Por Fernán González, Londres | 16/10/2009
Salvo que ocurra un milagro, el cubano Yosvanis Valle será ejecutado por inyección letal en el estado de Texas, el próximo 10 de noviembre. Se le acusa del asesinato de un hombre en 1999, crimen por el que fue condenado a la pena capital en 2001.
Hace cuatro años, Victoria Tavarez, una joven dominicana residente en Italia, lo visitó después de haber intercambiado una copiosa correspondencia con él. A pesar de que nunca han tenido contacto físico, prohibido para los reos en el corredor de la muerte, Victoria y Yosvanis se unieron en un matrimonio religioso el año pasado. Victoria, quien es estudiante de Derecho en la Universidad de Bologna, aceptó contestar mis preguntas sobre Yosvanis.
¿Cómo conoció a Yosvanis?
Lo conocí en 2005. Llevaba ya varios años en el corredor de la muerte. Recibí información a través de una señora de una organización de voluntarios, la Comunidad de San Egidio, que visita los presos en esa situación. Yo le dije que deseaba escribirle a alguien en el corredor de la muerte y me dio varios nombres.
Lo elegí porque es cubano y yo soy dominicana. Pensé que podríamos tener más cosas de qué hablar, además porque él podía escribir en español. Yo no escribo mucho en inglés. Otros también podían escribir en español pero, después de leer sobre él en la página de los presos que están en el corredor de la muerte en Texas, me decidí a escribirle.
¿Reconocen su matrimonio las autoridades penitenciarias?
Nos ha casado un sacerdote que lo conoce de hace mucho tiempo. No estamos legalmente casados porque es muy difícil obtener el permiso en su situación.
Pero ustedes nunca han tenido contacto físico...
Quien está en el corredor de la muerte de Texas no puede tener ninguna clase de contacto físico con nadie, ni con la familia, ni con los propios hijos. Mucho menos pueden tener visitas conyugales. Esto es algo más que hace de la pena de muerte un castigo cruel.
No, no tenemos relaciones íntimas, pero en esta situación la verdad es que yo no siento ni la necesidad. Yo pienso que es como cuando las monjas deciden casarse con Dios y vivir una vida de castidad. Se me hace difícil escribir todo lo que quisiera decir. Lo que puedo decirle es que yo amo a Yosvanis y podría vivir así toda la vida.
¿Qué le atrajo de él?
Su bondad. Parece raro decir esto de una persona en su situación, pero es así. Por ejemplo, él estaba desesperado porque me decía que no sabía cómo demostrar su amor. Él le pidió a su hermano que me comprara el anillo con el dinero que puede utilizar para comer. El hermano decidió comprarlo con su dinero, como regalo de boda, y eso es lo único que puedo decir que ha hecho por Yosvanis. Otra cosa que me encanta es su sensibilidad y que se preocupa más de las personas que quiere que de sí mismo. Es increíble.
¿Cómo se comunica con Yosvanis?
Nos comunicamos a través de cartas, porque no permiten llamadas a las personas que están en el corredor de la muerte. Nos escribimos casi todos los días, sin falta.
¿Cómo es el régimen de visitas?
A él le permiten dos horas de visita por semana, y ocho horas por mes de visitas especiales, que son las que pueden hacer quienes llegan de otro país o estado. Yo lo visito cada tres meses. Lo hago al final de mes, así puedo tomar cuatro días de visita, dos en un mes y dos al principio del otro.
Hablemos de Yosvanis. ¿Cuándo llegó a Estados Unidos?
En 1991. Llegó con sus papeles porque el padre ya vivía en los Estados Unido desde hacía tiempo.
¿Cómo es la relación de Yosvanis con su padre?
La relación con el padre es inexistente. Su padre nunca lo quiso en su casa porque la mujer con la que se había casado no quería a Yosvanis. Así creció, en la calle, conociendo gente de mala vida.
¿Mantiene comunicación con su madre en Cuba?
Él adora a su mamá. Dice siempre que lo único que le importa en esta vida somos ella y yo. Quiere mucho también a su hermano Gabriel (en Estados Unidos), pero él nunca hizo nada por Yosvanis. Ni cuando tenía la oportunidad. Ni siquiera una llamada a esos abogados que nunca hicieron un buen trabajo. Si Yosvanis hubiera podido pagar un abogado, no estaría ahí, se lo garantizo. Estas son cosas que pude leer también en los periódicos de Houston. En Cuba también tiene a su abuela y a una hermana que ahora está embarazada. Ella dice que el bebé se llamará como él.
¿Como era la vida de Yosvanis en Cuba?
Eran muy pobres. Él y su hermano recogían botellas para ayudar a su madre. Ella se juntaba con hombres que los trataban mal. A veces los golpeaban. Yosvanis vio una vez como violaban a su mamá. En Cuba nunca tuvo problemas con la justicia.
¿En qué trabajó cuando llegó a Estados Unidos?
Yosvanis trabajó como carpintero y como cocinero.
¿Cuándo tuvo su primer problema con la justicia en Estados Unidos?
Cuando tenia 17 años, por posesión ilegal de un arma de fuego. Lo juzgaron como mayor de edad y lo condenaron a ocho años de cárcel. Fue en prisión donde se vinculó con una banda.
¿Qué pruebas hay del asesinato por el que se le condenó a la pena de muerte?
No hay ninguna prueba física que lo vincule a ese asesinato. Lo único que tienen en su contra es la palabra de otro miembro de la banda, que fue arrestado por este delito y que negoció con la Fiscalía. Un caso muy raro: lo sentenciaron a ocho años de cárcel.
¿Dónde estaba Yosvanis cuando se cometió ese asesinato?
Estaba en su casa. Allí estaba también la mujer del hombre que lo acusó y que en el proceso testimonió en su contra.
¿Cómo está él en estos momentos?
Yosvanis hasta en este momento se mantiene fuerte. Dice que tiene que ser fuerte por mí, porque no me quiere ver llorar. Yo ya lo conozco y noto el dolor que lleva aunque no quiere que me dé cuenta. Hace unas semanas se le puso la presión (arterial) altísima y tuvieron que llevarlo al médico.
¿Cómo pasa sus días?
Leyendo, ahora está leyendo la Biblia por tercera vez, y escribiendo. Puede recrearse cinco días a la semana durante dos horas. Recrearse quiere decir que lo meten en otra celda más grande donde puede hacer ejercicios y cosas así.
¿Ha cambiado en los años que ha estado en el corredor de la muerte?
La primera vez que fui a visitarlo pude hablar con mucha gente que trabaja ahí y con el cura de la cárcel. Todos me dijeron lo mismo, que había cambiado muchísimo. Incluso renunció a ser miembro de la banda. Usted tiene que saber que también hay bandas en el corredor de la muerte.
¿Hay algo que pueda hacer por Yosvanis?
Los abogados dicen que no hay nada más que apelar. Yo puse una petición en internet y ahora quiero escribirle al gobernador. La verdad es que no sé qué hacer. Además, su familia es como si no existiera. Nunca se dignaron a llamar a sus abogados. La única vez que alguien ha llamado a los abogados fue cuando lo hizo mi mamá. Toda mi familia está en contacto con Yosvanis. Mi hermana siempre lo visita conmigo. Todos aquí lo adoramos.
¿Cuándo será su próxima visita?
Yo tengo reservadas las visitas para el 29 y 30 de este mes, y después iré a visitarlo todas las veces que pueda hasta el día de la ejecución. La verdad es que no sé cómo serán las últimas horas. No sé cómo podré aguantar todo esto. Quien no vive esta situación no puede imaginar la condena que es tener alguien a quien se ama ahí. Yo entraré en la sala de ejecución, y lo único que puedo decir es: que Dios nos ayude.