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De: Sierva-fiel (Mensaje original) |
Enviado: 19/09/2012 13:26 |
IGLESIA DE JESUCRISTO - NUESTRAS CREENCIAS
EL EVANGELIO VERDADERO ¿DÓNDE ESTÁ?...
(Páginas de un cristiano)
La verdadera Ley de Dios ¿dónde está?...
¿En
las cartas atribuidas a Pablo?..., ¿en los mandamientos del Antiguo
Testamento?..., ¿o en el Evangelio?... La verdadera Ley de Dios está
en el Evangelio
¿QUÉ
NOS MANDÓ PREDICAR JESUCRISTO COMO LEY DE DIOS?: ¿LAS CARTAS ATRIBUIDAS
A PABLO, que justifican la esclavitud y la espada de los poderosos?...
¿LAS LEYES DEL VIEJO TESTAMENTO que mandan penas de muerte, esclavitud,
guerras y genocidios?... ¿O EL EVANGELIO de amor, misericordia y perdón
que nos predicó Jesucristo?... Jesucristo nos mandó predicar el
Evangelio.
Después
de tantos años de que Nuestro Señor Jesucristo nos predicó el Evangelio
y después de que han aparecido tantas religiones predicando cada una
sus leyes y sus interpretaciones sobre el Evangelio según sus intereses,
los cristianos necesitamos volver al Evangelio y examinarlo de nuevo
para volver a saber cuál es la verdadera Ley de Dios. Para esta labor
tan necesaria necesitamos la ayuda de Jesucristo, y en estos momentos es
cuando más debemos recordar las palabras del Señor, que así nos dicen:
"Pedid,
y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo
aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá". (Mateo 7:7-8)
"Vosotros,
pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea
tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en
el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos
dejes caer en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén". (Mateo 6:9-13)
CUANDO ERA NIÑO TUVE UNA MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS
"Una
vez cumplida la enseñanza religiosa dedicada a la Primera Comunión de
los niños, el día de la celebración llegó y todos asistimos al templo.
Recuerdo que estaba muy tranquilo dentro de la emoción de aquel
momento..., pero después ocurrió algo que yo recordaría toda mi vida...,
pues, mientras se cumplía la ceremonia religiosa, se cumplió también
en mí una manifestación a la que yo llamo "manifestación del amor de
Dios". Aquello para mí fue un milagro.
Lo
primero que comencé a sentir fue un gran gozo en todo mi cuerpo, luego
sentí como si Dios me elevara por encima de todos los presentes en aquel
templo... Era una sensación de felicidad que nunca pude ni puedo
explicar perfectamente. Era como si Dios me abrazara y me llevara en
sus manos volando hasta el cielo. En todo mi cuerpo sentí una
sensación de placer como nunca antes había sentido. Entonces, yo no me
podía explicar aquel gozo ni aquel momento espiritual en el que me
sentía tan cerca de Dios. Era como salir de este mundo y encontrarme de
pronto en el cielo después de recibir un cuerpo nuevo gozando las
delicias más intensas que nunca antes había conocido...
La
misa continuó, y yo, maravillado con lo que me estaba sucediendo, sólo
pude recibir aquellas experiencias sin capacidad para pensar
profundamente en todo lo que estaba ocurriendo a mi alrededor. En los
actos que vinieron después, me dejé llevar haciendo las cosas que hacían
los demás y pensando, maravillado, qué es lo que me había sucedido y
qué era lo que me estaba sucediendo...
Quiero
recordar que, cuando ocurrieron estas cosas, yo tenía unos nueve
años. Me sentía un hombrecito... Y después de estas experiencias tan
maravillosas volví a mi vida normal en la familia, pero todo lo ocurrido
aquel día siempre lo he guardado con mucho cariño y respeto en mi
corazón".
Los
años pasaron y en el transcurso de mi vida siempre me he sentido
acompañado por Jesucristo. Él me ha manifestado muchas cosas y algunas
de ellas quiero recordarlas para vosotros con todo mi amor en este
libro..., para que los que leáis este libro, no os sintáis solos y
sintáis en vuestras almas que Jesucristo nos está mirando desde el
cielo y nos ama.
Que Dios os bendiga y os llene de amor.
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CONOCIENDO EL AMOR... LA DESIGUALDAD Y LA FALTA DE AYUDA ENTRE LOS CRISTIANOS
El
tiempo había pasado... Viví las cosas de niño que Dios quiso, y luego
las cosas de joven. A los diecisiete años conocí el amor de una joven,
amor que no pude disfrutar ni vivir por causa de la desigualdad y la
pobreza que yo vivía y por la dureza de corazón de aquellos familiares
que nos rodeaban, cosas que me separaron de ella, lo cuál me dejó muy
entristecido, fue una gran pasión que nunca he olvidado. Satanás
intentó derrumbarme por aquel amor que no pude vivir, pero Dios me
mantuvo en pie y seguí adelante en mi camino.
Destrozado
mi corazón por aquel amor que no pude vivir, busqué el sentido de las
cosas... Me refugié en las enseñanzas de Jesucristo que me habían sido
enseñadas... y enseguida encontré en las palabras de Jesucristo el
consuelo para mis tristes recuerdos. Dios lo tenía todo en su mano y
algún día yo volvería a encontrar a mi amor. Dios la guardaría para mí y
haría que nos volviéramos a ver... Quizás en este mundo..., quizás en
el Paraíso... Dios haría que nos volviéramos a encontrar...
Desde
muy joven, pasé una gran parte de mi vida buscando el verdadero Camino
de Dios y la verdadera religión. Esto me dio fuerzas para seguir
adelante. Mi
alma había sufrido muchas experiencias amargas por el amor que no pude
vivir y por la falsedad de la mayoría de los hombres... El sistema de
vida que los poderosos imponían a los humildes a veces se hacía
insoportable. Mi alma sufría mucho por todas estas experiencias tan
amargas. En este mundo muy pocos buscaban realmente el ayudar a los
demás..., muy pocos buscaban el amor que obra por la misericordia.
Dios me había ido haciendo sentir estas cosas en el transcurso de mi
vida..., y luego, cuando Dios quiso, recibí las visiones en sueños que
me harían comprender todo lo que yo había ido viviendo y otras cosas más
que necesitaba comprender:
El mundo no seguía el verdadero Camino de Jesucristo, que era el Amor
que obra por la Misericordia. Yo iba sintiendo más profundamente cada
día que Dios me estaba llamando para que predicara su amor y su
enseñanza del Evangelio. Y así, arrebatado por esta inspiración,
escribí libros y, como podía y a quien podía, le entregaba mis libros y
también, a quien podía, le comunicaba mis experiencias espirituales. Yo
quería encontrar amigos, quería encontrar la verdadera Iglesia de
Jesucristo. Y en esta búsqueda y en esta predicación pasé varios años
de mi vida.
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PRIMERA MANIFESTACIÓN DEL SEÑOR
Cerca
de los 36 años, en una visión en sueños se me manifestó el Señor. Me
encontraba yo en un pueblecito de la sierra de Ávila (España), con mi
familia, y de noche, en un sueño, se me manifestó El Señor:
"Iba
El Señor acompañado de algunos amigos. Estaban delante de un Palacio.
El Señor tenía el aspecto de un hombre bueno, y se acercó a mí y puso
sus manos sobre mis hombros. Y aunque no le oí hablar, sentí que me
decía Su Espíritu en mi alma, que me amaba mucho, que era mi amigo y que
le agradaba mucho mi buena voluntad. Me sentí bendecido por Él.
Yo
en aquel momento no pensaba quién podía ser aquel hombre, pero sentía
que era alguien muy importante. Y más adelante, en el transcurso de
aquella visión en el sueño, se me descubrió que era el Señor.
Con
aquel gesto, sentí que aquel Hombre me animaba a que siguiera adelante,
y a que esperara un poco más, pues me hizo sentir que en aquellos
momentos yo no podía ir con ellos a donde ellos iban sino que tenía que
seguir en este mundo, recordándole como un amigo. Después de despedirse
de mí con mucho cariño, como un Padre Bondadoso, entró con sus amigos
al Palacio y cerraron la puerta. Seguidamente, un ruido de muchas voces
me hizo volverme a mirar lo que ocurría, y vi a mucha gente que parecía
haberse vuelto loca. Yo miré por un momento el horizonte y sentí que
allí estaba toda la gente del mundo. ¿Cómo había llegado el mundo a tal
confusión que les movía a odiar tanto a Jesucristo?... Venían con
pancartas y todos unidos en una manifestación contra El Señor, llenos de
odio y de rabia. Entre el camino por donde ellos venían y el Palacio,
había un puente que era donde yo estaba. Enseguida se llenó el puente
de gente, y llegaron hasta el Palacio, con deseo de tirar la puerta
abajo y agredir Al Señor y a sus amigos. Pero la puerta del Palacio no
se abría. Y como cada vez se acercaba más gente, llegó un momento en que
me empujaban contra uno de los muros de piedra del puente, que estaba a
mi espalda. ¡Cuando vi que me presionaban mucho y que podían fijarse en
mí, sentí temor!... Entonces algo me hizo mirar a mi espalda, donde
había un puente paralelo al puente en el que yo me encontraba, separado
de éste por un abismo.
Por
aquel puente caminaban, en dirección contraria a la de la
manifestación, aquel Hombre y sus amigos. Y entonces descubrí que aquel
Hombre era Nuestro Señor Jesucristo..., por su ropa, por su aspecto y
porque lo sentía yo así en mi alma. Dos de los amigos del Señor que le
acompañaban, saltaron al puente donde yo estaba, y empezó una gran
batalla entre aquellos dos amigos del Señor y todos aquellos que me
rodeaban y me presionaban... Luego, ya no recuerdo más"...
INTERPRETACIÓN DEL SUEÑO
Cuando
desperté, emocionado por la visión del sueño, interpreté que El Señor
me quería decir que le agradaba que yo transmitiera a mis amigos el
sentimiento que Dios había derramado sobre mí con esta visión: que el
mundo haría guerra contra Jesucristo con odio y con rabia..., y que le
harían la guerra más intensamente en este tiempo que vivimos. Desde
entonces, comencé a estudiar las doctrinas de las más conocidas
religiones llamadas cristianas. Todas las religiones que conocí estaban
centradas en los intereses del mundo, en los deseos del poder y las
cosas materiales: no seguían un camino verdaderamente espiritual basado
únicamente en las enseñanzas piadosas y sencillas de Jesucristo;
¡adoraban otras enseñanzas religiosas!... Y
todas estas experiencias me dieron la respuesta de lo que significaba
toda aquella manifestación contra el Señor, la cuál arrastraba a todo el
mundo según los sentimientos que tuve en aquella visión.
Después
de esta visión y de la interpretación, todo lo había dejado apuntado en
mis libros y, sobre todo, en mis recuerdos y en mi corazón. Y, poco a
poco, mientras estudiaba las cosas del mundo y sus religiones, la visión
de la sencilla interpretación del sueño que hice al principio, se iba
agrandando en mi alma dando respuestas a todas las experiencias que
Dios, poco a poco, me iba haciendo sentir sobre las religiones y la
verdadera Ley de Dios.
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Página 4
ESTUDIANDO LAS ESCRITURAS ENCONTRÉ MÁS RESPUESTAS PARA SEGUIR INTERPRETANDO LA VISIÓN DEL SUEÑO
LOS LIBROS RELIGIOSOS... ¿SON TODOS PALABRA DE DIOS Y LEY DE DIOS?....
Son muchas las religiones y las sectas que ha habido en el mundo. Muchas de ellas han desaparecido ya y otras se mantienen desde antiguo. También
van apareciendo otros movimientos religiosos cada día..., y no todos
están de acuerdo en cuanto a los libros religiosos que hay que respetar. Por
ejemplo, los judíos no aceptan el Evangelio, y las religiones y sectas
que se llaman "cristianas" no están de acuerdo con ellos. Dentro
de las religiones y sectas "cristianas", que son muchas, también hay
diferencias..., pues unas religiones no aceptan todos los libros
religiosos que otras imponen..., y en cuanto a las interpretaciones
religiosas, pasa igual, pues hay muchas interpretaciones diferentes y
los hombres y mujeres de buena voluntad a veces se pasan buena parte de
su vida tratando de encontrar la verdadera religión o la verdadera
Iglesia de Jesucristo. Luego están las religiones del
oriente, mahometanos, hinduistas, budistas y otros, que tienen sus
propias escrituras y sus propias creencias... El mundo
religioso está en guerra..., unos quieren dominar sobre los otros, pero
en el mundo no se encuentra ninguna religión que sea fiel al Evangelio. La
Ley del amor que obra por la misericordia, que es la Ley de Jesucristo,
desde antiguo ha sido desechada por el mundo. Ya en tiempos de los
profetas antes de Jesucristo estos nos dicen que la Ley de Dios, que es
la Ley de Jesucristo, fue cambiada. Así decían los profetas:
"Dice,
pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con
sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado" (Isaías 29,13).
El profeta Jeremías, con amargura, también dice lo siguiente:
"Aun
la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la
golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el
juicio de Yavé. ¿Cómo
decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros?
Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los
sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí
que aborrecieron la palabra de Yavé; ¿y qué sabiduría tienen?" (Jeremías 8:7-9).
Esto
es lo que declararon los profetas antes de Jesucristo: que los
escribas y sacerdotes habían cambiado la Ley de Dios y habían impuesto
al pueblo preceptos de hombres. Y Jesucristo, recordando las palabras de
Isaías, así dijo también a los religiosos de su tiempo:
"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15,7-9).
Esto es lo que había ocurrido con las escrituras y con la Ley de Dios antes de Jesucristo. Por eso, Jesucristo, cuando vino
al mundo, abolió aquellas viejas leyes de muerte y de esclavitud que
tenían el pueblo judío y otros pueblos porque no eran verdadera Ley de
Dios..., y, como verdadera Ley de Dios, nos dejó la Ley de la
misericordia, la igualdad y el perdón, que es la Ley del Evangelio.
Pero, ¿qué pasó después de Jesucristo?...
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Página 5
LOS
HOMBRES, DESPUÉS DE JESUCRISTO, DESPRECIARON LA LEY DEL EVANGELIO Y SE
VOLVIERON DE NUEVO A LAS LEYES DEL VIEJO TESTAMENTO...
Las
religiones volvieron a llamar "palabra de Dios" a todas las leyes del
viejo testamento que Jesucristo había abolido porque les interesaba
hacer creer que Jesucristo vino a cumplir con todas las leyes del viejo
testamento..., y es que muchas de esas leyes justificaban las guerras,
matar a las personas y también esclavizarlas..., leyes muy interesantes
para los poderosos dictadores que siempre han aspirado a vivir como
"dioses" en el mundo. Estas religiones, en sus concilios del siglo IV y
siguientes, dictaminaron que todas las leyes del viejo testamento eran
Ley de Dios; no quieren ni oír hablar de que la verdadera Ley de Dios
es la Ley de Jesucristo; tampoco quieren interpretar que Jesucristo
vino a dar su vida por nosotros para enseñarnos la verdadera Ley de
Dios...; pues muchos de estos religiosos dicen que la Ley de Dios ya
estaba dada (las leyes del viejo testamento) y que Jesucristo solamente
vino a cumplir con aquellas leyes...; no quieren aceptar lo que ven
escrito en algunas partes de sus propios libros religiosos, esto es, que
Jesucristo vino a enseñarnos la verdadera Ley de Dios que el pueblo
judío ya no conocía porque desde tiempos antiguos los escribas habían
cambiado la Ley de Dios por los preceptos de muerte y esclavitud que
imponían los hombres codiciosos del mundo.
Jesucristo
había abolido muchas leyes del viejo testamento, y los primeros
cristianos sólo vivían la misericordia, el perdón y el reparto de los
bienes. Todo esto era delicioso para los hombres y mujeres de buena
voluntad que vivían perseguidos y en la pobreza... Pero los hombres del
mundo que no tenían buena voluntad ni vivían perseguidos ni en la
pobreza, no querían el Evangelio de la misericordia y la igualdad que
había predicado Jesucristo. Muchos hombres codiciosos y dictadores no
amaban el Evangelio de Jesucristo. Se hacían pasar por cristianos...,
pero no amaban el Evangelio. Y así, estos hombres, cuando tomaron el
poder sobre los pueblos cristianos, volvieron a imponer, como si fueran
ley de Dios, aquellas viejas leyes de muerte, de desigualdad y de
esclavitud, que Jesucristo había abolido con su amor y con su dolor...,
muerte terrible que tuvo que sufrir por causa de aquel odio tan grande
que guardaban en su corazón los hombres que le crucificaron.
LOS
DIEZ MANDAMIENTOS: UN MANDAMIENTO DE ESCLAVITUD ABOLIDO POR JESUCRISTO
Y QUE LOS PODEROSOS DICTADORES VOLVIERON A IMPONER COMO "LEY DE DIOS"
¿EL DÉCIMO MANDAMIENTO JUDÍO... O EL MANDAMIENTO DE JESUCRISTO?
Unas
personas dicen que no creen que la biblia sea palabra de Dios, otras
dicen que ni siquiera creen en Dios. Por el contrario, otras dicen que
en las biblias todo es palabra de Dios... Nosotros creemos que en las
biblias se encuentra la palabra de Dios pero que no todas sus leyes son
palabra de Dios. Veamos un ejemplo. Así nos dice el décimo mandamiento de la ley del viejo testamento:
"No
codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo,
ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de
tu prójimo". (Exodo 20,17).
¿Mi
prójimo puede tener a mis hermanos de esclavos?... ¿Puede tener
Esclavas?... El Señor nos enseña que nuestro prójimo es el que nos hace
bien, a mi no me hace bien que mi prójimo me tenga a mi o a mis
hermanos de esclavos...
Cuando
el joven rico le pregunta a Jesucristo sobre los mandamientos que debe
cumplir para hallar la vida eterna, el Señor le entrega los
mandamientos, pero no le manda el décimo mandamiento judío sino que le
manda algo diferente. El Evangelio así nos dice:
"Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme". (Mateo 19:16-21).
Jesucristo
al joven rico le da la Ley formulada en mandamientos. Pero no le da el
décimo mandamiento de la ley judía... ¿Por qué?... El joven rico en
este caso tan importante le está pidiendo al Señor que le entregue los
mandamientos que debe cumplir para hallar la vida eterna, y Jesucristo
no le entrega el décimo mandamiento, pero sí le entrega un mandamiento
que el joven rico no conocía: "vende todo lo que tienes y dalo a los pobres". Este mandamiento que le entrega Jesucristo al joven rico no estaba contenido en los diez mandamientos del viejo testamento.
El mandamiento
(vender todo lo que se tiene y darlo a los pobres) nunca lo quisieron
cumplir muchos judíos, ni tampoco muchos judaizantes desde que se
conoció El Evangelio. Por este motivo, muchos religiosos apegados a las
riquezas del mundo siempre prefieren los mandamientos de esclavitud del
viejo testamento, antes que los mandamientos de amor, igualdad y
libertad que nos entrega Jesucristo..., porque el mandamiento
cristiano dice que hay que repartir todo entre los pobres, y el décimo
mandamiento judío dice todo lo contrario: que no se deseen las
propiedades, los bienes y los esclavos de los que tienen mucho y que no
se desee nada de lo que ellos tienen aunque ellos tengan mucho y tengan a
sus prójimos de esclavos.
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EL DÉCIMO MANDAMIENTO DEL VIEJO TESTAMENTO
"No
codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo,
ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de
tu prójimo". (Exodo 20,17).
Según
este mandamiento judío, ¿yo no debo desear nada de mi prójimo aunque yo
no tenga nada, y mi prójimo sí puede desear todo lo que tienen sus
prójimos, y hasta su vida, teniéndolos como esclavos?... Esto
es una gran contradicción que nos hace reflexionar muy profundamente
sobre las leyes del viejo testamento. Este mandamiento es una
contradicción en si mismo y no guarda relación con la Ley que nos enseña
Jesucristo en el Evangelio.
Si
yo no debo desear nada que pertenece a mi prójimo (como dice el décimo
mandamiento del viejo testamento), entonces mi prójimo tampoco debe
desear tener a su prójimo de esclavo, porque la libertad es un gran
tesoro que pertenece a cada hombre, entonces le quitamos un gran
tesoro.
Cada
hombre debe repartir con igualdad todo lo que tiene con sus prójimos
para que todos vivan con más alegría y nadie se haga más grande que
nadie y para que nadie viva a costa de la esclavitud de los demás...,
para que así se cumpla lo que nos dice el mandamiento: "Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo".
¿Cómo
voy a amar a mi prójimo como a mí mismo si yo no reparto con él todo lo
que tengo para que él viva como yo vivo?... Si mi prójimo es como si
fuera yo mismo, mi prójimo debe disfrutar de la libertad que yo
disfruto, del respeto que a mí se me tiene..., y también debe gozar de
todo lo que yo quiero gozar.
Si
yo debo amar a mi prójimo como a mí mismo, entonces no lo puedo tener
como un esclavo. Así que el décimo mandamiento del viejo testamento
contradice lo que Jesucristo nos manda que practiquemos: el amor y la
igualdad... Después de Jesucristo, los dictadores poderosos y
codiciosos fueron los que impusieron este precepto cruel e imperfecto en
sus biblias como si fuera Ley de Dios. Desde el siglo IV (emperador
Constantino y sus sucesores) y durante toda la Edad Media, los poderosos
dictadores, justificándose en las leyes del viejo testamento que ellos
impusieron, se hicieron dueños "de almas" y tierras..., y el terror que
invadió a toda la tierra llegó a ser incluso aún más grande que el
sistema de terror que habían vivido los judíos antes de Jesucristo. Los
hombres abandonaron la misericordiosa Ley de Jesucristo y dejaron el
Evangelio ahogado y desplazado entre un montón de libros del viejo
testamento llamados "biblias".
Ahora
quiero volver a recordar la "visión del sueño en la que yo había visto a
Jesucristo y que me mostraba que el mundo entero estaba haciendo guerra
contra Jesucristo con odio y con rabia"...
PROFECÍAS DE JESUCRISTO EN RELACIÓN CON LA VISIÓN DEL SUEÑO
"Y
estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le
acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué
señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les
dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y
rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que
todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación
contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y
terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de
dolores. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos
tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se
aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a
muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se
enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será
predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a
todas las naciones; y entonces vendrá el fin". (Mateo24:3-44).
Y éste fue uno de los milagros que hizo Jesucristo también: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo",
pues a pesar de tantos años de infiernos, guerras y confusión que ha
vivido el mundo por la codicia de riquezas y poder de muchos, el
Evangelio aún está en el mundo, y todo hombre y mujer de buena voluntad
puede inclinarse y beber del agua de la vida que dimana de las Palabras
de Jesucristo.
Después
de estos estudios, comprendí más ampliamente la visión del sueño en la
que yo había visto a Jesucristo y que me mostraba que el mundo entero
estaba haciendo guerra contra Jesucristo con odio y con rabia... Los
hombres codiciosos de poder y riquezas habían abandonado el camino de la
igualdad y la misericordia que nos enseña el Evangelio e impusieron de
nuevo y de diferentes formas las leyes del viejo testamento que
Jesucristo había abolido.
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CAMBIOS Y TERGIVERSACIONES EN LAS ESCRITURAS DEL EVANGELIO
No
son pocos los cambios y tergiversaciones que se encuentran en las
escrituras del Nuevo Testamento, cambios que han llegado a afectar
incluso al Evangelio. Todo cristiano que ama a Jesucristo se encuentra
con este problema en estos últimos tiempos.
Muchas
religiones, en su intento de hacer ver que Jesucristo vino a cumplir
con todas las leyes de muerte y de esclavitud del viejo testamento, en
sus biblias nos entregan un texto forzado o cambiado, incluso en algunas
partes del Evangelio, para hacer ver que Jesucristo vino a predicar lo
que a ellos les interesa. Y es que no todos los hombres aman el camino
de la misericordia. Uno de estos cambios que afecta a las enseñanzas
de Jesucristo se encuentra en el versículo Mateo 5:17.
¿CON QUÉ LEY CUMPLIÓ JESUCRISTO?... (Mateo 5:17)
Jesucristo
cuando comenzó a predicar nos entregó el sermón del monte, y luego
refiriéndose a la Ley de Dios nos entregó los verdaderos mandamientos de
Dios, anulando con ello muchos preceptos del viejo testamento que eran
muy crueles. Las escrituras antiguas del Evangelio y de todo el Nuevo
Testamento se escribieron en varios idiomas, pero especialmente en
griego..., y al traducir del griego a otros idiomas, los traductores a
veces forzaron el texto para justificar e imponer sus doctrinas.
Uno de estos puntos difíciles y a la vez muy importante, se encuentra en Mateo 5:17. La escritura así nos dice:
"No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir, sino a dar a conocer plenamente". (Mateo 5:17).
Este
versículo lo hemos escrito de esta forma porque "dar a conocer
plenamente" es uno de los significados de la palabra griega "plhrwsai"
("dar a conocer plenamente"), que se encuentra en ese importante
versículo. El libro "The Greek New Testament", de Sociedades Bíblicas
Unidas, en la página 143 de su diccionario, sobre la palabra griega
"plhrow" nos dice así:
"...dar a conocer plenamente, proclamar plenamente (Ro. 15:19; Col. 1:25)..."
Y
también está traducida con ese sentido la palabra griega "plhrwsai" en
el libro "Greek-English New Testament", de Nestle-Aland, en Colosenses
1:25, pg. 525, que así nos dice:
"...
the church, of which I became a minister according to the divine office
which was given to me for you, to make the word of God fully known..." (Colosenses 1:24-25)
"...la
iglesia, de la cual fui hecho ministro, según el oficio divino que me
fue dado para vosotros, para hacer la palabra de Dios plenamente conocida..." (Colosenses 1:24-25)
Pero
parece ser que los traductores de las religiones que se han impuesto en
el mundo no quieren traducir la palabra griega "plhrwsai" en Mateo 5:17
con el significado de "dar a conocer plenamente". Y es que muchas
religiones están empeñadas en hacernos ver que Jesucristo vino a cumplir
con todas las leyes del viejo testamento y no quieren enseñar que
Jesucristo vino a enseñarnos la verdadera Ley de Dios ("dar a conocer
plenamente") y que, con ello, abolió muchas leyes del viejo testamento
(leyes que mandaban castigos terribles, esclavitud, penas de muerte,
guerras y genocidios).
Muchos
religiosos y religiones enseñan que en este versículo del Evangelio
Jesucristo está diciendo que Él vino a cumplir con todos los preceptos
del viejo testamento, pero eso que ellos interpretan no está escrito en
ese versículo, pues en ese versículo lo que Jesucristo dice es: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas"... Pero...
¿qué Ley es la que Jesucristo no vino a abrogar? ¿los más de 600
preceptos del viejo testamento..., o la verdadera Ley de Dios?... El
Evangelio nos dice en todo su contexto que Jesucristo vino a darnos a
conocer plenamente cuál era la verdadera Ley de Dios. Así nos dice el
Señor:
"Haced con los hombres todo lo que queráis que ellos hagan con vosotros; porque ésta es la Ley y los Profetas" (Mateo 7,12).
Ésta es la Ley que Jesucristo no abolió y que dio a conocer plenamente.
La
Ley que Jesucristo no vino a abolir es la verdadera Ley de Dios, es
decir, la misma Ley que Jesucristo nos enseña en el Evangelio, pues
muchas leyes del viejo testamento sí que
las dejó abolidas Jesucristo. Para comprobar esto, podemos leer los
siguientes versículos del Evangelio y de las cartas: Mateo 5,
21-44; Juan 5, 16-18 y Juan 8, 1-11; hechos 15; Galatas 5; hebreos
7-8... En una de estas citas, Juan 5:16-18, la escritura así nos dice:
"Y
por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle,
porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió:
Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más
procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios". (Juan 5:16-18).
Aquí
se ve que Jesucristo fue perseguido porque no cumplía con todas las
leyes del viejo testamento, pues en esta ocasión quebrantaba el día de
reposo según las leyes de los hombres. Entonces, se ve claramente que
Jesucristo no vino a cumplir con todos los mandamientos del viejo
testamento (muchos de ellos mandamientos y tradiciones de hombres). El
Evangelio nos indica que Jesucristo es Dios y Él vino a enseñarnos la
verdadera Ley de Dios, por tanto aquellos preceptos que Él no cumplió no
eran la verdadera Ley y los profetas que Dios había enseñado a su
pueblo.
JESUCRISTO
CUMPLIÓ CON LA LEY, PERO CON LA VERDADERA LEY DE DIOS Y NO CON MUCHAS
LEYES DEL VIEJO TESTAMENTO QUE FALTABAN AL AMOR Y A LA MISERICORDIA...
Los traductores de algunas religiones que no traducen el versículo de Mateo 5:17 como hemos estudiado ("dar a conocer plenamente"),
cuando traducen sus biblias o Nuevos Testamentos, expresan este
versículo de diferentes formas, pues ellos quieren enseñar que
Jesucristo vino a cumplir con todos los mandamientos de muerte y
esclavitud del viejo testamento. Unos son más radicales que otros y,
entre ellos, hemos escogido algunos que así se expresan:
Según otras traducciones de la Biblia, las escrituras en ese mismo versículo (Mateo 5, 17) nos dicen así: "No penséis que vine a destruir la Ley o los Profetas; no vine a destruir, sino a completar" (Mateo 5,17).
Según
esta traducción religiosa, muchos pueden interpretar que Jesucristo no
vino a quitar las leyes de muerte y esclavitud del viejo testamento sino
que vino a entregar otros mandamientos para ser añadidos a las leyes de
muerte del viejo testamento. De alguna forma, esto es lo que enseñan
muchos religiosos y, con ello, confunden a muchos porque las cosas no
son así. Si aceptamos esta forma de traducir, entonces entendemos que
Jesucristo vino "a completar"
la verdadera Ley que Dios había dado desde el principio, que es la que
Jesucristo nos enseña en el Evangelio... Podemos aceptar que Jesucristo
vino a completar la Ley porque Él nos dice:
"Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros". (Juan 13:34-35).
Éste es un mandamiento nuevo porque nos dice que nos amemos como Jesucristo nos amó ("como yo os he amado").
¿Y cómo nos amó Jesucristo?... El Señor nos amó dando su vida por
nosotros y no quitándonos la vida unos a otros como mandan muchas leyes
del viejo testamento.
Otras biblias nos dicen: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir". (Mateo 5:17)
Según
esta forma de traducir el texto del Evangelio, muchos pueden caer en la
creencia de que Jesucristo vino a cumplir con todas las leyes de muerte
y de esclavitud del viejo testamento, leyes que faltaban en muchos
casos a la misericordia que Dios quiere y que nos enseñó el mismo
Jesucristo..., pero creer de esa forma es un error porque el Evangelio,
en todo su contexto, nos enseña que Jesucristo no cumplió con ningún
precepto cruel del viejo testamento. Por ejemplo, Él no cumplió con la
ley del Talión sino que la abolió (Mateo 5:38), igual que abolió muchos
otros preceptos del viejo testamento, como son los preceptos sobre los
divorcios, sobre los juramentos, sobre el odio a los enemigos, los
preceptos de matar a pedradas a las mujeres sorprendidas en adulterio,
etc.
Si aceptamos esta traducción como la correcta: "no he venido para abrogar, sino para cumplir",
entonces podemos entender que Jesucristo cumplió con los verdaderos
mandamientos de Dios, que son los que Jesucristo mismo nos enseña en el
Evangelio y no con todas las leyes del viejo testamento, leyes que en
muchos casos contradicen la misericordia que nos predicó Jesucristo en
todo el contexto del Evangelio. Eso de que Jesucristo vino a cumplir
con todos los mandamientos del viejo testamento no está documentado en
el Evangelio ni guarda relación con la verdad; sólo son interpretaciones
religiosas de hombres que no siguen ni enseñan el camino de la
misericordia predicado por Jesucristo. Ahora veamos otras traducciones:
Otras biblias nos dicen: "No penséis que he venido a derogar la Ley y los Profetas; no he venido a derogarla, sino a perfeccionarla".
Aquí
en esta forma de traducir este versículo, se nos plantean algunas
incógnitas. Una de ellas sería la siguiente: ¿es que Dios, en el viejo
testamento había dado una ley imperfecta y Jesucristo venía a
perfeccionarla?... ¿o es que los escribas antes de Jesucristo habían
escrito la ley imperfectamente y Jesucristo venía a perfeccionarla?
Nuestra respuesta a esta forma de traducir el versículo Mateo 5:17 (sino a perfeccionarla)
nos recuerda a los profetas que nos dicen que la Ley había sido
cambiada por la pluma de los escribas (Jeremías 8:7-8)... Entonces, si
aceptamos esta forma de traducir, se puede aceptar si creemos que
Jesucristo vino a enseñarnos la verdadera Ley de Dios porque los
escribas la habían escrito imperfectamente cuando la cambiaron...,
porque la verdadera Ley que Dios dio a Moisés fue perfecta y para
siempre y es la misma Ley que Jesucristo nos dio a conocer plenamente en el Evangelio.
La palabra griega "plhrwsai", que
algunos traducen por "completar", "cumplir", "perfeccionar", etc.,
también se puede traducir por "restaurar plenamente", y esto concuerda
perfectamente con la escritura cuando nos dice:
"Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar" (Hechos 15:16).
Aquí, en esta profecía, podemos entender que el Señor volvería a restaurar su Ley ("reedificaré", "repararé sus ruinas", "lo volveré a levantar") porque la Ley que Dios había dado a Moisés estaba en ruinas porque los escribas la habían cambiado (Jeremías 8:7-8).
Hasta
aquí, hemos recogido este famoso versículo del Evangelio según lo
escriben y lo interpretan algunas religiones. Además de las biblias que
hemos visto, también hay otras biblias que escriben este versículo de
diferentes formas haciendo difícil comprender el sentido de la enseñanza
del Evangelio. Estas biblias, en este famoso versículo, dicen cosas
tan variadas y alejadas del verdadero sentido del contexto del
Evangelio, que no hemos querido recordarlas para no sobrecargar el
estudio que estamos tratando.
El
cambio de las escrituras y de la verdadera Ley de Dios ha ocurrido en
diferentes ocasiones a través de los tiempos..., y los profetas nos
avisaron de ello. Ahora volvamos a recordar las palabras del profeta
Jeremías:
"Aun
la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la
golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el
juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé
está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).
Esto
es lo que había ocurrido antes de Jesucristo. Y cuando vino
Jesucristo, Él nos volvió a enseñar la verdadera Ley de Dios. El Señor
nos dice así: "Haced con los hombres todo lo que queráis que ellos hagan con vosotros; porque ésta es la Ley y los Profetas" (Mateo 7,12)... Ésta es la Ley a la que se refería Jesucristo cuando dijo:
"Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:18).
Nada
pasará de la Ley que nos enseñó Jesucristo, que es la verdadera Ley de
Dios dada a los hombres desde el principio. Pero muchos preceptos del
viejo testamento ya pasaron y SÍ fueron abolidos, así que esos preceptos abolidos no eran la Ley a la que se refería Jesucristo cuando dijo "ni una jota ni una tilde pasará de la Ley" o cuando dijo "yo no he venido a abolir la Ley y los profetas"..., pues Jesucristo SÍ QUE ABOLIÓ
todas las leyes crueles del viejo testamento (leyes que faltaban a la
misericordia) porque no eran la verdadera Ley de Dios, sino preceptos de
los hombres, por eso Jesucristo las abolió.
LEYES SOBRE LOS SACRIFICIOS
El
Señor deja abolidas las leyes del viejo testamento que mandaban hacer
daño, torturar, matar a los semejantes, hacer guerras y hacer muchos
sacrificios porque no eran verdadera Ley de Dios. Sobre los sacrificios, Jesucristo también nos dice:
"Si hubierais comprendido lo que quiere decir: "Misericordia quiero y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo
12,7)... Entonces, si Dios no quiere sacrificios, ¿cómo es que nos dice
el viejo testamento que Dios mandó tantos sacrificios?
Los
sacrificios escritos en el viejo testamento (varios capítulos dedicados
a los sacrificios y holocaustos) son otra prueba de que en el viejo
testamento hay muchos preceptos que Dios no mandó, porque Dios no quería
sacrificios. Entonces, ¿cómo iba a cumplir Jesucristo con todas las
leyes del viejo testamento habiendo en esas leyes tantos preceptos que
Dios no mandó?
LEYES SOBRE LOS SACRIFICIOS ESCRITOS EN EL VIEJO TESTAMENTO QUE DIOS NO MANDÓ
El
mismo viejo testamento nos indica que no todos sus preceptos son
palabra de Dios. Pues debemos recordar que en los cinco libros llamados
de Moisés hay muchos capítulos dedicados a los sacrificios y
holocaustos. Solamente en Levítico hay 10 capítulos seguidos dedicados a
los sacrificios y holocaustos, escritos como si fueran palabra de Dios.
Sin embargo nos dicen los profetas que Dios no mandó sacrificios:
"Así ha dicho Yavé de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque
no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de
holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de Egipto". (Jeremías 7,21-22).
"¿Qué
me importa la multitud de vuestros sacrificios? -dice el Señor-. Estoy
harto de holocaustos de carneros y de grasa de becerros; la sangre de
novillos, de corderos y de machos cabríos me hastía. Cuando venís a
presentaros ante mí, ¿quién pide eso de vosotros?" (Isaías 1,11-12).
"Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas". (Salmos 40,7).
Oseas nos dice: "Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6,6).
Jesucristo también nos dice: "Si hubierais comprendido lo que quiere decir: "Misericordia quiero y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes". (Mateo 12,7).
"Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces
dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el
rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley)". (Hebreos 10:5-10).
Ya
veis qué contradicción se encuentra aquí entre estos textos anteriores y
las leyes sobre los sacrificios del viejo testamento, pues en el viejo
testamento hay capítulos enteros dedicados a sacrificios y holocaustos
diciendo que Dios los había mandado. Sin embargo, como hemos visto, los
profetas, Jesucristo y las cartas nos dicen que Dios no mandó
sacrificios ni quiere sacrificios...
Dios
había dado su Ley a Moisés, pero algunos escribas no habían guardado
aquella Ley de vida, pues la habían aumentado con muchos preceptos de
hombres que faltaban a la caridad y a la justicia. Por este motivo,
Jesucristo indicó que la justicia de los escribas y fariseos no era
perfecta para entrar en el reino de Dios:
"Porque
os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el reino de los cielos". (Mateo 5:19-20)
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JESUCRISTO ABOLIÓ MUCHAS LEYES DEL VIEJO TESTAMENTO Y NOS ENTREGÓ LA VERDADERA LEY DE DIOS
Jesucristo vino a enseñarnos la verdadera Ley de Dios:
"No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir, sino a dar a conocer plenamente". (Mateo 5:17).
En realidad, Jesucristo, desde que empezó a predicar, insistió grandemente en darnos "a conocer plenamente"
cuál es la verdadera Ley de Dios. Y esa es la enseñanza que se
desprende de todo el contexto del Evangelio. La misericordia y el
perdón es la verdadera Ley de Dios. Entonces, no es lógico ni
razonable que Jesucristo viniera a "cumplir" con todas las leyes del
viejo testamento, como enseñan algunas religiones. Jesucristo nos vino a
"dar a conocer plenamente" la verdadera Ley de Dios.
El Evangelio nos sigue diciendo:
"Porque
de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota
ni una tilde pasará jamás de la ley, hasta que todas las cosas se
realicen". (Mateo 5:18)
Jesucristo
nos dice que no pasará nada de la Ley... Pero después de decir esto,
el Señor dejó abolidos muchos preceptos del viejo testamento porque eran
despiadados, como veremos más adelante. Entonces, ¿cuál es la Ley a la
que se refiere Jesucristo de la cuál "ni una jota ni una tilde pasará"?...
Bien claro está que la verdadera Ley a la que se refiere Jesucristo no
son todos los más de 600 preceptos del viejo testamento, sino solamente
los sencillos y misericordiosos preceptos que Jesucristo mismo nos
enseña en el Evangelio.
El Evangelio nos sigue diciendo:
"Cualquiera, por tanto, que quebrante uno sólo de los mandamientos estos, de los más pequeños, y
así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los
cielos; mas cualquiera que haga y enseñe, éste será llamado grande en el
reino de los cielos". (Mateo 5:19)
"los mandamientos estos"... En
este versículo vemos que Jesucristo nos está hablando de que nadie debe
quebrantar los mandamientos que Él mismo está enseñando en el
Evangelio, pues en ningún momento se ve en estos versículos del
Evangelio que Jesucristo nos esté mandando cumplir con todos los
mandamientos del viejo testamento, muchos de los cuáles sí que fueron abolidos por el mismo Jesucristo. Jesucristo se está refiriendo a los mandamientos que Él nos enseña: "Cualquiera, por tanto, que quebrante uno sólo de los mandamientos estos". Jesús nos manda que hagamos y enseñemos los mandamientos que Él nos enseña en el Evangelio, y luego nos sigue diciendo:
"Porque
os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos, de ningún modo entraréis en el reino de los cielos". (Mateo 5:20)
La
justicia de los escribas y fariseos eran las leyes del viejo
testamento, y Jesús nos dice que nuestra justicia debe ser mayor que la
de los escribas y fariseos si queremos entrar en el reino de los
cielos. Entonces, ¿cuál es esa justicia que debemos vivir, que es una
justicia mayor que la de los escribas y fariseos?... Bien claro está en
todo el contexto del Evangelio que esa justicia mayor que la de los
escribas y fariseos eran los piadosos mandamientos que Jesucristo nos
enseña en el Evangelio. Las leyes de muerte y esclavitud del viejo testamento quedaron abolidas.
JESUCRISTO RESTAURÓ LA LEY DE DIOS
Jesucristo
vino a restaurar la verdadera Ley de Dios, que estaba caída, estaba en
ruinas, y la volvió a levantar... Así nos dice el libro de los Hechos
de los apóstoles:
"Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. (Hechos 15:15-18)
Jesucristo restaura la verdadera Ley de Dios:
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que
cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y
cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el
concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno
de fuego. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas
de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del
altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y
presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre
tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te
entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De
cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último
cuadrante". (Mateo 5:...)
La vida de las personas debe ser respetada, porque el Señor nos dice: "No matarás".
Los judíos no respetaban la Ley de Dios que nos dice "No Matarás", pues
mataban a muchas personas que faltaban a sus leyes, leyes que en muchas
ocasiones no eran verdadera Ley de Dios... Por eso, Jesucristo, para
derribar aquellas viejas leyes de muerte, nos dejó dicho en el Evangelio
"No matarás" (Mateo 19:16-22).
"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya
adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es
ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda
uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y
si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues
mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo
sea echado al infierno". (Mateo 5:...)
La
codicia de los bienes de este mundo que pertenecen a todos puede
engendrar el adulterio contra la Ley de Dios, que es la misericordia y
el reparto de los bienes... Y la codicia de las mujeres cuando los
hombres quieren tenerlas por la fuerza como un bien propio, también
incurre en adulterio contra la Ley de Dios, que es la misericordia y el
respeto que se le debe a la libertad de las personas... Por eso
ocurren tantos crímenes de mujeres cada día en el mundo..., porque los
hombres, desde antiguo, creen que las mujeres que viven con ellos son de
su propiedad. Las personas deben ser libres para unirse cuando se
quieren, y libres para separarse cuando no se aman o alguno de ellos no
cumple con la misericordia que Jesucristo nos mandó vivir. Los
contratos de matrimonios que hacen los hombres y sus religiones, en
muchas ocasiones no tienen en cuenta la misericordiosa Ley de
Jesucristo, que siempre manda respeto a la vida de las personas. El
Señor deja abolida esta costumbre de querer tener a las mujeres en
propiedad como hacían los judíos con los esclavos, y la deja abolida
porque no era Ley de Dios, pues el Señor no vino a abolir la verdadera
Ley de Dios sino a "darla a conocer plenamente".
"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo
que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de prostitución, hace
que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete
adulterio". (Mateo 5:...)
Los
hombres no deben separarse de las mujeres que viven con ellos cuando
ellos desean a otras mujeres, pues cuando las mujeres que viven con
ellos tienen buen corazón y aman a Jesucristo, sienten una pena muy
grande si los hombres que viven con ellas las echan a la calle, que es
como decirlas "antes te quise con locura pero ahora ya no te quiero"...
Solamente cuando las personas se prostituyen con hombres o con mujeres o
con religiones que no siguen fielmente las enseñanzas de Jesucristo es
cuando el cristiano o la cristiana puede separarse de esas personas que
se han prostituido. Pero debemos recordar que si la mujer o el hombre
después de haber cometido una falta, se arrepiente y vuelve a la Iglesia
y a su casa, todo cristiano debe perdonar, pues el mandamiento de
Jesucristo es que perdonemos las faltas de nuestros hermanos y hermanas
(Mateo 18:21-22)...
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LAS LAPIDACIONES DE PERSONAS AÚN SE SIGUEN PRACTICANDO EN RELIGIONES APARTADAS DE LA MISERICORDIA QUE NOS ENSEÑÓ JESUCRISTO.
Los
judíos tenían la costumbre de matar a pedradas a las personas acusadas
de cometer adulterio, porque de alguna forma así lo mandaban las leyes
del viejo testamento. Jesucristo abolió estas leyes tan crueles y mandó
a sus hijos seguir el camino del perdón y de la misericordia. Y si los
hombres y mujeres fueran fieles a la Ley de Jesucristo, no se
cometerían tantos crímenes como se cometen cada día en el mundo por
estas causas, pues en diversos pueblos del mundo aún se siguen
practicando estas leyes que mandan lapidar a las personas. El Señor
dejó abolidas las costumbres de matar a pedradas a las personas que
cometían adulterio..., y en este caso del repudio que ahora nos ocupa "Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio",
Jesucristo también dejó abolida las leyes que permitían dejar
abandonadas a las mujeres sin que ellas hayan cometido prostitución, y
las deja abolidas porque no eran Ley de Dios, pues el Señor no vino a
abolir la verdadera Ley de Dios sino a "darla a conocer plenamente".
El amor que obra por la misericordia es el don que necesitan los
cristianos para poder cumplir con la Ley de Jesucristo. Pidamos a Dios
este don (el amor que obra por la misericordia) y al final encontraremos
el camino para llegar hasta Jesucristo.
JESÚS SIGUE RESTAURANDO LA VERDADERA LEY DE DIOS
"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No
juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén,
porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no
puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar:
Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede". (Mateo 5:...)
Los
judíos tenían costumbre de jurar en muchos casos, y así lo dejan
escrito en las leyes del viejo testamento... El Señor deja abolidos
estos preceptos sobre los juramentos.
LA LEY DEL TALIÓN ("Ojo por ojo, y diente por diente") ABOLIDA POR JESUCRISTO
"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No
resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la
mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a
pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que
te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te
pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 5:...)
Los
judíos tenían la costumbre de aplicar la ley del Talión en sus juicios
(ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura
por quemadura..., etc.), y así lo dejan escrito en las leyes del viejo
testamento (Éxodo 21:24-25), pero esta ley faltaba a la misericordia y
no contemplaba el perdón que debemos a los hermanos... El que mucho
ama, mucho perdona. Aquellos que no aman a sus semejantes, en muchos
casos pueden desear aplicar la ley del Talión. Pero Jesucristo abolió
para siempre esta ley tan cruel, la ley del Talión. El Señor deja
abolida la ley del Talión, y la deja abolida porque no era Ley de Dios,
pues el Señor no vino a abolir la verdadera Ley de Dios sino a "darla a conocer plenamente".
El Señor no aplicó la ley del Talión a sus hijos e hijas sino que los perdonó y los amó con misericordia.
La
ley del Talión escrita en el viejo testamento no contempla la
misericordia ni el perdón, pero la verdadera Ley de Dios es
misericordiosa... Jesucristo es Dios, y la Ley de Jesucristo nos manda
que perdonemos y tengamos misericordia. El Evangelio así nos dice:
Entonces
se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi
hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. (Mateo 18:21)
Un deudor fue perdonado y el no perdonó a quien le debía. El Señor, entonces Le dijo a aquel hombre: ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?... (Mateo 18:33)
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad
a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los
que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para
que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir
su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen
también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos
solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed,
pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto". (Mateo 5:21-48)
Los
judíos, siguiendo las tradiciones de los pueblos vecinos, habían
endurecido sus corazones con las guerras y las penas de muerte, y en
muchos casos no tenían compasión con los enemigos vencidos, pues en
muchos casos los degollaban o los ahorcaban, y no solamente a ellos,
sino que luego, como nos dicen las leyes del viejo testamento, entraban
en los pueblos vencidos y en muchos casos también degollaban a los niños
y a las mujeres..., diciendo que era mandato de Dios. Jesucristo dejó
abolidas estas leyes y nos manda que amemos a nuestros enemigos. El
Señor deja abolida esta costumbre de aborrecer y odiar a los enemigos, y
la deja abolida porque no era Ley de Dios, pues el Señor no vino a
abolir la verdadera Ley de Dios sino a "darla a conocer plenamente".
Y un ejemplo maravilloso lo tenemos en el Evangelio, pues Jesucristo,
cuando estaba siendo crucificado, pidió a Dios perdón para aquellos que
le hacían tanto daño, pues el Señor dijo: "Padre, perdónalos porque no
saben lo que hacen".
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OTRAS LEYES DE MUERTE Y DE TERROR DEL VIEJO TESTAMENTO
DIOS MANDA "NO MATARÁS" ¿Y LUEGO MANDA A LOS HOMBRES QUE MATEN?
Desde el principio, Dios mandó a los hombres que no matarán a sus semejantes... Según el Decálogo escrito en el Antiguo Testamento, el Señor le dice a Israel: "NO MATARÁS". (Éxodo 20:13).
Pero
seguidamente, en muchas otras leyes del mismo viejo testamento, los
escribas judíos se olvidan de este mandamiento de Dios tan importante, y
comienzan a escribir en el viejo testamento que Dios les mandó hacer
guerras contra los pueblos vecinos..., que Dios mandó a los hombres de
Israel que mataran a sus semejantes en muchas ocasiones..., que
aplicaran penas de muerte y mataran a los que cometieran faltas contra
la "ley", y que, en muchas ocasiones, se matara a las mujeres y los
niños de los pueblos vencidos.
Muchas
religiones desde hace siglos enseñan que Jesucristo fue el único que
cumplió con todas las leyes del viejo testamento (más de 600, muchas de
ellas muy crueles), y que, al hacerlo, Él nos libró a todos de aquellas
leyes... Pero, ¿es cierta esta afirmación?... Esto es un error y no
concuerda con lo que nos dice el Evangelio. Pues Jesucristo no cumplió
con las leyes crueles del viejo testamento que tenían los judíos, sino
que las abolió. La Ley de Jesucristo manda misericordia y perdón y ésta
fue la verdadera Ley dada por Dios desde el principio, y esta es la Ley con la que Jesucristo cumplió.
Desde
el principio, los profetas de Israel recibieron el Evangelio, y Cristo
era la Roca espiritual de la que bebía Israel. Pero los escribas judíos
dominados por los poderosos dictadores del pueblo hicieron de aquella
Ley sencilla del Evangelio una carga que nadie podía soportar, pues los
escribas añadieron muchas leyes crueles (preceptos de hombres que les
interesaban a los poderosos dictadores), y así es como llegó la ley que
tenían los judíos hasta tiempos de Jesucristo: una ley cambiada y
aumentada con muchos preceptos crueles de hombres.
Todas
aquellas leyes crueles que mandaban matar y hacer daño a los semejantes
se hicieron viejas y fueron abolidas cuando Jesucristo nos enseñó de
nuevo la verdadera Ley de Dios:
Veamos ahora algunas de aquellas leyes terribles del viejo testamento que Jesucristo abolió y no cumplió:
"se
puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Yavé?
Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. Y él les
dijo: Así ha dicho Yavé, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada
sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y
matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos
de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo
en aquel día como tres mil hombres". (EXODO 32:26-28)
No es eso lo que nos mandó Jesucristo:
"Oísteis
que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra
su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su
hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga:
Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. (Mateo 5,21-23)
Nos dice el Viejo testamento:
Si
un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y
la adúltera indefectiblemente serán muertos. (Levítico 20:10)
"Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al fuego". (LEVITICO 21:9)
No es eso lo que hizo Jesucristo con la mujer adultera en el Ejemplo del Evangelio:
"Entonces
los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en
adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha
sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó
Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían
tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo,
escribía en tierra con el dedo.
Y
como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de
vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra
ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en
tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a
uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo
Jesús, y la mujer que estaba en medio" (Juan 8).
Nos dice tambien el viejo testamento:
"Y
Yavé habló a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo fuera del campamento, y
todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y
apedréelo toda la congregación". (LEVÍTICO 24:13-14)
"Y
el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho:
rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que
haya hecho a otro, tal se hará a él. El que hiere algún animal ha de
restituirlo; mas el que hiere de muerte a un hombre, que muera".
(LEVÍTICO 24:19-21)
No es eso lo que nos mandó Jesucristo. Jesucristo dejó abolida esta ley del Talión, y sobre ella así nos dice:
"Oísteis
que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No
resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla
derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y
quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te
obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida,
dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Oísteis
que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo
os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen" (Mateo 5,38-44)
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Nos dice el viejo testamento:
"Estando
los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía
leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo
trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en
la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. Y Yavé
dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la
congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación
fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Yavé mandó a
Moisés". (NUMEROS 15:32-36).
No es eso lo que nos mandó Jesucristo:
En
aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus
discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer.
Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que
no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis
leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron
hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la
proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él
estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo. (MATEO 12:1-8)
"Jesús
le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre
fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de
reposo; no te es lícito llevar tu lecho. El les respondió: El que me
sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda" (Juan 5:8-11)
"Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y
Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por
esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios". (Juan 5:16-18)
Nos dice el viejo testamento:
"Así
acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Yavé se encendió contra
Israel. Y Yavé dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y
ahórcalos ante Yavé delante del sol, y el ardor de la ira de Yavé se
apartará de Israel. Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad
cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor".
(NÚMEROS 25:3-5).
No es eso lo que nos mandó Jesucristo:
"Entonces
vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida
eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino
uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le
dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás......"
Nos dice el Viejo testamento:
"Entonces
Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la
guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Yavé en
Madián......... Y pelearon contra Madián, como Yavé lo mandó a Moisés, y
mataron a todo varón....... Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y
todos los príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del
campamento. Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra
los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra, y les dijo
Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres?......... Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente" (Versículos de NÚMEROS 31)
"Y
nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en
Jahaza. Mas Yavé nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y lo
derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. Tomamos entonces
todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno". (DEUTORONOMIO 2:32-34)
"Y
tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les
tomásemos; sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en
Basán. Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con
puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. Y las
destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños". (DEUTERONOMIO 3:4-6)
No es eso lo que nos mandó Jesucristo.
¿Qué
culpa tenían los niños de lo que hubieran hecho los mayores? Matar a
las personas de cualquier edad está en contra de la Ley de Jesucristo
(la verdadera Ley de Dios). Entonces, genocidios donde se mata a niños,
mujeres, o a cualquier persona, es haber perdido toda noción de la
misericordia y del conocimiento de la verdadera Ley de Dios, que es la
Ley del Evangelio predicado por Jesucristo. En cuanto a los niños, el
Señor nos dice:
Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí. (MATEO 19:13-15)
Antes de que Jesucristo nos predicara el Evangelio, el Señor a través del profeta Isaías había dicho a Israel:
Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén. Acontecerá en lo postrero de los tiempos,
que será confirmado el monte de la casa de Yavé como cabeza de los
montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las
naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al
monte de Yavé, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y
caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yavé. Y
juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán
sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada
nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. (Isaías 2:1-4)...
Y
así sucedió: de Jerusalén salió la Palabra de Yavé, pues cuando
Jesucristo nos predicó el Evangelio, estableció la verdadera Ley de
Dios, que nos enseña que lo que Dios quiere es el amor, la misericordia y
el perdón.
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LA VERDADERA LEY DE DIOS ENSEÑADA POR JESUCRISTO
Así como nos dijo el profeta Isaías antes de Jesucristo: "Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yavé", así sucedió, pues cuando Jesucristo comenzó a predicar, nos enseñó la verdadera Ley de Dios, que así nos dice:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)
LO QUE DIOS QUIERE ES LA MISERICORDIA
"... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)
JESUCRISTO HABLA CON LOS FARISEOS SOBRE LA LEY
"Entonces
los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron
a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle,
diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas". (Mateo 22:34-40)
JESÚS ENSEÑA LA LEY A UN JOVEN RICO
"Entonces
vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida
eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino
uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le
dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás.
No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado
desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser
perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás
tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se
fue triste, porque tenía muchas posesiones" (Mateo 19:16-22)
Ésta
es la verdadera Ley y los verdaderos mandamientos de Dios enseñados por
Jesucristo, y esta Ley y estos mandamientos dejan abolidos todos los
mandamientos escritos en el viejo testamento que faltaban a la
misericordia y que mandaban esclavitud, desigualdad, castigos terribles y
penas de muerte..., porque la verdadera Ley de Dios es la
misericordia..., pues Jesucristo era Dios que se hizo Hombre y su
enseñanza (la misericordia) es la enseñanza que nos devuelve la
verdadera Ley de Dios.
LOS APÓSTOLES Y PRIMEROS CRISTIANOS NO APLICABAN LEYES DE CASTIGOS
Los
apóstoles y primeros cristianos lucharon con todas sus fuerzas para
mantenerse firmes en la misericordiosa Ley de Jesucristo. Ellos
no mataron ni hicieron guerras ni invadían los pueblos para dominar
sobre ellos y hacerlos esclavos ni impusieron castigos crueles para
hacer daño a las personas. La Misericordia y el perdón era su Ley... Si alguien hacía algún mal se le corregía una y otra vez pero no se le hacía daño físicamente. Pero
¿qué pasó después y por qué cambió todo?... A partir del siglo IV, los
emperadores dictadores de Roma y de otros imperios de terror,
invadieron las iglesias cristianas y cambiaron la Ley de la misericordia
por la ley del terror. Dejaron de vivir la Ley de
Jesucristo como única Ley de Dios y volvieron a imponer, como si fueran
ley de Dios y palabra de Dios, aquellas viejas leyes de muerte que
Jesucristo había abolido con la Ley del Evangelio. Desde
entonces, el mundo entero y sus imperios de terror (algunos de ellos
llamados "cristianos"), son los que han imperado en el mundo y, desde
que existen estos imperios de terror, el mundo ha vivido las más grandes
guerras y los más grandes genocidios que jamás conoció la humanidad.
EL SEÑOR MANDÓ PREDICAR EL EVANGELIO POR TODO EL MUNDO
El
Señor no mandó a sus discípulos predicar las biblias religiosas que
tienen muchas religiones ni leyes del viejo testamento contrarias al
Evangelio, ni tampoco mandó predicar cartas atribuidas a Pablo que
contienen preceptos contrarios al Evangelio y que fueron tan discutidas
en los primeros siglos... En fin, el Señor no mandó
predicar libros religiosos de cualquier religión que inciten a los
hombres a imponer terror a sus semejantes. Jesucristo
mandó a sus discípulos que predicaran el Evangelio a toda criatura para
que en el mundo se viviera el amor que obra por la misericordia, pues
así les dijo:
"Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado". (Marcos 16,15-16).
Si los pueblos que se llaman cristianos hubieran sido fieles a este mandamiento de Jesucristo: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura",
el mundo no habría sufrido tanto dolor, tantas guerras, tantos castigos
de muerte, tantas torturas, tantas cárceles, tantas inquisiciones y
tantos genocidios... Y es que los hombres cambiaron el
mandamiento del Señor que mandaba predicar el Evangelio, por el
mandamiento de las religiones del mundo que nos dice de alguna forma:
"Id por el mundo y predicad nuestras biblias"... Las grandes
religiones que impusieron a los pueblos del mundo sus libros religiosos
(sus biblias) tan cargados de leyes de muerte, dejaron desplazada,
ahogada y casi desconocida, la Ley del Evangelio.
Jesucristo
había dado su vida para predicarnos la verdadera Ley de Dios, que es el
Evangelio, y las religiones de los emperadores dictadores desde el
siglo IV (emperador Constantino y sus sucesores), se volvieron de nuevo a
las leyes de muerte de los hombres escritas en el viejo testamento. Pero este intento de volver a imponer las leyes judías del viejo testamento ya venía desde antes del siglo IV, pues los judaizantes siempre intentaron volver a imponer sus leyes ya desde el primer siglo.
Los
apóstoles, en su tiempo, también tuvieron que sufrir estas tentativas
de los judaizantes de querer volver a imponer a los pueblos las leyes
del viejo testamento..., y entonces se reunieron en Jerusalén para
tratar este asunto. Seguidamente escribiremos algunos
párrafos que nos recuerdan aquel concilio de Jerusalén, concilio cuyas
decisiones defendidas por los apóstoles no se volvieron a respetar en
los siguientes concilios de las diferentes religiones llamadas
"cristianas"..., religiones dominadas por los emperadores de Roma y
también por los dictadores de otros imperios de terror que se impusieron
en el mundo.
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EL CONCILIO DE LOS APÓSTOLES EN JERUSALÉN NOS ENSEÑA QUE LA ÚNICA LEY DE LOS CRISTIANOS ES LA LEY DE JESUCRISTO
En
este Concilio, los apóstoles mantuvieron una importante discusión con
los fariseos que querían imponer a los cristianos el cumplimiento de las
leyes del viejo testamento. Aquellos judíos no aceptaban
la idea de que muchas de aquellas leyes del viejo testamento habían sido
cambiadas a través de los tiempos por la pluma de los escribas
(Jeremías 8:7-8), pues ellos llamaban "ley de Moisés" a todas aquellas
viejas leyes que ya no guardaban la verdadera Ley de Dios que recibió
Moisés. Los apóstoles decretaron que los cristianos estaban libres de
muchas leyes del viejo testamento y que ahora sólo tenían la Ley de
Jesucristo. Ahora recogemos algunas palabras de aquel concilio:
"Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es
necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. Y
se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto". (Hechos 15:5-6)
El apóstol Pedro les dijo: "Ahora, pues, ¿por
qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo
que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos". (Hechos 15:10-11)...
Pedro
dice que aquel yugo (muchas leyes del viejo testamento mandaban
castigos de muerte y esclavitud) era una carga que nadie había podido
llevar... ¿Es que los piadosos mandamientos de Dios acaso son una carga que nadie puede llevar..., o
es que las leyes del viejo testamento, a través de los siglos habían
sido aumentadas con muchos preceptos crueles de hombres que nadie podía
soportar?... Según los profetas, esto último es lo que pasó. El
profeta Jeremías, muchos años antes de Jesucristo, había dicho que la
Ley de Dios fue cambiada en mentira por la pluma de los escribas
(Jeremías 8:7-8). Los apóstoles, conocedores del Evangelio y de la misericordiosa Ley de Jesucristo, en aquel concilio siguieron diciendo:
"Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,
nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y
enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo" (Hechos 15,24-25)
Después
de esta discusión con los judaizantes, los Apóstoles escribieron una
carta a los hermanos, diciéndoles que a los Apóstoles, movidos por el
Espíritu Santo, les había parecido bien no imponer ninguna carga a los
cristianos más que estas cosas necesarias: ".....
a saber, que os abstengáis de las carnes inmoladas a los ídolos, de la
sangre, de la impureza y no hacer a los otros lo que no queráis que se
os haga a vosotros. Haréis bien en observar todo esto. Caminad en el
espíritu Santo Amen". (Hechos 15:28-30, Forma Occidental de las escrituras).
Esto
es lo que declararon los apóstoles en el Concilio de Jerusalén: que
los cristianos estaban libres de las leyes del viejo testamento y que
desde entonces sólo tenían que observar la Ley de Jesucristo así como
ellos la expresan en los Hechos de los apóstoles: "no hacer a los otros lo que no queráis que se os haga a vosotros". La Ley de Jesucristo escrita en el Evangelio nos dice así: "todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12).
Esto
ocurrió en el primer siglo, en este Concilio asentaron las bases de la
verdadera Ley de Dios que debían respetar los cristianos desde
entonces. Mientras vivieron los apóstoles y primeros cristianos no
parece que hubo más concilios para tratar este asunto. Los cristianos
estaban libres de las leyes judías de muerte y de esclavitud y sólo
tenían que seguir la misericordiosa Ley de Jesucristo.
Pero
¿qué pasó en los siglos II y III?... En estos siglos la oposición
judaizante iba en aumento, igual que fue en aumento en esos mismos
siglos la persecución de los emperadores de Roma contra todos los
cristianos.
LOS SISTEMAS DE TERROR QUE APARECIERON EN EL MUNDO A PARTIR DEL SIGLO IV (después de los primeros cristianos)
Los
hombres y mujeres piadosos de muchos pueblos que habían conocido el
Evangelio de Jesucristo, lo amaron sobre todas las cosas... y, aunque
sufrieron una terrible persecución, el amor misericordioso de la Ley del
Evangelio, poco a poco se iba conociendo en todo el mundo. Pero
los poderosos que dominaban en los imperios de terror no estaban de
acuerdo con aquella enseñanza cristiana que mandaba repartir los bienes
entre todos los cristianos como hermanos y respetar la vida de las
personas. ¡¡Una gran nube negra que arrastraba a los hombres codiciosos, amenazaba a los cristianos en aquellos tiempos!!...
Los
emperadores de Roma, no podían parar la enseñanza del Evangelio por
aquel fervor cristiano que hubo en los primeros siglos y, sobre todo,
porque Dios así lo había decretado: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". (Mateo 24:14)... Entonces, a
partir del siglo IV, aquellos emperadores y poderosos del mundo, al no
poder parar la predicación del Evangelio (el amor que obra por la
misericordia y el reparto de los bienes), se hicieron pasar por
cristianos o por amigos de los cristianos pero sin cumplir con lo que
manda el Evangelio, esto es, repartir todos los bienes con los pobres
como mandó Jesucristo. Desde entonces, muchas de aquellas
comunidades cristianas que tan heroicamente habían soportado tanta
persecución por parte de los imperios del mundo, fueron dominadas por el
poder de los emperadores de Roma y otros imperios, los cuáles
impusieron al mundo otra táctica de persecución: estos emperadores e
imperios impondrían a los pueblos su particular "cristianismo",
religiones del mundo que se volvieron de nuevo a las leyes del viejo
testamento acomodadas a las leyes de los imperios de terror para volver a
imponer y justificar sistemas de terror y de muerte a todos los pueblos
llamados cristianos. Estos imperios de terror aplastaron
la Ley de la misericordia mandada por Jesucristo y también la decisión
de los apóstoles del Concilio de Jerusalén donde se había decretado que
sólo la Ley de Jesucristo era la Ley de los cristianos.
VOLVIENDO DE NUEVO A LOS IMPERIOS DE TERROR
Los
imperios de terror que había habido antes de que los emperadores de
Roma dominaran sobre las comunidades cristianas habían sido muchos en el
mundo. Había habido muchos imperios de terror antes de Jesucristo y
después de Jesucristo, y todos usaban, con diferentes matices, las
mismas leyes que usaron muchos judíos antiguos: leyes de esclavitud,
terror, torturas, penas de muerte, guerras y genocidios... Los
emperadores de Roma y otros imperios del mundo, para mantenerse en el
poder y seguir viviendo en la opulencia, querían seguir imponiendo estos
sistemas de terror..., y éste fue el motivo que les llevó a imponer la
creencia de que todas las leyes de muerte y terror del viejo testamento
eran "palabra de Dios"... Así, de esta forma, se hacían pasar por
seguidores de Jesucristo en tiempos de bonanza y de sumisión de los
pueblos, y cuando los pueblos se rebelaban contra su opulencia y su
crueldad, entonces imponían las leyes del viejo testamento que a ellos
les interesaban como si estas leyes de muerte y de esclavitud fueran
"palabra de Dios" y como si Jesucristo hubiera mandado cumplir con ellas
(como si Jesucristo no las hubiera abolido).
Las
religiones impuestas al mundo desde el siglo IV se apartaron mucho de
la misericordiosa Ley de Jesucristo y, para imponer las leyes contrarias
a la Ley de Jesucristo, usaron muchas doctrinas. Seguidamente
recordaremos algunas de estas doctrinas religiosas que han apartado al
mundo del camino de la misericordia y el amor que nos predicó
Jesucristo.
RECORDANDO DE NUEVO LA VISIÓN DEL SUEÑO EN LA QUE VEÍA QUE EL MUNDO PERSEGUÍA A JESUCRISTO.
"¿Cómo
había llegado el mundo a tal confusión que les movía a odiar tanto a
Jesucristo?... Venían con pancartas y todos unidos en una manifestación
contra El Señor, llenos de odio y de rabia. Entre el camino por donde
ellos venían y el Palacio, había un puente que era donde yo estaba.
Enseguida se llenó el puente de gente, y llegaron hasta el Palacio, con
deseo de tirar la puerta abajo y agredir Al Señor y a sus amigos".
"Cuando
desperté, emocionado por la visión del sueño, interpreté que El Señor
me quería decir que le agradaba que yo transmitiera a mis amigos el
sentimiento que Dios había derramado sobre mí con esta visión: que el
mundo haría guerra contra Jesucristo con odio y con rabia"...
Gracias, Señor, por tu misericordia. Gracias, Jesucristo, Nuestro Señor.
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DIVERSAS ENSEÑANZAS RELIGIOSAS QUE PUEDEN CONFUNDIR A LOS CRISTIANOS
¿TODA LA ESCRITURA ES INSPIRADA?
Hay muchos que dicen que toda la biblia es inspirada por Dios, y se basan en el siguiente texto: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia."
(2ª Timoteo 3:16)... Y así lo dejan escrito en sus biblias. Biblias
que ellos componen... Pero hay algo que no tienen en cuenta estos
traductores de biblias, y es que no todas las biblias se expresan así en
ese famoso versículo. Veamos ahora cómo se expresan otras biblias:
"TODA ESCRITURA DIVINAMENTE INSPIRADA ES UTIL PARA ENSEÑAR, PARA REPRENDER, PARA CORREGIR"... (2ª Timoteo 3:16).
Este texto no nos indica que toda la escritura sea divinamente inspirada, sino solamente la que sea divinamente inspirada es la que es útil para enseñar.
Esto es lo que concuerda con la verdad y lo que es lógico y razonable,
pues los anticristos también han escrito muchas escrituras; sólo hay que
ver que las grandes religiones han rechazado muchas escrituras como no inspiradas por Dios. Entonces ¿como va a ser inspirada toda la escritura?... Eso es un error que puede confundir a muchos.
SI TODA LA ESCRITURA ES INSPIRADA... ENTONCES
¿POR QUÉ muchos religiosos no creen lo que escribimos otros escritores
religiosos?... ¿Por qué muchas religiones no creyeron en las escrituras
apócrifas? Mal ejemplo dieron las religiones para que ahora creamos
que en sus biblias es todo inspirado por Dios.
La
religión de Roma desde el siglo IV, rechazó y destruyó muchos libros
tachados de apócrifos ..., también los protestantes quitaron siete
libros de las biblias católicas, Los judíos no creen en Jesús como Dios
hecho hombre ni tampoco creen en el Evangelio ni en otros libros del
nuevo testamento..., ¿TODA LA ESCRITURA ES INSPIRADA?...
Ahora vamos a ver qué nos dicen los profetas y los Apóstoles en cuanto a las escrituras:
"¡Ay de los que dan leyes inicuas y de los escribas que escriben prescripciones tiránicas para
apartar del tribunal a los pobres y conculcar el derecho de los
desvalidos de mi pueblo, para despojar a las viudas y robar a los
huérfanos!" (Isaías 10,1-2).
"La
cigüeña en el cielo conoce su estación; la tórtola, la golondrina y la
grulla guardan los tiempos de sus migraciones, ¡pero mi pueblo no conoce
el derecho de Yavé! ¿Cómo os decís: Somos sabios y la Ley de Yavé está
con nosotros? Ciertamente la convirtieron en mentira las mentirosas plumas de los escribas" (Jeremías 8,7-8).
Hay biblias que traducen el versículo de 2ª Timoteo 3:16 de la siguiente forma:
"Toda la Escritura (es) inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia." Como
vemos, la palabra "es" la han puesto entre paréntesis, y en otras
biblias viene en cursiva; de cualquiera de estas dos formas, sea que la
palabra "es" esté entre paréntesis o sea que esté en cursiva, se está
indicando que no es de la Escritura..., entonces es una palabra
añadida. Si se quita la palabra "es", que es una palabra
añadida, ya que no viene en el texto griego, entonces el versículo
quedaría así:
"TODA ESCRITURA DIVINAMENTE INSPIRADA ÚTIL PARA ENSEÑAR, PARA REPRENDER, PARA CORREGIR"... (2ª Timoteo 3:16).
El
versículo de 2ª Timoteo 3,16 es una prueba clara de que en la biblia
hay escrituras MAL TRADUCIDAS... Entonces como va a ser inspirada toda
escritura...
Ahora
veamos otras contradicciones que pueden confundir a los que
quieren conocer qué es lo que Jesucristo nos predicó realmente.
¿LA ESCRITURA NO PUEDE FALLAR?...
Según algunas biblias, el versículo de Juan 10:35 nos dice: "...y no puede fallar la Escritura". Según otras, ese mismo versículo, refiriéndose a la escritura nos dice: "no puede ser quebrantada". Y otras biblias, por el contrario, en este mismo versículo no se refieren a la escritura y así nos dicen: " ¿No está escrito en la ley de vosotros: Yo dije dioses sois? Si a aquellos llamó dioses y no puede ser desatado, ..." (Juan
10:35, en el papiro 45). Ya vemos cómo aquí, en este último versículo
el texto no nos dice que la escritura no puede fallar sino que en este
caso el texto se refiere a que lo que no puede ser desatado es la
sentencia que dice: "Yo dije dioses sois"...
Los
escrituristas influenciados por las religiones que los dominan quieren
atar las manos a los creyentes al enseñar que en sus biblias todo lo que
se dice es "palabra de Dios" y por eso traducen así estos
versículos... Pero nosotros, los cristianos, no podemos hacer descansar
nuestra fe en un versículo mal traducido. Todo versículo difícil de
entender hay que cotejarlo a la luz de todo el contexto del Evangelio y
de los profetas, pues un versículo aislado y mal traducido no puede
cambiar toda la enseñanza de Jesucristo y los profetas, que así nos
dicen:
"...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).
Aquí
vemos cómo el profeta Jeremías nos indica que la escritura sí puede
fallar. De hecho, falló, como nos dicen los profetas, cuando la
cambiaron los escribas.
Y también Pedro en sus cartas nos dice que las cartas de Pablo estaban siendo retorcidas, igual que el resto de las escrituras:
"Y
tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación;
como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha
sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas
de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición".
Y seguidamente, Pedro nos dice qué es lo que debemos hacer para no ser confundidos por las falsas escrituras:
"Así
que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que
arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro 3,15-18)
Crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es crecer en el conocimiento del Evangelio,
para no ser arrastrados por el error de los inicuos y para no caer de
nuestra firmeza, es decir, para que nada nos confunda, ni las falsas
doctrinas religiosas, ni las falsas escrituras.
Las
leyes del viejo testamento en tiempos de Jesucristo ya no guardaban la
verdadera Ley de Dios en todo su contenido. Aquel testamento era
defectuoso y había fallado:
enseñaba cosas que no eran de Dios porque la Ley de Dios había sido
cambiada como nos dice el profeta Jeremías (Jeremías 8:8)..., y por eso
aquel testamento, en muchos de sus preceptos, fue quebrantado y anulado por Jesucristo (Mateo 5:17-48 y otras partes del Evangelio)
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