No había terminado de decir cualquier cosa que se le saliera de la boca cuando estaba siendo tomado de la mano y prácticamente acosado –Estás….-(invadiendo mi espacio personal)  Susurró débilmente mirando hacia otro lado, sin poner ninguna resistencia en el agarre. Tenía el rostro de ese demonio tan cerca y con esa sonrisa y esos ojos, y ese aura de muerte que irradiaba con fervor. Sentía que iba a ser devorado en cualquier momento y no entendía porque no se defendía. Se sintió más débil de lo que era en realidad.

-No muestres tus tesoros, caperucita, o si no el lobo vendrá a comerte. O acaso pedías ayuda? Haha..-

Caperucita?? Porque siempre lo trataban como si fuera una mujer?  Su semblante sorprendido oyéndole hablar cambió por uno más nervioso, apretando los dientes fuertemente cuando lo oyó reir.

La risa de los demonios eran como la nota desafinada de un violín que hacían rechinar los dientes.

Se dejó despeinar entrecerrando los ojos moviendo su cabeza ante el movimiento brusco pero de su cuerpo un pequeña chispa negra se desprendió como si hiciera cortociruito con la mano de Nelius, provocando una ligera descarga de … algo asi como electricidad. Solo que por la poca consistencia, no se podía deducir muy bien que era.

Torturado!? Tan malo parezco?- Sintió una voz detrás de él y se tensó levemente girando con rapidez para darse cuenta que era… Crawl? Crawl era su nombre, verdad?

Sus ojos se abrieron de par en par visiblemente confundido ante las palabras del pelirojo, de que demonios estaba hablando? Demonios? Seguramente se trataba de Giel-san que al parecer ahora se llamaba Starkiu? Hablaba de la misma persona que él tenia en mente? Miró la puerta cuando oyó ese grito espantoso, como si una mujer estuviera siendo torturada con algún elemento cortante o algo por el estilo. Y amagó a caminar hacia allá, dando un paso inseguro hacia allá pero de pronto vio frente a su camino la mano de Crawl dirigiéndose al demonio azul.

Y otra vez fue manejado en contra de su voluntad cuando él (Nelius) volvió a posar una mano detrás de su cuello y siendo encaminado hacia adentro del jardín, otra vez volvió a forcejear, no estaba dispuesto a irse solo con ese muchacho. Su risa le daba terror.

Antes de alejarse más y más de ese hombre de color bordo estiró su mano como pudo, hacia la ropa del tal Crawl tirando de la manga de su traje como pedido de socorro, pero como si no fuera evidente antes de aflojar su agarre a la tela ajena, dejó oir solo a él, más que un susurro era un súplica- No… porfavor…- El agarre de Nelius se hacia insistente, por lo que se vió obligado a caminar a donde lo llevaba. Con mucho esfuerzo, cabe decir, ya que esta vez Kio se resistía bastante. 

Kio NO DA MAS del miedo xD Ensima le pide ayuda a Crawl no se que es peor. Se mete en la boca del lobo. Espero que les guste el post, hahaha yo y mi afán por hacer sufrir a mis marionetas, entre Yessika y Kio, los dos ya me odian xD Pero bueno, se hace entretenido, no? A esperar a Mary ahora, a ver que hace CawCaw cuando vuelva a sentir el agarre de Kio en su ropa 1313. xD.
Post fail, lo siento.. no doy más del sueño y ensima ando con gripe *sonandose los mocos xD* 

-Aah! -Exhaló solamente cuando fue prácticamente arrastrado por el demonio pelirrojo hasta enconcontrarse protegido detrás de su espalda. En la cual apoyó sus manos con suavidad, moviendo un poco sus dedos sintiendo la suavidad de la tela. Kio era... tan impecablemente suave.

 -Tengo hambre también, sabes? - Sus ojos entrecerrados por el sueño y las emociones que lo desbordaba se abrieron enormes, no con miedo sino con sorpresa. No creyó que el demonio estuviera del mismo bando que Blau, aunque no parecían aliados. Sino que de pronto se sintió como un pedazo de mierda siendo el motivo de pelea entre los depredadores. Tragó saliva y miró a Crawl como si hubiera sido engañado, como si hubiese estado jugando con él. Aunque estaba muy consciente que el pelirrojo nunca le había prometido nada, siquiera había mencionado una sola palabra sobre estar cuidándolo de nadie. Entonces fue cuando se sintió en el límite, y supo que no iba a ser protegido por nadie. Y sabía que tenía que armarse de valor y escapar de allí. Cuando vio que los teufel prácticamente se estaban.... besando..... Kio dio un paso hasta la mansión para irse de aquel lugar quizás ahí adentro podría perderse entre tanta gente o buscar alguna manera de avisar a alguien que estaba siendo acosado. Pero de nuevo se sintió agarrado del brazo y se vio obligado a correr hacia la fiesta, abrió los ojos confundido y vio a Crawl correr casi delante de él.

.... - Y su expresión cambió levemente, olvidándose de la sorpresa y del miedo. Crawl realmente se veía muy atractivo con el viento propio de la corrida. Asique solo se dejó llevar hundido en sus pensamientos o más bien, en la imagen que veía frente a él. No entendería como una marioneta tan guapa podía llegar a ser tan mala persona. -Te dije que me gustaba el fuego, Caramelo? A Nel Nel también... creo. Quiero jugar, jugar a lo que estén jugando ahí dentro!-

Kio no entendía que tenía que ver el fuego con todo esto.  Porque no se había percatado que el techo de la sala estuviera incendiándose. Y a pocos pasos de llegar pudo darse cuenta que era verdad, las luces adentro parecía la típica forma de brillar que provocaba el fuego, resplandeciente, titilante. Y cuando pudo notar que el fuego de la sala se extinguía, porque ese brillo se había extinguido, sintió un cuerpo sobre él y una voz sonar en su oido, haciendo que sus pasos se frenen en seco completamente aterrado, y despues....

Después......

Después sintió....

Después.....

Cerró sus ojos con toda la fuerza que podía imprimir y comenzó a llorar con desesperación. Apartando todo cuerpo a su alrededor en un radio de dos metros, dejando que el escudo de sombras que nunca estaba presente cuando lo necesitaba, ahora se haga útil. Los dos demonios fueron arrastrados más allá, de los cuales Nelius seguramente caería al suelo siendo golpeado, ya que se encontraba en una posición apta para caer de una forma importuna. Una traslucida parábola de color azul oscuro se vio rodeándolo, rodeando a un Kio que ahora llevaba su mano temblorosa hacia su cuello tratando de sacarse esa sensación de la cabeza.

-Váyanse de aquí... - Casi ordenó con firmeza manteniendo su mirada en el piso- Lárguense de acá ahora y déjenme en paz! - Cerró los ojos ante el pequeño grito que salió de su boca, lleno de impotencia. Completamente lleno de impotencia.

Sus ojos se mantenian fijos en los de quien minutos antes había interferido con su tranquilidad. Su amada tranquilidad y amado silencio. Ojos fijos, penetrantes y filosos, casi dignos de arrancar con su mirada los ojos ajenos. Pero no era que estaba enojado o mucho menos, así era su mirada siempre. Incluso miraba de esa manera a Elioth, aunque estuviera en medio de finalizar una caricia.

Pero después su mirada se desvió hacia el camino que se dirigía a las rejas de la mansión, a la gran puerta. Despreocupado e insolente, caminaba Yeremi detrás de una….rubio delicado y desagradablemente femenino. Estaba de moda vestir a los hombres con trajes de mujer? El mismo rubio que lo había estado mirando por un momento dentro del salón.  Le parecía demasiado sospechoso, y ahora verlo irse con un demonio fervientemente buscando hizo que su sospecha por ese noble se acrecentara aun más. Siempre pensando de mas, eh Yonna?

En ese instante fue cuando pensó en Yessika, si él se había ido con quien había queda-…

Un grito, era de esperarse maldita sea. Él esforzándose por mantener el bien y el orden por años, para volver a calmar las aguas después que un huracán llamado Yeremi cause estragos en solo cinco minutos. Bueno, que podía hacer? Era la naturaleza de cualquier Teufel. Y sentía lástima por ellos.

Enseguida se puso de pie, sin pensarlo dos veces dispuesto a volver a la sala y controlar el caos. Pero esa… inmadura, insensata y poco prudente  machina peliroja se acercó a ellos y comenzó a atacar con partículas que Yonna dejó suspendidas en el aire, y luego…. Escapar. Que desquiciado enfermo.

Para cuando los dos ladrones escaparon, seguramente para hurtar algo más a Yonna realmente ya no le importaba en los más mínimo esos dos. La familia era lo primero. 

Teniendo (siempre) presente esta frase que repetía su padre, enseguida se dispuso a dirigirse hacia el salón pero el ambiente comenzó a cambiar. Los gritos adentro de la mansión y la niebla que parecía espesarse y dificultar su respiración, la oscuridad y la sensación de angustia, todo eso podía explicarse tan agobiante cuando vió a su lado, una niña igual de hermosa que la anterior, solo que con cornamenta, sencilla y grande. -Bessondere Agnes – Pensó.

-Creo que ya es momento de irme, le agradezco mucho invitarme señor Yonna, aunque sé que usted no lo hizo… –Su cuerpo no se inmutó cuando  la niña se acercó. Claro que podía estar siendo engañado asique solo se preparó mentalmente para defenderse, poniéndose a la defensiva sin que se notara porque era su naturaleza, ser inexpresivo e inalterable.

Dejó que tocara su rostro y su mirada siguió fija en los ojos rojos de la pequeña, incluso permitió que pudiera sentir emociones que consideraba que a ella le interesaría. Culpa, frustración, deseo.

Miraba su rostro como se iba acercando, y entreabrió sus labios cuando la sintió en su boca. Respondiendo el beso con esa lentitud y suavidad que lo caracterizaba. Acariciando con su lengua levemente los labios de la teufel – Fue un placer poder verte- Susurró rozando sus labios – Gracias- Respondió solamente, de la misma forma que ella.

Se alejó y miró detrás suyo a su dragón entonces Yonna seguía con la mirada puesta en la niña que parecía flotar en al aire. Le dedicó una sonrisa y se fue desapareciendo en el aire.

Ahora sí, había conseguido mantener a ese demonio alejado de Elioth, y una vez que se fue pudo estar seguro que solo debía preocuparse de calmar a Yessika que estaba provocando estragos. La fiesta le importaba poco, las opiniones de los nobles le importaba poco y los recuerdos de los invitados también. En su mente solo estaba su familia.

Caminó tranquilamente hasta la puerta de la mansión y vió la gente corriendo de acá para allá sin hacer nada. El fuego ya se había extinguido gracias a un inciente que provocó más humo que antes. Con su capacidad para mover objetos y materia, el humo salió por la ventana de forma ordenada y sobre el techo para no molestar más a sus invitados. A lo que la gente lentamente comenzó a relajarse y los gritos se opacaron un poco, pero como había algunos que habían entrado en ataque de pánico, Yonna, quien hasta el momento seguía con las manos en los bolsillos, ordenó con fiereza en la voz – Hagan silencio –

Como siempre siquiera se inmutó en elevar su tono al hablar, se mantenía con su tranquilidad al 97%. Pero la gente por algún motivo hizo silencio y se quedó mirándole. Mirando como él caminaba hasta Yessika y se ponía de cuclillas frente a la fantom que lloraba y titilaba su cuerpo haciéndose corpórea e incorpórea a cada rato. 

Las luces se prendieron nuevamente, y ella no lo sabía. Sumergida en su oscuridad, ella no sabía ni entendía nada.

No estaba consciente de todo el escándalo que estaba ocasionando. Incluso se había olvidado de todo ese odio que sentía hacia todos, convirtiéndolo en dolor. Convirtiendo la promesa de Yeremi en un incendio que estaba generando caos, caos y más caos. Gritos, desesperación, llantos, desconsuelo, sufrimiento. Todas esas cosas que Yeremi gozaba observar. Gente que corría despavorida. Gritando y alzando los brazos sin hacer nada. Seguramente estaría riéndose ahora. Riéndose… de ella.

Sintió una figura frente a ella poniéndose de cuclillas pero seguía con su rostro tapado por sus propias manos. No quería ver a nadie, no quería tener a nadie cerca y quería matarlos a todos. Porque ellos eran el motivo por el que Yeremi se había ido, porque seguramente lo perseguían y lo buscaban para atraparlo. Era su maldito cumpleaños, porque maldita mierda no la dejaban pasar tiempo con él?

-Yessika…- Escuchó a su lado.

Era Yonna. Pero tampoco tenía ganas de soportarlo a él. Soportar que fingiera procuparse por ella cuando solo se ocupara de si mismo. Yessika era tan extraña cuando actuaba de esa forma. Como si buscara en los demás un odio que solo se tenía a sí misma. Excusas para odiar y echar culpas cuando la culpable solo era ella. Pero se mentía, ella se estaba mintiendo pero no le importaba, no se daba cuenta ni mucho menos. Asique su hermano a su lado comenzó a entrar en calor. Cada vez más elevaba la temperatura como si estuviera introduciéndose en una bañera de agua hirviendo. Y él cada vez, cada vez con más vapor saliendo de su cuerpo. Pero no se inmutaba.

Yessika lo estaba prendiendo fuego. Y Yonna no se inmutaba. 

-Tranquila… Tenes que estar tranquila porque estás haciendo mal a las personas…- Susurró Yonna con un tono comprensivo que nadie pudo haber visto jamás. Pero de nuevo ella sentía que solo le importaban los demás y ella estaba en último plano.

Yonna grunió un poco, cuando sintió sus pies calentarse de manera muy rápida, el fuego se hacía cada vez más insoportable pero él no hacía nada para evitarlo.

-Tenes que mantenerte fuerte por Elioth – Escuchó y ella abrió los ojos, levantando su mirada levemente y observar los ojos miel de su ‘hermano’

-Por nuestro Elioth… No dejes que te vea así… - Pidió el (ahora) mayor, acariciando su rostro cuando Yessika recuperó la compostura y se hizo táctil. Yonna sonrió levemente

-Elioth…-Susurró solamente 

-Elioth –

Yessika se puso de pie con ayuda de Yonna y se refugió en sus brazos, escondiendo su rostro lloroso en el pecho del ojimiel, sosteniéndose de su ropa.

-Te llevaré a dormir… - Dijo solamente, y para ella para caminar a su lado y subir las escaleras para llevarla a una habitación.

. . . . 

Despues de un rato, Yonna volvió a bajar las escaleras y caminó con tranquilidad  a la mesa de bocadillos en una punta del salón, agarrando como si nada una copa de las tantas que habían sobrevivido al desastre. La gente lo miraba absorta, como si fuera un animal de otra manada, una marioneta de otro mundo. Otra vez, y con la copa entre sus dedos, volvió sobre sus pasos subiendo algunos escalones de la escalera y miró a los demás, los pocos que habían quedado en el salón

-Lamento los inconvenientes – miró su copa como si hubiera algo más interesante allí- La fiesta está en todo su derecho de seguir – de nuevo sus ojos en los invitados- Pero el que no se siente cómodo: Gracias por haber venido –

Sin más se bajó de las escaleras y se posicionó en un rincón de la sala, sin ánimos de responder preguntas. Sin interés de ver que hacían los invitados. Fijando tu mirada en Elioth, mientras se llevaba el vino a los labios.

Y la música, aunque tímida y bajita, comenzó a sonar otra vez.