Yoani Sánchez una de los firmantes de la iniciativa
Hace unos días, numerosos activistas de la sociedad civil reaccionaron con madurez a la tramitación en Washington de una ley que autorizaría los viajes de ciudadanos norteamericanos a Cuba. Dichos activistas enviaron una carta al Congreso de Estados Unidos para apoyar la aprobación de tal ley, convencidos de que el respeto "a todos y cada uno" de los derechos humanos "debe ser una prioridad absoluta sobre cualquier decisión política y económica".
La lógica de la carta es aplastante. La defensa de los derechos humanos no ha de ser un mecanismo selectivo, que funcione en dependencia de intereses particulares. El hecho de que en Cuba exista una dictadura que utiliza el dinero de las remesas y del turismo para sostener el aparato represivo, no justifica la limitación del derecho de circulación de los norteamericanos. Y acudir al argumento de la urgencia de otros asuntos domésticos para devaluar este gesto equivale
a levantar suspicacias innecesarias.
Está claro que la libertad de viajes no propiciará la democratización de Cuba, así como el embargo tampoco conseguirá transformar el estatu quo. La solución es mucho más compleja que estos extremos, y los derechos humanos no deberían vincularse a resultados u efectos, sino debatirse en estado puro.
Quienes han sufrido arbitrariedades durante 51 años hacen bien en denunciar, alto y claro, las violaciones en cualquier parte del mundo. Con su carta, este segmento mayoritario de la oposición interna envía a la sociedad cubana y a la comunidad internacional un nítido mensaje: no todo vale. Al asumir que "los derechos se defienden con derechos", los firmantes muestran a una sociedad civil harta de atajos vergonzantes y de politiquería interesada.
La diversidad ideológica y generacional de los firmantes, y su actividad política y ciudadana —cada día más visible, más propositiva—, permiten creer que Cuba está hoy en mejores condiciones para enfrentar la regeneración democrática y canalizar el futuro, una vez finalizada la dictadura.