Por IGNACIO TORRIJOS La gane o no, la Liga se ha rendido a su gigante: Cristiano Ronaldo, futbolista de talla colosal que se ha erguido en el aliento final del campeonato contra todos los retos y todos los obstáculos. En Mallorca arrasó con tres goles, minimizó cualquier oposición, poseyó la noche cuando quiso y a su amparo el Madrid dejó un mensaje de alarma en Barcelona: CR quiere el título. El vértigo se apoderó del partido sin miramientos. Una intensidad sostenida y aumentada en cada trance. No hubo una sola jugada, un solo combate, en los que no se apreciara que ambos equipos necesitaban la victoria. El espíritu contagió al juego, que nació vibrante y creció cada vez más eléctrico. El ansia no perjudicó la calidad. Al contrario, lo mejor del espectáculo fue ver cómo el apremio, en vez de emborronar las jugadas, las subrayaba. La precisión fue vertiginosa. El Madrid tomó el balón, pero toda contra del Mallorca llevaba carga de gol. Los dos goles en la primera parte fueron precedidos de una advertencia. En el minuto 15 avisó Borja Valero, con un tiro que Casillas despejó a córner. Y en el 16 marcó Aduriz. En el 25 avisó Higuaín, parado por Aouate. Y en el 26 marcó Cristiano. Cada tanto tuvo su belleza. El de Aduriz, en un córner, cumplió la estética de la estrategia, una de las armas que distinguen al Mallorca. El de Cristiano fue canónico del fútbol directo, tantas veces difamado y sin embargo espléndido si se ejecuta con el arte necesario. Un balón de Ramos —empeine fetén— sobrevoló el campo ganando la espalda de la defensa roja. CR le dio gol con una carrera asombrosa y un valiente duelo ante un Aouate que salía lanzado para compensar la indecisión que a la postre le costó el empate. El 1-1 afianzó el mando del Madrid, con buenas conexiones en la media y el ataque y la autoridad de Albiol en la defensa, pero el Mallorca, que delineaba relámpagos junto al área a la luz de Borja Valero, exigió del mejor Casillas otras dos paradas con remates de Castro y Aduriz. El partido quedó listo en la segunda parte para las mayores emociones, y las reclamó para sí Cristiano. Cristiano se agigantó más y más. La combinación de voluntad y clase de CR fue titánica, plasmada en un repertorio amplísimo, al que se acogió el Madrid ante un Mallorca desfibrado ya por el cansancio. Cristiano cerró la lucha por el triunfo con otros dos goles, uno de ellos servido de nuevo por Ramos. Su protagonismo fue completo y, desenlace liguero al margen, obligará a replantearse la identidad del mejor jugador del mundo. CR tiene más facetas y más potencial que Messi. El presente volvió a sugerirlo ayer, y él tiene el futuro para demostrarlo. El Madrid fue Cristiano en Mallorca, y eso significa que adopta colectivamente de su figura la estampa de aspirante gigantesco frente al Barça.
Estoy de acuerdo contigo Fernando y el copia y pega si funciona,depende del lugar donde lo copies.. Um abrazo y te voy a quitar los mensajes,para que si tienes tiempo lo pongas de vuelta.
UNO CORTICO........PORQUE YA EL FIN DE SEMANA SE ACERCA DOS CUBANITAS
Dos cubanitas acabadas de llegar de Cuba se matriculan en una clase de Inglés. Una de ellas pide permiso y va al baño.
El profesor le pregunta a la que quedó en el aula: