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General: MARTHA STRADA UNA LEYENDA ETERNA
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: melaocubano  (Mensaje original) Enviado: 21/09/2010 02:13
   

 
La leyenda viva de Martha Strada
 
 
Por: Raúl Fuillerat Alfonso 
Muchas veces escuchamos hablar de leyendas vivas dentro del mundo del arte. En Cuba hemos tenido la dicha de que han sido muchas, pero hoy quisiera conversar con ustedes acerca de esa mujer enigmática que marcó una época dentro de la historia de la música popular cubana, de una mujer que aún continua siendo una leyenda a pesar de su fallecimiento físico hace apenas dos años y de su retiro de la vida artística hace muchos años más. Vamos a conversar acerca de la primera baladista de Cuba, Martha Strada. 
Martha o la Strada como le continúan diciendo sus seguidores más fieles, estudió canto con la profesora Mariana de Gonitch cursando también estudios de guitarra, lo cual nos evidencia que no es una cantante improvisada, ni que intentó llamar la atención y ganar popularidad a partir de su proyección escénica, porque fue ella indiscutiblemente la iniciadora de un estilo de decir la canción novísimo para su tiempo, donde la sencillez, la ternura y la rudeza al decir se combinaron de una forma mágica para brindar ese producto final, esa imagen única e irrepetible que se llamó Martha Strada. La primerísimo baladista cubana buscó y pudo encontrar una expresión emotiva de lo bello de una forma diferente y es por ello, que definitivamente trasciende su singularidad artística.
Martha Strada, iniciadora del movimiento baladístico en Cuba, nace para el mundo del espectáculo en 1961. En su repertorio inicial estaba el famoso bolero šVanidadš y šAngelitos negrosš, canciones que comenzó a interpretar noche a noche en el Karachi, el sitio donde precisamente se da a conocer, hasta que en 1962 decide entrar de a lleno en el campo de la balada que todavía era un género no muy escuchado en Cuba y lo hace precisamente versionando de una forma muy personal baladas foráneas premiadas en los más importantes Festivales de la canción europea como era el de San Remo, Benidorm y Torre Vieja. La Strada impone con su estilo personalísimo sus versiones de  “Sésamo” Viejo roblee, El ultimo romantico.

Era característico en ella su forma de hacer y de decir no solo la balada sino cualquier otro género que incluía dentro de su repertorio, su voz de timbre cálido y pastoso, su expresión escénica a partir de gestos muy singulares proyectados a partir de esa necesidad de decirnos con sinceridad y de hacer brotar de una forma diferente sus sentimientos, su forma de vestir, la pasión que le ponía a cada interpretación desde el principio hasta el final, incluso, hasta su mirada singular e irrepetible, y por supuesto, su fuerza interpretativa unida a su calidad vocal.

Siempre nos ofrecía en cada una de sus interpretaciones – aún en las grabaciones que escuchábamos por la radio o en la única placa de acetato que logró hacer y mucho más cuando la podíamos apreciar en la televisión o en cualquier espectáculo de teatro o cabaret –un resultado final cuya explicación solo podíamos encontrarla en su emotividad, en ese sentido personal como elemento integrador de una personalidad quizás para muchos llena de misterios pero que en realidad cumplía a cabalidad con el mayor valor que puede tener un comunicador, su autenticidad, en esa combinación que lograba de lo humilde con lo grandilocuente, lo sencillo con la complejidad de su esencia intimista que nos embargaba y nos hacía conmover hasta límites insospechados.  Martha cantaba, “desde dentro”,  por eso, cualquiera que fuera la canción, siempre lograba decirlo,  “a lo Martha Strada”.

Su repertorio se nutrió lo mismo de autores cubanos que de otras latitudes y aún, con aquellos temas que habían sido popularizados por cantantes internacionales, ella les supo dar su toque personal.  Este es el caso de ”La Mamma” de Charles Aznavour, o del “Perdóname mi vida” y el Yo soy aquella” que popularizara el cantante español Ráphael o su absoluto Abrázame fuerte.  No era un estilo creado y esquematizado, instaurado, sino que era ella, diciéndonos todo lo que había dentro de sí misma, y proyectando todo lo que le podía provocar esa música y esos textos. Esa es una de las razones por las cuales se convirtió en una leyenda que ha perdurado hasta nuestros días.

La Strada no se limita solamente a la balada aunque ya estaba siendo reconocida como la primera baladista de Cuba y comienza a incursionar también en el bosa nova, por supuesto interpretando obras clásicas de este género puramente brasileño a su forma y modo de decir. Ella logra colocar  su versión de Río Durero a los primeros planos de la popularidad.

En 1964 año en que comienza a brillar en su mayor esplendor la llamada Década Prodigiosa, Martha incorpora a su repertorio las canciones de Aznavour, entre ellas, “Venecia sin ti” y “La Mamma”, esta última se constituye en una buena clase de actuación unida a la magistral interpretación de la Strada en cada una de sus presentaciones.

Se puede decir que Martha se consolida en 1965 con el éxito de su versión de “Abrázame fuerte”, lo cual Gilberto Blanch en la revista Cinema lo señala como el tema de mayor éxito en este año. A pesar de la difusión, sobre todo en el programa radial de Radio Progreso Nocturno de las versiones originales de muchos temas asumidos por Martha Strada, la forma de ella decirlas llevaron a que en la mayoría de los casos tuvieran mayor aceptación que las originales, y el ejemplo más elocuente fue precisamente este de “Abrázame fuerte”, tema que la identificó durante toda su carrera artística.

Los éxitos de Martha Strada se suceden uno detrás del otro, siempre tenía colocado un tema en la preferencia nacional y así podríamos citar su versión de “Perdóname mi vida”, “Yo soy aquella”, “Venecia sin ti”, “Mis manos en tu cintura”, “Días como hoy”, “Tengo que seguir” y hasta la refrescante Si yo tuviera una escoba, muy popular por aquellos tiempos por algunos grupos de pop y rock, pero que ella la supo decir a su forma y estilo de una manera muy diferente.

Los espectáculos nocturnos de la Habana de los sesenta fueron, entre muchas otras cosas, las baladas de “La Strada”.  Esta afirmación, pensamos, se debió en gran medida, a que esta mujer que canta de un modo diferente, se nos apareció en aquella década prodigiosa de la música, asumiendo la balada de una forma muy peculiar, aportándole características de su propia personalidad y sobre todo su desempeño escénico, complementado por una voz rara, por una proyección mística, y por una forma de decir singular, conformando con esa integridad un fenómeno inusual, que se llamó simplemente así, Martha Strada, pero que siempre, aún sus más fieles seguidores, nos preguntamos: ¿Qué había de diferente en esta mujer que era capaz de cautivar a los más diversos públicos? 
Solo hay una respuesta,originalidad,personalidad,angel escenico y una manera única de interpretar la musica.
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: pura Enviado: 21/09/2010 12:27
 
 
 
Marta-Strada-BRB
 
 
 
 
"Es una contradicción: todo me provoca risa, y a la hora de actuar todo es una tragedia griega. Lo que me gusta es puro drama…"
Marta Strada

Marta Oliva Garrandés Concepción era su nombre, o es; Marta Strada su seudónimo artístico, con el que la recordamos. Nuestra Anna Magnani, según el decir de muchos, nació en 1927 en La Habana y con su primera presentación en público, que la llevó a cantar en la televisión cubana de 1961, comenzó su meteórico ascenso en la escena musical. Un ascenso donde sus manos, la gestualidad explícita en la escena y su peculiar voz de mezzosoprano, se confabularon hasta hacerla acreedora de un muy disputado mote: "La Gran Diva de la Balada Moderna Cubana". Más allá de las posibles candidatas a tan notable epíteto, la Strada hizo época en el cabaret (incluso en el Tropicana), el teatro musical y la bohemia habanera de los años 60 por canciones como Abrázame fuerte, Viento, Venecia y Sésamo. Su único disco, grabado en 1965, la consagró entonces como "la primera baladista de Cuba".

En una entrevista publicada en El Nuevo Herald el 26 de octubre del 2001, la propia Marta recuerda: "Yo entré en el mundo del espectáculo sin proponérmelo. Estudiaba canto con Mariana De Gonich y actuación con Antonia Rey y Andrés Castro por vocación, sin esperar nada, sólo porque me gustaba... Me seleccionaron entre todos los alumnos para aparecer en TV cantando Prisionero... Yo estaba casada con un gran hombre, Raúl Miranda (hermano del famoso deportista Willy Miranda y del legendario periodista Fausto Miranda) y tenía dos niños pequeños. Decía 'yo no puedo dedicarme a cantar', imagínate… Y me di a la tarea de buscar canciones extrañas, diferentes… Mariana, mi maestra rusa me decía que no, que así no se podía cantar. Yo le decía que así es como yo lo siento y no lo puedo hacer de otra forma. Me dejó por incorregible…"

Además de cantante, la Strada sumaba a su notoria personalidad interpretativa la de ser una notable declamadora poética. En su repertorio figuraban siempre versos de los españoles Rafael Alberti y Antonio Machado, y del peruano César Vallejo.

Aunque se mantuvo activa en el mundo del espectáculo, a partir de 1967 su nombre fue gradualmente marginado de la radio y la televisión. "Todo marchó hasta que me vetaron y me sacaron de la radio y la televisión al final de esa década", su carga emotiva y su intención irreverente, junto al hecho de no plegarse ante las normas que exigía la política cultural cubana, opacaron su fama. "Pero tenía gente que me amaba y que, aunque no podía defenderme, sí asistía a los conciertos" que muchas veces se hacían sin promoción, pero que se abarrotaban en La Habana. "Me contrataban de otros países, me veían actuando y hablaban para contratarme y nunca me dejaban salir", recordó Strada en una entrevista de 1992, concedida pocos meses después de solicitar asilo político en Miami. Poco a poco fue desapareciendo de los medios de comunicación cubanos. En 1969, tras interceder ante las autoridades culturales, el director artístico Pepe Coro logró presentarla en el teatro García Lorca a lleno completo. Dos años después Strada participó en 'Los romanos eran así', una producción de Meme Solís para Tropicana. El propio Meme rememora: "Por esos años la juventud cubana nos seguía a todas partes. Marta tenía el carisma que nace con el artista genuino y podía seducir al público hasta los límites que sólo consiguen los cantantes excepcionales."

En 1987 sufrió un accidente automovilístico que le causó una seria fractura en la pierna y le afectó la movilidad. En 1989 y 1991 hizo dos presentaciones en el Teatro Nacional de La Habana, la última de estas, en silla de ruedas. En 1992 viajó a Miami para reencontrarse con uno de sus hijos, que había salido de Cuba en 1980, y a los cinco meses decidió pedir asilo político. En esa ciudad se presentó esporádicamente en centros nocturnos y espectáculos musicales y en 1996 ofreció un gran concierto en el Teatro de Bellas Artes en el que interpretó baladas, boleros y monólogos.

La Strada, notable apodo que nos remite a cierta obra magna de Fellini, falleció el 28 de Febrero del 2005 en Miami, víctima de un paro cardíaco, a los 78 años. No obstante, dicen algunos que saben, reaparece de vez en vez en un peculiar rincón de nuestra geografía.

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: cubanet20 Enviado: 21/09/2010 14:11
                SALUDOS A TODOS LOS QUE NOS LEEN. 
[martha-strada.jpg]
Una foto en su apartamento de Miami...
Sola, pobre, con la compañia de sus animales y viviendo de la ayuda del gobierno de EE.UU. 
,así termino sus dias la que todos llamaban la primera baladista de Cuba
  
MARTHA STRADA 
Querida amiga Pura me sorprendes y la verdad que te tengo que dar las gracias,por haberte molestado en buscar información sobre Martha Strada.
Existe muy poco sobre ella,casi ni fotos tiene, yo la conoci en persona y tuve la fortuna de admirar su arte en varias etapa de su vida.
A pesar que vivio casi toda su vida en Cuba y de ser un idolo para el pueblo cubano,como lo es Rosa Fornes,el gobierno la silencio y casi la mantuvo prisionera de su canto.
 
Lo que sufrio y padecio Martha Strada en Cuba y más tarde en Miami es digno de una pelicula,
si nos asombramos de la vida que soporto el escritor  Reinaldo Arena en Cuba la vida de la "Strada",fué mucho peor.
Logro salir de Cuba ,para Miami ,producto de una operacion que se tenia que hacer en EE.UU.
Aqui estuvo en una silla de ruedas por mucho tiempo y practicamente en el olvido,ya que los exiliados no le perdonarón que vino muy tarde para Miami..
Ella en realidad fue cerrada en Cuba,al tratar por todos los medios de escapar de allá y por su vocabulario en contra del gobierno,sin embargo en Miami no le hicieron el recibimiento que se merecia. Su publico gay y amigos de ella,trataron por todos los medios de ayudarla y de que ocupara el lugar qué se merecia,pero ya no se pudo,habia llegado al exilio muy mayor y enferma.
Yo he admirado y admiro a muchos cantantes muy buenos,pero con Martha Strada, era otra cosa,nunca ha habido,ni habra otra igual.
Murió pobre y sola en un apartamente en Miami  que le pagaba el gobierno de EE.UU. y comiendo de los cupones de alimentos que aquí se le da a las gente muy pobres.
Cuando pienso en ella, me da mucha tristeza por todo lo que le toco vivir y me queda la satisfación de haber disfrutado de su música y de su arte.
Que Díos la tenga en su gloria, a la primera baladista de Cuba; Martha Strada

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: cubanet20 Enviado: 21/09/2010 14:21
Martha Strada prefería las canciones italianas, adaptadas al español, muchas referentes a la naturaleza,
y también declamaba poemas de Rafael Alberti, César Vallejo y Antonio Machado.
 
Martha Strada
 
Debutó en la televisión cubana en 1961, un año después de una exitosa presentación pública con su maestra de piano, Mariana de Gonich. Rápidamente comenzó a recibir ofertas de trabajo en los principales clubes nocturnos de La Habana e incluso en el cabaret Tropicana. Su único disco, grabado en 1965, la consagró entonces como "la primera baladista de Cuba".
 
En una época de fervor revolucionario, la cantante se mantuvo al margen de las actividades políticas organizadas por el naciente régimen castrista y nunca vistió el uniforme verde olivo. Su rebeldía la sumió en el ostracismo.
 
"Me contrataban de otros países, me veían actuando y hablaban para contratarme y nunca me dejaban salir", recordó Strada en la entrevista de 1992, concedida pocos meses después de solicitar asilo político en Miami. Poco a poco fue desapareciendo de los medios de comunicación cubanos. En 1969, tras interceder ante las autoridades culturales, el director artístico Pepe Coro logró presentarla en el teatro García Lorca a lleno completo. Dos años después Strada participó en Los romanos eran así, una producción de Meme Solís para Tropicana.
 
En 1987 sufrió un accidente automovilístico que le causó una seria fractura en la pierna y le afectó la movilidad. En 1989 y 1991 hizo dos presentaciones en el Teatro Nacional de La Habana, la última de estas, en silla de ruedas.
 
En 1992 viajó a Miami para reencontrarse con uno de sus hijos, que había salido de Cuba en 1980, y a los cinco meses decidió pedir asilo político.
 
En la ciudad de Miami se presentó esporádicamente en centros nocturnos. En 1996 ofreció un gran concierto en el Teatro de Bellas Artes.


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