Rentar un celular en Cuba
El menor de mis tres hijos, me pidió la otra noche que le comprara un teléfono celular.
Hay que reconocer que desde el punto de vista técnico se trata de un gran avance de las comunicaciones. Pero desde el punto de vista económico y de accesibilidad para los cubanos, es como rentar un sueño.
Tener algún familiar o amigo en el extranjero que mande un celular no acarrearía muchos problemas, pero activarlo en esta Isla de los absurdos, y que pueda usted disponer de un chip con un número telefónico y contar con las facilidades que el celular le brinda, ahí radica el problema.
A la línea o al número telefónico, si usted es cubano y vive en Cuba, jamás tendrá acceso. Si es extranjero y está de visita o reside en la Isla, deberá presentarse entonces en las oficinas de CUBACEL (Cuba celulares) y previa presentación de su pasaporte, recibirá una atención especializada.
De cumplir usted con este requisito, entonces podrá rentar o comprar un celular. El modelo más económico -según los vendedores- es el Nokia S125, cuyo precio es de $125.00 Si no lo compra lo puede rentar por el precio de $7.00 diarios. El contrato que usted realiza le cuesta $60.00, y deberá dejar como mínimo en depósito para llamadas otros $20.
Por cada minuto de conversación dentro del territorio nacional siempre que sea usted el que llame, se cobran $0.50 el minuto, de día; y $0.40 si es de noche. Si la llamada es al extranjero, el minuto de conversación le costará $2.70 si es a los Estados Unidos, $5.85 a Europa y a México y el Caribe $3.40.
En caso de que fuese usted al que llamaran, tendría que pagar $0.45 si es de día, y $0.36 si es de noche. Todas las llamadas recibidas y realizadas desde su celular se irán descontando del depósito inicial de 20 dólares.
La solicitud de mi pequeño hijo no me detuvo sólo en estas indagaciones, sino en algunas meditaciones.
Técnicos extranjeros, jineteras, algunos funcionarios y gerentes pueden ser vistos con el "aparatico", por lo que muchos piensan que el problema consiste en tener dinero. Miriam, una prostituta con celular, me dijo:
- Tengo celular porque mi 'pepe', que reside en España, me lo paga.
Tener un teléfono celular en Cuba no significa sólo poseer un "aparatico" para escuchar y hablar. El "aparatico" sirve para ser visto por los demás. El poseedor de un celular no habla sólo para que lo escuchen, sino para que lo vean.
Hoy, cualquier equipo electrodoméstico, auto, ropa, joya, computadora (con acceso a Internet o no), teléfono celular que se tenga, indica el estado social de quien lo posea. Esto, que parece algo complicado, tiene explicaciones muy sencillas.
El poseedor de estos diminutos adelantos, nunca los guardan en un bolsillo, portafolio o, sencillamente conversa desde su casa en un lugar adecuado, como la sala o el comedor. No, los dueños de celulares siempre los llevan en un lugar bien visible para los demás, y si están en casa, conversan desde el balcón donde puedan ser vistos por vecinos y transeúntes. Algunos señalan que de no hacerlo así, entonces ser perdería el calificativo de "ser alguien importante".
Quienes, además, tienen carro, circulan por toda la ciudad dando órdenes a subordinados, esposas o amantes sobre qué deben realizar. La ocupación, como es lógico suponer, es un buen pretexto para no recoger a nadie necesitado de trasladarse.
La manera en que estas personas circulan, fundamentalmente por la Quinta Avenida, es todo un estilo. El modo legítimo de usar el celular es colocarlo sobre el hombro y apretarlo con la oreja.
Mi pequeño hijo de 6 años no entendería el por qué no podría tener un teléfono celular, pero llenar su fantasía fue mi propósito. Le compré un celular de juguete, de ésos que cuestan un dólar en las tiendas recaudadoras de divisas. Cuando se lo di, me dijo entre sonrisas:
-¡Papi! ¡éste es el que yo quería! - y me dio un beso.