'Es totalmente ridículo tratar a un perro como a un humano'
Piero Menor I Beatriz García | Miami
César Millán, o lo que es lo mismo 'El encantador de perros', se ha convertido en todo un símbolo de la cultura canina. Y no sólo eso, también es un claro ejemplo del sueño americano. "Bueno, soy muy trabajador. He llegado a donde estoy a base de esfuerzo y sacrificio", asegura.
Millán cruzó la frontera de México de forma ilegal hace 21 años y llegó a Estados Unidos sin saber ni una palabra de inglés. En sus comienzos, durmió debajo de las autopistas y sobrevivió gracias a que podía "comer por dos dólares en el '7 Eleven'". Pronto comenzó a trabajar en una tienda de animales, en la que se encargaba de cuidar a los perros más agresivos.
Jada Pinkett Smith -mujer de Will Smith-, para la que Millán lavaba coches, se convirtió en una de sus primeras clientas y seguidoras y llegó a ponerle un profesor de inglés. El resto es una historia de perseverancia e ilusión. "Yo tenía muy claro cuál era mi sueño. Y le dije a mi madre en México que me iba porque quería ser el mejor entrenador de perros del mundo".
'El encantador de perros', que visitó Miami para presentar su último libro (Cesar's rules), es un tipo cercano y simpático que escucha con atención las preguntas de sus fans. César les explica que para que un perro sea feliz sólo necesita "comida, ejercicio, disciplina y afecto. Lo demás sobra, es para satisfacer al dueño. Tratar a un perro como a un humano es ridículo".
A Millán le gusta bromear sobre el modo en el que en Estados Unidos se trata a los perros. "Los problemas de los perros estadounidenses son psicológicos y eso que aquí los perros dominan a sus dueños. Incluso el perro del presidente Obama va por delante y tira de él cuando lo lleva con correa. Un perro domina al presidente de la nación más poderosa", dice, riendo. "En México es distinto. Allí les preocupa más qué van a comer hoy".
Sin embargo, Millán insiste en que nunca es tarde para educar a tu perro. "Es más fácil cuando son cachorros, pero se puede 'reeducar' aunque sean mayores. Yo lo hice con un perro de Oprah Winfrey que tenía 11 años". Eso sí, insiste, "que nadie piense que te entiende cuando le hablas. Ese es el error más común".
Los perros que están ansiosos cuando se quedan solos tienden a mostrar una conducta 'pesimista', según un estudio de la Universidad de Bristol en Reino Unido que se publica en la revista 'Current Biology'.
Según explica Mike Mendl, responsable del estudio, "todos tendemos a pensar que nuestras mascotas y otros animales experimentan emociones similares a las nuestras pero no tenemos forma de saberlo de forma directa porque las emociones son esencialmente privadas. Sin embargo, hemos utilizado descubrimientos de la investigación en psicología humana para desarrollar nuevas vías de medir la emoción animal".
El investigador señala que el estado emocional de una persona afecta a sus juicios y que la gente feliz es más propensa a juzgar una situación ambigua de forma más positiva. "Lo que nuestro estudio muestra es que esto se aplica a los perros. Un perro que ve el vaso medio lleno es menos propenso a estar ansioso cuando se le deja solo que uno con una naturaleza más pesimista", añade Mendl.
'Pesimistas' vs 'optimistas' Para estudiar las decisiones 'pesimistas' u 'optimistas', los investigadores enseñaron a perros de dos centros británicos de acogida que cuando se colocaba un tazón en una localización de la habitación (posición 'positiva') que contenía comida. Cuando se situaba en otra parte (posición 'negativa') estaba vacío. El tazón se situó en posiciones ambiguas entre las localizaciones positiva y negativa.
"Los perros que corrían más rápido a estas localizaciones ambiguas, como si esperaran encontrar la comida, eran clasificados como relativamente 'optimistas'. Además, estos perros tendían a ser los que también mostraban una conducta menos ansiosa cuando se quedaban solos durante un corto tiempo", explica Mendl.
El investigador indica que alrededor de la mitad de los perros en algún momento podrían mostrar estas conductas asociadas a la separación (orinando, ladrando y destruyendo objetos de la casa) cuando se separan de sus amos. "Nuestro estudio sugiere que los perros que muestran estas conductas también parecen desarrollar juicios más pesimistas de forma general".