La Monstruosidad de los Castro no es Reciente
Fidel con una foto de su hermana Raulita la mujer asesina de playboy
En comentarios políticos de estos últimos tiempos, parece prevalecer el criterio de que es ahora cuando la tiranía de los hermanos Castro en Cuba está produciendo efectos conmovedores e irritantes ante la opinión pública mundial. Es como si que lo que hay ahora fuera algo relativamente nuevo o de muy pocos años, cuando todo lo de ahora tiene sus raíces profundas en el primer momento cuando comenzaron los terribles paredones de fusilamiento a funcionar en toda Cuba, especialmente en La Habana, cuando asumió plenamente el poder público Fidel Castro. Y ya en ese tiempo Fidel tenía, como aliado fundamental, a su hermano Raúl que, como certifican muchos, tenía más formación doctrinaria de carácter marxista-leninista que el propio Fidel.
Es explicable que la brutalidad trasmitida por televisión con que fueron tratadas las “Damas de Blanco” en La Habana haya producido una indignación inmensa porque aquello fue, sin duda alguna, de una brutalidad – en el verdadero sentido del concepto – que tenía que conmover e indignar a toda la gente civilizada, decente y respetuosa de los derechos humanos en el mundo. Y es bueno aclarar que no es la primera vez que esas “Damas de Blanco” fueron maltratadas, aunque sí es la primera vez que lo ocurrido tuvo una divulgación en televisión de carácter mundial.
Esa tiranía, que ya ha cumplido más de cincuenta y un años de terrible vigencia, ha tenido el respaldo de gobiernos de la región cuyos jefes, en una fila casi “mística” acudieron a La Habana a rendirles homenaje por los cincuenta años a Fidel y a su hermano Raúl.
No había excusa alguna para justificar cualquier gesto de simpatía para ellos, mucho menos el que representa la visita personal de jefes de gobierno a quienes han escarnecido y violado todos los derechos humanos contra el pueblo de Cuba. Lo ocurrido ha sido un hecho vergonzoso para los países cuyos gobernantes fueron a La Habana a inclinarse reverentes ante los tiranos cubanos.
La historia de todo este proceso, de todo este calvario sufrido por el pueblo cubano debe ser escrita cuidadosa y honradamente, en forma tal que inspire absoluta confianza. Y se necesita esa habilidad, porque es tan grande la monstruosidad que puede haber muchos que consideren que hubo una exageración. Y no hay exageración alguna en la descripción de esas monstruosidades sufridas por el pueblo cubano en las personas de los fusilados, de los encarcelados, de los despojados de sus bienes y de las demás manifestaciones de su libertad individual y colectiva.