconderla. Vamos a tener que convocar a la Maestra para que nos aclare qué es lo que ha pasado en realidad. O desempolvar la frase hecha y confundirnos en un voto de amor y fe con el compromiso de eternizar su legado a la luz de este irremediable, aleccionador, cambio de tiempo.
Almendares, 17 de noviembre de 2013
*El poeta Francisco Garzón Céspedes y el crítico Carlos Espinosa.
Teresita Fernández en la Peña de los Juglares. Foto: Víctor Casaus.
En Video, Teresita Fernández intepreta “No puede haber soledad” en el Centro Pablo
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México construirá un museo en honor a Pedro Infante
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Asegura Formell que “el son no se ha ido de Cuba”
El músico cubano Juan Formell, que recibirá el Premio a la Excelencia Musical de los Grammy Latinos, dijo este jueves que esa distinción demuestra que “el son está aquí, que no se ha ido de Cuba”.
Que la orquesta cubana ‘Los Van Van‘ reciba este codiciado premio “viene a demostrar que el son está aquí, que no se ha ido de Cuba”, dijo el músico de 71 años, que es director, bajista, cantante y compositor de esa popular banda.
Ganadora de un Grammy en 2000, con “Llegó Van Van” (Mejor Álbum de Salsa) y cinco nominaciones a los Grammy Latinos, Los Van Van son la más popular orquesta de música bailable cubana desde su creación en 1969.
Formell recordó que en los inicios “la música que empezamos a hacer nosotros era muy cubana, pero con características (sonoras y rítmicas) diferentes (…) y empezaron a manipular una frase que el son se había ido de Cuba” con los artistas emigrados.
Pero el Premio a la Excelencia Musical demuestra que “ganamos la pelea, de verdad, le ganamos a esquemas que estaban establecidos de esa música, que en definitiva no era la auténtica, como la que se hace aquí”, dijo Formell en conferencia de prensa.
El son es el ritmo base de la música cubana.
Formell, quien recibió el 27 de octubre en Gran Bretaña el prestigioso premio Womex, compartirá con otros seis artistas el galardón en la 14 entrega anual de los Granmy Latinos, en Las Vegas (Nevada, oeste de EEUU).
Ellos son el venezolano Oscar D’León; el brasileño Roberto Menescal; la colombiana Totó la Manposina; el argentino Palito Ortega; el puertorriqueño Eddie Palmieri y el español Miguel Ríos.
Estos premios se entregarán el 20 de noviembre, un día antes de la ceremonia de los Grammy Latino, y son otorgados a artistas que han realizado contribuciones creativas de excepcional importancia durante sus carreras, según la academia musical.
(Con información de AFP)
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Pastorita ya es historia en la música popular de Cuba

Con su deceso a los 97 años de edad, Pastora Yuani Sayú, la inspiradora de la bailada pieza el Guararey de Pastora, ingresó en la historia de la música cubana, afirmó un destacado musicólogo.
Oscar Cuenca Sosa, autor del ensayo Del changüí a la salsa y mucho más, igualó la huella dejada por la guantanamera en el repertorio de la música de Cuba, con la de Longina y Aurora que estimularon la musa de Manuel Corona, y la impregnada por la Mercedes que motivó a Moisés Simons el danzón homónimo.
Aclaró que no obstante la valía de esas composiciones, ninguna alcanzó el renombre universal del “Guararey…”, grabada por la afamada disquera canadiense Ambassador en su CD Ritmo Caliente, junto a clásicos como Camina como Chencha, de Ñico Saquito, y A mi guajira la quiero, de Francisco Repilado.
Cuenca Sosa, director también del guantanamero Centro de Investigación e Información de la Música Rafael Inciarte Brioso, fue el encargado, en la necrópolis de San Rafael, de despedir el duelo de “Pastorita”, como era conocida popularmente la anciana fallecida el lunes en la ciudad de Guantánamo.
Evocó que Juan Formell, fundador de Los Van Van, lamentaba recientemente en ese territorio que en el repertorio de la orquesta no estuviera actualizado el Guararey de Pastora, sin duda la pieza de changüí más escuchada en el planeta, devenida un himno bailable durante la pasada década de los 70, en Cuba.
Su autor fue Roberto Baute Sagarra a quien la sentencia 336, de 14 de junio de 1976, del Tribunal Popular Provincial de Guantánamo, reconoció la paternidad del mencionado changüí, en detrimento de Pedro Speck, a nombre del cual estaba acreditada la canción en el Registro de la Propiedad Intelectual del Consejo Nacional de Cultura.
Nacida en Boquerón de Yateras, en 1916, Pastorita habitó durante más de dos décadas en Uveral, a 15 kilómetros de la Villa del Guaso y su vida apacible en esa comunidad fue revelada al público en noviembre de 2003, por la Agencia de Información Nacional.
El despacho refutó la creencia generalizada hasta entonces de que la inspiradora de la antológica pieza (Pastorita tiene guararey conmigo / Yo no sé por qué será / Yo nunca le he hecho nada / Ella es mi amiga del alma/La llevo con el corazón), había sido fruto de la imaginación de Baute Sagarra.
Interpretada por varios músicos y el pueblo que le rindió homenaje, la sonoridad de esas estrofas retumbó este martes, mientras descendían a la eternidad los restos mortales de Pastora, la del Guararey.
(Con información de la AIN)
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Teresita Fernández, abriendo círculos de amor

Amorosa e irreverente, auténtica y solidaria, amiga de sus amigos hasta las últimas consecuencias. Así recordaremos en el Centro Pablo de la Torriente Brau a Teresita Fernández, quien nos enseñó que lo bueno que en el mundo existe obedece a que “los círculos de amor se cierran”. Ella, sin embargo, los abrió como nadie.
Desde que el primero de julio de 1967 ofreció en Bellas Artes su concierto Teresita y nosotros con los jóvenes poetas y trovadores vinculados a El Caimán Barbudo hasta este 11 de noviembre del 2013, esta maestra que canta, como le gustaba definirse, entregó sus energías y talento a promover el canto honesto y limpio, tan limpio como esa guitarra que tocó en el patio de las yagrumas de Muralla 63.
Sobre ese espacio, que ahora cumple quince años y que ella prestigió con sus canciones desde su segundo aniversario, dijo: “He disfrutado mucho estar aquí porque aquí todo es poesía (…). Este espacio ha sido una gran idea y lo que quiero es que me traigan más a menudo y trabajar más para ustedes y con ustedes”.
Y así fue. Nos acompañó muchas veces y recibió en ese lugar el Premio Pablo, la máxima distinción que entrega el Centro. Anduvo entre nosotros Pobre, nómada y libre, como el título del documental que produjo la institución y que realizó Jorge Fuentes, y que la mostró intacta en sus esencias.
Tenía 82 años, pero seguía siendo la niña ingenua y soñadora que siempre fue. La que encontraba belleza en lo feo, la que nos invitaba a tomarnos de la mano y a danzar, la que encontró la música en los versos de José Martí, la que tenía un gatico flaco al que le entregó todo su amor.
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Calle 13 estrenó #Multi_Viral, canción compuesta con Julian Assange (+ Video)
Julian Assange (izquierda) y René Pérez, el Residente de Calle 13, en la Embajada de Ecuador, en Londres, donde permanece el fundador de Wikileaks desde hace más de 400 días.
“Todo empieza con una llamarada,/ cuando despedimos llamas de nuestras miradas./ Quieren detener el incendio que se propaga,/ pero hay fuegos que con agua no se apagan”. Así empieza “#Multi_Viral”, la canción que esta mañana lanzó Calle 13 a través de su cuenta de Facebook.
La canción fue compuesta en conjunto por René Pérez y Julian Assange, el fundador de Wikileaks.
La semana pasada fue anunciado el tema en un video en el que se les veía a ambos conversando en la embajada de Ecuador en Londres, en junio pasado. “Utilizaremos sus ideas y las manipularemos para construir la canción. Vamos a hablar en contra del periodismo mediocre, pero usando sus voces”, explicó Residente.
En el tema también colaboraron Tom Morello, guitarrista de Rage Against The Machine, y la cantante israelí Kamilya Jubran, conocida por sus temáticas reivindicativas.
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Haciendo memoria con Teresita
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Homenajearán músicos cubanos a Polo Montañez
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Murió Teresita Fernández (+ Fotos y Video)
Teresita Fernández. Foto: Kaloian.
Esta mañana se ha conocido la triste noticia del fallecimiento de Teresita Fernández, la más descatada cantautora en la creación musical para niños cubanos de varias generaciones. Su cadáver será velado en la funeraria de Calzada y K, Vedado.
Teresita Fernández García nació el 20 de diciembre de 1930 en Santa Clara, Cuba. Trovadora, narradora y pedagoga, es conocida como la cantora mayor. Muchas de sus composiciones constituyen himnos al amor y a la cubanía. Su formación comienzó en su hogar. Cantaba desde los cuatro años en la emisora radial CMHI de su ciudad natal, en el programa Hora Martha que dirigía su madre Amparo García. Sus creaciones reúnen sonoridades de antiguas baladas y del folclore campesino, entre las que no faltan musicalizaciones de textos de José Martí o Gabriela Mistral. En el panorama de la canción para niños de Latinoamérica, ella completa un triángulo de grandes maestros, cuyos otros vértices son el mexicano Francisco Gabilondo Soler y la argentina María Elena Walsh.
Su obra abarca la canción infantil y un rico repertorio que se inspira en la patria, en la naturaleza, en el amor, y que se apoya en la musicalización de obras paradigmáticas de autores latinoamericanos como las Rondas, de Gabriela Mistral o el Ismaelillo, de José Martí.
Trovadora, narradora y pedagoga cubana, cuyas canciones para niños han permanecido en el gusto musical de los cubanos de varias generaciones. Prefirió la guitarra en lugar del piano. Sus primeras actuaciones tuvieron como marco su tierra natal, cuando cantaba, acompañada de su guitarra, canciones suyas, en fiestas familiares. Su formación se debe considerar autodidacta.
Yo soy una maestra que canta es su biografía escrita por la periodista Alicia Elizundia Ramírez en la que Teresita expresa que a ella le interesaba la poesía tanto como la música y que es la canción la que une a ambas manifestaciones. Para su formación buscó a un trovador para que la instruyera. A los doce años conoció a Benito Vargas, un tabaquero y trovador que por las noches se dedicaba a dar serenatas y que le enseñó los acordes esenciales de la guitarra. Ella misma expresó que su temperamento no le permitía desarrollarse en el piano pues le parecía muy aburrido.
En 1948 se graduó de maestra en la Escuela Normal de Santa Clara en la que también trabajó. Su ingreso en las aulas coincidió con una huelga general realizada en Cuba en 1958 contra el gobierno de Fulgencio Batista. Sus alumnos fueron a la huelga y ella los acompañó en la protesta cívica. Poco después de aquellos sucesos y por la incomprensión de sus intereses artísticos en el medio predominante en Santa Clara, por entonces caracterizado por un pensamiento y una proyección profundamente conservadores, Teresita optó por emigrar hacia la capital cubana. En 1959 obtuvo el título de Doctora en Pedagogía.
En La Habana decidió entregar su vida de forma íntegra al arte de hacer trova, con la misma vocación de aquellos maestros ambulantes de los que hablara José Martí.
Sus primeras canciones datan de la década de los cincuenta entrando a la vida musical cubana de la mano del dúo de las Hermanas Martí, voceras generosas de su arte que llegaron a interpretar su canción Canto a mi bandera, cuyo texto demostraba la sencilla belleza de la poesía trovadoresca:
Como si fueran tan pocas las bellezas de los campos,
me dieron una bandera para aumentar sus encantos,
mariposa contra el viento, tricolor rosa cubana,
al darme a mí esa bandera me encadenaron el alma.
El primer intérprete que asumió en su repertorio una canción de Teresita Fernández fue Ramón Veloz, conocido exponente de la música de origen campesino en Cuba, que interpretó el corte titulado Cubano mira tus palmas.
Teresita empezó a dedicarse de lleno al arte de componer y cantar sus propios temas.
En los años sesenta se iniciaría la popularidad de Teresita Fernández, según expresa en sus Ensayos voluntarios, el destacado intelectual Guillermo Rodríguez Rivera. Se trataba de una popularidad limitada a círculos de conocedores, pues nuestros productores de radio y de televisión fueron tímidos para promover una expresión musical, para ellos poco espectacular.
Las Hermanas Martí, Berta y Cuca, le facilitaron sus primeras presentaciones en la capital de tal modo que el 20 de julio de 1965 la sala Arlequín, uno de los sitios pequeños de La Rampa habanera, donde se presentaban muestras del teatro más exigente de aquella época, abrió sus puertas para el debut de la trovadora villaclareña. Al decir de la propia Teresita, sentados en primera fila tuvo a dos grandes figuras de la música cubana de todos los tiempos: Sindo Garay y Bola de Nieve.
Meses después, Ignacio Villa (Bola de Nieve) demandó la presencia de Teresita Fernández en las noches del afamado restaurante Monsigneur en la esquina de 23 y O en el Vedado, un espacio conocido en esa etapa como chez Bola. Bola propinó el más hermoso piropo a esta trovadora indetenible: “Usted no necesita más adorno que la canción”.
Luego empezó a tener un espacio propio en La Rampa, en el pequeño club Coctel ubicado en 23 y N, un sitio cuyo nombre permanecería asociado para siempre al suyo, aún después de que ella tomara otros rumbos. Al decir de Marta Valdés, allí acudían los jóvenes pues las canciones versaban principalmente sobre la realidad.
Teresita tendió la mano, desde el club Coctel a Silvio Rodríguez, un talentoso joven entonces desconocido. La amistad duradera entre ambos trovadores ha ofrecido frutos en las múltiples ocasiones en que han tenido la oportunidad de coincidir sobre los escenarios.
En 1966 los fundadores de la revista artístico literaria El Caimán Barbudo la abrazaron con su homenaje en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
Por entonces, los medios de comunicación difundieron un par de composiciones suyas, No puede haber soledad y, sobre todo, Cuando el sol, una suerte de balada pop que en la voz de la vocalista Luisa María Güell captaba la atención de una zona de la audiencia musical cubana.
Teresita condujo los programas radiales Musa traviesa y De regreso. Asimismo, su primera incursión en televisión fue en 1960, al inaugurar el programa La casita de azúcar, junto con los títeres Pitusa y Eusebio, que se transmitió durante buena parte de la década. Entre finales del decenio de los años sesenta y stenta, Cuba se vio inmersa en proyectos económicos como el cordón de La Habana y la zafra de los diez millones, Teresita se unió a José Antonio Méndez y a César Portillo de la Luz, para ser protagonistas de una larga gira nacional, que llegó por igual a los obreros de una mina que al campo abierto.
En 1974, al cesar su trabajo en la televisión, con un grupo de sus amigos más afines y por iniciativa de Celia Sánchez, bajo las yagrumas del Parque Lenin se creó La peña de los juglares. Este espacio, que muchos llamaron «la peña de Teresita», se fundó con la ilusión de dar un sentido muy especial a las mañanas de domingo, con la trovadora como anfitriona. Puede asegurarse en la actualidad que pocas iniciativas han logrado el nivel de convocatoria que ella y sus amigos alcanzaron entre la gente que, desde cualquier punto de Cuba o del resto del mundo, acudía a su llamado cada domingo por espacio de quince años. Entre muchos nombres importantes que desfilaron por la peña, caben mencionarse los de Alicia Alonso, Antonio Gades, Onelio Jorge Cardoso, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Marta Valdés, Francisco Garzón Céspedes, Tania Libertad y Dany Rivera, entre otros.
Este espacio, junto a Francisco Garzón Céspedes, narrador y pedagogo, constituyó un importante aporte a la Narración oral en Cuba con la narración escénica de cuentos, que fue una experiencia oral, comunicadora y escénica, de integración de las artes, que generó otros eventos como La Peña del Brocal, fundada en 1987, en Camagüey.
Desde 1988, Teresita se ha presentado en diversos escenarios internacionales entre los que se destacan sus actuaciones en la Jornada Dariana en Nicaragua y en el II Festival Iberoamericano de Narración Oral y Escénica de Monterrey, México, en el que obtuvo el Premio Chamán.
Así la describe Silvio Rodríguez: Teresita Fernández, ser alucinado que transmite asombro y sabiduría
Vea un fotorreportaje de Kaloian que sintetiza, en imagen, la naturaleza y el carácter de esta gran mujer: No puede haber soledad mientras ella exista

(Con información de Wikipedia)
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Esther y el tiempo (+ Video)
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Exitosa presentación de soprano cubana Bárbara Llanes en Francia
En una sala repleta y con prolongados aplausos, el público francés recibió a la soprano Bárbara Llanes y al pianista Rolando Luna, quienes interpretaron a clásicos de la música cubana en dos conciertos ofrecidos en la región parisina.
Los asistentes se refirieron con emocionadas expresiones a la gran calidad del duo, luego de las presentaciones en el Centro de las Artes de la ciudad de Enghien-les-Bains, aledaña a esta capital, donde participaron autoridades locales y funcionarios de la misión cubana en la Unesco.
Tras una cerrada ovación durante la presentación final la noche del sábado, Llanes y Luna debieron repetir la “Salida de Cecilia Valdés”, de la zarzuela compuesta por Gonzalo Roig, donde ambos hicieron gala de su talento y virtuosismo.
En entrevista concedida a la prensa, la soprano expresó su satisfacción por la reacción de los asistentes, que después de cada número aplaudían con entusiasmo.
“Nosotros vinimos con muchos deseos de ofrecer estos conciertos, pero de verdad yo nunca esperé una tan buena acogida, tanto de la música cubana, como de mi voz. Estoy muy feliz porque ese es el objetivo de un artista”, expresó la cantante.
Piezas clásicas, como “Tú”, de Eduardo Sánchez; “Canción del amor triste”, de Ernesto Lecuona; “Quirino con su tres”, compuesto por Emilio Grenet; la habanera de Ignacio Cervantes “El ingenio de mi papa”; y “Perla Marina”, obra de Sindo Garay, mantuvieron inmóviles en sus butacas a los espectadores.
Luna, por su parte, manifestó a esta agencia su sorpresa ante las ovaciones desatadas por la oferta musical traída desde Cuba a la región parisina.
“A mí se me vincula más con otros géneros, como el jazz, el son o la música tradicional de la orquesta Buena Vista Social Club, pero ahora, después de esta experiencia, quisiera repetirla varias veces”, dijo el pianista.
Se refirió también al buen momento artístico de la actualidad de Cuba donde, dijo, los jóvenes están imponiendo con fuerza su forma de manifestar sus creaciones y se abren nuevos espacios con muchos buenos intérpretes y orquestas.
Destacó Luna la importancia del arribo cada vez más numeroso de artistas extranjeros, lo cual permite compartir ideas, relacionarse con otras culturas y fortalecer y hacer crecer las raíces propias.
Los proyectos de los dos talentosos músicos cubanos divergen en los próximos meses.
Luna participará en la gira internacional de despedida de Buena Vista Social Club y la promoción de un disco grabado recientemente con Omara Portuondo.
Mientras, Bárbara Llanes concentrará sus energías en la próxima presentación en Colombia del “Salmo de las Américas”, de José María Vitier.
“Es una gran producción, una obra gigantesca y hermosa, como es toda la música de Vitier”, señaló la soprano.
(Con información de Prensa Latina)
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Exitosa presentación en Cuba de la cantante dominicana Maridalia Hernández (+ Fotos)
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