Por Rosalina Marrero Rodríguez
Ricky Martin siempre supo que era gay. Lo comenzó a experimentar desde su adolescencia cuando se intimidaba ante sus amigos por ser virgen. Y aunque su primer encuentro sexual fue con una mujer, en su autobiografía Yo confiesa sin tapujos que son los hombres los que le despiertan su instinto animal.
“Desde que tengo recuerdo, he sentido una atracción muy fuerte por otros hombres y, aunque puedo decir que también he llegado a sentir mucha atracción y mucha química con mujeres, es el hombre el que en las últimas despierta en mí lo instintivo, lo animal”, revela en el octavo (Mi momento) de nueve capítulos contenidos en el libro que dedica a sus hijos, Matteo y Valentino.
Pero, llegar al punto de hablar abiertamente sobre su sexualidad no fue fácil. “En el fondo, yo siempre he sabido que soy gay, sin embargo, me pasé años y años tratando de ocultármelo a mí mismo”, admite.
El temor a ser rechazado y siendo más joven, a que su destape marcara el fin de su carrera, era lo que le impedía decir su verdad, a pesar de contar con el apoyo de su familia y amigos. “Socialmente hay tantos prejuicios en contra de los homosexuales que yo pensaba que nadie me iba a comprender, que iba a ser rechazado, pues ésos son los códigos que escuché y aprendí de la infancia. Así que desde mi adolescencia, cuando primero se me despertaron estos deseos, tuve que lidiar con ese gran conflicto entre mis emociones y mis pensamientos”, dice quien escogió un pensamiento de Mahatma Gandhi para introducir su vida.
Su imagen de símbolo sexual también lo frenaba. Y lo sufrió intensamente. Narra que tuvo muchas noches en las que el mundo se le caía encima. Pero el momento llegó. Ya había entrado en los 30 cuando comenzó a sentirse cómodo con su sexualidad, no obstante, admite que le gustaba el “picante” que le inyectaba el tener que disfrutarse el amor a escondidas.
No sabía cómo lo diría, pero lo quería decir, así que poco a poco fue soltando la cuerda. El provocador vídeo que introducía su concierto Blanco y negro en el que aparecía con palabras pintadas en su cuerpo como “acéptate” y “descúbrete”, fue el comienzo de su salida del clóset.
Mas fue el nacimiento de sus hijos Matteo y Valentino el impulso definitivo. “Cuando por primera vez los tuve entre mis brazos, no sólo comprendí lo bella y sencilla que puede ser la vida, sino que sentí la necesidad de ser transparente con ellos”, relata quien asimismo establece el compromiso que ha asumido en defender los derechos humanos de los homosexuales, lesbianas y transgéneros. Rechaza palabras discriminatorias como “maricón”, “puto” y “pato”.
Narra su salida del clóset por Twitter
Una narración que resulta simpática, pero a la vez muy emotiva, es la que hace de los momentos que antecedieron y sucedieron a la publicación de la carta en la que anunció su homosexualidad. Ocurrió el pasado abril y su medio fue la red social Twitter, la que define como su herramienta soñada.
Comenta que tan pronto oprimió el botón de “send”, cerró la computadora y se fue a su cuarto a dormir por media hora, pero la curiosidad “mató al gato”. Seguido llamó a una amiga y le pidió que entrara en su cuenta en Twitter y le dijera lo qué estaba pasando. Entonces experimentó otro alivio. “Me dijo: Kiki, es puro amor…”, recuerda quien no esperaba una respuesta negativa.
“Entonces todo ese miedo que yo tenía, el miedo que tienen muchas personas a la hora de salir del clóset, estaba sólo en mi cabeza. Sé que tal vez éste no sea el caso de otras personas cuando deciden hacerlo –hay quienes se encuentran con una barrera dolorosa de incomprensión y de rechazo- pero diré que mi propia experiencia no fue sino positiva y fortalecedora”, expresa.
El astro boricua, que el 13 de noviembre firmará su autobiografía en Borders en Plaza Las Américas, habría querido sincerarse públicamente mucho antes, pero no estaba listo. Por eso se le puso la vista borrosa y se le aceleró el corazón cuando la periodista estadounidense Barbara Walters le preguntó sobre su homosexualidad en pleno despunte internacional con la canción Livin’ la vida loca.
“Años después, Barbara reconoció que tal vez no debió hacerme esa pregunta y que se arrepiente de haberlo hecho. Aunque lo pasado ya pasó, la verdad es que yo le agradezco profundamente el gesto, pues para mí hoy en día significa mucho que ella entienda que en ese momento yo simplemente no estaba listo”, afirma.
Dicha su verdad, se siente liberado. Le importa la opinión de los demás sobre su persona, pero no permite que lo haga sentir más o menos de lo que es.
“Una de las cosas que me ha traído esta experiencia es el caluroso contacto con mi gente”, destaca el artista, en cuyo hogar el tema del sexo era un tabú, como ocurre entre muchas familias.
Amó a Rebeca
Ricky Martin no se convirtió en homosexual, lo es, pero lo que no sabría responder es cuándo se convirtió en heterosexual. Y es que el filántropo tuvo relaciones con mujeres. La primera relación con una chica fue resultado de la presión de grupo.
“Era una chica muy linda y me gustaba, pero la verdad es que no había nada de intimidad o de cariño entre nosotros, y creo que por eso no fue una experiencia especial. ¿Esto es todo? ¿Esto es de lo que habla todo el mundo? ¡Uf, esto es fatal!”, pensó entonces.
Una mujer que lo llegó a conquistar fue la presentadora mexicana Rebeca de Alba, cuyo nombre no aparece, pero se reconoce cuando habla de ella. La llama su “Coco Channel/ Brigitte Bardot”.
“Estar con ella siempre me daba mucha paz. Nuestra relación era de mucho amor, mucha atracción y cuando estaba con ella, me sentía seguro”, confiesa, para más adelante apuntar que la amó y se sintió amado.
Su separación inició una etapa de descontrol en su vida, pero su carrera, al unísono, seguía en ascenso, lo que le generaba más presión. Fue cuando empezó una búsqueda más profunda de su espiritualidad y se tomó un tiempo para hacer las cosas que comúnmente no hacía. Desde quedarse en pijamas todo el día hasta atravesar Estados Unidos en guagua con sus amigos y acampar”.
Llegó la paternidad
El llamado “Baby Wave”, sobreviviente más joven del tsunami en Tailandia, y el embarazo de su amiga y terapeuta física, alimentaron su deseo de ser papá. “Era algo que yo sentía que necesitaba, algo que deseaba hacer con locura y por lo tanto, iba a empezar a buscar la mejor manera de hacerlo realidad”, indica.
Tras analizar varias alternativas, entendió que la maternidad subrogada era su mejor opción. Sin embargo advierte que no es un defensor de ese método. “Ya yo sabía que no iba a fundar una familia con una mujer y como tampoco quería esperar a encontrar al amor de mi vida antes de tener hijos, pues decidí que ésta era la mejor opción para mí”, señala.
Cuando se lo dijo a su mamá, le pareció que estaba hablando de una película del futuro, pero después de escucharlo, lo felicitó.
“Yo quise hacerlo a través de una agencia que se dedicara a esto y, obviamente quería un abogado especializado en el tema que me pudiera guiar a lo largo de todo el proceso”, precisa antes de explicar el proceso. Su contacto físico con la madre fue ninguno, únicamente por Internet. Así lo escogió.
La madre ya había pasado por el proceso y si él quisiera tener más hijos, la volvería a buscar.
A las doce semanas del embarazo, supo que serían mellizos. “Ya estaba ilusionado ante la perspectiva de tener un hijo, pero dos… fue terriblemente emocionante”, rememora.
Ricky Martin estuvo en el hospital al momento del nacimiento de sus hijo, quienes llegaron al mundo por cesárea. El cantante se emocionó, pero no lloró.
Cuenta que durante las primeras semanas estaba obsesionado con sus hijos y no dormía.
El artista es consciente de las opiniones a favor y en contra sobre la forma en que escogió ser papá y de que llegará el momento de explicarle a Matteo y Valentino, pero está listo.
Les dirá: “Yo los quería tanto y tanto, que, con la ayuda de Dios, hice todo lo que fue necesario para que ustedes llegaran a mi vida”.
El texto, que tendrá versiones en inglés y español, recoge además sus comienzos en la música (usaba una cuchara de palo como micrófono); su paso por Menudo (experiencia que describe como una familia); su éxito como solista en el escenario mundial; su labor filantrópica y cómo identificó la lucha contra la trata humana como su misión; y su espiritualidad.
En muchas ocasiones usa expresiones muy boricuas como “se vendían como pan caliente” y en general, un lenguaje sencillo, fácil de leer.
Menciona que Life no está entre sus discos favoritos y que la canción que mejor lo define es Asignatura pendiente.
El libro cierra con el capítulo titulado Adelante. En este expresa cómo la escritura de su vida lo hizo enamorarse de su historia.
“Pienso que todos deben aceptar la vida que les tocó. Eso no quiere decir que no deben tratar de vivirla de la forma más plena que quieren, pero en últimas, lo que realmente importa es aceptarse, amarse, ser feliz y hacer el bien”, es una de las reflexiones finales que hace la megaestrella sobre su mejor producción: su vida.
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