Fundación de Holguín (se llamó primeramente San Isidoro de Holguín).
1873
Muere la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda.
2
1514
Se funda la villa de Santa María del Puerto de Príncipe, hoy Camagüey.
1849
Nace José Maceo y Grajales, en Majaguabo, Oriente.
3
1934
Muere tuberculoso el revolucionario, Gabriel Barceló.
4
1891
José Martí participa en la Comisión Monetaria Internacional Americana.
1919
Nace el revolucionario Fernando Chenard Piña. Murió en el asalto al Moncada.
1959
El gobierno de los EE.UU. amenaza con rebajar la cuota azucarera cubana por las medidas revolucionarias que se estaban aplicando.
1962
Segunda Declaración de La Habana.
6
1879
Autorizan a José Martí a impartir clases de segunda enseñanza en La Habana.
1932
Nace el Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán.
1962
Se crea la Dirección Nacional de Círculos Infantiles.
7
1901
Muere en Madrid Ana Betancourt, pionera del movimiento por la emancipación de la mujer.
1958
Es detenido y asesinado el revolucionario Gerardo Abreu (Fontán).
1959
El Guerrillero Heroico, Comandante Ernesto Che Guevara es declarado ciudadano cubano.
9
1873
El mayor general Ignacio Agramonte combate en san Miguel, Puerto Príncipe.
11
1959
Se inicia en Ciudad Libertad curso de alfabetización para miembros del Ejército Rebelde.
12
1867
Fracaso de la Junta de Información.
13
1953
Muere el estudiante Rubén Batista a consecuencia de las heridas recibidas durante la manifestación estudiantil del 15 de enero. Asesinato del líder comunista Paquito Rosales, en Manzanillo.
15
1898
Explosión del Maine, hecho volar por los propios Estados Unidos, en plena bahía habanera para intervenir en la guerra Hispano-Cubana.
16
1903
Estrada Palma, firma el "acuerdo" de cesión del territorio de Caimanera a Estados Unidos.
19
1963
Muere el célebre cantante popular Benny Moré.
20
1962
El Gobierno Revolucionario crea la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba.
21
1723
Sublevación y muerte de los vegueros en Jesús del Monte.
1901
Se firma en La Habana la Constitución de 1901. Permaneció inalterable hasta 1928.
22
1877
Muere el patriota Francisco Vicente Aguilera.
23
1896
Antonio Maceo llega a Matanzas.
24
1832
Nace en Bayamo el poeta Juan Clemente Zenea.
1895
Reinicio de las guerras de independencia, con alzamientos en Matanzas, Las Villas y Oriente.
25
1802
Nace en La Habana, el famoso obispo Espada.
1853
Muere el filósofo Félix Varela.
1931
Nace el revolucionario Rafael Freyre Torres. Murió en el ataque al Cuartel Moncada.
26
1869
La Asamblea Patriótica de Camagüey declara abolida la esclavitud.
1962
Comienza la primera campaña de vacunación antipolio.
27
1874
Muere combatiendo frente a tropas españolas el padre de la patria, Carlos Manuel de Céspedes líder de la gesta del 68.
Cada 4 de febrero los cubanos que aman la libertad y la independencia de su Patria, recuerdan este día como uno de los inscriptos en el larga lista de agresiones de Estados Unidos contra Cuba, fraguadas en las siniestras oficinas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y del Departamento de Estados, cubiles que protegieron –y siguen protegiendo- a la experimentada mafia terrorista anticubana que se esconde en las grutas de Miami.
En 1959, un día como hoy, Washington amenaza a Cuba con rebajar la cuota azucarera cubana, en represalia por las medidas revolucionarias aplicadas un día antes, de nacionalizar 14 centrales azucareros, muchos de ellos propiedad de norteamericanos que habían llenado sus bolsillos explotando al campesino cubano.
También un 4 de febrero, pero en 1961, un avión pirata procedente de Estados Unidos voló a oscuras por las zonas capitalinas de San Francisco de Paula, Alamar, el castillo de El Príncipe, el Palacio Presidencial y siguió rumbo al este.
Este día también se comprobó que una aeronave pirata, procedente de Estados Unidos, hizo un lanzamiento aéreo de armas sobre las montañas del Escambray, en el centro de la Isla, para proveer de armamento a las bandas contrarrevolucionarias que asolaban la zona.
Un 4 de febrero, pero de 1962, el pueblo cubano aprueba, reunido masivamente en asamblea general en la Plaza de la Revolución, la Segunda Declaración de La Habana. en respuesta a la conferencia de Punta del Este donde Cuba es expulsada de la OEA.
En 1974, un día como hoy fue enviado a la Embajada de Cuba en Perú, un sobre que al ser abierto por la funcionaria Pilar Ramírez Vega, explota y le causa quemaduras de consideración en sus manos.
Y todavía hay quien habla de derechos humanos y critica a Cuba….. ¡le zumba el mango compay!
fue una lección de dignidad, soberanía, autodeterminación, valentía y solidaridad que Cuba, una nación socialista e internacionalista dio al mundo.
Más de un millón de patriotas cubanos, reunidos en la histórica Plaza de la Revolución, levantaron con orgullo sus brazos de aprobación y de total apoyo a Fidel Castro y la Revolución cubana.
Esta declaración popular constituye un documento de excepcional trascendencia latinoamericana, pues en él se analizan las raíces históricas que sirven de base a la inevitable revolución de los pueblos de Latinoamérica contra el Imperialismo.
Contiene la que quizá es una de las alocuciones más importantes y famosas del comandante Fidel Castro, pronunciada en Cuba el 4 de febrero de 1962.
Después de una serie de agresiones cometidas por las bandas contrarrevolucionarias desplegadas por toda la Isla y financiadas por la CIA, fue la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos durante una reunión desarrollada en Punta del Este, Uruguay, en la que los gobiernos latinoamericanos a excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas con el gobierno revolucionario, lo que impulsó la Segunda Declaración de La Habana.
“La educación es la única forma de salvarnos de la esclavitud”. José Martí
Lesgislación vigente. principios rectores
Educación Preescolar
El Sistema de Educación Preescolar Cubano abarca a los niños y niñas desde su nacimiento hasta el ingreso a la escuela (0 a 6 años), constituye el primer subsistema del Sistema Nacional de Educación; no tiene carácter obligatorio.
Surge a partir de la creación de los Círculos Infantiles en 1961; hasta esta fecha sólo existían aproximadamente 300 centros educativos en el país que abarcaban esencialmente a los niños y niñas de 5 a 6 años.
En 1980 por la Resolución 577 se crea el reglamento para los Círculos Infantiles y en 1981 por la Resolución 430 se establece un nuevo currículo.
El Decreto Ley 76 de 1984 establece la creación de Círculos Mixtos y los Hogares para los niños/as sin amparo familiar.
Los niños de edad preescolar (5/6 años) fueron atendidos hasta 1992 por la Educación Primaria, a partir de esta fecha y por considerarse el último período de desarrollo dentro de la etapa preescolar, se determinó su atención por el sistema de Educación Preescolar.
En la práctica educativa el Sistema de Educación Preescolar se organiza mediante dos vías: la institucional (Círculos Infantiles y Aulas de Preescolar de las Escuelas Primaria) y la no institucional (Programa Educa a Tu Hijo) y es atendido desde el Ministerio de Educación por la Dirección de Educación Preescolar. Además se cuenta con el Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar (CELEP)
A partir de estas consideraciones el Sistema de Educación Preescolar Cubano reconoce como igualmente válidos desde el punto de vista del acceso, la cobertura y la calidad de la atención educativa, la vía institucional y la no institucional (formal).
El Programa Educativo, independientemente de la forma de organización que adopta se sustenta en un conjunto de principios referidos tanto a los factores que condicionan el proceso educativo como a las particularidades y características de los niños/as. Estos principios son:
El centro de todo proceso educativo lo constituye el niño/a.
El papel rector del adulto en la educación del niño/a.
La integración de la actividad y la comunicación en el proceso educativo.
La vinculación de la educación del niño con el medio circundante.
El papel significativo de la familia en la educación de los niños/as.
La interrelación e interdependencia de los diferentes componentes del proceso educativo.
La atención a las diferencias individuales.
Educación Primaria
La Educación Primaria es de carácter obligatorio y universal y tiene como principio enseñar, atender y educar, por igual, a todos los niños y las niñas comprendidos en el grupo de edades de 6 y 11 años y garantizar su formación integral.
La meta superior es elevar la calidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje, para garantizar, en cada una de las acciones que se desarrollen, la justicia social que propugna nuestro Estado. De ahí que la Educación Primaria esté en un proceso contínuo de mejoramiento, a partir de la aplicación de un nuevo modelo pedagógico y la implementación de varios Programas de la Revolución.
El país cuenta con una red de 8999 escuelas primarias distribuidas por todo el territorio nacional, de ellas 2336 en el sector urbano y 6663 en el rural. Existen 4 517 multigrados con sus diferentes complejidades, lo que permite la atención de toda la matrícula de este sector, independientemente de la zona en que se encuentre enclavada la escuela.
Es fundamental destacar que muestra de ello es la cantidad de escuelas primarias rurales por rango de matrícula:La matrícula general en el curso 2007-2008 ascendió a 841 898 alumnos, que son atendidos por 96 141 docentes. Al finalizar el curso 2006-2007 se alcanzó una retención escolar de 100%.
Estructura
La Educación Primaria está estructurada en seis grados agrupados en dos ciclos: uno de primero a cuarto grado y otro que incluye el quinto y sexto grados.
En el primer ciclo se imparten conocimientos esenciales de las materias instrumentales, Lengua Española y Matemática encargadas de dotar a los niños y las niñas de las habilidades indispensables para el aprendizaje. Además, reciben nociones elementales relacionadas con la naturaleza y la sociedad y realizan actividades de Educación Física, Laboral y Estética.
El segundo ciclo da continuidad al desarrollo de las habilidades iniciadas en el primero e incorpora el estudio de nuevas asignaturas como la Historia de Cuba, Geografía de Cuba, Ciencias Naturales y Educación Cívica. Además, se fortalecen las actividades de educación patriótica, física, laboral y estética.
El curso escolar se divide en cuatro períodos de clases, con una semana de receso docente entre uno y otro y una duración de 40 semanas en general, con un total de 1000 horas clase.
Secundaria Básica
Los estudios de Secundaria Básica se realizan en dos tipos de centros: las escuelas secundarias básicas urbanas (ESBU) y las escuelas secundarias básicas en el campo (ESBEC); estas últimas con régimen interno. En todo el país funcionan 1006 centros.
En el ámbito internacional, en los últimos años, se han desarrollado en América Latina proyectos de reforma educativa en el nivel medio básico, basados fundamentalmente en cambios curriculares a partir de que todos los países y organismos internacionales reconocen la necesidad de elevar la calidad de la educación.
A partir del año 2000 se establece que el objetivo principal de la educación es elevar el desarrollo humano de todos los cubanos, al propiciar una cultura general e integral desde la infancia y promover la asimilación de conocimientos sólidos y profundos. Se resalta la educación para la vida a partir de valores que se corresponden con el modelo social cubano, prestando atención a la diversidad de los alumnos e integrando a los propios estudiantes, al personal de las escuelas, la familia, el personal de salud, las instituciones, las organizaciones y los trabajadores sociales en esta tarea.
Investigaciones internacionales reconocen que la secundaria es la educación que mayor complejidad y dificultades presenta, las cuales la colocan en una situación de crisis mundial. Expertos de la UNESCO han señalado que la secundaria ha sido un lugar de tránsito de profesores y para los alumnos una sucesión de asignaturas diferentes con distintos profesores, donde han prevalecido criterios enciclopedistas, con recargo innecesario de materias y de información.
Cuba no ha estado ajena a esta problemática. En nuestro caso también el alumno se enfrentaba a la influencia directa de varios profesores diferentes, según el grado, donde recibía numerosas asignaturas, muchas veces divorciadas unas de otras, lo que llevaba a un saber atomizado y poco práctico. Luego, estaba bien definido que el modelo anterior se caracterizaba por un cambio brusco y radical en la vida de los adolescentes, acostumbrados a la influencia de un docente en el primer ciclo (1ro a 4to grados) y dos en el segundo ciclo (5to y 6to grados); al llegar a la secundaria básica estaban expuestos a la influencia de 10 o 12 profesores, especialistas en cada una de las asignaturas, quienes además, impartían clases a cuatro, cinco y hasta diez grupos de 30 a 45 alumnos cada uno, por tanto, impartían clases a 200 o 300 alumnos, cuyos nombres difícilmente podían conocer, mucho menos sus características individuales, problemas personales o situación familiar.
Además, muchas veces el número de aulas era inferior al número de grupos de estudiantes en ese nivel, lo que complicaba el horario escolar al tener que ser utilizadas las instalaciones por grupos diferentes en sesiones contrarias y no se lograba la doble sesión en todas las escuelas. Esta situación resultaba mucho más compleja, pues el alumno por lo general no disponía de comedor escolar, teniendo que trasladarse hasta su hogar para almorzar.
Se imponía, por tanto un cambio para la Secundaria Básica y un nuevo reto a enfrentar: elevar la tasa de avance en los elementos formativos y en el nivel de conocimiento de los alumnos, producto de las transformaciones; lo cual impuso un nuevo Modelo de Escuela Secundaria Básica
Educación Preuniversitaria
La Educación Preuniversitaria en Cuba tiene como fin la formación de bachilleres con una cultura general sustentada en el principio martiano de estudio trabajo, con una participación protagónica e incondicional en la construcción y defensa del proyecto socialista cubano y en la elección consciente de la continuidad de estudios en la Educación Superior, en carreras priorizadas territorialmente.
La enseñanza abarca del 10mo al 12mo grados (14-18 años de edad) y es el nivel donde los jóvenes amplían, profundizan y generalizan sus conocimientos, enriquecen sus capacidades y habilidades generales para continuar los estudios universitarios, a la vez de constituir el momento de la toma de decisiones trascendentales para su vida profesional futura.
Los centros se encuentran distribuidos en 122 municipios con diferentes perfiles profesionales, en correspondencia con los objetivos y fines para los cuales han sido creados, y cuya matrícula de 21603 estudiantes es el resultado de un riguroso proceso de selección, de acuerdo con las condiciones y aptitudes de los estudiantes.
Los estudiantes, están organizados en la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM) organización que los representa a todos los niveles y que constituye, junto con la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), un baluarte de la Revolución Cubana.
El desarrollo de la personalidad de estos estudiantes tiene lugar en un contexto social donde se deben enfrentar a nuevas y mayores exigencias personales, familiares, escolares, sociopolíticas y comunitarias. Es en esta edad en la que cobra un sentido real la autodeterminación, toda vez que el estudiante se encuentra próximo a tomar decisiones trascendentales para su vida futura, que lo hacen estructurar un proyecto de vida, con valoración de sus posibilidades para lograrlo.
Por tanto, con el Preuniversitario culmina, como último ciclo de la Educación General, una parte importante etapa de la formación de la personalidad de los jóvenes, razón por la cual la enseñanza se ha planteado el fin y los objetivos formativos a lograr en ella.
Hoy se consolidan las transformaciones que se vienen aplicando desde el curso 2004-2005, que dan continuidad a las que ya se venían aplicando en las Educaciones Primaria y Secundaria Básica desde hacía varios cursos, como parte de la Batalla de Ideas, aplicando conceptos y principios similares, dirigidos a formar un joven más culto integralmente, con mayor identificación y compromiso social con su país.
La continuidad de estudios en la Educación Superior está garantizada para los egresados de los diferentes centros preuniversitarios quienes pueden acceder a cualquiera de las carreras que se estudian en las universidades del país e institutos superiores politécnicos.
Educación técnico profesional
En Cuba se ha logrado que la educación técnico profesional, prácticamente exigua hace más de cuatro décadas, esté constituida por un sistema estatal organizado, coherente, gratuito y en función de la masividad, a lo cual ha contribuido notablemente el nivel educacional que posee la población.
Este sistema se rige por una estructura de formación. La Educación Técnica y Profesional tiene el encargo social de formar trabajadores aptos para un mundo laboral en continuo cambio, donde se requiere periódicamente reciclar, reconvertir o actualizar las habilidades específicas.
En cumplimiento de ese objetivo atiende la formación de técnicos de nivel medio y obreros altamente calificados, además de los que se preparan en Oficiospropios de la demanda territorial para lo cual cuenta con una estrategia de formación.
Anualmente se elaboran los planes de ingresos con las ofertas formativas para todos los estudiantes que culminan el 9no grado de la Educación General, en coordenadas con los Organismos estatales y los territorios.
La formación de la fuerza de trabajo calificada es una tarea en la cual está comprometida toda la sociedad y en particular, las empresas y organismos, a cuya disposición se ponen anualmente elevados contingentes de personal calificado, formado en la ETP. Para ello el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros estableció las tareas que de forma coordinadaacometen los organismos de la Administración Central del Estado y la Educación Técnica y Profesional, las que se materializan mediante planes de trabajo conjuntos en: la entrega a los centros politécnicos, de la base material de estudio especializada, su mantenimiento y reparación; la participación de especialistas de los diferentes sectores en la elaboración del diseño curricular, elaboración y revisión de los planes, programas de estudio y libros de texto; la actualización de los perfiles ocupacionales de los planes de estudio existentes en correspondencia con los calificadores de ocupaciones; la superación del personal docente y en el suministro de bibliografía e información técnica de sus respectivas ramas y en la planificación de la fuerza de trabajo calificada de acuerdo con las necesidades del desarrollo económico y social del país, así como en el establecimiento de convenios para el desarrollo de los planes de producción de los centros politécnicos.
Con el triunfo de la Revolución se comienzan a crear condiciones para el inicio de la atención científica y masiva de los alumnos con necesidades educativas especiales, en aquel entonces denominados como deficientes mentales, deficientes físicos, anormales o delincuentes.
Luego de la nacionalización de la enseñanza, se crearon las primeras escuelas de educación especial del período revolucionario. La selección del personal docente para trabajar en estas escuelas se realizó entre maestros primarios graduados.
En 1960 se organizó la labor social en estas escuelas dirigidas a la orientación a los padres a través de las escuelas de padres y se creó el primer Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO).
La Resolución Ministerial No.3, tomando en consideración el trabajo realizado y las perspectivas de desarrollo, estableció el 4 de enero de 1962 la creación del Departamento de Enseñanzas Especiales, momento que marca el inicio del sistema Cubano de Educación Especial.
Entre 1963-1970 se logró la creación de 50 escuelas en todo el país y la organización de los Centros de Diagnóstico y Orientación (CDO).
En 1967 se creó la primera escuela para la preparación de maestros de la Educación Especial, en la que se impartían cursos para trabajadores, los mismos se calificaban como Maestros Terapeutas. Estas escuelas tenían un carácter nacional al inicio pero este plan se fue extendiendo paulatinamente a la Escuelas Formadoras de maestros primarios, que se fueron creando en varias provincias. Los maestros se graduaban con un nivel medio superior.
Casi al unísono fueron viajando a los antiguos países socialistas algunos especialistas a entrenamientos y cursos de recalificación en el área de la Educación Especial, iniciándose posteriormente la formación de los primeros especialistas con nivel superior.
En 1971 se constituyó la Dirección de Educación Especial, creándose condiciones para un incremento de 4000 capacidades más para la escolarización.
Tuvo lugar un proceso de estudio y análisis del Sistema Educativo, además de la elaboración de los conceptos y de la nueva estructura que debían asumir las escuelas, como unidad básica.
Se comenzaron a realizar los festivales deportivos y culturales de los diferentes niveles: escuela, municipio y provincia.
La atención a la Salud Escolar en el Sistema Nacional de Educación
La Educación y la Salud son dos de las conquistas sociales más importantes obtenidas por el pueblo cubano. Los indicadores que en una y otra esfera se revelan son muestras fehacientes de la prioridad que se concede a la formación de niños y jóvenes, en la preservación y cuidado de su salud.
Esta atención no es solo responsabilidad del sector de la Salud, pues esta es un producto social y como tal, compromete a toda la sociedad.
En este sentido, el sector educacional tiene una misión estratégica por cuanto es el encargado de educar en salud y para la salud, desde las primeras edades y aún antes del nacimiento del niño, en función de elevar cada vez más la calidad de vida de la población.
Baste señalar que en el desarrollo de la Campaña de Alfabetización en 1961, los alfabetizadores llevaron entre sus manuales, las Cartillas Sanitarias hasta los lugares más intrincados de las zonas rurales del país; con ellas enseñaron las normas higiénicas para el cuidado y conservación de la salud.
En 1962, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), inició la vacunación escolar; mediante campañas que hoy se mantienen como un sistema que abarca el 100% de toda la población escolar, la cual está prevenida contra 13 enfermedades,que posibilitan alcanzar elevados indicadores en el comportamiento de la morbimortalidadinfantil.Esta tarea constituyó una premisa básica para el trabajo conjunto entre el personal de salud y docente,el que se mantiene hasta la actualidad.
Desde las primeras escuelas creadas en la década del 60 para la formación de los maestros, la preparación de los docentes en materia de salud se concibió como parte del currículo.
Muere en Madrid, Ana Betancourt, pionera del Movimiento por la Emancipación de la Mujer. Patriota, esposa del separatista Ignacio Mora. Durante los preparativos del alzamiento del 10 de Octubre su hogar es centro de actividades revolucionarias. Al iniciarse la guerra, permanece en Camagüey, luchando intensamente por la causa revolucionaria. Es nombrada agente del Comité Revolucionario. Perseguida pasa al campo insurrecto. En abril de 1869, en la Plaza de Guáimaro aboga públicamente por la emancipación de la mujer cubana poniendo de relieve avanzadas ideas al respecto. En julio de 1871 es sorprendida, junto a su familia, en el rancho en que se refugia. Ayuda a su esposo a escapar, pero cae en manos del enemigo. Luego de largos sufrimientos, el gobierno español le permite salir a Nueva York; allí conoce de la muerte de su esposo. No se desanima y continúa la lucha. Muy enferma se traslada a Madrid, donde fallece.
Fidelidad absoluta a la memoria de Gerardo Abreu Fontán
Creado el Jueves, 07 Febrero 2013 21:32
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La Habana, 7 feb (AIN) Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, significó este jueves en esta capital que el pueblo cubano expresa fidelidad absoluta a la memoria del revolucionario Gerardo Abreu Fontán (1932-1958).
El líder clandestino, asesinado hace 55 años por esbirros de la tiranía de Fulgencio Batista, fue recordado hoy durante un acto en la sede del Consejo de Estado -otrota Palacio de Justicia-, donde el siete de febrero de 1958 los sicarios batistianos arrojaron el cadáver torturado del combatiente, de apenas 26 años.
Un día como hoy -rememoró Alarcón-, una dolorosa noticia circuló por los medios habaneros, que simplemente decían que la policía había hallado el cuerpo de un joven muerto, al cual llamaban Fontán.
De quien fue su compañero de lucha, Alarcón resaltó los esfuerzos de superación personal, cualidad que "inspiró a toda una generación de cubanos".
Pretendieron saciar la cobarde saña del tirano sobre un hombre inerme, uno de los más importantes dirigentes revolucionarios, quien más de una vez burló a los cuerpos represivos, relató.
Aquel muchacho que se transformó en el principal jefe de jóvenes y estudiantes de la capital, fue respetado y querido por todos, aseveró.
Como rasgos sobresalientes de la personalidad de Abreu Fontán destacó su disciplina, sentido de unidad y disposición a colaborar con todas las fuerzas opuestas a la dictadura batistiana imperante en la Isla.
En la ceremonia, se depositó también una ofrenda floral en nombre de este hijo de Villa Clara, miembro del Movimiento 26 de Julio, y quien dirigió las Brigadas Juveniles de esa organización hasta que fue apresado, brutalmente torturado y asesinado.
Estuvieron presentes en la cita Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado; Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y otros funcionarios del Gobierno.
Ernesto Guevara de la Serna, médico honorario y guerrillero heroico
Lic. José Antonio López Espinosa Universidad Virtual de Salud de Cuba
La fecha del 9 de octubre de 1967 es bien conocida y recordada por el legado que dejara para la posteridad. Ese día entregó su preciosa vida por la libertad de América en Bolivia el médico humanista, el ejemplar revolucionario internacionalista, el hombre del siglo XXI, el Guerrillero Heroico comandante Ernesto Guevara de la Serna.
La efemérides resulta propicia para registrar algunos apuntes biográficos de esta figura cumbre de los movimientos revolucionarios con activa participación de profesionales de la salud, en tanto su nombre está para siempre unido a los de muchos médicos cubanos como Félix Figueredo Díaz (1829-1892), Antonio Luaces Iraola (1842-1875), Sebastián Amabile Correa (1845-1869), Antonio Lorda Ortegosa (1845-1870), Eusebio Hernández Pérez (1853-1933), Pedro Betancourt Dávalos (1858-1933), Eugenio Sánchez Agramonte (1865-1933), Juan Bruno Zayas Alfonso (1867-1896) y Mario Muñoz Monroy (1912-1953), entre otros que tomaron parte en la lucha contra España durante el período colonial en la Guerra de los Diez Años (1868-1878), en la llamada Guerra Chiquita de 1879, en la Revolución de Martí o Guerra de Independencia (1895-1898) o en las contiendas contra las sanguinarias tiranías que imperaban en Cuba durante las cinco primeras décadas del siglo XX, entre las que destacaron el enfrentamiento al régimen machadista (1929-1933) y la lucha guerrillera de la Sierra Maestra (1956-1959) contra el despótico gobierno batistiano, en la cual tuvo una participación sobresaliente.
El doctor Ernesto Guevara nació en la ciudad argentina de Rosario el 14 de junio de 1828, fruto del matrimonio constituido por el contratista de obras Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna, quienes tuvieron otros cuatro hijos: Celia, Roberto, Ana María y Juan Martín.
Tras terminar la enseñanza primaria, comenzó en 1941 los estudios de Bachillerato en la ciudad de Córdoba. Aunque desde los 11 años de edad se le consideraba un as del ciclismo, comenzó en 1944 a practicar otros deportes de manera intensa. Llegó a convertirse también en un buen jugador de fútbol rugby. Mientras cursaba la segunda enseñanza manifestó ideas radicales y tomó parte activa en diversas manifestaciones estudiantiles.
En 1945 se trasladó a Buenos Aires; allí matriculó en la Facultad de Medicina y trabajó en el Instituto de Investigaciones Alérgicas. Durante sus vacaciones solía hacer trabajos de enfermería en barcos de la marina mercante en viajes por puertos nacionales.
Al terminar el cuarto año de la carrera, hizo un recorrido por toda la Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Colombia y Venezuela, viaje en el cual invirtió un total de nueve meses y sirvió para despertar en él la vocación por la higiene social. Con el afán de empezar lo más pronto posible su trabajo en esa actividad, matriculó a su regreso a Buenos Aires en 1952, por la vía de la enseñanza libre, el total de las 14 asignaturas correspondientes a los dos años que aún le faltaban para hacerse médico.
Luego de obtener el título de Doctor en Medicina el 1ro. de junio de 1953, fue llamado a cumplir el Servicio Militar, aunque fue declarado no apto en virtud del asma que padecía desde los dos años de edad. Meses después inició un viaje a Venezuela, pero en Guayaquil, Ecuador, se desvió hacia Guatemala, donde no se le permitió ejercer su profesión. En ese país participó en el ensayo socialista bajo los gobiernos de Juan José Arévalo y de Jacobo Arbens y estableció contacto con los elementos revolucionarios, entre ellos varios exiliados cubanos.
Cuando se produjo la invasión de Castillo Armas a Guatemala organizó una milicia, pero a la entrada en la capital de los mercenarios se tuvo que asilar en la Embajada argentina. De Guatemala se trasladó a México, donde laboró en el Hospital Central del Distrito Federal, en el Laboratorio del Hospital Francés, así como en el Centro de Investigaciones Alérgicas del Instituto de Cardiología y donde hizo contacto con los miembros del Movimiento 26 de Julio cubano, exiliados en esa nación.
En 1956 llegó a integrar el grupo de revolucionarios que luchaban por liberar a Cuba de la dictadura militar de Fulgencio Batista Zaldívar. Su nombre aparece en la relación de los 81 expedicionarios del yate Granma al mando del comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. El 5 de diciembre de ese año recibió su bautismo de fuego en Cuba, al sufrir una herida grave en el cuello.
El 5 de junio de 1957 se le confirió el grado de Comandante de la Cuarta Columna, como reconocimiento a sus méritos como médico y como oficial de línea en la lucha de la Sierra Maestra. Tomó parte activa en muchos combates importantes como el de “El Hombrito”, el de “Pino del Agua” y el de “Mar Verde”, entre otros.
En agosto de 1958 el Comandante en Jefe le encomendó ponerse al frente de una columna que debía invadir la provincia de Las Villas, a cuyo efecto dirigió numerosos combates en las zonas de Fomento, Cabaiguán, Placetas, Remedios y Caibarién, hasta que se produjo la toma definitiva de la ciudad de Santa Clara.
A la entrada de la Revolución victoriosa en La Habana, el 2 de enero de 1959, ocupó la Cabaña, segunda fortaleza militar en importancia de la capital cubana. A pocos días del triunfo, por Ley dictada por el Gobierno Revolucionario, fue declarado ciudadano cubano por nacimiento y el 13 de enero el Colegio Médico Nacional le otorgó la categoría de “Médico cubano honorario”.
En el Gobierno desempeñó varios cargos y funciones de primera importancia, tales como el de Jefe de Industrias del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA); Presidente del Banco Nacional; Ministro de Industrias; delegado de Cuba a la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social, celebrado en Punta del Este, y presidente de diversas misiones a países socialistas; sin abandonar por ello sus responsabilidades como oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias ni su pensamiento como médico. Prueba de esto último fue el discurso que pronunció el 20 de agosto de 1960, donde expuso los fundamentos de su concepción sobre una medicina de esencia social y proyección humanista y sus impresiones al “entrar en contacto con la miseria, con el hambre, con las enfermedades, con la falta de capacidad para curar a un hijo enfermo por la falta de medios, con el embrutecimiento que provocan el hambre y el castigo continuo hasta hacer que la pérdida de un hijo sea para un padre un accidente sin importancia”.
En octubre de 1965 el Comandante en Jefe hizo pública una carta del doctor Guevara, en la que éste hacía renuncia oficial a sus cargos en el Gobierno y a su condición de cubano, con el fin de incorporarse a las guerrillas que luchaban en Bolivia contra la tiranía militar que entonces sojuzgaba a ese país.
Fue pues el comandante Ernesto “Che” Guevara de esos extraordinarios hombres que lo dan todo en pos de un ideal. Y lo dio todo, pues entregó su vida en la lucha revolucionaria el 9 de octubre de 1967.
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En los tres años y medio de su vida militar participó en más de cien combates[1]. Como jefe supo combinar los principios de la táctica con la lucha irregular en las condiciones de las extensas sabanas de Camagüey, fundamentalmente con el empleo de la caballería. Llegó a establecer una sólida base de operaciones en ese territorio y prestó especial atención a la preparación militar y general de los jefes y oficiales, para lo cual creó escuelas militares como la de Jimaguayú.
Tratado con cariño y respeto por sus subordinados con el sobrenombre de "El Mayor", impuso estricta organización y disciplina a sus tropas. "El Bayardo", sobrenombre con el que pasó a la historia, es un símbolo de gallardía, patriotismo y valor. Los Veteranos de la guerra de independencia siempre llamaron a Agramonte: "Paladín de la vergüenza" y "Apóstol inmaculado".
Enrique Collazo Tejada, brigadier cubano y escritor, designa a Agramonte: "Salvador de la revolución". El abogado, amigo de la familia, y excombatiente a las órdenes de Agramonte, lo describió, el 21 de febrero de1921, "Coloso genio militar". El estadista y patriota cubano, Manuel Sanguily Garrite, el 30 de agosto de 1917, designó a Agramonte con extraordinario relieve continental, al nombrarlo "Un Simón Bolívar".
Primeros añosSíntesis biográfica
Casa de la familia Agramonte-Loynaz, donde nació el niño Ignacio Eduardo Agramonte y Loynaz.
Desde pequeño Ignacio Agramonte parecía gozar de plena compatibilidad de caracteres y comunicación con su padre. Es sabido que éste le estimulaba su curiosidad intelectual al llevarlo con frecuencia a los salones de la Sociedad Filarmónica, repletos de la ilustrada juventud principeña. Sin dudas, María Filomena no ocupaba un segundo puesto en cuestiones de atención a sus hijos; marchaba a la par de su compañero y parece haber sido sumamente celosa por alejarlos de las cuestiones sociales más comunes y banales de la vida colonial.
Los dos padres de Ignacio Agramonte pertenecieron a familias criollas[3]. El padre, Ignacio Francisco Guillermo Agramonte Sánchez-Pereira, también abogado, de ideas liberales, fungiría como regidor y fiel ejecutor del ayuntamiento de Puerto Príncipe; a su vez, ostentaba cargo en la filial principeña de la sociedad económica. Igualmente se desempeñaba en el "Real Colegio de Abogados" de la ciudad, su hermano, "Francisco José", ejercía como Decano de ese importante centro de jurisprudencia.
Por la parte del padre fueron varios los miembros que desempeñaron cargos importantes dentro del cabildo o ayuntamiento; también en la milicia y en la iglesia. Varios se emplearon como abogados. Eran hombres emprendedores y de particular inteligencia. Por la rama familiar de la madre, María Filomena Loynaz y Caballero, igualmente procedía de una de las más antiguas familias principeñas, ligada al abogado Juan José Caballero y Caballero, marqués de Santa Ana y Santa María.
LA ALFABETIZACIÓN EN CUBA, INICIO DE UN PROCESO DE CULTURIZACIÓN DE LAS MASAS POPULARES
Carmen Gómez García *
Cuando en enero de 1959 triunfa la insurrección armada contra la tiranía batistiana y se instaura en el país un gobierno revolucionario que, con Fidel Castro a la cabeza, defiende su plena libertad y soberanía, el índice de analfabetismo en Cuba alcanza 31%, según las estadísticas oficiales, no muy confiables. Según estas mismas estadísticas en las zonas urbanas solo había un 11,6% de analfabetismo mientras en las zonas rurales este ascendía al 41,7%.
Estos datos indican que solo en las ciudades existía una cierta cobertura educacional estatal, mientras que en las zonas rurales las pocas escuelas existentes se hallaban en las orillas de las carreteras – para apoyar la propaganda electoral de los politiqueros – pero en las zonas alejadas de los centros urbanos, en especial en aquellas montañosas como la Sierra Maestra, en la provincia de Oriente, en la de los Órganos en la provincia de Pinar del Río o en la del Escambray en la de Las Villas y otras, apenas existían escuelas. En esas zonas para llegar a una escuela los niños tenían que caminar, generalmente sin zapatos, largas distancias.
Por otra parte, la miseria existente en nuestros campos obligaba a los niños campesinos desde que tenían siete años de edad, y a veces menos, a trabajar en las labores del campo – recogida de cosechas, alimentación y cuidado de animales domésticos – y por ello dejaban de asistir a la escuela, perdiendo el cabo de pocos años por desuso, lo poco que hasta entonces habían logrado aprender.
Desde los primeros meses, luego del júbilo que en todo pueblo produjo la liberación, una de las primeras tareas que se abordó fue la alfabetización de las tropas rebeldes, formadas en su gran mayoría por campesinos, donde el analfabetismo alcanzaba alrededor de 80%.
La inmensa mayoría de los soldados no sabían leer ni escribir y los pocos que podían hacerlo no rebasaban el tercer grado y es natural que se pensara en elevar su nivel l educacional pues el país necesitaba contar con un ejército bien preparado, tanto en lo militar como en lo político, para enfrentar las duras tareas que se avecinaban.
Hay que señalar que en la etapa de la lucha insurreccional, mientras se encontraba peleando en la Sierra Maestra, los soldados rebeldes en los momentos en que no estaban enfrascados en los combates recibían clases de alfabetización y preparación política, tarea esta a la que el Comandante Ernesto Guevara prestó gran atención. En las escuelas de los “rebeldes” también recibían clases los niños y adultos campesinos de los alrededores. Por eso decimos que la alfabetización comenzó en la Sierra. La lucha por la liberación nacional duro poco mas de dos años y desde que lograron estabilizarse en las montañas se impartían en esas zonas clases de alfabetización y de enseñanza general, tanto para los soldados como para la población civil en las zonas donde las tropas rebeldes se habían asentado.
Ya en el propio mes de enero de 1959 se realizó un llamamiento a los maestros para que acudieran a dar clases a los soldados en los campamentos militares. Miles de ellos respondieron a este llamamiento.
El 11 de febrero de 1959 se inauguraron las clases con un acto oficial en el antiguo campamento de Columbia, hoy Ciudad Libertad. A él asistieron los Comandantes Raúl Castro y Camilo Cienfuegos. El primero de ellos, al dirigirse al numeroso grupo de soldados y oficiales allí congregados, expuso: “Tenemos que convertir a cada rebelde en un verdadero revolucionario.”
A partir de aquí se establecieron escuelas en todos los campamentos militares y también en las estaciones de la policía.
La alfabetización de los soldados fue organizada por la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde, e cuyo frente estaba el Comandante Ernesto Guevara. Esta contaba con varias secciones: Enseñanza, Instrucción Revolucionaria, Prensa, Música, Cine.
La Dirección de Cultura del Ejército Rebelde se convirtió en uno de los más importantes centros de difusión cultural y dio origen a muchas actividades que tuvieron amplia repercusión en todo el país. En su seno nació la revista Verde Olivo, donde se formaron numerosos periodistas revolucionarios, con una nueva concepción del papel de la prensa y del periodista en la sociedad; en su sección de cine se filmó el documental Esta tierra nuestra, dirigido por uno de nuestros mejores directores cinematográficos, Tomás Gutiérrez Alea (Titón) que dio origen a la cinematografía revolucionaria y al Instituto del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC); en su sección de música, se organizaran coros y en ella colaboraron algunos de nuestros mejores directores de orquestra como Manuel DuscheneCuzán, Valdes Arnau,GonzalesMantici y otros.
La enseñanza en las filas del ejército tropezó con algunas dificultades. La primera, la movilidad de la tropa, por lo que se decidió incorporar a ella al maestro. La segunda – y la más importante – la carencia de textos adecuados. Las cartillas existentes tenían un lenguaje muy infantil que no motivaba a los combatientes y hubo que comenzar a elaborar una nueva cartilla de alfabetización.
Por supuesto, no bastaba con la alfabetización de los soldados rebeldes; en la población civil también existían muchos analfabetos y, en el mes de marzo de 1959, el Ministerio de Educación creó la Comisión de Alfabetización y Educación Fundamental, que pronto organizó numerosas aulas de alfabetización y “cursillos” para preparar alfabetizadores y en breve plazo logró alfabetizar algunos miles de adultos. Estos cursillos se organizaron por la propia Comisión de Alfabetización y en ellos participaron numerosos maestros y ciudadanos comunes dispuestos a prepararse para alfabetizar y dar clases una vez concluida la jornada laboral Allí también se hacía sentir la necesidad de contar con una cartilla que respondiera a los requerimientos de la población adulta.
Entre la Sección de Enseñanza de la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde y esta Comisión de Alfabetización existían estrechos lazos de colaboración, y pronto se propusieron trabajar ambos equipos en la elaboración de una nueva cartilla de alfabetización.
Entre tanto, el 26 de septiembre de 1960, en su comparecencia ante la Asamblea General de la ONU, el Comandante en Jefe Fidel Castro, declaró que el pueblo de Cuba se disponía a eliminar el analfabetismo del país en el término de un año.
La noticia produjo conmoción en todo el mundo, en especial en los países subdesarrollados, ya que el analfabetismo es uno de los flagelos que con más fuerza azota a estos países y que no había podido eliminarse pese a las numerosas campañas organizadas por la UNESCO y otras instituciones con ese fin. El reto de Fidel Castro creaba serias expectativas en todo el mundo y en Cuba ponía todas las fuerzas del país en tensión.
De inmediato se creó la Comisión Nacional de Alfabetización, integrada por numerosas organizaciones: los Comités de Defensa de la Revolución la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Federación Estudiantil Universitaria(FEU) ,la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), el Ejército Rebelde y otras, las cuales se comprometieron a movilizar a todo el país a fin de cumplimentar la tarea en el tiempo fijado. La Comisión contaba con una Sección Técnica, encargada de elaborar los instrumentos docentes que se utilizarían en la campaña.
El personal que venía trabajando en la alfabetización de las filas del ejército y el de la Comisión de Alfabetización se trasladaron a la Sección Técnica para que aportaran allí sus experiencias, y continuaran su labor, ahora con más entusiasmo y presionados por el poco tiempo que faltaba para el inicio del año 1961 en que debía realizarse la Gran Campaña. Gracias a la experiencia adquirida en los trabajos previos se hizo posible en un plazo inferior a los tres meses dejar concluida la nueva cartilla a la que se denominó Venceremos, y también un manual de alfabetización, que se llamó Alfabeticemos.
El contenido de la cartilla era totalmente novedoso, pues reflejaba en sus paginas las transformaciones que en los dos escasos años que la revolución llevaba en el poder se habían producido en el país, desde las batallas en el seno de la OEA librabas por el Canciller Raúl Roa , el Canciller de la Dignidad, hasta la Ley de Reforma Agraria, firmada en La Plata el 17 de mayo de 1959 y muchas otras que harían interminable este recuento.
El manual de alfabetización no sólo contenía las instrucciones para el manejo de la cartilla – dada la magnitud de la campaña, no eran suficientes los maestros existentes para emprender la tarea; era necesario utilizar una fuerza alfabetizadora más amplia que incluyera a todo aquel que supiere leer y escribir y estuviera dispuesto a alfabetizar – sino también breves explicaciones sobre cada una de las temáticas que aparecían en la cartilla.
La alfabetización unió en un solo evento el aprendizaje de la lectura y la escritura y los inicios de la culturización de las masas analfabetas. Al aprender a leer y escribir se aprendían, al mismo tiempo, los elementos esenciales de la historia de nuestro pueblo y de sus luchas, para hacerles comprender la esencia de las transformaciones que se venían realizando: la reforma agraria, las cooperativas agrícolas, la creación de la industria turística, de las cooperativas pesqueras y otras.
El método utilizado en la cartilla era sencillo. Se partía de una oración de contenido significativo para el estudiante la que debía identificar, la cual se decomponía en palabras, una de las cuales se dividía en sílabas para ejercitarlos en el conocimiento de cada una de ellas, y formar después nuevas palabras. Por ejemplo la primera lección de la cartilla comenzaba diciendo “La Reforma Agraria Va”. Se hacia que los alumnos identificaran esta frase que se encontraba en numerosas vallas y carteles por todo el territorio nacional, en las paginas de los periódicos y en los anuncios de la televisión. Se tomaba después la palabra reforma y se dividía en silabas : re-for-ma y la “m” de la silaba “ma” se unía con las otras vocales: ma- me- mi- mo- mu, para a continuación formar con ellas otras palabras como “mama”, y así se continuaba con otras frases hasta agotar todas las letras del alfabeto.
La campaña se inicio con una gran cena en los predios de Ciudad Libertad, ofrecida por Fidel a los alfabetizadotes, pero desde el inicio se hizo notorio que se desarrollaría en medio de terribles dificultades provocadas por el acoso del imperialismo.
En los primeros días del mes de enero, el 5 para ser más exactos, nos sorprendió la noticia del asesinato de un joven maestro negro en las lomas del Escambray. Su nombre era Conrado Benítez. El objetivo: amedrentar a aquellos que se disponían a adentrarse en poblados y caseríos aislados con el propósito de alfabetizar a los campesinos. Su asesinato realizado por elementos contrarrevolucionarios financiados por el imperialismo estadounidense que se proponían entorpecer el buen éxito de la campaña alfabetizadota, pero que no lograron sus objetivos, pues desde el primer momento todo el pueblo se dispuso a sumarse a la tarea: hombres y mujeres; jóvenes y adultos.
Transcurridos los dos o tres primeros meses de la campaña, se habían alcanzado logros importantes en las zonas urbanas, pero en las zonas rurales, en especial en las montañosas, existían localidades a las que no se había podido llegar. En ellas la casi totalidad de la población era analfabeta, y la que no lo era tenía unos conocimientos tan limitados que no podían ser utilizados para alfabetizar, vale decir que en ella casi toda la población necesitaba ser alfabetizada, tampoco era factible enviar maestros o alfabetizadotes populares día tras día pues eran localidades muy alejadas y prácticamente carentes de comunicación.
Sin embargo, era necesario resolver esta situación. Cuando Fidel Castro se enteró de la cuestión, comprendió de inmediato que era necesario, si se quería cumplir con el compromiso contraído por la Revolución en la ONU, darle solución rápida al problema. Se hizo un llamamiento a los estudiantes de nivel secundario y universitario para que se incorporaran a las Brigadas de Alfabetización que se crearon, las que llevaron por nombre Conrado Benítez en homenaje al joven maestro asesinado. A las brigadas se incorporaron 105.664 estudiantes; de ellos, 54.953 eran muchachas y 50.711 eran muchachos, lo que evidencia el grado de comprometimiento de la mujer con el proceso revolucionario.
El plan de los brigadistas – cuyo uniforme fue diseñado por el propio Fidel y que consistía en un pantalón verde olivo con amplios bolsillos y una chaquetilla gris de mangas cortas con cuello y puños verde olivo – estaba perfectamente establecido. Pasarían una semana de entrenamiento y recreo en la playa de Varadero, para después ser enviados a las zonas donde su trabajo era más necesario; cada brigada se puso bajo la orientación de un maestro. En la zona, cada uno sería ubicado en un hogar campesino que se ocuparía de brindarle alojamiento y comida. El brigadista se comprometía a enseñar a leer y escribir a los campesinos de los alrededores y sus familias y también colaboraría con su trabajo en las labores agrícolas que estos tenían que realizar.
Ello ponía en contacto a los brigadistas con la vida miserable de los campesinos, con las peculiaridades de su cultura, al mismo tiempo que les llevaban a éstos, elementos de la cultura urbana, les inculcaban hábitos higiénicos, modos de comportamiento, costumbres, etc., propios de la ciudad, y contribuían así a acortar el abismo que tradicionalmente ha separado el campo de las ciudades. De hecho tanto el alfabetizador como el analfabeto se volvían más cultos en el amplio sentido de la palabra.
El entrenamiento de los brigadistas debía comenzar el 17 de abril de 1961 en el campamento de Varadero. Se habían preparado todas la condiciones para su buen funcionamiento, se prepararon albergues, se acopiaron los alimentos, los uniformes, las cartillas y los manuales, los faroles chinos para encender en las noches y poder impartir las clases; se ofrecieron seminarios sobre el manejo de la cartilla y del manual a los maestros que debían orientar a los brigadistas. Sin embargo, el día 15, aviones procedentes de los Estados Unidos bombardearon los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba. Era evidente que se iba a producir una invasión al territorio nacional, la que, en efecto, se produjo en la madrugada del día 17. Era el ataque mercenario a la Playa Girón. Un nutrido grupo de cubanos que habían abandonado el país al triunfo de la Revolución, financiados y entrenados por el gobierno estadounidense desembarcó por la bahía de Cochinos al sur de la provincia de Matanzas con el propósito de derrocar el proceso revolucionario, Todo el pueblo se movilizo y en menos de setenta y dos horas la invasión mercenaria había sido derrotada no sin que el pueblo cubano tuviera que pagar con un alto numero de vidas humanas su derecho a mantener su revolución, su libertad y su soberanía.
Podría pensarse que aquel primer grupo de brigadistas que debía iniciar su preparación el 17 de abril no acudiría a la cita; sin embargo nadie se amilanó, el día fijado en horas del medio-día llegaron los ómnibus repletos de estudiantes que entraron a Varadero cantando el himno nacional. Se cumplía así la orientación dada por Fidel: ni siquiera la invasión del país puede entorpecer la campaña de alfabetización.
El pueblo cubano respondió a la agresión con firmeza y en menos de 72 horas fue derrotada. Varadero se inundó de retazos de paracaídas y hasta allí llegaron los relatos de lo sucedido por boca de algunos de los trabajadores que, no obstante las órdenes estrictas de no abandonar el campamento, bajaron hasta Playa Girón a combatir a los mercenarios.
El vivir de cerca la experiencia de la invasión mercenaria – Varadero se encuentra a pocos kilómetros al norte de Playa Girón – fue sin dudas muy valioso para aquellos brigadistas, quienes pudieron apreciar directamente la entraña del imperialismo, esa que había conocido Martí cuando vivió en los Estados Unidos y que lo llevo a afirmar “viví en el monstruo y le conozco las entrañas”pues desde entonces comprendió el peligro que el naciente imperialismo estadounidense representaba para los pueblos de la América Latina a los que Martí llamaba “Nuestra América”. A ellos no fue necesario explicarles mucho lo que este significaba. Para ellos resultaba evidente la diferencia. Mientras la revolución cubana se aprestaba a erradicar el analfabetismo, una de las más terribles lacras sociales, el imperialismo enviaba aviones a sembrar la muerte en nuestro suelo y mercenarios armados para destruir la obra revolucionaria y hacer que el país retrocediera a la etapa de miseria e incultura que desde hacía más de dos años estaba tratando de dejar atrás.
Con la alfabetización se inició el proceso de culturización de las masas populares en Cuba. Los obreros y los campesinos que hasta entonces vivían no solo en la miseria sino en la incultura, sin un libro, sin ver una película, oír una sinfonía o contemplar un cuadro famoso, tenían la posibilidad de iniciar una nueva vida y penetrar en ese mundo que tanto enriquece la vida espiritual del hombre.
La temática de la cartilla les abría a los que se alfabetizaban la vía de la cultura política. Los alfabetizadotes, con sus claras y sencillas explicaciones, dadas al inicio de las clases para motivarlos sobre la temática de cada lección, les hacían comprender, aunque de forma elemental, los principios fundamentales que orientaban las grandes transformaciones sociales que se estaban produciendo en el país.
La alfabetización no consistió simplemente en enseñar la lectura y la escritura, fue más allá; trató de abrir el entendimiento de las masas hasta entonces desposeídas e incultas, a las nuevas realidades que la Revolución abría para el pueblo. Y para que no se quedara ahí, se abrieron nuevas posibilidades educacionales: las escuelas de seguimiento (o la educación obrera y campesina) donde los recién alfabetizados pudieron continuar estudiando hasta completar la enseñanza primaria y luego la secundaria. Se abrieron también Facultades Obreras y Campesinas donde aquellos adultos que no habían podido ingresar a la Universidad se prepararan para hacerlo.
Para los recién alfabetizados se prepararon materiales de lectura especializados, entre ellos, una revista que se llamó Arma Nueva que contenía temas de carácter histórico, científico y cultural expuestos en un lenguaje sencillo y un estilo directo. En la revista se publicaron reseñas de las batallas que el ejercito rebelde había librado por la liberación del país, como la batalla del Uvero, de algunas obras literarias recién publicadas por la recién creada Imprenta Nacional y también algunos poemas breves de nuestros poetas mas populares.
Aprender a leer y escribir es solo dar un primer paso en el camino de la educación y la cultura, pero en Cuba se crearon la posibilidades para que los recién alfabetizados continuaran avanzando por esa senda con la creación de nuevas escuelas, con la publicación de los mejores libros de la literatura universal a precios económicos, al alcance de toda la población, con la creación de cines móviles que llevaban a todos los rincones del país las manifestaciones del séptimo arte, con la extensión a todas las zonas de la electricidad la que fue haciendo posible la llegada de las ondas de radio y de televisión. No en balde, Juan Marinillo, uno de nuestros más destacados intelectuales revolucionarios, dijo de la alfabetización que era “un transcendente hecho de cultura, impulsor de transformaciones imprevisibles en su magnitud”.
El 22 de diciembre de 1961, el pueblo cubano en la Plaza de la Revolución, informó al mundo entero que Cuba se había convertido en un “territorio libre de analfabetismo”, que había cumplido la promesa que Fidel había hecho en la ONU de erradicar el analfabetismo de nuestro suelo en el termino de un año.
En ese año se habían localizado 979.207 analfabetos y de ellos se habían alfabetizado 707.212; de la población cubana, entonces estimada en 6.933.253 habitantes. Quedaban sin alfabetizar 271.955 – en su mayor parte por tener una avanzada edad o no conocer bien el idioma español ya que eran de nacionalidad haitiana o jamaicana que desde muchos años atrás se habían asentado en Cuba, buscando mejores condiciones de vida– lo que daba por resultado un 3,9% de analfabetismo, uno de los más bajos del mundo y el más bajo de todos los países de América Latina.
Para obtener este resultado se emplearon 282.284 alfabetizadores catalogados como sigue: 34.722 maestros, 120.632 alfabetizadores populares, 21.266 brigadistas “Patria o Muerte”, aportados por la clase obrera y 105.664 brigadistas “Conrado Benítez”. El pueblo cubano todo se movilizó en torno de la campaña de alfabetización, trabajó en la localización de analfabetos, en la preparación de locales para alfabetizar, en la recogida de lápices y libretas para facilitar la tarea. El radio y la televisión se pusieron en función de la campaña, así como las páginas de los periódicos. Todo el mundo estaba atento a la gran obra y se mostraba interesado en conocer como marchaba, cuantos se habían alfabetizado y cuantos faltaban por aprender a leer y escribir.
Nuestros poetas, el indio Nabori entre los más asiduos, componían versos sobre la marcha de la campaña y el compositor Eduardo Saborit compuso el Himno de las Brigadas Conrado Benítez, que se oía a toda hora en todo el territorio nacional y también una hermosa canción, Despertar que se hizo muy popular.
El Himno de las Brigadas Conrado Benítez, entonado por todos los alfabetizadores decía en su primera estrofa:
Somos las Brigadas Conrado Benítez
Somos la vanguardia de la revolución
Con el libro en alto cumplimos una meta
Llevar a toda Cuba la alfabetización.
Por valles y montanas el brigadista va
Luchando por la patria, luchando por la paz
¡Abajo imperialismo, arriba libertad!
Llevamos con las letras la luz de la verdad.
Por otra parte la canción Despertar, muy difundida en esos días por el radio y la Televisión expresaba con un lenguaje poético lo que aprender a leer y escribir había significado par un joven enamorado:
Yo podía leer en tus ojos
Lo que tu alma me quería decir
Ahora puedo leerlo en tus cartas
He aprendido a leer y a escribir.
Músicos, poetas, actores de diversas especialidades recorrieron el país llevando arte y cultura a los analfabetos y sus alfabetizadotes. La campaña había sido en si misma un gran evento cultural que, al enseñar a leer y escribir a miles de adultos, les abrió la posibilidad de seguir avanzando por el camino de la educación y la cultura.
Paralelamente se organizó un programa de atención a las muchachas campesinas en las Escuelas Ana Betencoourt; se trabajó en la erradicación de la prostituición ofreciéndoles a estas mujeres una preparación adecuada para que pudieran llevar una vida decorosa; se atendió a la preparación de las “domesticas” que quedaban sin empleo al abandonar el país sus empleadores, y pronto se vieron trabajando como chóferes, como empleadas en tiendas y otros establecimientos.
Las transformaciones que en el plano educacional se han llevado a cabo en el plano educacional en Cuba llena de orgullo a todo nuestro pueblo. No solo se ha erradicado el analfabetismo sino que el promedio de escolarización de la población que al concluir la campaña era de un tercer grado ,se ha elevado considerablemente; la enseñanza general es obligatoria y gratuita hasta el noveno grado y el numero de graduados universitarios supera en mucho al de los existentes antes del triunfo de la revolución y entre ellos se encuentran hombres y mujeres de todas las razas y de todos los sectores: obreros, campesinos, de clase media, quienes tienen asegurado un futuro feliz.
Recientemente se han abierto nuevas posibilidades para los jóvenes que terminan la enseñanza media, a quienes se les posibilita el ingreso a cursos universitarios especiales que pueden seguir mientras trabajan, proceso que se ha llamado universalización de la educación superior y que esta llamado a convertir a Cuba en uno de los países mas cultos del mundo.
Resumo: Este texto hace un relato historiográfico de como se realizo la implantación del programa de alfabetización popular en Cuba inmediatamente después de la revolución castrista. Escrito por una de las coordinadoras de la comisión de alfabetización nos presenta un testimonio de las principales vicisitudes surgidas durante el proceso (como el caso de la Bahía de los Puercos), así como las victorias y resultados positivos obtenidos a toda la isla.
Palabras-claves: Alfabetización popular en Cuba, revolución castrista, método de enseñanza e cartillas, estrategias de implantación del programa.
* Dra. En Filosofía y Letras, Dra. En Ciencias Filosóficas (PhD); Profesora y Investigadora Titular de la Universidad de La Habana; Vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas.
Obs: Durante a campanha de alfabetização em Cuba, foi membro da Seção Técnica da Comissão Nacional de Alfabetização e participou da redação da cartilha e do manual da alfabetização.
La Junta de Información resultó ser, en definitiva, una farsa política. ... Por otra parte, los representantes cubanos -que actuaban como voceros de los ... en España seguía siendo considerable.85 El Real Decreto de 12 de febrero de 1866, que ... El «fracaso de la Junta de Información», como se conoce este episodio de la ...
En el calendario, el 13 de febrero marca la historia de la Revolución cubana. Es una fecha para que las presentes y futuras generaciones recuerden y no dejen morir a quienes perdieron sus vidas por una causa justa, pues si sucediera lo contrario se comprometería el futuro de la Patria.
Rubén Batista y Paquito Rosales, respectivamente
Este día, pero con años de diferencia, murieronRubén Batista Rubioy Francisco Antonio Rosales Benítez, dos hombres que dedicaron gran parte de su existencia a luchar contra las injusticias que cometían las fuerzas represivas del régimen de Fulgencio Batista.
Recoge la historia que Rubén, inteligente, amante del béisbol y el ajedrez, pero rebelde con causa, se opuso decididamente algolpe de Estado batistiano en 1952.
El joven, nacido en Cacocum, municipio de la actual provincia de Holguín, era estudiante de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de La Habana, cuando participó en una manifestación de repudio a la profanación del busto de Julio Antonio Mella el 15 de enero de 1953.
En ese desfavorable intercambio con la policía esbirra, fue herido por una bala que le atraviesa el intestino delgado y lo mantuvo agonizante 29 días para fallecer justo un mes antes de cumplir 22 años de edad, hecho que lo convirtió en el primer mártir estudiantil de la lucha contra la tiranía de Batista.
Con su muerte caía un apasionado defensor de los valores de la historia Patria y del legado de Mella. Se perdía una vida llena de ilusiones y sueños, precisamente en el año del centenario del nacimiento de José Martí.
La defensa por lo justo también encontró espacio en Francisco Antonio Rosales Benítez, manzanillero que supo articular la humildad con valentía y la modestia con la firmeza, para convertirse en un verdadero líder revolucionario.
Paquito, como se le conocía, fue en 1940 el primer alcalde comunista de Cuba, que a pesar de lo poco que le permitía el primer mandato de Fulgencio Batista, como presidente, propició numerosos beneficios a la población, tales como el mejoramiento de la asistencia médica de quienes no podían pagarlo.
También extendió el servicio eléctrico, rebajó el pago del acueducto y para quienes en los barrios no podían abonarlo dispuso el suministro gratuito de agua, creó escuelas de corte y costura para las mujeres en su pueblo natal y llevó a hechos un plan de reparación de calles y caminos.
Nacido el 9 de noviembre de 1906, Francisco tuvo que abandonar los estudios con solo 11 años de edad para dedicarse al oficio de tabaquero, período en que vivió la indiferencia de los patrones que a propósito retardaban su promoción a otro puesto laboral.
Estos avatares no impidieron que siguiera preocupado por superarse a la vez que trabajaba y fuera un joven de carácter alegre, dado a los chistes.
Con apenas 24 años comienza su militancia comunista, al participar activamente en numerosas huelgas y manifestaciones de los obreros en Manzanillo, con la peculiaridad de distinguirse por su disciplina.
Después del ataque al Cuartel Moncada en 1953, Paquito inicia sus actividades con los miembros del Movimiento 26 de Julio, y no es hasta el 7 de febrero de 1958 que resultó detenido por las fuerzas represivas de la dictadura en Guantánamo.
Ni los golpes ni las torturas lograron que denunciara a sus compañeros de lucha y quebrara su moral y principios, por lo que en acto cobarde resultó asesinado en el cuartel de la guardia rural de Río Frío el 13 de febrero de 1958, de donde desaparecieron sus restos, encontrados después del triunfo de la Revolución en enero de 1959.
La década de los años '50 del siglo XX fue una de las de mayor fervor rebelde en la Isla, heredado del proceso revolucionario de la anterior centuria, cuando se produjo el intento frustrado por parte de los mambises frente a la colonia española de lograr la independencia de Cuba.
Rubén y Francisco Antonio encarnaron esa pasión por la verdadera soberanía, y aunque no vieron sus sueños realizados, sí dieron lo más preciado, sus vidas, para que la Patria los alcanzara y sus hijos los mantuvieran por el resto de sus días.
Dr. CC INF. Periodismo (Historia) ESPAÑA Cesado el General Weyler en el mando por las circunstancias anotadas, la guerra cubano-hispano-americana tomaría nuevos derroteros. La política norteamericana, en momentos de clara euforia de su “destino manifiesto”, así lo determinaba la política del Gran Coloso. Tuvo lugar en la oscura y fría noche del día 15 de febrero, a las 9,45 –hora de NY.-, cuando una explosión seguida de otras, hundió el acorazado norteamericano Maine, surto en el Puerto de La Habana en sospechosa visita de cortesía sin haber sido invitado según la normativa vigente acordada, pero que, no obstante, fue acusada España o agentes a su servicio como autores del hecho e inicio del desastre que finalizó en una guerra no deseada por este viejo País[1]. Son aún ilimitadas las conjeturas e hipótesis sobre este lamentable y más que misterioso hecho que afectó especialmente a la dignidad de aquella España, todavía imperial, y en claro provecho de un país en vías de gran desarrollo, en "el que todo vale" para conseguir su imparable avance sin importar los medios que, en atroz maquiavelismo, ya habían puesto en uso con su "madre patria" - la Gran Bretaña - a más de con indios americanos, franceses, españoles y mejicanos en su pasada reciente historia hacía el "destino manifiesto", uno de sus postulados máximos. Teorías sobre las que aún se pueden superponer nuevas tesis para hipotéticas conclusiones a la vista de lo conocido, investigado, publicado o declarado, sobre este "más que sospechoso" asunto, en perjuicio de España, en aquel momento de aún notable poder económico (el valor internacional de mercado de la peseta superaba en mucho al dólar). El misántropo y sesgado periodista artífice de lo que se llamaría "prensa amarilla", Willian Randolp Hearst, no aportó todos los datos conocidos antes de dejar sus numerosos y polémicos entramados periodísticos en el inexorable viaje al "más allá". Es claro que el Gobierno de los Estados Unidos y todo el conjunto de su entramada administración, a partir de la polémica actuación del general Weyler y especialmente ante la tardía concesión de la autonomía a Cuba, intuían la inminencia de una guerra contra España; pero para darle inicio se precisaba un elemento impactante que aglutinara la opinión pública americana: ¿La voladura del Maine? a través de rocambolesco ritual, especialmente periodístico, que obnubiló las conciencias de muchos americanos en aquellos momentos. La opinión actual, incluida la de intelectuales norteamericanos , es clara al respecto: "la extraña voladura del acorazado Maine, la noche del 15 de febrero de 1898 en el puerto de la Habana, fue probablemente preparada por los Estados Unidos en su desesperado propósito de participar en la guerra cubana en pro de sus muchos intereses en la isla, que la justificarían" –la prensa alemana, incluso alguna inglesa, nunca tenida en igual consideración, así lo consideraban- . Era necesario crear "un elemento justificador", que no retrasara por más tiempo la entrada de EEUU en la guerra, cuyo "impasse" actual creaba considerables pérdidas económicos a los intereses yanquis[2], y lo que es más contradictorio a los magnates españoles con intereses en Cuba. Elemento justificador para que la opinión pública americana terminara por aceptar la movilización de buena forma y como un "sacrificio" más para lograr aquel "destino más que manifiesto". Algunos acontecimientos de protagonismo, anterior y posterior lo corroboran: Es por todo ello que la prensa mundial respecto al tema central de este artículo, exceptuando los rotativos de la época ya apuntados así como la propia opinión norteamericana, hayan visto en este hecho, aspectos sumamente sospechosos por controvertidos y no de fácil explicación. Peggy y Samuels, también norteamericanos, en el libro, "Remembering the Maine", apuntan datos de los que entresacamos diferentes aspectos de la opinión americana, en diciembre de 1987, en que " algo imprevisible iba a suceder" y que "el barco iba a tener un fin violento e inesperado según predicción de adivinos y visionarios". Sigsbee, su capitán, recibió el mensaje, próximo a Florida, para dirigirse hacia el puerto de La Habana, y cuyo contenido exacto nunca se ha conocido, aunque el mismo escribira un informe en 1899, lo que aún resulta sospechoso. Sin embargo no recibió el que había de remitir el cónsul Lee desde la Habana bajo la consigna "dos dólares", siendo este diplomático antiespañol el primer sorprendido. Añaden estos cronistas de los hechos que " España pide que se releve de su cargo en Cuba al cónsul general Lee que, a pesar de la solicitud, Mac Kinley no aceptó" y describe como Segsbee, sin compañía de Lee, estuvo en una corrida de toros en La Habana. El crucero español Alfonso XII no sufrió apenas daños - sólo en la arboladura -, los hubiera tenido de haber sido explosión externa, al igual que otro crucero español situado inmediatamente- El Legazpi- o el propio Ciudad de Washington, buque también americano, anclado muy próximo. Clara Barton (sic) fundadora de la Cruz Roja americana se hallaba en La Habana, como auxiliar en tareas de evacuación de heridos, lamentaba aquella hecatombe, en muertos y heridos, a la que no pudo dar explicación razonable. Añade que desde el puerto la gente gritaba "traen dinamita para volar barcos españoles pero les explota a ellos". "Uno de los oficiales el padre Chidwick alaba la prontitud de la ayuda humanitaria de los españoles en auxilio de los heridos y náufragos". Sin embargo otro oficial americano llamado Wainwreigth dijo "juro no pisaré territorio español hasta que el Maine sea vengado". El capitán del navío estaba convencido de que fue un accidente - aunque más tarde rectificó e insistía en explosión exterior entre otras cosas para salvar su propia responsabilidad- y sin embargo el cónsul Lee hablaba de un acto de "sabotaje". "Se intentó demostrar que el puerto de la Habana estaba minado" - absurdo por la cantidad de barcos españoles que entraban o salían-. Los periódicos británicos, The Times principalmente, imprimieron en primeras páginas en letras destacadas estar asombrados de las mentiras que publicaba la prensa norteamericana, punto de vista coincidente con el resto de la prensa europea, y algunos rotativos yanquis "objetivos", en aquellos momentos críticos para España. -Frente a esta total falta de ética profesional del Herald y Word, en irreverentes excesos, algunas voces americanas se significaron contra el típico estilo de Hearst, o contra su persona. Edwin Lawrence Gogki, director y propietario del Evening Post, fue una excepción. Días después del siniestro se atrevió a escribir "nada tan desgraciado como el comportamiento de estos diarios, se refería a los de Hearst y al Word, se ha conocido jamás en la historia del periodismo de este país, con reproducción indebida de hechos, invención deliberada de cuentos calculados para excitar al público, a lo que añade la temeridad desenfrenada en la composición de titulares. Es una vergüenza pública que los hombres puedan hacer tanto daño con el objeto de vender más periódicos". Magnífica definición, del compatriota, al estilo usado por el llamado Jingonismo o patrioterismo, que confundido con la prensa amarilla, hundieron el Maine a través de una "coartada asesina". Datos estos muy reveladores. "La prensa conservadora norteamericana vio la presencia del buque escuela español Vizcaya en el puerto de Nueva York como un claro acto de que España y la administración oficial española, eran inocentes", sin embargo no se aceptó la solicitud de arbitraje internacional en el polémico asunto, según refleja con precisión Agustín Remesal. El alférez Powelson, comisionado al respecto, dijo que fue una mina exterior, ya que la quilla estaba afectada hacia arriba, culpando a España o a agentes a su servicio, todo ello desvirtuado posteriormente. Los autores, Peggy y Samuels, a partir de la p. 235 se preguntan ¿Por qué la historia debe absolver a España? Creemos que por: 1. La prensa europea estaba a favor de las tesis españolas. 2. España no quería la guerra. Estados Unidos sí. 3. La quilla doblada en V invertida, no es argumento técnico suficiente, y difícil de atribuir, la explosión interior también pudo causar este efecto, como demostró en 1975, el Almirante Ricover, padre de los submarinos nucleares de EEUU. Se insiste en que la causa pudo proceder de explosión interior, combustión espontánea del carbón o incluso dinamita almacenada, puesto que en la armada americana existían numerosos precedentes, en los que se habían producido esta clase de combustiones, que por simpatía se extenderían a otras zonas con depósitos de municiones, produciendo explosiones similares a la que destruyó El Maine. Foner cita varios casos en buques como El New York, Oregón, Philadelphia, Boston, Cincinatti, Atlanta, y El Indiana que había sufrido siete combustiones lo cual constituía un récord y una magnífica argumentación en defensa de las tesis españolas. 4. Que de haber sido una explosión externa hubiera producido daños más importantes en los buques apareados al Maine, entre ellos el Alfonso XII y El Ciudad de Washington. Hubieran aparecido numerosos peces muertos en aguas de la bahía por la onda expansiva directa, máxime cuando en aquellos momentos los peces, incluso de gran tamaño, entraban en la bahía para devorar los desechos de la ciudad y de los buques anclados. Sobre esto tienen conocimiento los pescadores canarios y muchos sabemos que la explosión ha de ser muy próxima a los peces para que estos resulten muertos – y nos los hubo como queda dicho-. 5. A lo que podemos añadir que en la investigación de 1911, en la que apenas variaron las conclusiones oficiales norteamericanas, y posteriormente en 1975 el Almirante Rickover, las cuadernas afectadas no coincidían.- error gravísimo, hoy- con el informe de 1898, oficial y que costó una guerra perjudicial, pero sobre todo demostraba "que una fuente interna fue la causa de la explosión", la más probable el calor de un incendio en la carbonera contigua a la que produjo la primera y más fuerte y sentencia, el padre de los submarinos nucleares y norteamericano de nacionalidad " casos como el del Maine han de ser examinados e investigados por gente cualificada y competente, y sus conclusiones han de presentarse completas y honradamente a los ciudadanos " , que son los destinatarios de los hechos públicos que les afectan -todo lo contrario de la conducta seguida en aquel verano de 1898-. La teoría de la mina española es por tanto absurda, por que sería el motivo deseado por EEUU para la Guerra, que España no quería ni deseaba, y que sabía perdería. Que pudieran haber sido los propios rebeldes cubanos, teoría muy defendida en los EEUU, no deja de tener base razonable, si bien no olvidemos que los cubanos temían la intervención americana, tal vez más, que la de los propios españoles.- Recordemos la Enmienda Teller, de la que el Congreso yanqui, siempre se arrepintió.- Consideramos de suma importancia los informes del coronel José Paglieri de la Guardia Civil española y Jefe de la Policía de La Habana, así como los Inspectores Jefes de la Policía de Información, que apuntan posibilidades internas motivadas por accidente fortuito - eran frecuentes como queda dicho-. Y podrían haber sido muchas las causas que lo pudieran producir: ignición de gases acumulados en motores eléctricos, pinturas experimentales, recalentamiento de sistemas mecánicos, combustibles líquidos, munición, dinamita, detonadores. Pero también apuntaba el Jefe de La Policía habanera[3] otras posibles causas, como la colocación de un artefacto explosivo dentro del barco, por persona de la misma tripulación – tan variopinta – o por persona visitante, ajena a la dotación del barco. ¿Quién pudiera ser el autor? Podemos conjeturar que : a) La mina podía haber sido situada por España o agentes a su servicio en el fondeadero, antes de que el Maine entrara, b) Colocada por elementos ultras españoles incontrolados enojados por la visita del buque, c) Por rebeldes cubanos, d) Por filibusteros mercenarios americanos o periodistas- espías para precipitar el camino hacia la guerra[4] y e) Pudo ser puesta "oficialmente" por los propios americanos, por igual argumento que en el apartado anterior, el más convincente para Paglieri. Descifrar los hechos nos llevaría a nuevas conjeturas en la espiral de tantas argumentaciones. De todas formas en la prensa alemana de los días siguientes al suceso, se habla de un tal Agüero y de nueve cubanos pertenecientes a la Junta Revolucionaria Cubana de Nueva York, que habían recibido instrucciones por parte de anarquistas italianos, residentes en Estados Unidos, muy interesados en la causa cubana. Incluso desde Europa la prensa publicó que los que asesinaron a Cánovas, a través de Angiolillo, tenían relación y concomitancia con pro- cubanos residentes en París y Londres, e incluso con entrevistas días antes del atentado. Que el Vizcaya estaba a 4 días del puerto de Nueva York, en misión diplomática, y no obstante se personó en el citado puerto, demostrando con esta noble actitud la total imparcialidad de España, como queda dicho, en el misterioso y no esclarecido accidente. Las declaraciones de un marinero herido del Maine, recogidos en El Liberal, edición de Tenerife del día 7 de marzo, 1898, p. 2 se lee " Había sonado el toque de silencio, de pronto fueron derribados por una fuerte explosión que apagó el alumbrado eléctrico del buque. Se incorporó y salió por la toldilla comprobando que las llamas procedían de la proa. Salto al mar y al poco, otro espantoso, terrible ruido, que parecía iba a hacernos volar, y varios cuerpos que caían al agua". Todas las versiones apuntaban a una explosión en una de las calderas para generar energía eléctrica, comunicando el incendio a la Santa Bárbara del buque y a los torpedos y dinamita almacenada en todo buque de guerra. No podemos descartar una previa explosión exterior inicial y con autoría humana, que provocó la siguiente y más grave en el pañol, y ¿quién?... Sólo cuatro días antes el buque-yate de Hearst de sospechoso nombre "Bucanero", había permanecido muy próximo al Maine- Este elemento distorsionador (sic) llegó a escribir en sus propios periódicos "Mi lema es que mientras otros hablan mi "Journal" actúa, y nunca dio razones convincentes de la presencia suya y de su yate tan próximo al barco siniestrado, al que hizo numerosas fotos antes de levantar anclas, sólo menos de cien horas antes de la voladura. La versión americana explica su punto de vista: En los torpedos se habían efectuado limpieza la tarde anterior, pudiendo haber quedado mal colocados y en condiciones de un fácil y horroroso accidente. El propio comandante Sesbee en parte oficial dijo "que la opinión pública debe suspender todo juicio hasta conocer nuevos detalles". Según los informes el comandante estaba ausente del buque, otros que estaba en su cabina escribiendo a su esposa, e incluso que resultó herido, no obstante fueron sólo dos los oficiales - uno de color - fallecidos de los 34 en total que componían la tripulación, ausentes del buque, formada además por 370 marineros, que dormían resultando un total de 300 los desaparecidos, según algunas versiones de la prensa de la época, sumando los fallecidos por secuelas Philips Foner en su excelente estudio sobre la guerra de Cuba, citado, obra de consulta necesaria para investigadores, nos aporta más detalles para este controvertido y misterioso hecho. Unos pocos oficiales de marina rechazaban el incidente como accidental, señalando las medidas preventivas seguidas en la construcción de este tipo de buques, y por ello sugerían que un torpedo, mina, u otra máquina infernal había sido embarcada por "visitantes" en el puerto de la Habana - es cierto que muchachas jóvenes cubanas frecuentaban el buque a demanda de su tripulación, pudiera muy bien haber entrado una espía asesorada al efecto, para colocar la carga en el lugar y momento preciso-. o que fue colocada en las carboneras cuando el barco repostó en Key West, debidamente preparada para ser "puesta en funcionamiento", en el momento indicado, por agentes, de la propia tripulación, o por otros en el puerto de la Habana que tuvieran acceso.- un par de cartuchos de dinamita, eran suficientes para desencadenar la explosión posterior determinante- Es igualmente eximente, de responsabilidad hacia España, el pronto deseo de la administración española en la Isla, para que se conocieran las verdaderas causas, demasiado “urgente”, según Remesal en su libro "La Incógnita del Maine", que se contradice con la falta de cooperación del Gobierno norteamericano, que emitió otro dictamen y por tanto conclusiones opuestas. El tribunal, para justificar que la explosión no fue un accidente, adelantaron (sic) cuatro posibilidades, coincidentes con lo ya dicho. La primera y la más sugerida por todas las afirmaciones oficiales de la época es que el Gobierno español colocó la mina. Para contrapesar esta suposición está el hecho perjudicial que este hecho provocaría a España en su intento para evitar la guerra, que sabía no ganaría. Si bien, añadimos, no es desechable la acción de un grupo de españoles - o individualmente- resentidos o defraudados que veían peligrar sus intereses económicos, en caso de caer Cuba en manos rebeldes, prefiriendo la presumible por mejor administración "yanqui", como "mal menor". La segunda es que oficiales subalternos españoles cometieran el crimen a instigación de Weyler, ya sin mando. Esto sería "suicida" para sus propios autores desde todo punto de vista y falto de coherencia y racionalidad suficiente, que además se hubiera sabido antes o después. Una tercera teoría sería la instigación de la prensa amarilla y del patrioterismo de Roosevelt, que incluso pagarían a agentes cubanos o a comandos ad hoc para el sabotaje. Esto nunca podrá ser descartado, por el excesivo interés de estos medios para que EEUU entrara en guerra con España, y en algunos momentos hablaron de "un pretexto de peso", antes de la voladura. El artículo firmado "Il Macai" en el Labour Leader británico habla de un accidente y si no "es más probable la autoría americana", con el fin preconcebido. Y existen otras especulaciones entre ellas las que manejan periodistas e historiadores norteamericanos que han estudiado este hecho. El 15 de febrero de 1910, el Evening Bulletín de Filadelfia, en el 12 aniversario, concluye que el Maine fue volado por los insurrectos cubanos a fin de implicar a los Estados Unidos en la guerra, ya que su causa flojeaba y se perdería la independencia de Cuba, a menos que fueran implicados en ella los norteamericanos. Y es claro, como apuntan diversos historiadores que los rebeldes cubanos deseaban la intervención, pero con ciertos temores, de ahí la imposición de la Enmienda Teller a instigación de los cubanos en un momento determinado, y de la que siempre se arrepintieron los responsables de su concesión y aprobación en el Congreso USA. En contrapartida surgiría la "Enmienda Platt". Nunca serán descartadas otras muchas hipótesis para determinar las causas verdaderas de aquella explosión preliminar que consideramos con autoría, y que todas las enciclopedias actuales no dejan de mencionar como "misteriosa" o en todo caso nunca totalmente esclarecida[5]. Queda claro que independiente de cuales fueran otro tipo de análisis de la propia Reina Regente o del propio gobierno liberal, un ultimátum de este "calado", de ser aceptado sólo podía tener como consecuencia la caída de la Monarquía, a más de peligrosa incidencia sobre las masas hambrientas, instigadas por elementos anarco-republicanos, en claros motines de subsistencias, que además pedían el cese de la costosa guerra, que constituía otro "tercero en discordia": el Ejército dividido y próximo al enfrentamiento civil. Hoy se hubiera utilizado otro tipo de actuaciones especialmente diplomáticas, más acorde con los intereses, más todo incidió en acordar una paz honrosa que salvara la Monarquía Española. El Gobierno y La Reina a la cabeza, en aquellos trágicos momentos, dieron cuenta pormenorizadamente a toda la clase política de la situación creada, que naturalmente fue participado a la prensa. En las consultas llevadas a cabo se acordaron consensos que conducían a la guerra irremediable, por el partido liberal y apoyo sin límites del partido conservador. El rechazo de la apetecida compra por los Estados Unidos encendió nuevamente el optimismo propio del pueblo español y su orgullo en medio de manifestaciones populares en la península que exigían la guerra contra el "sucio cerdo yanqui", con el apoyo moral de cierta prensa española que escribía slogans de variado optimismo como "que la flota española era superior a la americana", al igual que el valor español, probado en Europa y América. A todo esto añadimos la voluntad del clero que hizo ver esta guerra como cruzada santa- el padre Carpena en encendida oratoria en las Iglesias madrileñas, comparaba a las llevadas a cabo contra moros e infieles-, todo ello unido a una intensa y gigantesca operación demagógica, superior o igual a la llevaba a cabo, paralelamente, en los Estados Unidos, sobre el más que seguro enfrentamiento, con el colosal Tío Sam. Lo que sigue es lo que ha venido en llamarse "El desastre del 98", tópico utilizado para la llamada "regeneración" y de paso corregir errores y paliar aquel orgullo decimonónico español. Derrotadas las dos flotas de la desvencijada escuadra española, enviadas al holocausto, en aras de aquellos acuerdos tomados con error, dejando desamparadas las costas de la propia península, Baleares y Canarias, perdidas en Cabite –1 de mayo- y Santiago –3 de julio-; desembarcadas las tropas americanas en oriente de Cuba, las semanas siguientes de aquel "calvario" fueron angustiosas para el Gobierno de Madrid. Por otra parte se apreciaba el aislamiento internacional por lo irreversible de los hechos, temiéndose otros frentes, sospechándose y así se comprobó el plan de Roosevelt para atacar las costas españolas e incluso la ocupación de Islas Canarias por una flota norteamericana, que pudo ser abortada por la rapidísima intervención diplomática de los ingleses en defensa de sus grandes intereses en estas Islas, especialmente en Tenerife y Gran Canaria. Esto llegó a asustar a Madrid más que ninguna otra circunstancia de la entramada situación del momento, puesto que perder estas maravillosas posesiones hubiera significado la "derrota total".
La rendición de Santiago de Cuba, una vez sacrificada una escuadra para blanco fácil de los poderosos cañones de la flota americana que formaba semicírculo a la salida de la bahía santiaguera (en acto claramente incomprensible, salvo que el Gobierno de Madrid deseara finalizar la contienda), dio lugar a que el Almirante Cervera rindiera lo que quedaba del desastre[6], siendo ésta la señal esperada y deseada por el Gobierno de Madrid, para salir de aquella difícil situación y como así estaba tenía previsto. España decreta la suspensión de las garantías constitucionales el 14 de julio de aquel fatídico año, y se dispuso a emprender las negociaciones para la paz. No deja de ser una actitud gloriosa, a pesar de todo, cual era salvar unos símbolos y el orgullo y dignidad de antaño, ya mancillada reiteradamente por el Coloso del Norte. ¿CÓMO INCIDIÓ LA GUERRA DE CUBA EN CANARIAS? Anteriormente, la independencia de la mayoría de las colonias de España en América, entre los años 1811 y 1830, tuvo gran repercusión para nuestras islas, pues existían fuertes lazos en el orden económico, social o emigratorio. Pero también afectó las islas el ideario de los insurgentes, pues durante la etapa de emancipación y posteriormente, las islas se vieron cercadas, con cierta frecuencia, por corsarios venidos de las recién independizadas repúblicas hispanoamericanas. Esta presencia, de la que no es ajena la connivencia de algunos grupos de las propias islas identificados con la idea emancipadora también para Canarias, generó entre algunos estamentos de la sociedad isleña cierto clima de inestabilidad y preocupación, que durará hasta bien entrado el siglo XIX. Y nuevamente es motivo de preocupación al final de la guerra Cubano-hispano americana, en 1898. Canarias siempre fue una región peculiar dentro del estado español, pues aunque siempre perteneció a España y como tal en América se considera parte de su territorio soberano, en su historia y en su cultura sufrió las mismas huellas de la colonización, y casi simultáneamente, que el continente americano[7], según analiza la licenciada Cubana Medina Hernández. Cuando en Cuba comienzan las luchas por la independencia, muchos canarios se sienten identificados con la causa cubana, otro no e incluso regresan hacia las islas. Quizá desde sus tierras de origen ya se sentían colonizados, y ahora allí sufrían al parejo de cualquier cubano humilde, y mucho más que cualquier cubano rico, las injusticias y los desatinos del gobierno español, puntualiza Ileana Medina, desde la óptica cubana. Por eso no es de extrañar que, como confirman algunos estudiosos, la mayoría de los españoles que formaron parte del ejército libertador fueran canarios. Añade la historiadora cubana residente en estas islas que La historiografía tradicional española, generalmente ha hecho hincapié en la participación canaria en los ejércitos coloniales en la guerra 1895-1898, principalmente se resaltan las hazañas del Batallón de Guerrilleros de Canarias, pero también hubo un numeroso grupo de isleños combatiendo en favor de la independencia de Cuba, la mayor parte de éstos fueron simples soldados, aunque algunos alcanzaron cierta graduación y distinciones, además en las tropas libertadoras hubo cuatro generales canarios: Julián Santana, Manuel Suárez Delgado, Jacinto Hernández Vargas y Matías Vega Alemán. (Santana, 1992: 307). El proceso independentista cubano fue bien complejo. Con el largo proceso emancipador de Cuba se estaba jugando no sólo su destino como nación, sino también muchos intereses de la política interna española, de la política norteamericana y de la política mundial. "Porque el terruño había sido escogido como escenario bélico donde se dirimía una cuestión de importancia universal: aquella de la desaparición de un imperio de rezagos feudales y la creación de otro, fundado en el capitalismo monopolista de estado" (Portuondo Zúñiga, 1994: 12). No puede estudiarse la historia de la independencia cubana sin tener en cuenta los conflictos de la política interna de una metrópoli feudal que dejaba de serlo envuelta en las propias contradicciones de su revolución burguesa. Los cambios democráticos por los que pujaban los partidos liberales y republicanos en la península eran incompatibles con el mantenimiento de un mundo colonial, con las mismas características de hacía tres siglos, y su desarrollo económico y su descendiente dominio económico en Cuba no le permitía transformarla en neo colonia, mucho menos ante el impulso pujante y creciente de la potencia norteamericana en ciernes. Pero tampoco se resignaban a perder lo que políticamente significaba el derrumbe del poderío colonial al otro lado de mar, lo que sentimentalmente significaba perder el mundo americano, y militar y moralmente la derrota ante un ejército que ellos mismos llamaban "pandillas de bandoleros", e incluso en gran medida significaba económicamente la pérdida del dominio cubano como mercado colonial. Los Estados Unidos necesitaban un espacio para revalidar su status de potencia mundial, la cercana y apetitosa isla de Cuba, mal administrada por una España decadente y nostálgica, era una oportunidad que no podían dejar pasar. El conflicto hispano-cubano-norteamericano, provocado por su afán expansionista “del destino manifiesto” se convirtió en el vértice de los conflictos de redistribución mundial y de la política internacional para el siglo XX, el siglo del poderío USA. En la prensa canaria de la época se refleja detalladamente los conflictos entre los conservadores, liberales y republicanos; las enormes discusiones entre Sagasta, Romero Robledo, Cánovas, Maura, Albarzuza y todas las posturas de la política española del momento, sobre todo a propósito de Cuba y con intereses económicos. Era una prensa en que se defendían rotundamente los intereses oficiales del gobierno español, matizada por los grandes nexos afectivos que se habían desarrollado entre Canarias y Cuba. En consecuencia la derrota sufrida en Cuba a finales de siglo XIX, con amplia bibliografía en nuestra Universidad, trajo la intranquilidad a estas Islas Canarias[8], donde se temía un desembarco de los yanquis (sic) en cualquier momento. De hecho las islas estuvieron en el tapete reivindicativo del presidente norteamericano. Según el periódico El Heraldo de Madrid, perdidas nuestras colonias, el gobierno para el que se necesitaba más tacto y más aptitudes era para el del Archipiélago canario, donde las rivalidades políticas entre Tenerife y Gran Canaria alcanzaban proporciones alarmantes. Perturbado por completo el equilibrio moral del Archipiélago a consecuencia de las luchas locales originadas por el caciquismo, el gobernador debería hallarse revestido de una energía y una autoridad suficiente para mantenerse al margen de las violentas imposiciones de aquellos que, con el apoyo de las altas instancias del poder, cometen todo género de abusos con la más cínica impunidad. Los enconos políticos entre Tenerife y Gran Canaria, creado por las burguesías enfrentadas por intereses económicos y nunca por el pueblo llano, habían tomado alarmantes proporciones siendo necesario que la prensa nacional se ocupara de los asuntos isleños, antes que lo hiciera la inglesa, por aquello de que la ropa sucia debe lavarse en casa. Canarias vivía una psicosis de posible invasión yanqui. Así el 2 de Abril de 1898, la prensa provincial daba la noticia de la próxima llegada a Santa Cruz de fuerzas del Ejército procedentes de la Península, para reforzar la defensa de las islas. Animaba el editorialista a la población para que dispensara un recibimiento entusiasta a los soldados y añadía: "Los que al finalizar el siglo XVIII supieron repeler la invasión extranjera y conservar incólume este pobre rincón de Santa Cruz de Tenerife, también sabrán, al finalizar el siglo XIX, defenderlo en caso preciso, con igual tensión y energía, pero no por eso es menos justo regocijarnos de que vengan a auxiliarnos nuestros hermanos del continente, por lo que todos debemos prepararnos para recibirles con los brazos abiertos y, confundidos en estrecho abrazo". Igualmente se creó en Canarias el Cuerpo de la Guardia Civil[9], institución de carácter militar y de la máxima confianza de los gobiernos españoles, que temían que Canarias se decidiera también la independencia del conjunto de España. Igualmente El Rey Alfonso XII, visitaría todas las Islas en 1906, para apaciguar cualquier descontento. Mas, de hecho hubo intentonas al respecto llevadas a cabo por isleños que habían residido en Cuba hasta la emancipación, pero fueron fácilmente sofocadas con la detención de su máximo representante Secundino Delgado Rodríguez, cuyo enorme sacrificio y decisión le llevó a ser considerado "a posteriori" como "El padre de la Patria Canaria", aunque en los últimos años de su vida fuera solamente un moderado autonomista. Nunca hubo verdadera voluntad emancipadora por diversas causas en que destaca la prensa de ambas provincias, a veces enfrentada, pero siempre pro-española, el temor a caer bajo otras potencias colonizadoras (Estados Unidos o Inglaterra, e incluso ocupación indeterminada magrebí) Queda claro que aquellos fallidos intentos emancipadores nunca tuvieron éxito ni empuje aglutinador suficiente. Ya desde 1817 se intentó propiciar en estas Islas un movimiento subversivo, paralelo al de América, llevado a cabo por Agustín Peraza Bethencourt desde Santo Tomás (Antillas) y del que se hizo eco en Ayuntamiento de La Laguna. Desde 1825 existió el rumor de la existencia de un convenio firmado en Colombia consistente en atacar o apoderarse militarmente de alguna de las Islas Canarias y de hecho se llevaron a cabo algunos intentos. La emancipación de América, si bien disminuyó coyunturalmente el flujo migratorio hacia las posesiones continentales, en contrapartida la canalizó con más intensidad y más fuerte decisión hacia Cuba y otras islas del Caribe, que permanecían sujetas a la Corona de España. Emigración en principio de forma clandestina hasta el año 1853 que por los gobernadores en Canarias se concedía total libertad de emigración, consecuencia de la Ley de Puertos Francos, antes citada, que constituyó uno de las medidas más favorables para el desarrollo comercial exterior en estas Islas. Tras la decadencia de otro producto comercial canario de exportación como fue la cochinilla, por la aparición de productos químicos colorantes, surgió otra nueva crisis y consiguiente caída del mercado laboral isleño que alcanzó, esta vez, a peones y pequeños cosecheros. Como en otras crisis de carácter cíclico los afectados optaban por la válvula de escape que como siempre era la emigración a América, en aquellos momentos Cuba. Al ser coincidente la demanda abundante de la Perla de las Antillas, sus campos movilizaron a gran cantidad de canarios que se instalaron, preferentemente, por la zona centro en torno a Matanzas, Las Villas hasta Camagüey y más tarde hasta Oriente. Enlazadas estas poblaciones agrícolas por la prolongación del ferrocarril La Habana- Guines, la oferta que recibían los emigrantes era mayor, en todo tipo de trabajos. Precisamente este tramo de ferrocarril fue construido por unos mil quinientos hombres de los cuales novecientos veinte y seis eran procedentes de las Islas Canarias, falleciendo unos ciento sesenta y cinco mientras efectuaban las obras, incluidos niños. Las causas se debían a las condiciones infrahumanas del trabajo a efectuar, bajo el fuerte clima tropical al que los canarios tardaron en adaptarse. Cobraban unos nueve pesos lo que con la mala comida que les desnutría, las enfermedades palúdicas, ante las que los isleños no estaban inmunizados[10], hacían fácil mella en su salud. Hacia 1886 continuaba "in crescendo" el éxodo migratorio de canarios hacia la Gran Antilla, puesto que las fuerza de trabajo ya estaba constituida, según el Circulo de Hacendados, por 45.000 blancos que representan un aumento considerable respecto a cálculos anteriores, 30.000 asiáticos de reciente incorporación importados de China, vía Estados Unidos, Méjico o Guatemala, y unos 100.000 hombres de color libres y patrocinados, naturales de Cuba, o procedentes de Haití, Santo Domingo y de otras islas adyacentes. En el último años del siglo y primeros años del siguiente (siglo XX), surge el gran auge migratorio canario hacia la Gran Antilla, que los historiadores han acordado denominarla "masiva", cuyo trasvase se hizo necesario para complementar los desajustes económicos que se producían entre las Islas y Cuba, aún posesión española. La decadencia general de la economía y de la misma sociedad canaria en aquellos momentos, por la sustitución del hombre asalariado o peón por el medianero y aparcero unido a la disminución de la actividad urbana, se tradujo en un fuerte flujo migratorio poblacional. El empobrecimiento de las condiciones de vida en los sectores menos pudientes isleños, conocedores que al otro lado del Atlántico se precisaba trabajo con el aliciente de un salarios tres veces superior, provocó la emigración de mozos y a veces de familias enteras, muchos de ellos convertidos en colonos que trabajarían durante todo el año en las haciendas, pero recibiendo, además, una parcela para cultivar alimentos de autoconsumo, que complementaba su economía destinada al ahorro. Un elevado porcentaje regresaba a las islas una vez participado en las zafras cubanas, a través de las llamadas "emigraciones golondrinas", pero no es menos cierto que otro gran porcentaje permanecía sujeto a Cuba por diversos factores, entre ellos la vinculación al entorno, a grupos familiares, matrimonios etc. Queda claro el estudio de diversas fuentes por cuanto el canario, normalmente contraía matrimonio con gentes de su propia región, pero no es menos cierto un alto porcentaje lo hacía con las procedentes de otras regiones españolas, e incluso cubanas. Por aquella década final del siglo, surge la grave crisis ocasionada por la guerra hispano-cubano-norteamericana, que desequilibra el statu quo creado hasta aquel momento, pero la relación migratoria canaria con Cuba, tras el retorno masivo por la guerra de 1895, continuará a partir de 1903, y con mayor intensidad durante los treinta primeros años del siglo XX. La Guerra de Independencia de Cuba (1895-98), que se hace definitiva, tras la iniciativa del ideólogo independentista de origen canario José Martí, a pesar del esfuerzo de los españoles fieles, voluntarios y de los mandos españoles en la isla, produjo una notable repatriación hacia España de determinados sectores de la población, especialmente ancianos, mujeres y niños (muchos hacia Canarias). En consecuencia durante el período bélico[11] y posterior (1895 a 1910), tuvieron lugar altibajos notables en este flujo migratorio canario, pues la situación de inseguridad junto a las consecuencias derivadas del nuevo "status" unido a las dificultades para la recuperación económica[12]. Pero, a esto se añade la coyuntura favorable en la economía del Archipiélago, por una parte y por otra la masiva entrada de capitales americanos en la Cuba Republicana ya independizada de España, que arrendaba grandes campos azucareros con braceros propios. En consecuencia produce un decaimiento migratorio desde Canarias salvo las llegadas ilegales o clandestinas para reunirse con familiares residentes en Cuba tras su independencia, o las siempre frecuentes de muchos jóvenes inadaptados o con problemas con la justicia y que el territorio cubano, ahora soberano, les protegía. Sin menoscabar cierto éxodo migratorio ilegal procedente de mozos en edad de servicio militar que desertaban en evitación de recluta para las guerras de África, la auténtica inmigración canaria volvió a intensificarse a partir de 1910 y especialmente entre 1915- 1920 por las graves consecuencias que tuvo para Canarias aspectos negativos en desenvolvimiento de la Primera Guerra Mundial, que impedía la salida de producción agrícola (especialmente plátanos y tomates) para exportación, restringiendo de paso cualquier otra actividad complementaria sobre todo el tráfico de los puertos de La Luz y Santa Cruz de Tenerife. [1] La incógnita que apunta el periodista, corresponsal de Radiotelevisión Española en los Estados Unidos, Agustín Remesal, en el magnífico libro de reciente edición: "El enigma del Maine", habrá de ser despejada a través del conocimiento, sentido común y de la misma lógica como sí de una operación aritmética se tratara. Es el deber de la Historia en su inescrutable sondeo de los acontecimientos, en especial aquellos en que la interpretación es controvertida, o en los qué una de las partes guarde fundamentales y firmes secretos, por razones de estado posiblemente, pero en perjuicio de la otra. N del A. [2] Consideramos igualmente un hecho tan sospechoso como el hundimiento del transatlántico de lujo Lusitania, de nacionalidad norteamericana, hundido por los submarinos alemanes en la costa de Irlanda el 7 de mayo de 1915, con más de mil víctimas (algunas españolas como el compositor Granados), y que al parecer la inminencia del hecho era conocido por los servicios secretos y de guerra norteamericano a través del joven teniente de la Marina británica, Wiston Chruchil. Otro hecho, también con poca lógica para tiempos de guerra, fue el ocurrido en la base aeronaval USA en Haway. El 7 de diciembre de 1941, LA BASE DE PEARL HARBOUR, es víctima de inesperado bombardeo por parte de la aviación japonesa, que desplazó la flota aérea desde Japón. Más de 300 cazas y bombarderos producen graves daños a la flota americana, que en poco más de una hora son destruidos 188 aviones de combate, 8 acorazados... y mueren más de 4000 personas. ¡¿CÓMO ES POSIBLE QUE EN PLENA GUERRA MUNDIAL, EN ESTADO DE ALERTA MÁXIMA, CON EL SOFISTICADO RADAR Y OTROS SISTEMAS, NO SE DETECTARA A TIEMPO LA LLEGADA DE LA AVIACIÓN JAPONESA!? ¿O hemos de sospechar que hubo "negligencia sospechosa", como la ocurrida en la explosión del Maine ¿..? Por intereses concretos, en dicho caso la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial - en el nuestro intervenir en Cuba - como así ocurrió en ambos casos de inmediato, con la característica parafernalia. Este país necesitaba también en dicho caso "una excusa de peso" para intervenir en la guerra que tenía lugar, CONVENCIENDO PREVIAMENTE A LA OPINION PUBLICA DE SUS HABITANTES. El ataque, al igual que en el caso Maine, se usó como pretexto, y la prensa realizó, una vez más, su trabajo: la tarea de adoctrinamiento masivo necesaria. Otro hecho similar, igualmente sospechoso y bastante coincidente, fue con ocasión de la guerra de Texas (1836). El Ejército mejicano del general Santa Ana, en uso de total legitimidad para someter el territorio de Texas usurpado por miles de norteamericanos afincados, pone sitio al fuerte El Álamo, el 6 de mayo de aquel año; resultaron prácticamente asesinados todos los moradores, doce días después a pesar de que se recurrió al General Sam Huston, que se hallaba con unos destacamentos militares en lugar próximo. ¿Cómo es posible y por qué, el ejército estadounidense se negó frontalmente a acudir en auxilio de los sitiados? Sí acudió posteriormente a San jacinto dónde derrota a Santa Ana, creemos que con motivo y pretexto, no sólo para usurpar el estado de Texas en el mismo año, sino para más tarde invadir Méjico al grito de "Remember the Alamo", curiosa coincidencia, puesto que el tratado de Guadalupe Hidalgo (1848), -50 años antes de la voladura- el país vecino ha de ceder a los Estados Unidos los territorios de California (con americanos atraídos por el bulo interesado de la existencia de oro), Arizona, gran parte de la frontera norte y el resto de Texas. Tenemos otro acontecimiento, éste más reciente y muy comentado en el momento, pero sumamente aleccionador: El día dos de agosto de 1964 el ataque de dos destructores norteamericanos en el Golfo de Tonkín, fue motivo para la Resolución del mismo nombre, por la que el Senado USA autorizó al Presidente para poder emplear en Vietnan cuantas fuerzas militares de Estados Unidos fuesen necesarias. Así, con éste pretexto, se inició la famosa escalada del Presidente Johnson, cuando es sabido que ambos buques se hallaban, probablemente espiando, en el momento de ser atacados, pero de esta forma los Estados Unidos lo usarían para sus intereses bélicos con aquel pretexto. Morse un polémico político y periodista de Oregón, publicó las siguientes palabras en 1968:" EL ASUNTO DEL GOLFO DE TONKIN FUE UNA COPIA EXACTA DEL AFFAIRE QUE HUNDIO AL MAINE... NO TUVIMOS RAZON EN EL GOLFO DE TONKÍN. FUIMOS UNOS PROVOCADORES. ESTUVIMOS ALLÍ TAN EQUIVOCADOS COMO CON RELACION AL HUNDIMIENTO DEL MAINE, EN LA HABANA, 68 AÑOS ANTES". A TODO ESTO AÑADIMOS LO QUE EL PERIODISTA JOSEPH I. PUENTE, PUBLICÓ UN ARTÍCULO EN EL "EVENING STAR " DE WASHINGTON, EL DÍA 15 DE FEBRERO DEL MISMO AÑO 1968, DEL QUE EL HISTORIADOR CALLEJA LEAL EN EXCELENTE ARTÍCULO SOBRE ESTE ASUNTO, APARECIDO EN HISTORIA 16, NÚM. 176 DE DICIEMBRE DE 1990, MADRID, EXTRAE :" LA VERDAD SOBRE EL MAINE NOS ES CONOCIDA CINCUENTA AÑOS DESPUÉS, PERO LA SABÍA YA EL DEPARTAMENTO DE ESTADO EN 1898", Y QUE OCULTÓ PARA PODER INTERVENIR EN LA GUERRA CONTRA ESPAÑA, IMPUNEMENTE Y CON LOS GRAVES PERJUICIOS DE TODO TIPO CONOCIDOS” Esta aseveración es sumamente explicativa. N d A extraído de ponencia expuesta en Casa de Colón, Gran Canaria, 1998. [3] Policía que en poco tiempo, tras la firma del Tratado de Paris, a mes y medio de la pérdida oficial de la soberanía española en Cuba, cesaba en sus funciones oficiales. Habría de abandonar la Isla corporativamente, ante una Comisión norteamericana de evacuación establecida en La Habana, que era la verdadera dueña de la situación pos bélica en detrimento de los cubanos y en perjuicio de España. Tal como puntan Camino del Olmo y Cabo Meseguer, en el citado libro La Policía española de Ultramar, Fundación Policía Española, Madrid, 2003, p. 87, “como tantos españoles, los Guardias de Orden Público y también los de la Benemérita pertenecían al paisaje y paisanaje de la isla. De la lectura de la prensa cubana de la época se deduce tal arraigo en todos los campos sociales, vivían en contacto directo con alegrías y problemas de la sociedad a la que servían. En el Diario de La Marina, La Lucha, El País, El Español y otros diarios habaneros era habitual la aparición de los servicios llevados a cabo por estos leales servidores del orden…”. Como tantos españoles, habían establecido raíces familiares personales en la Isla, y muchos de ellos abandonarían aquella tierra pero otros no. Cuba era ya el verdadero hogar de otros muchos españoles. Era necesario admitirlo, mientras no les esperaba nadie ni nada en la Patria vieja, si tenían un futuro en la nueva que se llamaba República de Cuba. La guerra fue sin duda muy cruel, ninguna guerra deja de serlo, pero no había desarrollado significativamente un sentimiento genérico y de enfrentamiento anti-español, que impidiera la convivencia y menos aún existiendo lazos de parentesco adquirido durante tantos siglos. La mayoría de los dirigentes cubanos en la emancipación eran de ascendencia española y fue también muy importante la presencia de españoles en las filas del ejército libertador cubano…entre ellos muchos “isleños”, como se ha dicho en otros apartados de este libro N d A [4] El yate de Hearst estuvo anclado en lugar próximo al acorazado americano, cuatro días antes de la voladura, tomando fotos (otras fotos de la época así lo atestiguan). El magnate de la prensa, con varios corresponsales a su servicio en la Isla, había llegado de forma extraña y sorpresiva, hasta que fue expulsado por fuerzas del coronel español Paglieri, de la Guardia Civil. Nota del Autor. [5] Son tantas, como las posibilidades que los saboteadores tienen para burlar la vigilancia o control institucional, y así lo comprobamos en "el fenómeno del terrorismo actual", imposible de controlar o de erradicar desde sus mismas bases, por ese mismo aliado que les permite la premeditación y la actuación "desde la sombra", unido a la persistencia en virtud de objetivos ideológicos que les obliga moralmente para llevar a cabo "lo que sea". Estos sentimientos maquiavélicos ya existían también en 1898 y posiblemente con mayor apasionamiento que ahora. Aquel país, hoy gran imperio económico, crisol de todo tipo de pueblos y etnias, guarda en su haber desde los mismos inicios del siglo XIX, y hasta fechas actuales, un gran acervo de elementos humanos cuya conducta paranoica o esquizofrénica queda plasmada en graves crímenes que constatamos en su variopinta historia hasta hechos de protagonismo recientes en su propio país. La horca, la silla eléctrica, la cámara de gas o la inyección letal, son testigos mudos que presenciaron el último aliento de ese tipo de personas, cuya conducta patológica apuntamos... Es por todo ello que no podemos dejar como descartada aquella presumible premisa por la que una mano asesina dispuso, ordenó, permitió o actuó directamente en el acto que originó la tragedia del Maine y sus 266 muertos (más tarde 300), aún aceptando que imprevisiblemente desconocieran a priori los resultados criminales del mismo en cuanto a muertos y heridos pero sí las consecuencias políticas que se cumplieron según las previsiones que tanto en medios de prensa, políticos, económicos o de opinión pública, anunciaban y exigían como algo inaplazable e irreversible: "un argumento de peso para la entrada de los Estados Unidos en la guerra de Cuba, aspecto considerado como necesario y hecho evidente", para darle una solución definitiva, incluso por las propias autoridades españolas, que llegaron a desearla como mal menor. España acepta la guerra por dignidad y para salvar la Monarquía y el prestigio como potencia mundial, que aún era, aunque sabe que es una guerra perdida. Los norteamericanos llevan a cabo otro acto más de claro dominio imperialista a través de aquella política, mantenida hasta hoy, en actos claros y en diversos lugares de la geografía planetaria, aun considerando un claro deseo de paz mundial a su modo. Lo ocurrido en febrero de 1898 ocasionó la quiebra moral y de la dignidad de España en América, en cuantiosas pérdidas en hombres, material y dinero. Hoy, se intuye lo ocurrido al Maine, pero nada es totalmente probatorio. Las cosas parecen igual,- no para el autor de este artículo- , sin embargo, debemos condenar a los EEUU por alevoso proceder en su incipiente imperialismo, y, por el contrario, ennoblecer la reacción laudatoria, consecuente y patriótica de España y de su gobierno liberal, a través de Sagasta y de la propia Reina Regente. No olvidemos que el propio presidente Mac Kinley, dudando si las potencias europeas pudieran ser contrarias a las intervenciones de Estados Unidos en el Caribe, o que pudieran proteger a la todavía "notable España", intentó un ultimátum final ofreciendo directamente a la Reina María Cristina la compra de la Isla de Cuba – y Puerto Rico – por 300 millones de dólares reservando un millón para los intermediarios, operación no aceptada por prestigio, y sobre todo al temor que la situación pudiera derivar para la propia Monarquía y su previsible caída, ya afectada por partidos claramente republicanos, al igual que para el propio gobierno y status creado desde la Restauración. Nota del Autor. [6] Ponencia, con amplia documentación, de la historiadora cubana Dra. Matilde Fernández Muñiz en los cursos internacionales sobre el aniversario de estos hechos, celebrados en La Habana en agosto de 1994. [7] Medina Hernández, Ileana, Doctoranda en Ciencias de la Información en esta Universidad, Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, artículo de su tesis doctoral aparecido en Revista Latina de Comunicación Social, La Laguna (Tenerife), junio de 1998, n. 6, coordinada por el Dr. Pablos Coello. [8] Marquez Quevedo, Javier Octavio, con su anuencia, y por el interés bibliográfico que representa. Es miembro Associate professor in the Faculty of Geography and History, at the University of Las Palmas de Gran Canaria (Canary Islands). Javier will be with us to pursue his research into the emigration of rural workers to the Hispanic and British Antilles between 1880 and 1920. He is also researching the role of the Canary Islands in European colonialism and rivalry, from 1850 to 1914. Estas publicaciones incluyen: Canarias y la crisis finisecular española (1890-1907): del desastre ultramarino a la garantía de seguridad exterior, Madrid: Publicaciones del Ministerio de Defensa, forthcoming 2007 -La inclusión de Canarias en una propuesta de reforma del ejército de ultramar: un proyecto frustrado de colonia de aclimatación a fines del siglo XIX', in XII Coloquio de Historia Canario-Americana, pp. 789-802, 1996 -1895, Canarias ante el inicio de la Guerra de Independencia Cubana', Revista el Museo Canario, LIII, 1998, pp. 347-366 -Convictos cubanos deportados a Canarias y África durante la represión del independentismo, 1868-1900', Boletín Millares Carlo, 17, 1999, pp. 103-119 -Las quintas en las ciudad de Las Palmas de Gran Canaria durante la Guerra de Cuba, 1895-1898', in XIII Coloquio de Historia Canario-Americana. VIII Congreso Internacional de Historia de América (AEA), 2000, pp. 791-827 -La respuesta popular ante la guerra: las deserciones en 1898', in Las Ciudades y la Guerra, Universidad Jaime I, Castellón, 2002, pp. 525-540 -Prófugos y desertores canarios en el Caribe a finales del siglo XIX: una corriente migratoria para el mercado de trabajo americano', en Caribe. Sintonias e Dissonncias, Goiás, 2004, pp. 177-210 [9] La presencia de las Fuerzas de Orden Público durante estos acontecimientos constituye una prolongación de las existentes en la España peninsular. Aparece reflejada con profesionalidad y rigor en el libro de los autores Miguel a Camino del Olmo y Vicente Cabo Meseguer, editado por la Fundación Policía Española, Temas de cultura Policial, citado anteriormente, La Policía española de Ultramar, Cuba y Puerto Rico, Madrid, 2003, [10] Sin embargo, la Isla de Cuba continuó siendo el destino de mayor reclamo desde estos momentos hasta la primera mitad del siglo XX, que decae. El canario-isleño hermanado con el "guajiro" cubano se dedicaba al laboreo de la tierra, con específica dedicación a los cultivos de la caña y especialmente del tabaco en el que eran especialistas, en oficio aprendido en la Isla de La Palma y Tenerife, especialmente, en famosas cosechas obtenidas en las huertas “ad hoc”, preparadas en el fondo de barrancos y junto al agua de curso libre, o extraída de las ya numerosas galerías subterráneas, cuya metodología de cultivo trasladaron a Cuba. Destacaban en el cultivo de la caña y otras labores del campo, pero fue el laboreo del tabaco donde tuvo el gran protagonismo por su especialización y conocimiento de tal planta insigne para la industria y economía cubanas, en cuyo desarrollo contribuyó enormemente aquel inmigrante natural Canarias. [11] Sin embargo, fueron infinidad los canarios que lucharon heroicamente en Cuba a favor de la pertenencia a España. El general Ignacio Pérez Galdós, grancanario, hermano del famoso novelista. Fue voluntario a Cuba y obtuvo por su valor tres ascensos por méritos de guerra, además de numerosas condecoraciones. Nombrado en 1900, fue uno de los mejores capitanes generales que tuvo Canarias. José March y García de Mesa, lagunero, que fue nombrado capitán general de Canarias en 1907. Fue voluntario a Cuba, participó en numerosos combates, fue herido, enfermó de cólera, obtuvo numerosas condecoraciones y tres ascensos por méritos de guerra en Cuba. Estuvo en Cuba en seis ocasiones. Cuando cumplía el tiempo máximo de residencia en la isla, pedía volver de nuevo. La rendición española le sorprendió en el cargo de general gobernador militar de la zona militar que comprendía el importante enclave de Puerto Príncipe. En 1911 se hizo cargo de la Capitanía General de Canarias. Higinio Lugo Torres, tacorontero, cabo de Infantería, que el 12 de mayo de 1896, se cubrió de gloria en la campaña cubana, en la acción de la trocha de Júcaro a Morón. Iba al frente de nueve soldados, con los que realizaba un servicio de escolta, cuando fueron tiroteados por varios jinetes y más de 50 insurrectos de infantería. Se batió con valor heroico y rechazó al enemigo causándole numerosas bajas. Dos años después, el 6 de diciembre de 1898, le concedieron la Cruz Laureada de San Fernando, la más alta consideración del Ejército español.Weyler y Canarias: Weyler fue un personaje entrañable y positivo para Canarias, especialmente para Tenerife, isla a la que defendió políticamente como pocos. Lo hizo con más tesón y acierto que muchos políticos nacidos en las islas. [12] No obstante, a principios del pasado siglo XX, tras la independencia cubana de la madre patria, y hasta los años cincuenta, tuvo lugar la mayor afluencia de canarios hacia Cuba; unos huyendo de los reclutamientos forzosos para las guerras en Marruecos, otros deseando probar la suerte que las islas no le deparaban, y los más por necesidad vital de casi extrema necesidad, especialmente en los años de malas cosechas y de falta de mano de obra en el campo, lugar al que como peones, sin apenas derechos, se encaminaba toda su vida laboral. La sombra de aquel sistema laboral caciquil imperante, al que en todo momento habría de permanecer sumiso, era otro motivo fundamental para ir a "la lejana Cuba", donde con suerte se podrían ahorrar algunos pesos y centenes, para regresar libre y con fama al terruño, comprar una casita y casar con la "isleña" que siempre "le había gustado" a la que ahora, desde su nueva posición, "lograba interesar". N d A.