Estrenan en toda España la esperada 'Madre Amadísima'
Ahora en Cines de España
SINOPSIS: Alfredito tiene cincuenta y seis años. Es un homosexual nacido en pleno franquismo, cuando los homosexuales eran “los mariquitas” para todo el mundo. A través de las anécdotas, el humor, el sentimiento, los desengaños y el sufrimiento, la vida de Alfredito nos conduce por un mundo que nos debe hacer reflexionar y entender cada vez mejor a los que están a nuestro lado; tengan el color, la raza, la religión o la sexualidad que tengan. Es una historia real, basada y pasada por la creación y la ficción.
La directora andaluza Pilar Távora estreno el pasado fin de semana su tercer filme, "Madre Amadísima", una película que adapta un monólogo de Santiago Escalante sobre las vicisitudes de un homosexual de pueblo durante el franquismo y con la que ha querido tender "una alfombra roja en honor al mariquita".
"Es una historia que no estaba contada en el cine y, mejor o peor, ya la hemos contado", explicó la realizadora hoy en Madrid, donde, junto a los actores Ramón Rivero y la también cantante Gala Évora, entre otros, reivindicó a "estos personajes secundarios dentro del colectivo gay".
Estos "mariquitas" mantuvieron la visibilidad y fueron estigmatizados durante una época sin derechos para los homosexuales, pero hoy parecen de nuevo "armarizados" cuando, en el camino hacia la normalización, se impuso un modelo más sobrio y con más aceptación.
"No hemos llegado todavía a la normalización. Porque lo normal es que un mariquita pueda ser como es", sentenció la directora de "Nanas de espinas", que anuncia su película con la frase: "Todos tenemos derecho a nuestra parcela de felicidad, incluso nosotras".
El protagonista de "Madre Amadísima" es Alfredito y su ocupación la de vestir a la Virgen de la iglesia de su pueblo. A ella, "su segunda madre", según la directora, va contándole sus impresiones sobre la vida que le ha tocado vivir en la época de la dictadura, incluido su paso por el servicio militar.
"El tú a tú con las imágenes religiosas es una característica muy andaluza", explicó Távora. "Una gran mayoría (de personas) distingue y para ellas una cosa es la fe y otra muy distinta la institución religiosa. Alfredito tiene una gran proximidad con la Virgen", hasta el punto de decirle: "Tú estás aquí, porque no te puedes ir".
La historia de "Madre Amadísima" arranca en 2008, cuando el protagonista tiene 56 años y explica cómo la vida le condenó, como dice la expresión popular, a vestir santos.
Y así repasa la esencial relación con su madre, interpretada por la cantante de Papá Levante, Gala Évora, el maltrato sufrido por su padre, su vida sentimental clandestina y los dos amigos que encontró en dos entornos hostiles: La Titanlux, en el pueblo, y La Girasol, en la mili.
Para defenderse de lo arquetípico de esta existencia, Távora insistió: "Sí, son etapas muy corrientes, pero porque no es una historia extraordinaria. Es una historia que debe ser muy natural y muy normal cuando mucha gente está identificándose con ella".
La cineasta, que adaptó a García Lorca en su primera película, "Yerma", se topó con la historia de "Madre Amadísima" cuando preparaba un reportaje sobre teatro independiente en Andalucía. Así, entrevistó a Santiago Escalante y al actor que cargaba con el peso del monólogo, Ramón Rivero, que es a su vez el marido del autor.
En ese momento, vio el que sería el argumento de su tercera película. "Yo cuento lo que me duele y este personaje me dolió, porque formaba parte de mis vivencias", reconoció.
"En mi casa, por la profesión de mi padre -el dramaturgo y director teatral, Salvador Távora-, había muchos mariquitas, y quería contar una historia sobre la burla que han sufrido, convertidos en los bufones de las reuniones de señoritos".
Y pese a que sobre las tablas el tono era mayoritariamente cómico, y que Távora contó con Escalante para el guión y Rivero para la interpretación, no pudo evitar cargar las tintas de la tragedia.
"Soy mediterránea, griega y gitana y, por ello, soy mucho más dramática, es una tendencia mía natural", explicó quien, no obstante, mantiene grandes dosis de humor "que hacen la película más creíble".
"Pero en esta película la sonrisa se congela y lleva a la reflexión", concluyó.