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CONCLUSIÓN DE TODO LO ESTUDIADO SOBRE LAS LEYES ESCRITAS EN LAS BIBLIAS Y EN LAS CARTAS ATRIBUIDAS A PABLO

Aquel Pablo celoso de las viejas leyes judías persiguió mucho a los cristianos... Y después se arrepintió y lloró amargamente por el mal que había hecho...  Pero hasta hoy en día sigue habiendo muchos "pablos que no se arrepienten"...  Pues estos hombres siguen imponiendo las viejas leyes judías de muerte y persecución contra las personas y siguen justificando guerras, torturas y penas de muerte... 

Jesucristo es amor... Amor que obra por el perdón y la misericordia...  Que hermoso sería que los hombres se arrepientan y comiencen a vivir la Ley de Jesucristo... Muchas leyes del viejo testamento y varios preceptos escritos en las cartas atribuidas a Pablo son "otro evangelio"... Son leyes diferentes que no contemplan fielmente el amor de Jesucristo... Volvamos al Evangelio, porque Evangelio solo hay uno: el de Jesucristo.

Ahora quiero volver a recordar la visión del sueño para hacer un pequeño resumen de todo lo que Dios nos ha inspirado y de todo lo que hemos estudiado:

"En aquella ocasión, yo me veía como un niño llevado de la mano por el Señor..."... Pienso que aquello era reflejo de la pequeñez que yo sentía para hacer un juicio de las enseñanzas que se desprendían de aquellas cartas que estudiábamos, pues las religiones del mundo, de alguna forma decían que todo lo escrito en sus libros de las escrituras era palabra de Dios"...   Hoy, gracias a Dios, hemos podido descubrir que no todo en las biblias que nos han impuesto las religiones es palabra de Dios o Ley de Dios..., pues aquellos poderosos de los imperios que imponían esclavitud y desigualdad a los demás volvieron a imponer como si fueran Ley de Dios todas las leyes de muerte, desigualdad y esclavitud que Jesucristo había abolido con los piadosos mandamientos del Evangelio.

"El Señor, llevándome de la mano, siguió por un camino durante un buen rato. Luego, llegamos a una cima, desde donde se divisaba un pequeño valle rodeado de colinas. Allí, sobre un alto, estaba Pablo predicando a muchos judíos; pero aquellos hombres no estaban tranquilos, pues, por causa de la predicación de Pablo, había mucha discusión entre ellos de una forma violenta"...   Todo lo que me entregan de sabiduría estas partes de la visión podría interpretarlo según mis experiencias espirituales y según todos mis estudios, pero le cedo ese derecho al mismo Pablo, que, sobre su propia predicación, así se expresa en una parte de sus cartas:

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema".    (Gálatas 1,6-9).   Y así sucedió, como nos dijo Pablo..., pues en algunas partes de sus cartas se encuentra otro "evangelio" diferente, enseñanza que justifica la espada de los poderosos y que también manda a los humildes y esclavos hacer todo lo que les mandan sus amos sin discernir si sus amos son fieles al Evangelio. 

"Mientras yo observaba todo aquello, se apareció Juan, el apóstol, por la parte derecha del camino, dirigiéndose al Señor. Juan dijo algo así como que no nos acercáramos a Pablo y a los judíos, porque la predicación de Pablo estaba escandalizando a aquellos hombres. Jesús le miró con gesto cariñoso y le dijo algo así: "Déjalo todo así, Juan, que lo que predica Pablo me agrada"."    .......   La inspiración que nace de estas palabras según mis sentimientos es que Juan, como símbolo de otros apóstoles, como por ejemplo Pedro, ve puntos difíciles en la predicación de Pablo..., pero el Señor le dice que a Él le agradaba lo que predicaba Pablo.  Juan, como figura de los apóstoles, bajó su cabeza con humildad.  Este sentimiento respetuoso de Juan lo expresa el apóstol Pedro según sus sentimientos.  Pedro así nos dice:  

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo".     (2ª Pedro 3,15-18)... 

Según veo en la visión del sueño, Juan, ante el sentimiento que Dios le puso, fue respetuoso con lo que predicaba Pablo..., pero no todos los hombres que conocieron estos puntos difíciles de la predicación de Pablo, los guardaron en su corazón con respeto igual que habían hecho los apóstoles, pues, como dejó escrito Pedro y acabamos de leer, los indoctos e inconstantes  los torcían:  "los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras".  

Los indoctos e inconstantes torcían lo escrito en las cartas de Pablo, "como también las otras Escrituras", y así es como han llegado las escrituras hasta nosotros...  Por eso, el apóstol Pedro nos aconseja que crezcamos en el conocimiento de Jesucristo (del Evangelio)...  El Evangelio es nuestra salvación y a él debemos volver para juzgarlo todo desde sus preciosos mandamientos y sus misericordiosas Palabras.

"Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.  Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén".   (1ª Juan 5:19-21)

Cualquier parte de las escrituras que no guarde perfectamente la misericordia que nos enseñó Jesucristo, no es Ley de Dios.   La Ley de Dios así nos dice:

   "...todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas"  (Mateo7:12).  

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LA CUARTA MANIFESTACIÓN 

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO NOS ENTREGA LA LLAVE

"En otra visión en sueños entregada por Dios, en su Misericordia, yo me veo buscando algo muy importante en una casa en ruinas y muy destartalada (como si estuviera deshabitada), y me acerco a una habitación donde había varias cosas o instrumentos raros que yo no entendía para qué servían. Luego siento que se acerca detrás de mí El Señor por un pasillo, y con cariño me entrega una llave..., y creo recordar que lo que sentía en aquel momento, es que yo con aquella llave podía cerrar y abrir la puerta de aquella casa donde había encontrado Al Señor".

INTERPRETACIÓN

Cuando desperté no sabía cómo interpretar aquel sueño, pero horas o días más tarde, pues no recuerdo bien cuándo fue, buscando consejo en las escrituras, cuando abrimos las escrituras a la suerte, El Señor nos entregó la siguiente lectura: "Juzgadlo todo con bondad, justicia y verdad"... Enseguida recordamos la visión del sueño y entonces sentimos que la llave que me había entregado El Señor, en la visión del sueño, podían ser estas Palabras que salieron en la lectura: "Juzgadlo todo con bondad, justicia y verdad"..., para que, desde esta base, lo juzgáramos todo, incluidas las Escrituras. Ésta fue la inspiración que tuvimos y así la hemos respetado desde entonces.

 LA BONDAD:

 "Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes"   (Mateo 12:7).

La misericordia o la caridad es la Ley de Dios y lo que Dios quiere. Y si los hombres hubieran sido siempre fieles a la Ley de la misericordia enseñada por Jesucristo, no hubieran cometido tantos crímenes, no hubieran hecho tantas guerras tan terribles y no hubieran luchado tanto contra el Evangelio de Jesucristo.

"Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?  Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete".  (Mateo 18:21-22).

LA JUSTICIA:

"...todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas"  (Mateo7:12).

 "Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  No hay otro mandamiento mayor que éstos"   (Marcos 12:28-31).

"Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?  El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones"  (Mateo 19:16-22).

El que tiene pocos bienes terrenales, tiene que realizar poco esfuerzo para repartir sus bienes con los demás. Al que tiene muchos bienes terrenales, mucho le costará hacer lo que Jesucristo manda. 

"Y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más"   (Juan 8:1-11).

El Señor mandó a la mujer adúltera que no pecara más. Y es que ser infiel a Dios o a un hombre (adulterio) siempre es doloroso para aquel a quien se traiciona. Se puede cometer adulterio contra Dios faltando al Evangelio de Jesucristo. Y se puede ser infiel a un hombre no siendo responsable con la palabra que se le ha dado; si una mujer está comprometida en vivir con un hombre y luego le engaña de alguna forma, ya no le es fiel, y entonces ha cometido adulterio contra él. Pero..., ¿es que este ejemplo que parece tan sencillo, y que trata de los problemas de un hombre y una mujer, queda relegado todo al compromiso entre un hombre y una mujer?... Aquella mujer había sido infiel a un hombre, pero aquella mujer también era símbolo y señal de lo infiel que había sido el pueblo judío a la verdadera Ley de Dios; porque Dios había dicho desde el principio "No Matarás", y los judíos tenían costumbre de matar a las mujeres adúlteras a pedradas, igual que tenían la costumbre de matar a otras muchas personas por faltas contra sus leyes y tradiciones. Jesucristo había dicho al joven rico "No Matarás", y ahora, aquí en este ejemplo, a los judíos les entrega el mismo mandamiento, pero con otras palabras: "El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella".

Estas palabras quedarían grabadas a fuego en las almas de todos aquellos cristianos que entregaron su vida predicando la paz y el amor del Evangelio por todos los pueblos conocidos entonces. Ningún hombre tiene el derecho ni la autoridad de matar a sus semejantes o levantar la mano contra ellos, porque todos los hombres son pecadores.

Los primeros cristianos convencieron a un mundo de pueblos sólo con la paz y el amor que les predicó Jesucristo. Ellos no llevaban tras ellos a ejércitos ni emperadores para imponer su enseñanza por la fuerza de las armas, ni imponían sistemas de terror ni inquisiciones. Todo eso vendría mucho después, cuando, desde el siglo IV, las religiones dominadas por los emperadores del mundo tomaron el poder sobre los cristianos.  

La Ley del Evangelio (LA JUSTICIA QUE OBRA POR LA MISERICORDIA) que nos predicó Jesucristo con tanto amor, desde entonces hasta nuestros días quedaría desplazada, olvidada y mal entendida durante siglos.   Debemos volver al Evangelio.

LA VERDAD:

¿Qué es la verdad?  El Evangelio nos dice así:

"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres"   (Juan 8:31-32).

"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto"   (Juan 14,6-7).

La verdad es Jesucristo y los preceptos sencillos y piadosos que nos entrega el Señor en el Evangelio. Todos aquellos preceptos de cualquier religión, que no están contemplados en el Evangelio, y que no respetan el amor, la misericordia y el perdón, no se deben aceptar como Ley de Dios, porque la Ley de Dios solamente es la que nos enseñó Jesucristo en sus piadosos preceptos, y ésta es la verdad.

El Evangelio, bien examinado, no tiene discusión: es la justicia perfecta para los hombres de buena voluntad, sean creyentes o no lo sean. De la inspiración y la enseñanza del Evangelio nacieron los derechos humanos escritos en la constitución de las Naciones, y el Evangelio es la Ley de la misericordia que, nadie que presuma de buena voluntad, puede negar.  Si el Evangelio, como justicia, fuera tenido como la luz de las naciones y respetado como LA VERDAD, entonces viviríamos otro mundo muy diferente.  El Señor, cuando se despidió de sus discípulos, no les mandó predicar leyes de muerte ni de castigos terribles ni de guerras ni de esclavitud.  El Señor, cuando se despidió con tanto amor de sus discípulos, les mandó predicar por todos los pueblos del mundo su Evangelio de amor y misericordia:

"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado".  (Marcos 16:15-16)

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QUINTA MANIFESTACIÓN DEL SEÑOR

SUEÑO EN EL QUE VEO AL SEÑOR ANIMÁNDOME A QUE SIGA ESCRIBIENDO EL LIBRO

Era de madrugada cuando nos acostamos, y esa misma noche tuve un sueño.  Iba yo con un amigo.  Yo me sentía como un niño.  Mi amigo era como de unos treinta años.  Su imagen era como la de Jesucristo..., y tengo la sensación de que iba vestido como Él.  Tenía el sentimiento de que estábamos escribiendo un libro.  Aquel libro era más extenso que éste, guardaba relación con éste y lo estábamos escribiendo en aquel tiempo.  En aquella manifestación también sentíamos que necesitábamos algo para seguir escribiéndolo.  Yo pensaba que aquel hombre y yo podíamos volar, pero no volábamos y yo me quedé un poco triste y pensativo.  Luego sentí que lo que teníamos que hacer de aquel libro, lo teníamos que hacer andando por el camino.  Yo sentía que aquel hombre era como si fuera parte de mí, como si saliera de mi corazón.  Me sentía muy acompañado por Él.  Luego desperté y creo que recordé el sueño pero no lo apunté.  Seguimos escribiendo el libro.  Luego me cansé y me volví a acostar..., y tuve otro sueño.  Era algo parecido al sueño anterior y me hacía recordar el primer sueño.   Cuando desperté, se lo conté todo a mi amiga María, que estaba conmigo, y lo apuntamos..., pero del segundo sueño no recordaba nada, sólo que era parecido al primero, pues algo me decía también que teníamos que seguir escribiendo el libro.  Yo pienso que Jesucristo, en su misericordia, me mandó la sensación de este segundo sueño para recordar el primero.   

INTERPRETACIÓN

Tuvimos el sentimiento de que aquella visión en sueños nos quería decir que al Señor le agradaba mucho el libro que estábamos escribiendo y que siguiéramos escribiéndolo.  Que nos animáramos y que las influencias de satanás no nos depriman ni nos desanimen.   

Y así seguimos escribiendo este pequeño libro, que es como un pequeño resumen de todo el estudio realizado durante muchos años. 

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RECORDANDO DE NUEVO LA PRIMERA VISIÓN DE JESUCRISTO

La primera visión en sueños que tuve del Señor me avisaba de estas cosas:  el mundo entero y sus religiones estaba en contra del Señor, estaba en contra de los misericordiosos mandamientos de Jesucristo...  Después de lo estudiado, creo que es bueno recordar parte de la primera visión en sueños:

".....un ruido de muchas voces me hizo volverme a mirar lo que ocurría, y vi a mucha gente que parecía haberse vuelto loca. Yo miré por un momento el horizonte y sentí que allí estaba toda la gente del mundo. ¿Cómo había llegado el mundo a tal confusión que les movía a odiar tanto a Jesucristo?... Venían con pancartas y todos unidos en una manifestación contra El Señor, llenos de odio y de rabia. Entre el camino por donde ellos venían y el Palacio, había un puente que era donde yo estaba.  Enseguida se llenó el puente de gente, y llegaron hasta el Palacio, con deseo de tirar la puerta abajo y agredir Al Señor y a sus amigos......".

Cuando tuve esta visión del Señor, sentí que Dios me había dado la respuesta a tantas cosas que sentía mi alma...  Y así, después de una vida de estudios de las escrituras y después de una vida de tantas experiencias sufridas en este mundo, al final comprendí que el mundo, desde hacía siglos, ya no vivía ni enseñaba la misericordiosa Ley de Jesucristo.  De una forma sofisticada, el mundo estaba haciendo guerra contra el Señor.  Muchos querían ser más que los demás y dominar sobre los demás para vivir hartos de todo mientras la mayoría vivían en la miseria.   Así es como el mundo, dominado por los hombres codiciosos, estaba combatiendo contra Dios, así es como estaba combatiendo contra Jesucristo, pues muy pocos amaban la Ley del Evangelio, que así nos dice:

"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas".     (Mateo 7:12)

El mundo, en su gran mayoría, no quiere comprender la enseñanza de esta Ley ni quiere que el mundo la comprenda y, por esta causa, el mundo desde hace siglos está bajo el poder de las grandes bestias profetizadas por el profeta Daniel y por Juan, el apóstol (profecías del Apocalipsis).  Igualmente, la primera visión que tuve del Señor, también refleja de alguna forma las profecías de Jesucristo que nos hablan de la gran rebeldía de los hombres en los tiempos del fin, tiempos próximos a la Segunda Venida de Jesucristo..., palabras del Evangelio y del libro de Juan, el apóstol (el Apocalipsis) que a continuación os recuerdo para terminar este libro.

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