El Mundo y la Dictadura de los Castro
Aun cuando no se ha llegado todavía, cual corresponde, a una reacción internacional contra la tiranía totalitaria marxista-leninista de Fidel Castro y de los dos hermanos Castro después, se está observando en distintos países una reacción pública adversa a esa tiranía. Acaba de ocurrir, por ejemplo, en España, que un grupo importante de intelectuales, encabezado por el prestigioso Mario Vargas Llosa, ha condenado a esa tiranía de los Castro, poniendo énfasis en su violación total de los derechos humanos. Como es sabido, esto es algo que lleva ya más de cincuenta y un años cometiendo esa tiranía en múltiples y constantes manifestaciones de crueldad.
Aunque es débil todavía la condena que merece el régimen de los Castro, algo representan a favor de la democracia y de la libertad esas reacciones que se están observando en distintos países contra el régimen de los Castro aun cuando hace unos pocos meses gobernantes latinoamericanos, en vergonzosa romería, llegaron a La Habana a rendirles homenaje de supuesta admiración y respeto al agonizante dictador y a su hermano en ocasión del cincuenta aniversario de su tiranía.
Es de esperarse que esa reacción mundial a favor de la libertad del esclavizado pueblo cubano se incremente adecuadamente. Es decir, que en torno a este empeño se produzcan reacciones sostenidas y doctrinariamente razonadas en distintos países del orbe, denunciando las monstruosidades sufridas por el pueblo cubano durante más de medio siglo.
Hay que poner énfasis en las palabras de Mario Vargas Llosa como vocero de ese grupo de intelectuales, las que condenan – valga repetir el concepto – todo lo que ha sufrido y sigue sufriendo la patria de José Martí esclavizada por el totalitarismo marxista-leninista y las características especiales de su instrumento máximo, Fidel Castro. Vargas Llosa, dirigiéndose al gobierno español pidió “solidaridad para quienes en Cuba piden lo que tienen España y Europa, y no una política de complicidad”. El novelista peruano-español recordó que lo que piden los disidentes cubanos es “democracia, libertad, que se reconozcan unos derechos ciudadanos: el derecho a disentir, a criticar, a organizarse políticamente, a elegir a sus propios gobernantes, a viajar, a trabajar en libertad”. Derechos, dijo Vargas Llosa, “absolutamente elementales, que cuando faltan o se recortan hacen la vida verdaderamente intolerable”.