La revolución cubana es para machos - Cuba Eterna

La revolución es para machos.

El gobierno de Cuba persigue y encarcela a los homosexuales.

Activistas de la isla denuncian que 700 de ellos están en prisión sin haber cometido ningún delito.

El gobierno de Cuba persigue y encarcela a los homosexuales.

Activistas de la isla denuncian que 700 de ellos están en prisión sin haber cometido ningún delito. La zona cercana al Capitolio, en pleno centro de La Habana, tiene fama de ser un lugar frecuentado por los homosexuales, hasta tal punto que el propio Gobierno cubano le reconoció esta característica. Lo hizo a través del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que dirige Mariela Castro, hija del presidente Raúl. Sin embargo, a los jóvenes que se reúnen en ese sitio de poco les sirve el reconocimiento institucional: hace unos dos meses, la policía realizó una redada y se llevó detenidas a 15 personas.

Aspirar al trono de Mister Gay, organizar una fiesta o ir a zonas de 'ambiente' se paga caro en Cuba. Gais, lesbianas y transexuales son perseguidos y encarcelados por el régimen.

Aquella fue la última gran operación policial ordenada por el Gobierno contra el colectivo homosexual. Aliomar Janjaque, un joven periodista al que los medios oficiales tachan de "agente del imperialismo", sabe que no será la última, y teme que le vuelva a tocar sufrirlo en carne propia, dado que es el presidente de la Fundación LGTB Reinaldo Arenas, una asociación considerada contrarrevolucionaria por el Partido Comunista y bautizada así en homenaje al célebre escritor homosexual fallecido en 1990, que también sufrió la persecución del castrismo. "He perdido la cuenta de las veces que he sido detenido o citado en los últimos 12 meses para ser interrogado", asegura Janjaque a interviú desde su domicilio en La Habana, habitualmente controlado por la policía.

La última vez que pisó la comisaría fue a finales de enero, cuando se dirigía a una reunión para planificar el Día Internacional Contra la Homofobia, que pretenden celebrar el próximo 17 de mayo. Durante los interrogatorios, los policías le hicieron escuchar las grabaciones de sus conversaciones telefónicas con otros periodistas extranjeros. Lo soltaron algunas horas después, tras sufrir todo tipo de intimidaciones.
Este disidente todavía tenía fresco el recuerdo de agosto del año pasado, cuando los policías entraron a la casa de otro activista gay, Mario José Delgado, donde preparaban los actos del certamen Mister Gay en La Habana. "Dieron una patada en la puerta, rompieron el ordenador portátil y nos golpearon", dice Janjaque. En efecto, la celebración del concurso estuvo plagada de dificultades: varios de los aspirantes decidieron darse de baja ante el temor a represalias por parte del Gobierno, mientras que el ganador, Rafael Chávez González, fue detenido por la policía poco después de hacerse con el trono. Su paso por comisaría le valió para enterarse de que si quería cumplir su sueño de convertirse en médico debía alejarse de los "contrarrevolucionarios".

Esta fobia oficial a las fiestas homosexuales tiene un antecedente que el director de cine Pedro Almodóvar y la actriz y cantante Bibiana Fernández jamás olvidarán. El 24 de agosto de 1997 se encontraban en la discoteca El Periquitón, donde la policía realizó la mayor redada de su historia contra el colectivo gay. Esa noche, cerca de mil personas fueron detenidas bajo la acusación de participar en una fiesta ilegal. Al día siguiente quedaron en libertad, previo pago de una multa. La fortuna quiso que tanto Almodóvar como Fernández se salvaran de las garras policiales.

Hace algunas semanas, los medios de información vinculados a la disidencia aseguraron que un integrante del Partido Comunista en el municipio de Regla –ubicado en la provincia Ciudad de La Habana– había sido expulsado de esta organización por ser homosexual. Se llama Leandro Alfonso Ramírez, tiene 32 años y había confesado su opción sexual a sus compañeros de trabajo solo unos días antes de que el politburó local ordenara su expulsión. El disidente cubano Rigoberto Cerceller, que lleva 16 años en Madrid, lo sintetiza de la siguiente manera: "Para el régimen, ser gay es considerado como una desviación ideológica".
A Cerceller lo echaron de Cuba por haber participado en una campaña de recolección de firmas para pedir un cambio político, algo garantizado por la propia Constitución. Actualmente coordina la plataforma Cuba Democracia Ya, en la que denuncian la situación que padecen las minorías sexuales en la isla. César Gozá, un homosexual que escapó de La Habana, forma parte de este grupo. Dice que es su manera de seguir rebelándose contra el mismo régimen que le detuvo en cuatro ocasiones "solo por ser gay".

En una ocasión le detuvieron "por estar sentado en un banco de la calle 23 de La Habana". Se le acercó un policía, le dijo que no podía estar allí y Gozá le soltó que la Constitución de su país le garantizaba que podía "transitar libremente por todo el territorio nacional". "Tú eres un maricón de mierda y ahora mismo te vas conmigo a la comisaría", le respondió el agente. Gozá vive ahora en Madrid con su pareja, con la que contrajo matrimonio. Dice que en Cuba, siendo disidente y homosexual, "lo tenía el doble de complicado", y las cifras parecen darle la razón. Un informe de la fundación Reinaldo Arenas sostiene que 4.000 jóvenes del colectivo de gais, lesbianas y transexuales fueron detenidos o multados en La Habana durante 2007 y otros 3.500 en 2008. El análisis sobre lo ocurrido en 2009 aún no está concluido, mientras que en lo que va de 2010, según Janjaque, "se están produciendo más detenciones que en el mismo periodo del año anterior". Por ejemplo, el pasado mes de enero seis jóvenes gais fueron condenados a penas de entre dos y tres años de prisión por "peligrosidad predelictiva", lo que significa que para el gobierno de Raúl Castro son propensos a cometer un delito en el futuro.

La aplicación de esta controvertida ley sustituyó a una medida no menos polémica, puesta en práctica durante los primeros años de la revolución: el internamiento en los campos de concentración denominados Unidades Militares de Ayuda a la Producción. "Allí iban a parar todos los que el régimen consideraba desafectos de ese hombre nuevo que pretendía crear, desde jipis hasta homosexuales", afirma Cerceller.

Actualmente, la cárcel de San José de Las Lajas, donde permanecen los reclusos enfermos de sida, es lo más parecido a aquellos campos. El activista Aliomar Janjaque, que hace algunas semanas realizó una visita a esa prisión, asegura que allí están detenidas cerca de 700 personas "por el simple hecho de ser homosexuales". Sus encarcelamientos se producen basándose en la ley de peligrosidad predelictiva, que, según su propio texto, incluye medidas "terapéuticas", "reeducativas" y de "vigilancia" por los "órganos de la Policía Nacional Revolucionaria".

Estas vulneraciones a los derechos de gais, lesbianas y transexuales son denunciadas en España por Colegas, un colectivo que agrupa a cerca de 1.500 personas. Uno de ellos, el activista Paco Ramírez, se queja de la escasa solidaridad de otros grupos españoles respecto a lo que sucede en la isla. "Muchos se siguen creyendo lo que cuenta Mariela Castro en sus visitas a España", señala.

Precisamente, en noviembre pasado, el Cenesex acusó a Colegas de ser "la punta de lanza de partidos fascistoides y políticas imperiales". Para ella, los homosexuales que denuncian la persecución del régimen son aliados de Obama.