Armando Christian Pérez es el nombre que recibió el rapero cubano americano al nacer, conocido en el mundo artístico como Pitbull.
Mirada incisiva. Ademanes y lenguaje que proyectan audacia integran el conjunto de su imagen, así como la letras de las canciones en las que aborda una perspectiva de la vida al descubierto.
Sin embargo, ya sea por la madurez que le ha ido llegando con el tiempo o por la oportunidad de apreciar en su hacer que el camino se lo va definiendo cada cual con sus propias actitudes, Pitbull encuentra en sus 29 años los argumentos suficientes para advertir a los jóvenes que “no se dejen abrumar por espejismos y rechacen la ignorancia”.
“Cuando un muchacho no está al tanto de lo que ocurre a su alrededor, tampoco estará preparado para comprender el mundo. Y aunque tenga a su alcance toda la tecnología y los recursos, se perderá, sobre todo cuando tenga que enfrentar la vida por sí solo.”
Estas son las cosas en las que Pitbull se enfoca cuando llama a sus admiradores a convertirse en agentes de cambio.
En fecha reciente decidió asumir públicamente esta responsabilidad cuando acudió al recinto InterAmerican de Miami Dade College para entregar el premio nacional Agentes de Cambio, patrocinado por el MTV Canal Tr3s, que obtuvo José Salcedo, al frente de un proyecto sobre igualdad de derecho entre estudiantes sea cual fuere su origen.
Sobre los jóvenes inmigrantes Pitbull aseguraba que “muchas veces, el ansia que traen de absorber conocimientos es precisamente lo que les abre las puertas. En mi caso personal, mi abuela, mi mamá, mi tía, todas me decían, aquí la libertad te permite llegar a donde quieras, siempre y cuando vayas por buenos caminos. Eso es lo que cada día debemos repetirnos”.
Estos días Pitbull se prepara para el lanzamiento de un nuevo álbum que lleva como título Armando. Ese era uno de los nombres de mi padre. Se llamaba José Antonio Armando Pérez Torres. Es un homenaje a él. Para mi es de cierta forma un escape, porque mi padre a donde quiera que llegaba llevaba consigo la alegría y eso yo lo quiero reflejar en el disco”, comentaba. Un mensaje para el que tiene el peso del estatus migratorio. Para el que se siente agobiado por problemas económicos.
“Él siempre miraba (hacia) adelante”, agregaba. “Le veía solución a los problemas. Por eso el disco comienza con una rumba que es la máxima expresión de alegría en una fiesta cubana. También contiene mambo, música tecno, hip hop, de todo un poco, en las diez canciones que lo integran y el a*compañamiento de buenos amigos de las dos culturas que represento y que también me hacen ser de todo un poco”.
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