Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: Derribemos el murro artificial de Cuba
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 17/12/2009 15:01
 
Derribemos el muro
Es tiempo de derribar el muro que separa artificialmente a cubanos y estadounidenses.
 

Por Oscar Espinosa Chepe, La Habana
En los últimos cinco decenios ha existido un muro entre Cuba y Estados Unidos para impedir el contacto entre sus ciudadanos. Un valladar construido por las autoridades de ambas naciones.
 
La Mayor de las Antillas tiene en sus bellezas naturales un importante recurso. Hasta 1959, el turismo se desarrollaba con gran fuerza, pero al triunfar la revolución el arribo de turistas y de proyectos de desarrollo fue paralizado. Las autoridades cubanas consideraron a los visitantes peligrosos transmisores de perturbadoras ideas democráticas. La actividad prácticamente dejó de existir hasta sobrevenir la catastrófica pérdida de subvenciones de la Unión Soviética y sus súbditos después de 1989.
Obligado por las circunstancias, el gobierno cubano tuvo que permitir el turismo en busca de divisas, y estableció operaciones conjuntas con compañías y operadores extranjeros, particularmente españoles. En 2008, Cuba recibió 2,3 millones de turistas, la mayoría de Canadá y Europa, con ingresos por más de 2,3 miles de millones de dólares, transformándose esta actividad en una de sus principales fuentes de divisas. El arribo de visitantes norteamericanos podría ampliarla sustancialmente, pues se estima que durante el primer año llegarían más de un millón, con altos niveles de gastos por visitante.

Como se subrayó en la audiencia efectuada en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de EE UU para considerar la posibilidad de levantar la prohibición de los viajes, el 19 de noviembre pasado, Cuba es el único destino del mundo prohibido para los norteamericanos, quienes pueden ir libremente a Corea del Norte, Irán y Sudán, pero no a un país a 90 millas de sus costas. Ese absurdo prevalece por la presión de un sector minoritario pero poderoso de la comunidad cubano-norteamericana, obsesionado con el derrumbe del castrismo mediante una política fracasada, que no tiene en cuenta que el encuentro de los pueblos mediante la "Política hacia el Este" fue un factor importante en la derrota del totalitarismo en el este de Europa.

Los defensores del aislamiento alegan que el turismo estadounidense aportaría grandes ingresos al régimen, sin considerar la influencia humana y política del intercambio de ideas y la reducción de la hostilidad entre ambos países, lo cual dificultaría sostener la represión contra el pueblo y la teoría del enemigo externo.
Por otra parte, los ingresos turísticos no serían tan elevados como se aduce. Hoy Cuba, sin contar con ese millón de turistas adicionales, importa el 80% de los alimentos consumidos, fundamentalmente de Estados Unidos, por tanto una gran parte de los ingresos generados tendrían que gastarse allí, o invertirse en iniciar reformas internas para incrementar la producción nacional. Asimismo, la infraestructura estatal cubana carece de capacidad para recibir tal volumen de visitantes, por lo que habría que dar mayor participación a la iniciativa privada, mediante alojamiento, servicios de alimentación y otros.

Los adversarios de eliminar la prohibición de los viajes de los norteamericanos alegan que desde hace años canadienses y europeos llegan a la isla, sin que nada cambie. Resulta un análisis simplista.
 
 Nadie espera que la llegada de extranjeros pueda cambiar un gobierno totalitario. Eso solamente puede realizarlo el pueblo cubano. Sin embargo, el turismo abre una ventana a las ideas, y tanto el canadiense como el europeo, a pesar de las tretas de las autoridades para limitar los contactos personales, han contribuido a que nuevas concepciones florezcan. Muchos intelectuales, periodistas y ciudadanos en general, a la vez de percatarse del desastre nacional, charlan con los ciudadanos y, en no pocos casos, visitan a los disidentes, particularmente los españoles, quienes con su solidaridad estimulan a las personas que luchan pacíficamente por una Cuba democrática.

La corriente de amistad alcanzable a través del turismo, tiene todavía mayor importancia cuando se trata de ciudadanos del país considerado el gran enemigo por las autoridades cubanas, poseedor de una cultura coincidente con la nuestra en varios aspectos, y donde reside la mayor comunidad isleña en el exterior. Quizás, la oposición a las visitas a Cuba se deba a  intereses en la Florida y algunas áreas del Caribe, que al cerrarse el turismo a Cuba en los años 60 se beneficiaron, y ahora temen la competencia. Esa posición es completamente adversa a los intereses de los pueblos de ambos lados del Estrecho de la Florida.
Según encuestas recientes, la mayor parte de los cubanoamericanos y norteamericanos favorecen el levantamiento de las prohibiciones de viajar a Cuba. Paralelamente, la abrumadora mayoría del pueblo cubano, incluida la Iglesia Católica, favorece el libre flujo de visitantes.
 
 El mejor ejemplo fue el Concierto por la Paz efectuado en septiembre pasado, donde más de un millón de cubanos disfrutó de ese ejercicio de libertad y vitoreó los llamados a la amistad entre Cuba y Estados Unidos, sin atender a quienes se oponían a su realización, al igual que ahora tratan de impedir el inicio de los contactos entre ambos pueblos.
 
 En la Asamblea General de Naciones Unidas esta política es masivamente condenada todos los años, mientras las más prestigiosas organizaciones internacionales defensoras de los Derechos Humanos la rechazan.
Es tiempo de derribar el muro que separa artificialmente a cubanos y estadounidenses.
 


 



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados