El WSJ sostiene, alarmado, que el Gobierno español aprovechará su turno en la presidencia europea para abolir este acuerdo, lo que aliviaría la presión sobre La Habana por la situación de sus presos políticos, cifrados en más de 200 por fuentes estadounidenses. La ofensiva contra el propio Moratinos es demoledora: “La mejora de relaciones con Castro emprendida por (Barack) Obama -por no mencionar su aperturismo hacia Irán, Burma y ahora Sudán- es pura filosofía moratiniana. Ésta consiste en la creencia de que adular a los dictadores es más rentable que apoyar a los disidentes, y que los tiranos y terroristas son más maleables de lo que sugieren sus brutales actos. Recordemos que Moratinos es un ministro socialista que en el pasado intentó sacar a Hamás de la lista negra de la UE”.
El hecho de que, tras la visita, las autoridades comunistas excarcelasen sin condiciones a dos presos políticos y dejasen en libertad provisional sin fianza al empresario español Pedro Hermosilla sólo tiene una lectura para el WSJ. Moratinos pagó el precio de su liberación al evitar reunirse con la familia de otros prisioneros políticos, con periodistas independientes u organizaciones de derechos humanos. Por ello, “Raúl Castro respondió con el habitual obsequio de los Castro para los buenos invitados: la vida humana. Pero, ¿qué pasa con los 199 restantes?”.
Las críticas del diario estadounidense también apuntan hacia la Unión Europea, porque considera que abolir la posición común de 1996 supondría sólo un cambio superficial, si se tiene en cuenta que la UE eliminó en 2008 las sanciones contra Cuba y que espera entregar este año a La Habana unos 36 millones de euros como “fondos de cooperación”. “La máquina de Castro, que sigue tan represiva como siempre, se beneficia de un favoritismo comercial con la UE y considera al bloque de los 27 como uno de sus más viejos aliados comerciales”, sostiene el WSJ.
No obstante, varios miembros de la UE, como República Checa, Reino Unido, Suecia y Alemania, opondrán resistencia a las intenciones de Moratinos y a su “pasión por el aperturismo”, según augura el diario. “Sea como sea, ha sido un buen año para los autócratas cubanos que buscan la legitimidad internacional mientras niegan los derechos más básicos. Si Moratinos consigue su objetivo, 2010 será aún mejor”, concluye.