La mano dura del agua
Calle en Santiago de Cuba.
El papel gaceta en que se anunciaba la pronta rehabilitación del acueducto santiaguero se ha tornado amarillento. Hay quienes aún guardan con celo aquel discurso de Raúl Castro, el 26 de Julio de 2008, donde se comprometía a darle a la ciudad un "moderno sistema de distribución de agua".
El tiempo se encargó de pasarle la cuenta a los obsoletos mecanismos de control de calidad, y hoy el chiste parece tener un matiz dramático: el nuevo guardián de las obras de rehabilitación del acueducto es, ni más ni menos, el ministro de Informática y Telecomunicaciones, Ramiro Valdés.
"Será que ahora el agua va a venir por computadoras", refiere Martha, una cincuentona que en pleno distrito José Martí padece la incompetencia de la gestión de Acueductos y Alcantarillados.
"Primero llenaron la ciudad de huecos, luego los taparon para volver a abrirlos porque había salideros. Ahora tenemos mangueras, pero el agua se pierde cada vez que le da la gana", concluye, junto a la cisterna colectiva.
El José Martí es uno de los repartos más poblados de la ciudad; también aquí se iniciaron las obras de rehabilitación.
"El problema es que faltaba la experiencia que hemos acumulado", se limitó a contestar un funcionario a cargo de la obra, al ser interrogado por DIARIO DE CUBA.
"No debía escasear el agua, debe de ser por culpa de la sequía o del bloqueo", grita con desparpajo un joven mientras comienza a subir hasta su quinto piso con dos cubos de agua a cuestas.
Desde que tomó las riendas del Estado, Raúl Castro ha utilizado los discursos políticos del 26 de Julio para hacer promesas: un vaso de leche a cada cubano, en 2007 en Camaguey; agua para los santiagueros un año después; y abundancia de alimentos para los holguineros, en el 2009.
Como quiera que los asuntos lácteo y alimenticio rayan con lo inverosímil, el General ha enviado a uno de sus más cercanos colaboradores para que, al menos, el acueducto santiaguero acabe siendo realidad.
Al recibir la encomienda del General de Ejército, Ramiro Valdés se encontró de todo. Tras la inmediata sustitución del aparato burocrático-directivo de las entidades a cargo de la rehabilitación, tuvo que importar de otros territorios a dirigentes dispuestos a lidiar con la realidad.
Valdés Menéndez llamó "chapuceros e improvisadores" a quienes tenían bajo su cargo las labores de rehabilitación de redes, y ahora cree que su gestión traerá éxitos.
Pero los problemas están bajo tierra: "Son decenas de kilómetros de tuberías soterradas que han sido conectadas sin un riguroso control de calidad, con el desatino de los cumplimientos de planes y los en saludo a…, es por ello que persisten los salideros", asegura un técnico que pidió no fuera revelada su identidad.
"Y lo más bonito está aún por contestarse; los temas de las tuberías de los barrios no contemplados en la rehabilitación y la situación de las redes domésticas, con más de un siglo en explotación", confirma.
Entre los gastos destinados a la rehabilitación de redes en Santiago de Cuba, la factura para gastos en viviendas es nula. El principal problema que enfrenta la población es que reparar las conexiones domésticas significaría el salario de siete meses de trabajo.
"Cuando las conductoras comiencen a bombear con fuerza, se reventarán todas nuestras tuberías", destacó José, un anciano plomero del reparto Sueño.
"Imagínese usted que un metro de manguera vale cincuenta pesos, y una conexión universal hasta doscientos, eso no lo aguanta nadie", concluye.
Para un santiaguero, reparar las instalaciones hidrosanitarias de su hogar significa comprar las piezas en tiendas en divisas. También puede hacerlo en moneda nacional, pero realizando la conversión con respecto a la moneda libremente convertible.
Por otro lado, cálculos conservadores estiman que las pérdidas por mal manejo de la técnica podrían incrementar los gastos de la rehabilitación del acueducto de Santiago de Cuba en más de un treinta por ciento.
La mala planificación y ejecución del trabajo, al mismo tiempo, no sólo afecta al sector residencial. Un botón serviría de muestra: en la propia planta potabilizadora Quintero 1, una de las más importantes de la ciudad, se han tenido que reparar los filtros a menos de un año de haber sido instalados, pues se montaron de forma inapropiada y sufrieron daños considerables.
Ahora las dilaciones en la ejecución afecta la zona de Boniato, donde el propio Valdés Menéndez tuvo que ordenar coherencia y precisión.
Dengue y verano
Con la llegada del verano, Ramiro Valdés se enfrenta a problemas que no tenía contemplados en su "apretada agenda"; el nivel de infestación de dengue, provocado por la proliferación de focos del mosquito Aedes Aegypti en toda la provincia, y especialmente en el municipio capital, se está tornando incontrolable.
Según información divulgada por la emisora radial CMKC, el nivel de infestación en la ciudad de Santiago ascendió dos puntos porcentuales en lo que va de mes. Entre las causas principales del incremento, se enumeran "los problemas organizativos", así como la presencia de lluvias y los consabidos salideros.
En su más reciente visita de control a Santiago de Cuba, el pasado viernes, el titular del MIC orientó que se debe incrementar el rigor en el enfrentamiento a los focos de infestación. A pesar de que los directivos de Salud Pública esgrimen la falta de personal como principal causa del incremento de focos del Aedes Aegypti, Valdés, también miembro del Buró Político del Partido Comunista, aseguró que "en realidad la plantilla está inflada en más de quinientas personas".
Con un verano que promete ser uno de los más tórridos de los últimos tiempos, el Comandante Ramiro ha recibido una verdadera papa caliente de las manos de Raúl Castro. Ahora le toca soplar o, mejor aún, echarle agua, mucha agua, para que no le queme sus duras manos.