El célebre juez español Baltasar Garzón se sienta por primera vez este martes en el banquillo de los acusados por haber ordenado presuntas escuchas ilegales en un caso de corrupción, un primer proceso contra el magistrado que la próxima semana será juzgado por haber querido investigar los crímenes del franquismo.
El juez español Baltasar Garzón se sentó por primera vez el martes en el banquillo de los acusados, por ordenar presuntas escuchas ilegales en un caso de corrupción, primer proceso contra el magistrado que en una semana será juzgado por tratar de investigar crímenes del franquismo.
Vestido con toga negra y magas de encaje blanco sobre una camisa y una corbata claras, el juez Garzón, de 56 años, escuchó con semblante serio las alegaciones de su abogado defensor, Francisco Baena Bocanegra, quien se quejó de faltas de procedimiento en este juicio en el Tribunal Supremo de Madrid.
Garzón está imputado de "uso de instrumentos de escucha y grabación en violación de las garantías constitucionales" en la investigación de un escándalo de corrupción conocido como "trama Gürtel", que a principios de 2009 implicó a altos cargos del Partido Popular (PP, derecha), que gobierna España desde diciembre.
De ser declarado culpable, el juez, mundialmente conocido por la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet en 1998 en Londres, podría ser condenado a un máximo de 17 años de inhabilitación profesional, lo que supondría el final de su carrera.
Suspendido de sus funciones en España desde mayo de 2010, Garzón tiene pendientes contra él otros dos casos por presunta "prevaricación", es decir por tomar una decisión injusta a sabiendas, lo que ha llevado a sus partidarios a denunciar una maniobra política contra el controvertido juez.
A partir del 24 de enero, el mismo Tribunal Supremo juzgará a Garzón por su intento de investigar sobre los más de 100.000 desaparecidos de la Guerra Civil española (1936-39) y de la dictadura franquista (1939-75), pese a la existencia de una ley de amnistía aprobada en España en octubre de 1977.
"Estamos ante un hecho que avergüenza a la democracia española, a la justicia y al propio Tribunal Supremo que es juzgar a un inocente, en primer lugar por haber querido juzgar al franquismo y también por haber querido luchar contra la corrupción", consideró el diputado ecolocomunista Gaspar Llamazares, a las puertas del tribunal.
Casi un centenar de personas se manifestaron allí para expresar su apoyo a Garzón. "Tapan sus delitos echando a Garzón", gritaron al recibir con aplausos la llegada del juez, quien entró en el juzgado sin hacer declaraciones.
La plataforma "Solidarios con Garzón", en la que participan artistas como el cineasta Pedro Almodóvar, el poeta Marcos Ana -encarcelado durante la dictadura franquista- y de la actriz Pilar Bardem, madre del actor Javier Bardem, prometió manifestar todos los días mientras dure el proceso.
"Es un linchamiento de un juez justo", denunció Llamazares.
"Se han abierto tres causas contra el juez Garzón, es un hecho insólito y sin precedentes", dijo más prudente a los periodistas el abogado defensor Baena Bocanegra.
Garzón está siendo investigado en un tercer caso, relativo a la desestimación de una querella por delito fiscal contra el banco Santander, después de que esta entidad financiase, junto a otras, unos cursos que el juez impartió en 2005 y 2006 en Nueva York.
La investigación en este caso está en curso y la justicia aún no fijó una fecha de juicio.
En el marco de la instrucción de la causa por la "trama Gürtel", el juez Garzón ordenó que se realizasen escuchas en la cárcel por sospechar que los abogados participaban en las actividades delictivas de sus clientes, que se encontraban en prisión preventiva.
Por su parte los letrados, únicos que acusan a Garzón, ya que el ministerio fiscal español no lo hace por considerar que no existe indicio de delito, denuncian una violación del derecho fundamental a la defensa.