El Gobierno, en campaña contra Willermo Fariñas
Guillermo Fariñas en su casa en Santa Clara. )
El gobierno empezó a utilizar este lunes los medios de prensa de la Isla (todos bajo su control) contra el disidente en huelga de hambre y sed Guillermo Fariñas, al que acusa de haber cometido delitos comunes y califica de asalariado de la Sección de Intereses de Estados Unidos, como suele hacer con sus opositores.
En un artículo publicado en el diario Granma, órgano del Partido Comunista, el periodista oficialista Alberto Núñez Betancourt dice que los medios de prensa "occidentales" intentan llamar la atención con una "mentira prefabricada" y deja entrever que el régimen no actuará para evitar que el disidente muera.
"Titulares malintencionados se esmeran en orquestar una campaña en favor del contrarrevolucionario Guillermo Fariñas Hernández, en huelga de hambre, en su casa, en Santa Clara, desde hace 13 días, con la que, según ha declarado, trata de imponer la liberación de más de 20 presos contrarrevolucionarios, sancionados con todas las garantías procesales por nuestros tribunales; por actuar al servicio de intereses extranjeros, contra la independencia y el orden constitucional de nuestro país", afirma Núñez.
Fariñas, psicólogo y periodista independiente, inició su huelga de hambre y sed el pasado 24 de febrero, un día después de la muerte en huelga de hambre del preso de conciencia —reconocido por Amnistía Internacional— Orlando Zapata Tamayo.
Es disidente ha dicho que está dispuesto a llevar su protesta hasta las últimas consecuencias. Pide la excarcelación de al menos 26 presos políticos enfermos.
En su artículo en Granma, Núñez dice que Fariñas transitó de una posición "afín a la revolución a una conducta antisocial" y sugiere que el disidente tiene "desajustes" de personalidad.
Antes de pasar a la oposición, Fariñas fue parte de las tropas cubanas enviadas a la guerra de Angola.
La versión del periodista oficialista acusa al disidente de haber agredido a una funcionaria de Salud en 1995, "ocasionándole múltiples lesiones en el rostro y los brazos". También de golpear, en 2002, en Santa Clara, "con un bastón, a un anciano que había impedido un acto terrorista de un enviado personal del criminal Luis Posada Carriles".
Según Núñez, "los daños en el lesionado provocaron una urgente intervención quirúrgica para extirparle el bazo".
De acuerdo con el artículo, Fariñas habría sido sancionado a 5 años y 10 meses cárcel por ese hecho y excarcelado con licencia extrapenal por motivos de salud en 2003.
Nuñez enumera varias huelgas de hambre realizadas por el opositor y las califica de "show".
Describe a Fariñas como "un asiduo reportero de la infame emisora nombrada Radio Martí y de otras estaciones anticubanas".
"Su hoja de servicios es amplia también en la asistencia a actividades de todo tipo de la SINA y algunas sedes diplomáticas europeas que dirigen la subversión en Cuba, de las que recibe instrucciones, dinero y abastecimientos", dice.
Núñez deja entrever en el artículo que el gobierno no piensa evitar que Fariñas (en libertad condicional actualmente) muera, pasa la responsabilidad sobre su suerte a los opositores, medios de prensa y diplomáticos extranjeros, y presenta su huelga de hambre como un "derecho de los detenidos".
"Existen principios bioéticos que obligan al médico a respetar la decisión de una persona que ha decidido iniciar una huelga de hambre", dice.
"Por tanto, de ningún modo puede forzársele a ingerir alimentos, como hacen cotidianamente las autoridades norteamericanas en las cárceles y centros de tortura de Guantánamo, Abu Ghraib y Bagram, en violación de los derechos de los detenidos", añade.
Según Núñez, "la medicina sólo puede actuar cuando el paciente ha entrado en shock, fase en que como regla resulta tarde, pues el ser humano está en los límites de la supervivencia, lo que se llama punto de no retorno".
El periodista oficialista admite que "como consecuencia de episodios sucesivos de huelgas de hambre, el organismo de Fariñas se encuentra en un proceso de deterioro notable", pero afirma que, si aún vive, es "gracias a la atención médica calificada que ha recibido sin importar su condición de mercenario".
"No es la medicina la que debe resolver el problema intencionalmente creado con el propósito de desacreditar nuestro sistema político, sino el propio paciente y los apátridas, diplomáticos extranjeros y medios de prensa que lo manipulan. Las consecuencias serán de su entera y única responsabilidad", advierte, y agrega que el régimen no aceptará "presiones ni chantajes".
En una carta a Raúl Castro, el viernes, Fariñas dijo haber recibido informaciones, a través de tres ex compañeros del ejército, de que el general ha dado órdenes de dejarle morir.
"Quiero decirle que me considero un auténtico patriota y que reconozco que cuando único fui mercenario, fue al servicio de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y bajo sus órdenes, en África. El hecho de que usted considere que mi muerte es necesaria, para mí constituye un honor", afirma el disidente en la misiva, publicada por el sitio en internet Cuba Nuestra.
"En las actuales circunstancias, por las que pasa mi patria y mis hermanos de lucha le agradezco el permitirme morir ante la opinión pública nacional e internacional, por mis ideas prodemocráticas", añade.
Carta Abierta de Guillermo Fariñas al Gobernante Raúl Castro
Santa Clara 26 de febrero de 2010.
General de Ejército Raúl Castro Ruz. Presidente de los Consejos de Estado y de Ministro de la República de Cuba.
Con Copia:
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba. General de Cuerpo Ejército Abelardo Colomé Ibarra. Ministro del Interior de Cuba.
Señor Presidente:
Como usted lamentó ante medios de prensa extranjeros, el día 23 de febrero del presente año, falleció tras 83 días de Huelga de Hambre Orlando Zapata Tamayo, preso político y de conciencia, reconocido por Amnistía Internacional.
Por las conversaciones que he tenido respecto a esta muerte con los oficiales de la Seguridad del Estado. Estos trataron de justificar la defunción, con que se intentó de hacer todo desde el punto de vista médico y fueron los propios sistemas vitales del organismo, del hoy difunto, los que no resistieron el prolongado ayuno.
De ser esto cierto, usted tiene la posibilidad de demostrar a sus compatriotas y a observadores extranjeros de la realidad de nuestro país, que su gobierno no es esa tan publicitada entidad cruel, inhumana y sanguinaria. Donde suceden constantes golpizas, torturas y vejaciones a la dignidad humana, dentro de las más de 200 prisiones que aquí existen.
En este mismo documento, se le adjunta un listado de prisioneros políticos o de conciencia cubanos, que poseen en la actualidad un grave estado de salud, que pudiera ser letal, si estos reos no son puestos en libertad rápidamente. Dadas las difíciles condiciones alimentarías, higiénicas y en acceso a los medicamentos, que predominan en los contextos penitenciarios.
Si la muerte de Orlando Zapata Tamayo no fue una planificada venganza política, como alegamos sus detractores y nos refutan sus apologistas. Entonces, ordene usted la inmediata liberación de estos muy enfermos reos, pues de hacer lo contrario, correría el riesgo de dejar morir en prisión a otros seres humanos, quienes nunca ejercieron la violencia al criticar a su gobierno.
Ambos tenemos una característica que nos une, somos nacidos en Cuba y por nuestras antagónicas cosmovisiones políticas nos auto consideramos patriotas. Usted del comunismo y yo del anticomunismo, así la Patria debe estar por encima de todo. Nuestro deber patriótico es evitar dolorosas muertes innecesarias, como la ocurrida a Orlando Zapata Tamayo.
Sus voceros políticos justifican la represión de su régimen en nuestra contra, con el peyorativo apelativo de que somos “mercenarios”. Le puntualizo señor presidente, que ningún auténtico mercenario se inmolaría por su patria, como sí lo hizo Orlando Zapata Tamayo.
Y para que quede bien claro, que lo hecho por Orlando Zapata Tamayo, no constituye una rareza entre nosotros sus públicos opositores y que su muerte no ha sido en vano, me declaro en Huelga de Hambre y de Sed, hasta que mis compañeros de luchas e ideas mortalmente enfermos, sean llevados en libertad hasta sus hogares.