El fiscal a cargo de la investigación de la causa AMIA, Alberto Nisman, reclamó que la presidenta Cristina Kirchner y su canciller, Héctor Timerman, sean indagados por la Justicia bajo la acusación de querer encubrir a Irán por el atentado a la AMIA y "fabricar la inocencia" de los ex funcionarios iraníes involucrados en el ataque.
El pedido de indagatoria, que incluye un pedido de embargo de 200 millones de pesos sobre los bienes de los imputados, se extendió al diputado y jefe de La Cámpora, Andrés Larroque; el líder piquetero Luis D'Elía; el jefe de la agrupación Quebracho, Fernando Esteche; a un ex juez de instrucción que trabajó para la ex SIDE Héctor Yrimia, y a un encumbrado agente de Inteligencia que trabaja con la jefa del Estado.
Cristina Kirchner es el segundo presidente que enfrenta una acusación por querer encubrir a Irán. Carlos Menem ya está procesado por eso y está a la espera de que el Tribunal Oral Federal N° 2 le ponga fecha al juicio en su contra.
Nisman presentó su denuncia ante el juez federal Ariel Lijo, el mismo que procesó al vicepresidente Amado Boudou, porque es el magistrado a cargo de las irregularidades en la investigación de la causa AMIA. La jueza Servini de Cubría es quien cubre a Lijo durante la feria judicial. La magistrada decidirá hoy si entiende que es competente, si es un tema de feria y si le manda la denuncia a un fiscal para que impulse el caso. Todo hace pensar que esperará a febrero.
La denuncia, de 300 páginas, es durísima. El fiscal difundió una síntesis para no revelar los nombres de los agentes acusados. Pero incluye escuchas telefónicas que revelan que la Presidenta hablaba con un agente de la ex SIDE de su confianza o con "el Cuervo" Larroque y que éstos ponían en conocimiento de D'Elía o Esteche esas órdenes. Y D'Elía las comunicaba al supuesto agente iraní Alejandro Yussuf Khalil, que llamaba por teléfono a Irán a Mohsen Rabbani, uno de los prófugos del ataque.
Nisman sostiene que Cristina Kirchner negoció levantar las acusaciones contra Teherán para poder comprarle petróleo barato a cambio de granos y para eso acordó montar una pista falsa en la que se acusara a grupos "fachos locales", de modo de fabricar la inocencia de Irán. Incluso se habló de que Irán comprara armas. En la denuncia, se señala que "la confabulación criminal fue decidida por Cristina Kirchner y puesta en funcionamiento por Timerman".
El fiscal sostuvo que se buscó un acuerdo comercial antes de la firma del memorándum con Irán, supeditado a que se levantaran los pedidos de captura internacional contra el ex ministro de Inteligencia Ali Fallahijan; el ex jefe de la Guardia Revolucionaria Mohsen Rezai; el ex jefe de la fuerza Al Quds y ex ministro de Defensa Ahmad Vahidi; el ex agregado cultural de la embajada iraní en la Argentina Mohsen Rabbani y el ex tercer secretario de la embajada Ahmad Reza Asghari. "El plan criminal se activó en enero de 2011, cuando Timerman viajó a la ciudad siria de Aleppo y secretamente se reunió con su par iraní, Ali Akbar Salehi, a quien le hizo saber que las autoridades argentinas estaban dispuestas a renunciar a la investigación del caso AMIA y a cualquier reclamo de cooperación y justicia, con tal de provocar un acercamiento y restablecer plenas relaciones comerciales entre ambos Estados."
El acuerdo se plasmó en el memorándum, pero se interrumpió ante la negativa de dar de baja las circulares rojas. Decayó entonces el interés de Irán en el pacto.
Nisman dijo que se estaban armando falsos culpables para endilgarles el atentado. Explicó que Esteche, de Quebracho, un grupo que siempre se sospechó ligado a la ex SIDE, le acercó al agente iraní Khlail al ex juez Yrimia, que había trabajado como fiscal en los albores del caso. Esteche dijo en una de las escuchas citadas: "Quieren construir un nuevo enemigo de la AMIA, el nuevo responsable de la AMIA, es una necesidad que tienen que construirla". La acusación relata reuniones del iraní con D'Elía y Esteche. Y le adjudica a Cristina Kirchner haber tomado las decisiones de poner en marcha el plan y seleccionar a quienes lo ejecutaran. "De la Sra. Presidente de la Nación Argentina, se probó haber emitido una expresa directiva para que se diseñara y ejecutara el plan de encubrimiento", dijo Nisman, y citó a los acusados que señalaron que todo está "cerrado muy arriba", todo había sido decidido "al más alto nivel" porque "lo pidió la jefa", y su canciller implementó el plan porque fue "orden, orden y orden".
Muchas de las acciones relacionadas con el plan, "por ser notoriamente delictivas", no podían ser ejecutadas por funcionarios y se recurrió a intermediarios. Para ello, dijo el fiscal, se valió de ciertos sectores de la ex SIDE, de D'Elía y, especialmente, de Larroque.
¿Cómo sigue la investigación judicial?
Denuncia. Nisman presentó su escrito en el juzgado de Ariel Lijo, donde tramita una causa por irregularidades en la investigación de la causa AMIA. En la feria judicial de enero lo reemplaza Servini de Cubría
Feria. La jueza decidirá hoy si el asunto es perentorio y resolverá si habilita la feria para tomar medidas urgentes, como allanamientos o pedir levantar el secreto sobre agentes de la ex SIDE, como lo solicitó Nisman
Competencia. También analizará si se queda con el caso o si lo manda a sorteo para designar un nuevo juez
Impulso fiscal. El primer paso será enviar la denuncia a un fiscal para que le dé impulso y formalice las imputaciones
Yo lo único que te digo es que si alguien lo mató, ni fue argentino ni fue sudamericano....sabés los contactos que este tipo tenía, pero para mi, se mató porque sus "aliados " le soltaron la mano y se sintió acorralado.....¿ a qué habrá hablado patricia bullrich unas horas antes, esa era la que le afanó los sueldos a los jubilados cuando estaba con menem no? con menem o con de la rua? no me acuerdo....para qué lo habrá llamado la tipa? esta estaba en el cumpleaños de los estados unidos en la embajada no?.....creo que él también.....la libreta negra, tal cual.
Si fue un crimen fue un crimen mafioso y aqui solo sabemos de crimenes pasionales, con rastros por todos lados, en otros paises hay mucha sofisticación para el crimen, sobre todo en algunos niveles "más altos"....
La guerra de los servicios se cobró una nueva muerte
El fiscal Alberto Nisman fue encontrado muerto en el baño de su departamento. Fue el mismo día que tenía que declarar ante la Comisión de Legislación Penal del Congreso por las denuncias presentadas contra el gobierno al que acusaba de encubrimiento en la causa del atentado a la AMIA. El “suicidio” abrió una crisis política con resultado incierto. La podrida guerra de los espías saltó a la luz con la muerte de Nisman.
El fiscal Alberto Nisman fue encontrado muerto en su lujoso departamento del edificio Le Parc de Puerto Madero. Su cuerpo apareció sin vida en el baño de la residencia de la calle Azucena Villaflor al 450. El cadáver fue hallado con un disparo en la cabeza, proveniente de un revólver calibre 22.
El arma fue encontrada en el lugar del hecho. El cuerpo fue hallado en el tránsito de la noche del domingo hacia el lunes. La madre de Nisman asistió al departamento porque no respondía sus llamados y fue ella quien encontró el cuerpo y dio aviso a la justicia.
Sobre su escritorio estaba parte de la documentación que el fiscal iba a presentar este lunes en la comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados, por la denuncia sobre encubrimiento en el atentado a la AMIA. En esa denuncia apuntaba contra el canciller Héctor Timerman, contra la misma presidenta Cristina Fernández y contra referentes kirchneristas (como Luis D´Elía, Fernando Esteche y el diputado camporista Andrés “Cuervo” Larroque). Los acusaba de encubrimiento a los presuntos responsables iraníes del atentado a la mutual judía.
La fiscal Viviana Fein -a cargo de la investigación- caratuló la causa como “muerte dudosa” y luego de algunas pericias, por la tarde del lunes, afirmó que "de acuerdo a la autopsia el fiscal Nisman se disparó. No hay margen de dudas". En el mismo sentido agregó “no habría habido intervención de terceras personas”. Sin embargo, pese a esto, informó que “no descarta que esa resolución podría haber sido tomada por otro tipo de circunstancias" y que "se va a investigar si hubo algún tipo de inducción o instigación a través de amenazas, ya sea a través de llamados o mensajes de texto. Se ha secuestrado muchísimo material".
Lo que hasta la semana pasada era una crisis política por arriba, por las graves -aunque endebles- acusaciones de Nisman contra la presidenta y el gobierno, se convirtió tras la muerte del fiscal en una verdadera conmoción nacional que eleva la crisis a un plano superior en la que tuvieron que intervenir el conjunto de las fuerzas políticas del país y tuvo una amplia repercusión internacional.
La interna rabiosa de los espías
La remoción de la cúpula de la Secretaría de Inteligencia (SI) a fines del año pasado fue la culminación de un largo enfrentamiento que se venía desarrollando en el seno de la SI desde hace mucho tiempo. La abrupta salida de Héctor Izcazuriaga, Francisco Larcher y el poderoso Antonio “Jaime” Stiusso, ex director de operaciones de los espías, fue la “resolución” que encontró la presidenta para intentar recuperar el mando del aparato de espionaje, que venía ganando terrenos de autonomía.
Stiuso, junto con el fiscal Nisman (con el aval de Néstor Kirchner) fue el artífice de la confabulación que involucraba a los presuntos responsables iraníes en el atentado a la AMIA. El informe de Nisman fue armado sobre la base de “data” otorgada por los servicios de inteligencia internacionales como la CIA y el Mossad (israelí), vinculados a Stiusso. Todo indica que la ruptura de Stiusso con la Casa Rosada se remonta a la firma del “memorándum de entendimiento” firmado en 2013 por los representantes de los gobiernos argentino e iraní.
El histórico espía temió que este acuerdo implique que se hagan públicos sus vínculos con los servicios de inteligencia extranjeros. Muchos en el gobierno comenzaron a sospechar que los informes y denuncias (así como resoluciones judiciales) que afectaban al gobierno, tenían que ver con Stiusso. El general Cesar Milani, comenzó a ganar peso (incluso con más presupuesto para sus fuerzas) en la interna de los organismos de inteligencia.
La encerrona de Nisman
Luego de su grave denuncia, Nisman se había topado con varios reveses. Mientras había asegurado que el memorándum firmado con Irán imponía como condición que se levanten las “alertas rojas” contra funcionarios iraníes; Ronald Noble, el secretario general de Interpol, lo desmintió categóricamente. Además, Rodolfo Canicoba Corral, el juez de la causa, afirmó que no tenía conocimiento de las escuchas que Nisman decía tener en su poder.
A esto se sumó que la jueza Servini de Cubría (que reemplazaba a Ariel Lijo) rechazó el pedido de Nisman para habilitar la feria judicial e investigar inmediatamente las acusaciones contra los allegados al gobierno y la presidenta. Para la jueza no había pruebas suficientes para tomar esa resolución de urgencia.
Además, era muy probable que en su declaración en el Congreso, Nisman fuera interrogado por sus relaciones con la embajada norteamericana, reveladas por la publicación de los famosos “WikiLeaks”, que demostraron que el fiscal acusador reportaba a “La Embajada”.
Pese a que fue un aliado voluntario de una de las camarillas desplazadas de los servicios (Stiusso), Nisman terminó víctima de una encerrona en las internas de la poderosa corporación de los espías. Si hubo “suicidio”, la famosa “inducción” para el desenlace fatal hay que rastrearla en esa trama siniestra de los servicios de inteligencia de la que se valen las distintas fracciones capitalistas que se disputan el poder del Estado.
Las consecuencias políticas
Pese a que las primeras pericias digan que Nisman se suicidó, la percepción general es que se trata de un crimen. La muerte de un integrante de uno de los poderes del Estado que había denunciado al gobierno y a la misma presidenta, el mismo día que iba a declarar en el Congreso, son demasiadas “casualidades” para ser tomadas como un simple suicidio por “causas personales”. La larga trama de impunidad de una causa (el atentado a la AMIA) que fue dejada en manos espías con largo prontuario y que implicó encubrimientos y cambios de “pistas” que hasta ahora sólo garantizaron la impunidad; abonan esta percepción.
Al cierre de esta edición, en la noche del lunes, se producían algunas movilizaciones y cacerolazos, fogoneadas y destacados por los medios opositores.
El Juez Ariel Lijo se reincorporó a sus funciones y dispuso “medidas urgentes para asegurar las pruebas relacionadas con las escuchas telefónicas recopiladas por el fallecido fiscal Alberto Nisman”. Es decir, luego de la muerte del fiscal, toma la resolución que la jueza Servini de Cubría le había negado en vida.
Para el gobierno implica una crisis aguda y de rumbo incierto, cuyas consecuencias se medirán en las próximas semanas. Durante la mayor parte del día, el oficialismo se mantuvo prácticamente en silencio, con la excepción del temprano comunicado del Ministerio de Seguridad y las declaraciones de Sergio Berni, repetidas casi textualmente por Capitanich en su habitual conferencia de prensa matinal y que buscaban imponer la “certeza” de que la muerte de Nisman fue un suicidio.
Mientras tanto, desfilaban los principales referentes de la oposición tradicional con cínicas declaraciones de consternación, sorpresa e indignación. Macri afirmó que pasó “del aturdimiento y el shock a la indignación, la bronca y la impotencia” y que “los servicios de inteligencia tienen que estar al servicio de los intereses de la Nación”. Como si él no tuviera sus “Stiusso” en el “Fino” Palacios o Ciro James. Massa, por su parte, sentenció que "esta mancha de sangre que cayó sobre el país no puede quedar impune", mientras él fue parte del gobierno que mantuvo el aparato de espionaje y está acusado de complicidad con el narcotráfico.
En la misma línea de doble discurso hicieron declaraciones “dolorosas” los candidatos radicales y del FAUNEN, en su inmensa mayoría integrantes de los distintos gobiernos que se apoyaron y sostuvieron a los “servicios” durante estos más de treinta años de democracia.
Por la tarde, el secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, envió dos notas a la jueza María Servini de Cubría "por expresa instrucción de la Presidenta de la Nación". Las misivas autorizan a desclasificar los contenidos de las escuchas telefónicas realizadas por el fiscal Alberto Nismann y dispone abrir "todo otro material, archivo e información de inteligencia" vinculado a la investigación del atentado a la AMIA. También pidió que se identifique al personal involucrado en la denuncia de Nisman para "proceder al levantamiento del secreto". Es un parcial y tardío “homenaje” al histórico reclamo de apertura de los archivos que piden algunas organizaciones de las víctimas del atentado, de derechos humanos y de la izquierda. Lo dispuso luego de una “muerte dudosa”.
Casi al anochecer, un grupo de diputados kirchneristas realizó una conferencia de prensa donde declaraban que bregaban por el esclarecimiento de la muerte de Nisman, aunque sembraban intrigas sobre el hecho de que haya suspendido sus vacaciones para volver al país a realizar la denuncia contra el gobierno (¿manejan información sobre sus últimos movimientos y contactos?).
Allí, el presidente de la Cámara de Diputados y miembro del bloque oficialista, Julián Domínguez, hizo una confesión: dijo que los servicios de inteligencia son “el último reducto donde no ha llegado la transparencia y la democratización”. Doce años de gobierno y de “lucha contra las corporaciones”, no alcanzaron para desarmar a la corporación mafiosa por excelencia que anida en el seno del Estado. En este terreno perdió la “década ganada”.
Finalmente intervino la presidenta, no mediante la prepotencia de la cadena nacional y la hinchada en los patios de la Rosada, sino con una extensa carta, difundida en las redes sociales. La misiva comienza con un largo anecdotario sobre su trayectoria cuando era diputada y formó parte de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los atentados de la Embajada y la AMIA. Hacia el final, en la misma sintonía de lo que habían declarado sus diputados, con una serie de interrogantes sobre el accionar de Nisman, siembra dudas sobre quiénes son los verdaderos autores de las acusaciones del fiscal; obviamente, sin nombrar a ningún responsable.
Frente al cinismo nacional de los principales referentes políticos del gobierno y la oposición, y mientras la muerte de Nisman destapó las cloacas serviciales sobre las que se sostiene esta “democracia”; la izquierda marcó la única voz disonante y una orientación alternativa para terminar con esta podredumbre política.
El diputado nacional del PTS-FIT, Nicolás del Caño planteó en varias declaraciones que “la muerte de Nisman redobla la necesidad de la apertura de los archivos de la Secretaría de Inteligencia y de todos los servicios de las fuerzas de seguridad, cuerpos que deben ser disueltos porque su única función es conspirar contra los intereses del pueblo trabajador y manejar información al servicio de las distintas camarillas capitalistas.
Todos los sectores que hoy están en esta disputa judicial, política y de alas del área de inteligencia son responsables de la impunidad existente. Seguimos exigiendo una comisión investigadora independiente encabezada por los familiares de las víctimas de la AMIA con plenos poderes para investigar y esclarecer el atentado de 1994 y la muerte del fiscal Alberto Nisman".
Una perspectiva que sólo puede ser impuesta por la movilización popular que debe mantener la completa independencia de las camarillas patronales y sus “servicios”
Un fiscal imputó a Cristina en una causa por el cepo al dólar. También imputó a Marcó del Pont, Moreno, Echegaray y a otros funcionarios. Ese fiscal se llama Carlos Stornelli … Ahora… veamos: Quien es el Fiscal que imputó a la Presidenta? – ¿quien es verdaderamente Carlos Stornelli?
- El fiscal federal Carlos Stornelli es hijo de Atilio, teniente coronel del arma de Ingenieros, pasado a retiro en diciembre de 1983, después de haber actuado como interventor de la dictadura cívico-militar en Radio Belgrano. … leer más …
- Algunos jueces federales lo bautizaron “Storbelli”
- El fiscal Stornelli es amigo PERSONAL de Mauricio Macri.
- Stornelli fue Ministro de Seguridad de Scioli. Tiene una concepción militarista de la seguridad, basada en un supuesto control del territorio y aumento en la potencia de fuego policial.
- En esa función se rodeó de personajes dudosos, entre los que se destacan Soledad Spinetto -mujer de Rafa di Zeo, ex líder de la barra brava de Boca- a la que pretendió designar como su secretaria privada y el exonerado ex jefe de la Policía Federal, Roberto Giacomino.
- Stornelli estuvo en la fiesta de casamiento del Rafa di Zeo, del que es MUY AMIGO.
- Carlos Stornelli además es el jefe del Departamento de Estadio y Seguridad Deportiva de Boca Juniors.
- Ahora imputa a la presidenta de la Nación en una causa por el cepo del dólar.
Ahhh! y quien fue la denunciante? ELISA CARRIÓ!!! (Está todo “claro”. Nada más para agregar)
SIEMPRE ES BUENO SABER QUIÉN ES EL QUE ACUSA, PARA CONOCER QUE LA POLÍTICA PARTIDARIA Y LA IDEOLOGÍA SON PARTE DE ESAS ACUSACIONES, AUNQUE SE MAL DISFRACEN DE JUSTICIA…
Allá por enero del 2011, cuando Julian Assange, editor del sitio Wikileaks, me entregara un pen drive con más de 2500 cables diplomáticos estadounidenses referidos a la Argentina, lo que más me llamó la atención fue la información referida al atentado en contra de la AMIA y al fiscal de la causa, Alberto Nisman.
Los cables reflejan una y otra vez la falta de independecia del fiscal respecto de la embajada de Estados Unidos en la investigación del atentado, tal como documenté en mis libros Argenleaks (2011) y Politileaks (2014). Dicha conducta incluye el adelantarle a la embajada medidas judiciales tanto de la fiscalía como del juzgado que entiende la causa AMIA, llevar borradores de resoluciones a la embajada para ser corregidos hasta conseguir la aprobación de la sede diplomática, y disculparse reiteradamente cuando no se dio preaviso de alguna medida judicial del caso a los diplomáticos y agentes de dicha embajada estadounidense. Los cables reflejan también que importantes referentes de la principales organizaciones de la comunidad, judía, de la cancillería argentina y hasta de los propios expertos estadounidenses que le daban letra a Nisman expresaban en privado serias dudas acerca de la marcha del expediente, pero que evitaban que esas dudas se hicieran públicas para no debilitar la causa.
Más allá de esta información, de claro interés público, me llamó la atención que el periódico español El País y el diario francés Le Monde, que venían publicando artículos sobre Argentina basados en los cables de Wikileaks desde noviembre del 2010, hasta entonces no habían publicado ni una palabra sobre los 196 cables referidos a la AMIA, muchos de ellos clasificados como "secreto" o "clasificado."
También me llamó la atención que menos de una semana después de que Assange me confiara los cables de Argentina, El País publicó por primera y única vez un artículo referido a los cables que hablan del atentado a la mutual judía de 1994. Pero lejos de poner al descubierto la connivencia del fiscal con la embajada, el artículo se dedica a ventilar algo que ya era de público conocimiento: la entonces cercanía de Nisman con el gobierno, que había empezado cuando Néstor Kirchner creó una fiscalía especial para investigar el atentado en el 2005 y nombró a Nisman para liderarla.
Titulado "EE.UU. sospechaba que la paertura del caso AMIA respondía al oportunismo del gobierno argentino", el cable arranca así: La embajada de Estados Unidos en Buenos Aires sospechó que el oportunismo del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y la ambición del fiscal especial Alberto Nisman determinaron, probablemente, la reactivación hace tres años de las investigaciones sobre el atentado terrorista que, en 1994, destruyó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en la capital argentina y causó 85 muertos y 300 heridos."
Esa misma semana redacté el artículo que terminaría siendo un año después , casi palabra por palabra, el capítulo "AMIA" de Argenleaks, con la intención de publicarlo inmediatamente en mi diario, Página/12, del cual sigo siendo jefe de la sección El Mundo, tal como habíamos convenido con Assange y también con Ernesto Tiffenberg, director del diario. Sin embargo, Tiffenberg me comunicó que no publicaría mi texto sobre Nisman y la AMIA, así como los referidos al grupo Clarín, terrorismo en la Triple Frontera y otros que dejaban mal parados a funcionarios del gobierno, incluyendo unosobre el vicepresidente Amado Boudou. Pero mientras los demás textos fueron suprimidos hasta que salieron mis libros, en el caso de Nisman-AMIA Tiffenberg le entregó uno de mis cables (en ese momento tenía la exclusividad para la Argentina, según un convenio que yo mismo había firmado con Assange, con el aval de Página/12) al periodista Raúl Kollman y me informó que Kollman se encargaría de escribir sobre la AMIA porque era el experto de diario en el tema. Entonces me ofrecía a trabajar con Kollman, pero Tiffenberg no dio lugar a mi sugerencia.
Poco tiempo después, el 27 de febrero del 2011, bajo la firma de Kollman, Página/12 publicó en su tapa del domingo "Una ayudita a los amigos para acusar a Irán" . El artículo descalifica a las fuentes que aparecen en los cables poniendo en duda la investigación de Nisman y dice que los cuestionamientos a la investigación del fiscal provienen de ex funcionarios judiciales procesados por encubrimiento:
"En los últimos días, el diario El País, seguido luego por La Nación y Clarín, interpretaron que el cable del 27 de mayo señalaba que, según la opinión norteamericana, Nisman, en combinación con Néstor y Cristina Kirchner, pretendieron tapar, con el pedido de detención de Menem y los demás, el problema que por entonces estaba en el centro de la escena: el conflicto con las entidades del campo. En el cable del día 22 queda claro quién sostiene esa hipótesis: los propios Menem y Galeano. Ambos dijeron públicamente que la acusación en su contra era una maniobra política. Sin embargo, todo fue confirmado en las dos instancias judiciales superiores, el juez y la Cámara. Los otros dos que abonan esa teoría del desvío de atención fueron Neuburger y González. Los cables traducen esas opiniones y, sobre el final, Wayne más bien expresa sus dudas."
También cita al propio Nisman para desmentir su cercanía con el gobierno, relación que por entonces era archiconocida: "Página/12 consultó a Nisman sobre una frase del 'garganta profunda´ de la Embajada: 'Nisman está totalmente dominado por el jefe de Gabinete Alberto Fernández. Obedece sus ordenes sin discusión y no descarto que todo sea una maniobra política de Alberto Fernández´. El fiscal respondió brevemente a Página/12. “Vi a Alberto Fernández dos veces en mi vida. Ambas en 2005, cuando se estableció la fiscalía especial para el caso AMIA. En ese momento gestioné ante el jefe de Gabinete la compra del sistema Excalibur de entrecruzamiento de llamadas. El presupuesto dependía de él y por ello lo fui a ver. Nunca más lo vi.”
De obsecuencia, de falta de independencia, de recibir órdenes de la embajada, ni una palabra.
Cuando leí el artículo le dije a Tiffenberg que me llamaba la atención que Página /12 siguiera la misma línea editorial de los grandes medios argentinos y extranjeros de proteger a Nisman y salvoguardar la investigación, pese a la dudas y presuntas inconductas que surgían de los cables de Wikileaks. Me contestó que no, que La Nación y Clarín apoyaban la línea Galeano-Mullen-Barbaccia-Nisman, mientras que Página/12 sólo apoyaba lo que hacía Nisman, que era muy distinto a lo de sus antecesores, (por más que Nisman había trabajado con los fiscales procesados e identificado a los mismos presuntos culpables).
Un mes más tarde, en marzo del 2011, un colaborador de Wikileaks le entregó una copia de los cables de Argentina al periodista de La Nación Hugo Alconada Mon y tres meses más tarde los cables se hicieron públicos. Sin embargo, nada se publicó hasta la salida de Argenleaks sobre la relación entre Nisman y la embajada.
Nobleza obliga, más allá del generoso espacio que me dieron algunos medios radiales para hablar del tema, empezando por Víctor Hugo Morales, el primer medio gráfico que publicó algo referido a mi capítulo de Argenleaks sobre la connivencia entre Nisman y la embajada fue Clarín. Con la firma de Daniel Santoro, el 29 de agosto del 2011, pocos días después de la salida a la venta de Argenleaks, Santoro escribió "Insólito pedido de disculpas de un fiscal a EE.UU.", referido al profuso pedido de disculpas que nisman le hicera a distntos funcionarios de la embajada por no anticiparles que pediría la captura de Menem y otros funcionarios políticos y judiciales por presunto encubrimiento del atentado.
(Nobleza obliga también, esta semana vi a mi estimado y respetado colega Santoro en el canal de noticias del Grupo Clarín defender a capa y espada la acusación de Nisman contra la presidenta Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman y otras personas, dando por cierta una conspiración que me resulta tan inverosimil como oportunista, políticamente motivada y de difícil comprobación, más allá de la opinión que me merezca el actual gobierno.)
Poco tiempo después Nisman me citó en su despacho a través de su publicista para hablar del libro, invitación que acepté de buena gana como suelo hacer cuando alguien sobre quien escribí quiere comentar lo que dije. En esa reunión Nisman me dijo que si bien puede ser cierto que la embajada le decía esto y aquello, él no siempre le hacía caso y que continuaba investigando pistas alternativas mal que le pesar a la embajada y que le prueba está en el expediente y en que el juicio a los encubridores de la "conexión local" fue elevado a juicio. (Esta semana el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, cercano al gobierno, lo contradijo diciendo que muchas veces le pidió a Nisman que ampliara su investigación más allá de los iraníes pero que el fiscal no le hizo caso.) Nisman también me contó que prácticamente toda su información provenía del agente de la Secretaría de inteligencia Jamie Stiusso, ya que Stiusso tenía la confianza de los servicios secretos estadounidenses e israelíes. Me comentó que Stiusso le pasaba información en bruto y lo que él podía corroborar lo llevaba al expediente.
Desde entonces la información sobre Nisman y la embajada desapareció de los medios hasta la firma del convenio con Irán para investigar el atentado en enero del 2013. Era como si existiera una política de Estado que atravesaba gobierno y oposición, medios k y anti k, y los principales representantes de la comunidad judía, de que la causa no se toca y el trabajo de Nisman tampoco.
El convenio con Irán rompió el pacto de silencio y reavivó el interés en mi trabajo con los cables de la AMIA. El 17 de febrero del 2013, a horas de que se discutiera el convenio en el Congreso, publiqué en Página/12 la columna "AMIA.doc." , la que sería la base del capítulo "Nisman" de Politileaks. Más allá de que pensara que el convenio representaba un cambio de política exterior demasiado brusco y arriesgado para el país y la causa AMIA, aún sabiendo que la información sería utilizada por el gobierno para avalar su decisión, me pareció importante compartir con los legisladores lo que decían los cables, a favor y en contra, antes de que tomaran una decisión tan importante. Salvo la parte donde señalo que los cables muestran que durante su presidencia Nestor Kirchner había rechazado un convenio muy similar al que luego firmaría su esposa, que debí negociar con Tiffenberg palabra por palabra, el resto del texto, que documenta la falta de independencia de Nisman con respecto a la embajada, no mereció ningún reparo. Los tiempos habían cambiado
Ahora vuelve todo con la denuncia de Nisman y el interés de los medios k en los cables de Wikileaks sobre el fiscal. Pos supuesto que me llamó la atención que esto ocurriera apenas días después del desplazamiento del poderoso y otrora intocable agente Stiusso. Y sí, claro que puedo estar equivocado, pero la movida de Nisman me huele a carpetazo de los servicios. Aún así, no quiero ser un peón en la batalla política entre el gobierno y la oposición ni avalar conductas de unos u otros que no comparto. Hablé en varias radios pero no quise salir en televisíón por miedo a que mi imagen en determinado canal sea entendida como un apoyo a un lado de la grieta. Sin tomar partido en cuestiones que me exceden largamente y sin ser un experto en el tema AMIA, entre otras razones porque cuando ocurrió yo vivía en Estados Unidos, quería decir que me duelen las manipulaciones políticas a los familiares de las víctimas que se vienen sucediendo desde que ocurrió el atentado, y la falta de Verdad y Justicia en un tema tan sensible y doloroso para todos los argentinos.
Elisa Carrió visitó a la embajadora de los Estados Unidos, Vilma Martínez, con quien mantuvo una reunión "protocolar" para dialogar sobre la agenda legislativa y la relación entre ambos países.
"Fue muy grato para mi recibir a la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y escuchar su visión sobre diversos temas", comentó Martínez, en el marco de la serie de conversaciones que mantiene la embajadora con líderes de las distintas fuerzas políticas del país. Durante el encuentro, conversaron sobre las "prioridades legislativas" de la Coalición Cívica y sobre temas de la "actualidad".
Para Carrió, "fue una reunión agradable" y consideró que la embajadora norteamericana es "una persona muy interesante".
EL PAIS › COMO HACER PARA TENER PRENSA SIN PELEARSE CON EL GOBIERNO
Mr. Wayne, el equilibrista
Un cable filtrado por Wikileaks al que tuvo acceso Página/12 revela jugosos detalles de la trastienda en la Embajada de Estados Unidos y por qué la esperanza era Obama.
Por Santiago O’Donnell
La relación entre la Embajada de los Estados Unidos, sus mecanismos de información interna y los medios argentinos llegó a ponerse tan complicada que en diciembre de 2008 Earl Anthony Wayne debió encomendarse a Barack Obama y cambiar su estrategia de difusión pública.
Wayne parecía buscar un equilibrio para no pelearse inútilmente con el gobierno argentino a pesar de algunas críticas hacia gestos de los Estados Unidos por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y del ex presidente Néstor Kirchner.
“No faltaron enemigos políticos, reales o imaginarios en las palabras de Néstor Kirchner”, dice un cable filtrado por Wikileaks al que tuvo acceso exclusivo Página/12. Y continúa: “Durante su presidencia y llegando a la de su esposa criticó a los medios por descarrilar la agenda kirchnerista, y ahora ha agregado al vicepresidente Cobos y a Elisa Carrió a su lista negra”.
Agrega Wayne que antes “las críticas de Kirchner hacia Estados unidos habían sido más indirectas, pero en meses recientes tanto él como CFK fueron más puntuales en sus críticas”. Con un agregado: “La prensa argentina también ha sido más creativa en su uso de los dichos del embajador para describir más conflictos de los que realmente existen, por ejemplo en el tema de lavado de dinero, y el manejo esta semana de las Notas de Archivo”.
El embajador resumió, entonces, sus objetivos: “Buscando preservar los intereses de largo plazo de los Estados Unidos en este país grande, hemos buscado dejar pasar sus provocaciones enfatizando los aspectos positivos de la relación...”. Para eso, Wayne se prometía a sí mismo “seguir trabajando duro” para combinar “una política de libertad de prensa” con la “honestidad periodística, mientras mantiene una buena relación de trabajo con el gobierno de Argentina”.
Según el despacho enviado entonces al Departamento de Estado, “la buena noticia es que según observadores bien informados, será difícil para los Kirchner seguir usando a Estados Unidos como bolsa de boxeo (punching bag, en el original), una vez que asuma Obama”.
En diciembre de 2008 la asunción era inminente: Barack Obama se haría cargo de la Casa Blanca el 20 de enero de 2009 en reemplazo de George W. Bush.
El cable permite acceder a la trastienda de las decisiones de la Embajada de los Estados Unidos en su trato diario con el Gobierno y con medios de comunicación y periodistas.
El caso que despertó las reflexiones y el plan interno de Wayne surgió a partir de un título de tapa de Clarín, a su entender falso, que hablaba de tensiones entre los gobiernos de Argentina y Estados Unidos. Según el cable, si se atendía a esa tapa el gobierno argentino había recibido un “fuerte reclamo” de Washington cuando en realidad, para la embajada, se trataba de frases sueltas extraídas de un informe anual mundial del Departamento de Estado. El despacho indica que el informe es tan rutinario que se llama Notas para el Archivo, o “Background Notes”. Más aún, muy lejos del tono de reproche, el informe sobre Argentina en general había sido positivo y destacaba varios logros del Gobierno, empezando por el fuerte crecimiento económico.
En páginas interiores, Clarín publicó un artículo de su corresponsal en Washington, Ana Barón. Señalaba que era un “informe anual” escrito por “una mano diplomática” y marcaba algunas “advertencias” que aparecerían en el capítulo económico.
“Aunque el informe destacó la naturaleza positiva de la relación entre Estados Unidos y la Argentina y señaló el crecimiento continuado de la Argentina, el diario de mayor circulación, Clarín, caracterizó el informe como una ‘dura advertencia’ al gobierno de Argentina y agregó una columna editorial afirmando que las Notas de Archivo desnudaron las tensiones latentes en la relación”, escribió el embajador.
La obsesión de Wayne –parecía ser– era quedar al margen, al menos, de conflictos que él no buscara. “La edición de la mañana del 18 de diciembre, por ejemplo, llevó un título en letras de molde rojo debajo de la historia principal: ‘Fuerte reclamo de Estados Unidos por tarifas, bonistas y empresas’. Tales titulares de Clarín, muchas veces injustificados, como en este caso, provocan en los Kirchner una reacción pública, que castiga a los Estados Unidos”.
Como justo habría una recepción anual para periodistas por el fin de año, la embajada hizo lo más sencillo en estos casos: informar.
“El embajador revisó el discurso que había preparado para la recepción anual de periodistas por las fiestas (que para mayor conveniencia justo estaba convocada para el mismo día en que salió la historia de Clarín) para incluir frases afirmando que ‘ciertos medios’ habían ‘inventado tensiones’ de las Notas de Archivo, y presentó ejemplos de cómo el informe sobre la economía argentina había sido positivo”, dice el cable. “El embajador Wayne subrayó que la relación bilateral es estable y balanceada pese a los desacuerdos sobre temas específicos que pueden aparecer cada tanto. Dio un fuerte mensaje sobre la importancia de la prensa libre para la democracia. La sección de Asuntos Públicos distribuyó copias de las Notas de Archivo a los periodistas presentes en la recepción, así como un ayudamemoria que describe los elementos positivos del informe, así como su neutralidad.”
Con cien periodistas presentes la noticia se difundió rápido. Pero eso no fue todo. “Funcionarios de prensa de la embajada también llamaron y entregaron en mano el discurso, el ayudamemoria y las Notas de Archivo a voceros de la Casa Rosada y el Ministerio de Relaciones Exteriores, muchos de los cuales estaban acompañando a CFK en Brasil. Prensa de la embajada le mandó el mismo paquete al editor jefe de Clarín, quien en una llamada telefónica para acusar recibo del paquete, preguntó tímidamente si la relación del diario con la embajada seguía intacta. El diario cubrió la declaración del embajador a toda página en la mañana del 17 de diciembre, pero el editor en jefe escribió un editorial defendiendo el artículo del día previo, sugiriendo que la diferencia era más bien semántica: lo que la embajada llama ‘desafíos’ el diario llama ‘tensiones’.”
Al día siguiente del título de Clarín, Kirchner habló en un acto del Frente para la Victoria. En su discurso criticó a Cobos, a Lilita Carrió y a la llamada prensa opositora. Pero no a la embajada. “Kirchner reconoció que había querido criticar el informe, pero dijo que ‘estaba muy enojado con el Departamento de Estado, iba a dedicarle un párrafo entero (de mi discurso a este tema). Pero, embajador, quería ser leal. Sus rápidos reflejos, me ganó de mano, como usted dijo, todo esto fue una fabricación de la prensa”, transcribió, satisfecho, Wayne.
Afirman que un abogado de Clarín y asesor de Elisa Carrió fue informante de la embajada de EE.UU.
Sábado 04 de Diciembre de 2010
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El abogado Juan Félix Marteau fue una de las principales fuentes de información de la embajada de Estados Unidos "para la redacción del cable 1257 sobre lavado de dinero en la Argentina enviado al Departamento de Estado el 1 de diciembre de 2009", según informó el diario Tiempo Argentino.
"Nisman iba a la embajada de Estados Unidos y le decían que había que acusar a Irán"
Así lo afirmó Santiago O'Donnell, el periodista que analizó los cables de la diplomacia estadounidense desclasificados por el sitio Wikileaks. "La Embajada le decía lo que tenía que hacer", agregó.
Santiago O'Donnell, el periodista que analizó los cables de la diplomacia estadounidense desclasificados por el sitio Wikileaks vinculados con la Argentina, aseguró hoy que los documentos secretos "muestran que el fiscal Alberto Nisman iba a la embajada de los Estados Unidos y le decían que había que acusar a Irán" en la investigación del atentado a la AMIA.
"Los cables demuestran que no actuó con independencia de la Embajada de Estados Unidos", sostuvo el autor de "Argenleaks" y "Politleaks" donde publicó, entre otros, los cables referidos a la investigación llevada adelante por Nisman y a su relación con la embajada norteamericana.
"Anticipaba a la Embajada lo que iba a hacer y la Embajada le decía lo que tenía que hacer", afirmó el periodista en declaraciones a radio América, al agregar que (a Nisman) le decían que no podía investigar la pista siria ni la conexión local porque eso iba a distraer, y daba como culpables a los iraníes".
Como anécdota, relató que "en una oportunidad Nisman olvidó avisar que pensaba pedir la detención del ex presidente Carlos Menem y que por ese olvido lo retaron muchísimo", al punto que en tres cables el fiscal "pide perdón y promete que no lo va a volver a hacer".
El periodista precisó que luego de publicar "Argenleaks", fue citado por el fiscal Nisman quien le reconoció que la información que recibía provenía de Jaime Stiusso, quien fuera director general de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia, removido de su cargo en diciembre pasado.
"Me decía que toda la información se la pasaba Stiusso porque era el que tenía contacto con los servicios secretos de Estados Unidos y de Israel", contó O'Donnell al referise a la CIA y al Mossad y agregó: "decía que Stiusso le traía la información en crudo y él veía lo que podía corroborar".
Los cables, que se pueden consultar en el sitio cablegatesearch.net, fueron reconocidos por el gobierno de los Estados Unidos, aunque, dijo O'Donnell, "el único en el mundo que los desmintió fue Sergio Massa (candidato a presidente del Frente Renovador).
"Nunca nadie los desmintió porque son documentos oficiales que hasta la propia embajadora en Argentina en ese momento, Vilma Martínez los reconoció, hasta Hillary Clinton (ex secretaria de Estado) tuvo que pedir perdón por las cosas que decía a los gobiernos", afirmó O'Donnell.
EL PAIS › LA MUERTE DE NISMAN > LA TRAYECTORIA DE ALBERTO NISMAN EN LA JUSTICIA Y SU ACTUACION EN LA CAUSA AMIA
El fiscal, la embajada y los servicios
Nisman tenía 51 años y se desempeñaba en la causa AMIA desde 1997. Los cables diplomáticos revelados por Wikileaks exhibieron su estrecho vínculo con la Embajada de Estados Unidos. El mismo admitió su relación con el ex agente Stiuso.
Alberto Nisman era una persona obsesiva con el orden. Quienes acudían a verlo dicen que jamás veían un papel tirado sobre el escritorio. Jugaba tenis. No fumaba. Se lo veía siempre preocupado por su imagen y hasta acudió a algún tratamiento de belleza. En la familia judicial también se lo conoce como el ex esposo de la jueza de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, con quien tuvo dos hijas mujeres, la más grande de 15 años. Se separaron hace dos años. Luego vivió un tiempo con su madre en una casa del barrio de Núñez y después se mudó a Puerto Madero. Hasta el domingo, ocupó un departamento en el piso 13º de las torres de Le Parc. Tenía 51 años y diez personas de custodia.
Nisman fue convocado en julio de 1997 por el procurador general Nicolás Becerra para sumarse a la investigación por el atentado a la AMIA, ocurrido en 1994. Las innumerables crónicas publicadas hablan una y otra vez de dos datos que marcaron su tarea en la causa en estos años y determinaron la investigación: una “estrechísima” relación con la Embajada de Estados Unidos, lugar en el cual discutía hasta la orientación de sus investigaciones, según lo señalaron las explosivas relevaciones de los cables de Wikileaks. Y su “intensísima” y pública relación con el ahora ex director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) Antonio Jaime Stiuso. Una relación caracterizada como “tan intensa” que el propio Nisman solía decir que se reunían todos los días.
El vínculo con la Embajada de Estados Unidos lo marcan los cables de la diplomacia norteamericana revelados por Wikileaks y destacados por Santiago O’Donnell, periodista de este diario, en los libros Argenleaks y Politileaks. Los cables describen cómo Nisman presentaba a la embajada sus proyectos de medidas en la causa; proyectos que los funcionarios aceptaban o rechazaban. También los cables mencionan varios reportes de la embajada en 2008, cuando el fiscal llegó a pedir disculpas hasta tres veces porque no les anticipó sobre los procesamientos que había ordenado para el ex presidente Carlos Menem, el ex juez federal Juan José Galeano, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, el ex comisario Jorge “Fino” Palacios y el entonces titular de la DAIA, Rubén Beraja. “Los oficiales (norteamericanos) de nuestra Oficina Legal le han recomendado al fiscal Alberto Nisman que se concentre en los que perpetraron el atentado y no en quienes desviaron la investigación”, señaló un cable del 22 de mayo de 2008. “Nisman nuevamente se disculpó (por no haber avisado a la embajada previamente su decisión) y se ofreció a sentarse con el embajador (entonces Earl Anthony Wayne) para discutir los próximos pasos.” “Los detalles de los cargos criminales contra Menem y los otros sospechosos fueron una sorpresa (...) hasta ahora tenía una relación excelente y fluida con Nisman”, detalló la embajada. Con los años, el fiscal no hizo más que dejar rastros de ese tipo de alineamiento. En la colección de cables de la embajada norteamericana en Buenos Aires hay decenas de informes de esas visitas. Desde la embajada no estaban de acuerdo con la pista siria, ni con las investigaciones de la conexión local: sólo querían que no se apartara de la investigación sobre los iraníes y que no diera elementos que pudieran cuestionar esa línea. El 27 de febrero de 2011, los norteamericanos dijeron: “No hay que orientarse a la pista siria ni a la conexión local. Seguir esas pistas podría debilitar el caso internacional en contra de los acusados iraníes”.
El propio Nisman reconoció varias veces cómo intervino en esa trama su relación con Stiuso.
O’Donnell contó que Nisman fue a verlo después de la publicación de su libro para hablarle de “Jaime”. “Me dice que el trabajo está muy bien, pero que toda la información que recibe se la da Stiuso. También lo reconoció en otros lados. Me dijo que toda la información se la pasaba Stiuso porque era el que tenía contacto con los servicios secretos de Estados Unidos y de Israel”, la CIA y el Mossad. Y agregó: “Decía que Stiuso le traía la información en crudo y él veía lo que podía corroborar para convertirlo en prueba”. Y, dijo, Stiuso era un agente muy poderoso.
De Tribunales a la AMIA
Nisman dio sus primeros pasos judiciales en Morón. Era íntimo amigo de Mario Kohan, el juez del Tribunal de Casación de la provincia, muy cercano a Sergio Massa. Estuvo con el juez Juan María Ramos Padilla y con Guillermo Montenegro, cuando el actual ministro de Seguridad de Mauricio Macri fue secretario de juzgado. Luego recaló como secretario del juez Gerardo Larrambebere, que tuvo a cargo el expediente por el ataque del Movimiento Todos por la Patria al cuartel de La Tablada, en la década del ‘80. Los periodistas Felipe Celesia y Pablo Waisberg, contaron que el magistrado le asignó a Nisman la investigación de los casos de Iván Ruiz y José Díaz, brutalmente torturados y vistos por última vez en un Falcon, donde se los llevaron de civil. En el libro explican que el joven secretario y el juez apoyaron la versión oficial del Ejército de que habían muerto en combate. Larrambebere fue denunciado años después por los querellantes del juicio por los crímenes de lesa humanidad en el Hospital Posadas porque “no estaba en condiciones de garantizar imparcialidad”.
Más tarde, Nisman fue fiscal en San Martín. Estuvo como fiscal ante los tribunales orales. Ya en la Justicia Federal porteña, Nicolás Becerra lo convocó en 1997 para sumarse a los dos fiscales que llevaban la causa por el atentado a la AMIA: José Barbaccia y Eamon Mullen. Su incorporación fue un pedido de esos fiscales que ahora están procesados por irregularidades en la investigación. En esa causa, y según detalla el portal de noticias del Ministerio de Justicia, Nisman se abocó a “Brigadas”, la detención de los policías; Barbaccia a la prueba respecto de Carlos Telleldin y Mullen, a la mecánica del atentado. Cuando los dos fiscales fueron apartados, Nisman no sólo no fue apartado o procesado: se quedó en la causa, a cargo de la investigación. Este es uno de los datos que preocuparon a las querellas nucleadas en Memoria Activa y la que representa al Ministerio de Justicia. En los últimos años, el mal manejo de la causa generó varios pedidos de intervención. Memoria Activa pidió el apartamiento del fiscal a la procuradora Alejandra Gils Carbó. Una de las críticas que le hacen es que nunca fue a las audiencias por la causa del encubrimiento, cuando la Cámara le ordenó investigarla. No apeló los sobreseimientos de los acusados, una medida que sólo impulsaron las querellas. Y tampoco avanzó con la investigación del atentado. En 2012, Memoria Activa presentó un informe con el racconto de estos problemas a la Procuraduría. Y a fines de 2013 y en 2014 pidieron directamente que lo sacaran de la unidad especial dedicada a la investigación de la causa. Consideran que Nisman no hizo nada, dicen desde esa agrupación a este diario, y que sólo puso obstáculos. Una integrante de las querellas señala que su intervención se caracterizó por un total desinterés con el avance de la causa, “con falta de compromiso con la verdad absoluta, sin investigar el atentado y no mirar al resto del las causas”.
El presente
Quienes lo veían asiduamente hablan de oscilaciones anímicas, que lo llevaban de momentos de euforia a momentos de depresión, y a algunos querellantes llegó a decirles que atravesaba situaciones de ataques de pánico. El domingo a la mañana quedó en bajar a las once para reunirse con sus custodios. A las dos de la tarde decidieron subir porque no contestaba el celular ni el portero eléctrico. Cuando vieron los diarios tirados en la puerta de la casa comenzaron a preocuparse, porque Nisman era una de esas persona que levantaba los diarios muy temprano. Llamaron a la secretaria de la fiscalía. Ella les dijo que llamaran a la madre, que era quien tenía las llaves del departamento. Llamaron a la madre. La mujer les dijo que fueran a buscarla. La custodia fue a buscarla hasta Núñez y volvió con las llaves. Se sabe a esta altura que la puerta estaba cerrada por dentro.
Esta es una de las formas de terrorismo simbólico y mediático.....ves? ....otra forma de matar, simbólica y mediáticamente.....
Hay un proverbio que dice:
"antes de poner tu lengua en movimiento, por tu cerebro en funcionamiento"
yo agregaría y los dedos también.
Saludos
Albi
Vos tenés una ventaja y es que yo, y la mayoría de los conservadores no somos tan fanáticos e irracionales como los progres estilo Papiyo y vos que desconfian de las noticias según la fuente, en éste caso un diario oficialista como Página 12, entonces el diálogo puede ser más adulto y racional.
Te doy por válido que en ésto Nisman pudo haberse equivocado o mentido, pero todavía falta analizar las escuchas telefónicas que supuestente compromenten al gobierno en un plan de encubrimiento.
LA ALAMEDA DENUNCIA PROSTIBULOS EN 6 DEPARTAMENTOS DE ZAFFARONI
Por el esclarecimiento total de la cuestión
Martes, 9 de agosto de 2011
La Alameda presentó, el pasado 28 de julio, una denuncia en la justicia y una lista de tres prostíbulos, a los que se agregaron tres departamentos donde se ejercería el comercio sexual en condiciones de esclavitud, de mujeres menores de 21 años oriundas de Paraguay y República Dominicana.
Según consta en la presentación, la red prostibularia funciona en departamentos del magistrado Eugenio Zaffaroni (foto). El ministro de la Corte Suprema de Justicia dijo que quienes lo acusan de ser propietario de varios departamentos donde se ejerce la prostitución lo quieren "desequilibrar emocionalmente".
A lo largo de la semana, Zaffaroni admitió ser titular de 15 inmuebles en la ciudad de Buenos Aires, que nunca ocultó en su declaración jurada. Pero sostuvo que los alquila, a través de una inmobiliaria, y no conoce a los inquilinos ni ejerce control de las actividades que se realizan en ninguno de ellos.
Hablamos con Gustavo Vera, titular de La Alameda, quien amplió la denuncia contra el magistrado. Advirtió que podríamos estar ante la presencia de una red de prostitución que opera en los departamentos del magistrado. Hay pruebas presentadas por La Alameda que probarían que “en dos departamentos propiedad de Zaffaroni funcionaban prostíbulos con proxenetismo”. Además La Alameda pide que “se investigue la posible comisión del delito de trata de personas porque en tres de los seis departamentos había migrantes jóvenes de la República Dominicana y de la República de Paraguay”. En relación a la posible implicación del juez de la Corte Suprema, Gustavo Vera afirmó que “Si el Dr Zaffaroni fue engañado brutalmente en su buena fe lo que debe hacer como hombre de derecho es denunciar penalmente a su apoderado que es Ricardo Montivero que es quien manejaba las propiedades y tenía contacto directo con las personas que regenteaban los prostíbulos.”
AUDIO 1 GUSTAVO VERA (Entrevista emitida en Nunca es Tarde por FM