El profesor había documentado su visión a principios de los años 60 en un texto académico que fue posteriormente publicado.
Sin embargo, "nadie quiso escuchar, ni siquiera la gente de la compañía telefónica AT&T", asegura.
"Fui a verlos y dijeron que no funcionaría y que, incluso si pudiera funcionar, no querían implicarse en ello". No obstante, el operador porporcionó la infraestructura de red a ARPANET, un proyecto financiado la rama de investigación del Ejército de EEUU.
Los ingenieros comenzaron a introducir el término 'LOG' para entrar en el otro ordenador a distancia, aunque el sistema pero se estrelló poco después de la 'O'.
En el segundo intento, el profesor y su equipo lograron su objetivo y enviaron datos a través de ARPANET. Equipos ubicados en otras dos universidades se construyeron este mismo año, y los investigadores pudieron probar la nueva red de manera constante, comenta Kleinrock.
Para ello, disponían de fondos que provenían la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA), una organización del Departamento de Defensa, establecida en 1958 en respuesta al lanzamiento del Sputnik por la URSS y fiel reflejo de la obsesión estadounidense en su carrera tecnológica con su gran rival en la Guerra Fría.
'Internet estaba allí'
Una serie de "superordenadores" se añadieron a la red a finales de 1980, lo que abrió el camino a otros científicos para integrar aquella creciente comunidad.
"Internet estaba allí, pero el mundo seguía sin saberlo", comenta Kleinrock, y explica que que sólo cuando los sistemas de correo electrónico se instalaron en las empresas el universo de las 'punto.com' esatalló.
En cuanto al "lado oscuro" de la web, Kleinrock se remonta a 1988 con la primera aparición del promer "gusano", seguido por el primer correo electrónico no deseado ('spam'), documentado en abril de 1994.
Ahora, Kleinrock cree que el mundo no ha terminado de desarrollar Internet. "El siguiente paso es llevarlo a en la vida real", imagina el científico. "Internet estará en todas partes. Entraré en una habitación, y la Red sabrá que estoy allí. Y me responderá".
La internet floreció ayudada por la ausencia de regulaciones y consideraciones comerciales que hubieran podido ser un obstáculo.
“A lo largo de buena parte de la historia de la internet, nadie había oído hablar de ella”, expresó Zittrain. “Eso le permitió demostrar su funcionalidad y echar raíces”.
El propio gobierno estadounidense, que costeó las primeras investigaciones como parte de un proyecto militar, no se metió mucho con ella y dejó que los ingenieros promoviesen la idea de una red abierta.