Ya se había observado el comportamiento homosexual del pingüino emperador macho en los zoos. Ahora, un nuevo estudio publicado en Ethology, asegura que éste también se produce en estado salvaje. «Más de un cuarto de la colonia analizada en la Antártida eran parejas del mismo sexo, la mayoría de ellas formadas por dos machos», asegura Stephen Dobson, uno de los autores.
En el pasado se pensaba que los pingüinos, al parecerse unos a otros, no se distinguían entre sí. Sin embargo, la soledad es la responsable de los emparejamientos gays, según Stephen Dobson. «No había suficientes hembras en la colonia y los niveles de testosterona de los machos eran muy altos, de modo que en la época de apareamiento buscaban, incluso, a otros machos».
Durante la investigación los científicos se encontraron con un número menor al esperado de parejas gays. «El vínculo creado por los machos era más corto que el de una relación convencional. Y ésta no seguía los pasos imprescindibles», relata Dobson. Sólo dos de las parejas gays examinadas aprendieron a llamarse la una a la otra de manera correcta. Más tarde, los cuatro machos fueron contemplados compartiendo nido con hembras. Las uniones lésbicas, por su parte, rompían cuando alguna de las integrantes decidía buscar a un compañero con el que convertirse en madre.
ALGO HABITUAL
En 2005 saltaba a la fama el Zoo am Meer. Los cuidadores del centro alemán registraron la cópula de tres parejas de pingüinos machos y cómo éstas insistían en empollar piedras. Para averiguar si sus ejemplares eran «realmente» gays, los responsables introdujeron a cuatro hembras suecas en el mismo espacio. Tiempo después, una de las parejas gays adoptó a un pollo cuyo huevo fue abandonado por sus padres biológicos.
Se estima que alrededor de 1.500 especies animales muestran una tendencia homosexual (osos, salmones y más de 130 especies de aves, entre ellas los búhos, por ejemplo). La necesidad de establecer una posición de dominio (chimpancés pigmeos o bonobos) o de sacar adelante a las crías (albatros) podrían explicarla, según el profesor Stuart West.