Pentágono respalda a gays en el Ejército
Busca eliminar la política de 'no pregunte, no diga'
El jefe del Estado Mayor Conjunto proclamó que los soldados
no deben ser obligados a "mentir sobre quiénes son''
Llegó el momento de derogar la política de las fuerzas armadas
sobre los homosexuales y de permitir que los soldados abiertamente gay presten
servicio por primera vez en la historia del país, declararon el martes los principales
oficiales militares de la nación
Por ANNE FLAHERTY y ANNE GEARAN
The Associated Press
WASHINGTON --
Llegó el momento de derogar la política de las fuerzas armadas sobre los homosexuales y de permitir que los soldados abiertamente gay presten servicio por primera vez en la historia del país, declararon el martes los principales oficiales militares de la nación. El jefe del Estado Mayor Conjunto proclamó que los soldados no deben ser obligados a "mentir sobre quiénes son''.
Sin embargo, tanto el secretario de Defensa, Robert Gates, como el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, pidieron un año para estudiar las consecuencias del cambio de política antes de que el Congreso derogue la controversial norma.
Revertir la política del Pentágono sobre el tema, que data de hace 17 años, "es un asunto de integridad'' tanto para las fuerzas armadas como institución como para los propios soldados, declaró Mullen en una audiencia en el Senado. Varios senadores republicanos, poco convencidosa, dijeron que se opondrán a cualquier iniciativa legislativa para derogar la medida.
Por su parte, el Pentágono anunció una revisión de 11 meses para determinar cómo puede eliminarse la prohibición, mientras que el presidente Barack Obama ha dicho que trabajará para implementarla. Pero no hay ninguna fecha tope para poner fin a una norma que data de la presidencia de Bill Clinton y que los defensores de los derechos de los homosexuales presionan para eliminar.
Mientras tanto, Gates anunció planes para hacer menos estrictas las normas de cumplimiento de la política, lo que en esencia significa que los homosexuales pueden servir mientras mantengan en privado sus preferencias sexuales.
Obama ha pedido la derogación de la norma pero hizo poco durante su primer año en el cargo para conseguir esa meta. Si triunfa, sería el mayor cambio en la política de personal militar desde la orden ejecutiva del presidente Harry S. Truman en 1948, que eliminó la discriminación racial en las fuerzas armadas.
La homosexualidad nunca se ha tolerado abiertamente en las fuerzas armadas de Estados Unidos y la norma de 1993 fue una solución a medias daca que permitía a los hombres y mujeres gay servir mientras no declararan sus preferencias sexuales. Clinton quiso eliminar la prohibición completamente, pero los militares y muchos legisladores alegaron que afectaría seriamente el orden.
Derogar la medida exige la aprobación del Congreso, algo que no parece nada seguro.
Desde que la norma se estableció las cosas han cambiado mucho. Cinco estados y el Distrito de Columbia han aprobado leyes que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras otros nueve han aprobado derechos similares a las parejas de hecho homosexuales.
La actitud del público sobre los homosexuales y las lesbianas también ha cambiado significativamente. Una encuesta de Pew el año pasado indicó que 59 por ciento de los estadounidenses estaban a favor de permitir que los homosexuales y lesbianas sirvan abiertamente en las fuerzas armadas, en comparación con 52 por ciento en 1994.
El martes, varios senadores demócratas felicitaron a Mullen y Gates por lo que calificaron de postura valiente, pero varios republicanos se expresaron con fuerza contra la idea de una derogación.
Gates fue criticado directamente por republicanos de la Comisión de Servicios Armados del Senado por decir que la revisión debe estudiar cómo eliminar la prohibición, no si se debe hacerlo. El senador John McCain, republicano por Arizona y el legislador de más rango de su partido en el panel, le dijo con frialdad a Gates que estaba desencantado con su posición y sugirió que el Pentágono estaba usurpando la autoridad al Congreso.
"¿Ha sido ideal esta política? No'', dijo McCain. "Pero sí ha sido efectiva''.
Mullen pareció dolido cuando el senador Jeff Sessions, republicano por Alabama, sugirió que el jefe del Estado Mayor Conjunto ya había tomado una decisión sobre el resultado de cualquier estudio al dar a conocer su oposición a la prohibición.
"Esto es un asunto de liderazgo y me lo tomo muy en serio'', le contestó secamente Mullen.
La audiencia del martes le dio a Obama una amplia cobertura sobre un tema social complicado y divisivo por la presión que significa para unas fuerzas armadas formadas por voluntarios que libran dos guerras.
Gates, quien dice que es republicano, es el único miembro del gabinete del ex presidente George W. Bush a quien Obama le pidió que permaneciera en el cargo. Gates tiene reputación de franco y cauteloso. Las palabras de Mullen fueron un apoyo poderoso de un hombre cuidadoso, y su simple apariencia, en uniforme almidonado con cuatro estrellas a la vista, también fue una declaración de principios.
Gates dijo que el cambio era inevitable y pidió un año para estudiar internamente cómo se implementaría.
El secretario de Defensa dijo a los senadores que entendía que cualquier cambio en la ley estaba en sus manos. Pero dejó en claro que cree que es hora de eliminar la norma de 1993 y, por implicación, la prohibición total que lo precedió. Junto a Mullen, eso coloca a la cúpula del Pentágono en posición contraria a los líderes militares de un grado o dos menores, así como con legisladores clave.
"No importa cómo este tema me haga lucir'', dijo Mullen. "No puedo evitar que me preocupe el hecho de que existe una norma que obliga a hombres y mujeres jóvenes a mentir sobre sí mismos para defender a sus conciudadanos''.
Tras señalar que hablaba sólo personalmente y no a nombre de otros jefes de servicios armados, Mullen agregó: "Para mí es un asunto de integridad: la de ellos como individuos y la nuestra como institución''.