Havana Revisited:
postales antiguas y fotos recientes de la arquitectura habanera
Por SARAH MORENO
Cathryn Griffith viajó por primera vez a Cuba en el 2003 como parte de un grupo de estudiantes de The School of the Museum of Fine Arts en Boston. En su primer recorrido por La Habana, la fotógrafa de Boston, que había estudiado el idioma y la cultura francesa y nunca había sentido curiosidad por el mundo hispano, descubrió que las calles y los edificios de la capital cubana se le parecían a algunas esquinas y avenidas de París.
Sin otra pretensión que capturar recuerdos del viaje, tomó fotografías de los detalles arquitectónicos que la cautivaron. Dos meses después, en un mercado de pulgas de París, encontró varias postales antiguas de La Habana. Como si un río de la memoria la hubiera llevado de una ciudad a otra, nació entonces el proyecto que se materilizó en el libro Havana Revisited: An Architectural Heritage, publicado por W.W. Norton & Company.
Durante seis años, Griffith regresó 14 veces a La Habana para buscar los edificios que aparecían en sus postales y fotografiarlos desde el mismo ángulo en que se mostraban en las imágenes antiguas. Entre tantos libros sobre la capital cubana, Havana Revisited tiene el mérito de comparar el estado actual de los edificios con el que presentaban en el momento en que se publicaron las postales. La colección de la fotógrafa --que suma 600 tarjetas y abarca desde 1900 hasta la década del 1930-- conserva en su mayoría los mensajes del remitente, que podía ser tanto un habanero como un turista.
"Como artista visual, me di cuenta de que era importante documentar cómo se habían conservado algunos edificios de La Habana'', comenta la fotógrafa, que esta noche ofrece una conferencia multimedios sobre su libro y sus viajes a La Habana en el Museo Wolfsonian/FIU, ubicado en la avenida Washington en La Playa.
Como el propósito original de las postales era mostrar los lugares más atractivos de La Habana, el libro de Griffith se enfoca principalmente en la grandiosidad de la arquitectura colonial, que ha sido parte del plan de restauración de La Habana Vieja emprendido por el gobierno.
"Cuando comencé a tirar las fotos, pensé que sería muy interesante que éstas fueran acompañadas de información sobre la fecha en que se construyó el edificio, sus características y el arquitecto que lo diseñó'', cuenta Griffith, que consiguió que Leland Cott --profesor adjunto de la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard y colaborador en el proyecto de restauración de Finca Vigía, la casa del escritor Ernest Hemingway en Cuba-- redactara el texto sobre el Paseo del Prado.
Cott la puso en contacto además con arquitectos y académicos cubanos que han participado en la restauración de edificios habaneros. Fueron ellos quienes escribieron los textos informativos del libro que, junto al extenso índice de edificios que aparece al final, convierten a Havana... en un valioso material de consulta sobre la arquitectura capitalina.
Según cuenta Griffith, la restauración de edificios antiguos tiene para ella un cariz personal, porque la demolición de su casa familiar y de otras construcciones en su pueblo natal, Erie, Pensilvania, la "ha hecho perder 20 años de memorias de su vida''.
Aunque las imágenes de los edificios restaurados de La Habana Vieja no abarcan toda la realidad de la capital, que en su mayoría presenta un panorama de abandono y destrucción, Griffith dice que "no evitó mostrar las ruinas''.
"Algunas fotos del Prado captan muchos edificios que no están en buenas condiciones'', reconoce, explicando que, siempre que encontró una postal que podía comparar el antiguo esplendor de un edificio con su situación actual, la incluyó.
Este es el caso de la antigua residencia del Embajador norteamericano en la Avenida 51, en Marianao, que actualmente sirve de vivienda multifamiliar, y ha perdido la elegante entrada y el jardín. Otra foto muestra los restos del Hotel Trotcha, en la calle Calzada en El Vedado. Del famoso hotel, que a finales del siglo XIX y principios del XX fue favorito de la alta sociedad habanera, sólo queda en pie hoy una parte del salón principal. El resto del terreno está ocupado por un parque de césped.
Para Griffith es importante seguir insistiendo en la conservación de los edificios, por eso su plan inmediato es presentar un video con los testimonios del arquitecto Mario Coyula --colaborador en los textos del libro--, quien habla sobre la necesidad de restaurar el Vedado y otros vecindarios habaneros.*