"Lady Gaga se ha pasado de la raya" - Cuba Eterna

EL VESTIDO DE CARNE QUE LUCIÓ PARA VOGUE Y LOS MTV
PETA asegura que el vestido de carne de Lady GaGa es «ofensivo»

La presidenta de esta organización que defiende el derecho de los animales dice que la cantante

«se ha pasado de la raya»

Lady GaGa se presentó con un vestido de carne cruda en los MTV Video Music Awards.

GaGa apareció primero con un biquini confeccionado con carne de animal para la revista Vogue Hommes Japan y más tarde se presentó con un vestido de chuletas de ternera en los MTV Video Music Awards, en los que ganó ocho premios.
Lo cierto es que Lady GaGa no para de generar polémica con sus estrafalarios vestidos, pero con este último modelito,

la cantante «se ha pasado de la raya».
O al menos eso es lo que dice Ingrid Newkirk, la presidenta de PETA, la asociación que lucha contra el maltrato de los animales,

quien ha aseverado que «llevar un vestido hecho con recortes de vacas muertas es ofensivo».

Pero Lady GaGa jura que no está faltando el respeto a ningún animal ni a ningún vegetariano.
«Sólo estoy defendiendo nuestros derechos y si no luchamos por ellos, vamos a tener menos que un saco de carne y hueso. Y yo no soy un trozo de carne».
Vamos, que sólo lo hace para provocar... como siempre.

Así se hizo el vestido de carne de Lady Gaga

El diseñador Marc Fernandez encargó al carnicero familiar

que le preparara 25 kilos de ternera para su creación

Una imagen de Lady Gaga con un vestido confeccionado

con carne, en la pasada entrega de los MTV Awards.

Lady Gaga dio la nota en la gala de los últimos MTV Awards, no solo por alzarse con ocho premios, entre ellos el de Mejor Canción por «Bad Romance», (tema que se llevó siete estatuillas), sino por el polémico vestido de carne que llevaba, días después de posar para la revista «Vogue» con un vestido de carne. Ahora, la web «En el show» explica cómo se confeccionó ese modelo

.
El diseñador Franc Fernandez fue el responsable de la creación. Acudió al carnicero de toda la vida para que le cortara en filetes 25 kilos de ternera y que recogió la misma mañana de la gala. Fernandez repartió el peso del vestido gracias a un corpiño y se preocupó de que la carne no sangrara ni se corrompiera gracias a que estuvo refrigerada todo el tiempo.

Lady Gaga, la mujer comestible El traje más discreto de Gaga es el de su primera comunión

Gaga, en los MTV Awards

POR ROSA BELMONTE
Esta semana, Lady Gaga pasó el control de seguridad del aeropuerto de Los Ángeles con su larga peluca blanca, medio desnuda y con un gran cinturón del que colgaban unas esposas. Así, nos hemos cerciorado de que las esposas no forman parte de los objetos prohibidos en los aviones. Cualquier otra semana, esta indumentaria habría llamado la atención pero su faceta Mortadelo ya estaba cubierta en los últimos días con el traje de carne que lució en los premios MTV y con las imágenes de cuando la neoyorquina Stefani Germanotta tenía 16 años, cantaba en un club y todavía no pertenecía a la especie de los muy inteligentes mamarrachos Vip. Lady Gaga de normal (o en biquini, como este verano) es Lady Gaga disfrazada. Lo ordinario en ella es transgresión. Como cuando Paco Clavel se presentó en una fiesta de disfraces con traje y corbata. La heredera de Madonna, siempre a la vanguardia, sabe que el mamarrachismo, como todos los ismos, utiliza la provocación como instrumento. Puede parecer que la sociedad ya está curada de espanto y que nada le hace levantar las cejas, pero ahí está Lady Gaga para demostrar que el común de los mortales, o bien no tiene memoria, o bien no tiene ni idea de lo que se ha hecho antes, o bien está encantado con que le repitan las salidas de tono.

Porque en una portada de los Undertones, «All Wrapped Up», aparecía una chica con un vestido de carne y un collar de salchichas («Dressed to grill», se llamaba la fotografía). Y a la artista Jana Stebak ya se le ocurrió un vestido de carne cruda («Flesh Dress for an Albino Anorectic», 1987). Pero sentaba fatal, era como un saco de patatas. El de Lady Gaga está más conseguido. Con su nueva versión de «La mujer comestible» (novela de Margaret Atwood) ha logrado despertar del sopor el ojo saturado del espectador, que por lo general ni conoce a los Undertones ni a Stebak. Después del ensayo del «Vogue» japonés, en cuya portada sólo llevaba un biquini cárnico (quizá para dar una alternativa al Nyotaimori), en la reciente gala de los Premios MTV la cantante se puso el traje de filetes. Lo de menos fueron los ocho premios sino el cambio de vestuario para recogerlos. No actuó. Para dar el cante le bastó con el vestido de carne. Le sueltan unos rottweilers y se la comen enterita. La presidenta de PETA ha dicho que llevar un vestido hecho con recortes de vacas muertas es ofensivo. Mi abuela diría que con la comida no se juega.

Lady Gaga ha apuntado que trataba de demostrar que ella no es un trozo de carne. Lo más divertido del arte moderno es cuando lo explican. También podría haber tomado prestadas las palabras de Orlan para defender el Arte Carnal: «Nuestro cuerpo sólo nos pertenece a nosotros y nadie más tiene el derecho de decirnos cual debe ser nuestra apariencia». Aunque lo de Lady Gaga es de quita y pon, mucho más entretenido. En una entrevista a la MTV, Franc Fernandez, el diseñador del modelo, ha contado que lo hizo con 25 kilos de falda de ternera que su carnicero de toda la vida le sirvió la misma mañana. Siempre en una cámara refrigerada, cosió los filetes en un corpiño, dejó las piezas más finas para los bordes de la falda y ató trozos a los zapatos con el cordón que se usa para los redondos de ternera. También hizo el tocado y el bolso en carne y pedrería. El modelito permaneció refrigerado hasta que Lady Gagá se lo puso al final de la gala para dar la campanada. Y ya hasta la siguiente ocurrencia. Bueno, fue lo de las esposas en el aeropuerto.

El diseñador Franc Fernandez fue el responsable de la creación. Acudió al carnicero de toda la vida para que le cortara en filetes 25 kilos de ternera y que recogió la misma mañana de la gala. Fernandez repartió el peso del vestido gracias a un corpiño y se preocupó de que la carne no sangrara ni se corrompiera gracias a que estuvo refrigerada todo el tiempo.

me parece una pasada y sobre todo una gran extravagancia