A 15 años de su partida sigue presente y recordada por todos los que disfrutarón de su arte único,inigualable.
Trabajadora, luchadora... grande entre las grandes. Nacía el mito de La Faraona. Estuvo en el escenario hasta el último minuto
Un dia como hoy 16 de mayo,pero del año 1995 se nos fue para cantarle al todo poderoso La Faraona,una grande del mundo que todos admirabamos y que formo parte de nuestras vidas.
Su mito sigue creciendo cada aniversario de su nacimiento y fallecimiento.
Eterna por siempre Lola Flores , La Faraona universal.
Conocida por todo el mundo, Lola Flores Maria Dolores Flores Ruiz, nace el 21 de Enero de 1923 en Jerez de la Frontera, en el Barrio de San Miguel.
Antes de los doce años ya era reconocida como bailaora en los ambientes artísticos jerezanos. En aquel entonces interpretaba canciones de Concha Piquer y de Estrellita Castro. Aunque muchos creyeron que era de raza gitana, Lola siempre lo negó, aclarando que solamente era andaluza. Por lo visto había posibilidades de que su abuela tuviera raíces gitanas. Con todo, Lola Flores se identificaba plenamente con la música y la cultura de los gitanos andaluces. En 1939, con 16 años, debutó en el Teatro Villamarta de Jerez en el espectáculo Luces de España que encabezaba la pareja de baile formada por Rafael Ortega y Custodia Marchena y el guitarrista Melchor de Marchena. Lola Flores cantaba Bautizá con manzanilla.
Tuvo sus mayores éxitos como pareja artística de Manolo Caracol, con quien trabajó hasta 1951. En 1958 se casó con el guitarrista Antonio González "El Pescaílla", con quien tendría tres hijos: Lolita, Antonio y Rosario. Los tres se dedicarían al mundo de la canción, así como su hermana Carmen Flores. Actuó en el Madison Square Garden de Nueva York, y se recuerda una famosa crítica tras el estreno: «No sabe cantar, no sabe bailar, no se la pierdan».
En 1962 recibió el Lazo de Dama de Isabel la Católica y en 1967 fue premiada con la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes.
Entre 1939 y 1992 apareció en diversas películas en las que solía hacer el papel de gitana. Entre ellas destaca un clásico de los años 40: Embrujo (1947, Carlos Serrano de Osma), drama musical donde acompaña a su pareja sentimental y artística de aquel momento, Manolo Caracol. Entre sus films folclóricos de los años cincuenta destacan Morena clara (1954, Luis Lucía) versionando el célebre film de 1934, y en compañía de Fernando Fernán Gómez, El duende de Jerez (1953) y Maria de la O (1959), que supone su primera película con Antonio González "El Pescaílla". Otras películas recordadas son La hermana San Sulpicio (1962), nueva versión de la que había rodado Imperio Argentina, y los dramas mejicanos La faraona (1955) y Sueños de oro (1958).
Casa Flora (1972, Ramón Fernández) y Una señora estupenda (1972, Julio Coll) son sus dos cintas más salvables en plena época de la comedia española predestape; posteriormente protagonizaría la comedia Juana la loca... de vez en cuando (1983), dando vida a Isabel la católica, Truhanes (1983, Miguel Hermoso) o su participación en la cinta documental rodada para la Expo de Sevilla Sevillanas (1992, Carlos Saura), junto a algunos de los grandes nombres del flamenco en general. De entre su profesión, es muy conocida su amistad con dos artistas folclóricas y actrices cinematográficas, con las que compartió giras musicales por Hispanoamérica: Carmen Sevilla y Paquita Rico, con las que actuó en la película El balcón de la luna (1952, Luis Saslavsky).
Trabajó en TVE hasta el último momentoLola Flores veía venir su final pero eso no la impidió morir con las botas puestas. La más «genial de las artistas» proseguía con las grabaciones en Televisión Española del programa «Ay Lola, Lolita, Lola», del que sólo quedaba un espacio por grabar.
Días antes de que la neumonía la postrara en un cama, La Faraona decía: «Quiero continuar trabajando, no pienso mostrarme como una viejecita de ochenta años. Me gusta la televisión, me encuentro relajada ante las cámaras».
Estaba feliz con su carrera y solo le pedía a Dios que le diera «unos cuantos años más de vida para ver crecer a los nietos». Pero no pudo ser y ella lo sabía. «Sé que llegará un día en el que Dios me diga: "Ea, Lola es tu hora"».
«¡Ay, Lola, cómo te estás quedando!»La última vez que fue a visitarla a su casa Antonio García Yanes, Jefe de la Sección de Cirugía Oncológica del Hospital Gregorio Marañón, Lola estaba hablando delante del espejo y no paraba de murmurar: «¡Ay, Lola, cómo te estás quedando!».
Murió acompañada de todos los suyos. en su residencia de El Lerele el 16 de mayo de 1995 a los 72 años a causa de un cáncer de mama que le había sido diagnosticado en 1972.
«Luchó hasta el último momento, aunque ha sufrido mucho en las últimas horas. Ninguno de sus hijos tuvierón la suerte de que muriera en nuestros brazos. Lo hizo en los de Carmen Mateo, la que que fué su secretaria, su confidente y su amiga desde hace muchísimos años».
Su capilla ardiente quedó instalada en el Centro Cultural de la Villa, actual Teatro Fernán Gómez de Madrid, en la plaza de Colón. En un ataúd abierto y amortajada con una mantilla blanca, fue conducida hasta el Cementerio de la Almudena en Madrid donde sería sepultada. Catorce días después de su muerte, su hijo Antonio Flores fue encontrado muerto en la residencia familiar de "El Lerele". Presumiblemente, la causa de su muerte fue una sobredosis de narcóticos. Fue enterrado junto a su madre.