Marco Rubio se convierte en el primer senador
de origen cubano de Miami
Con su familia
Por GERARDO REYES
Con emotivas invocaciones a Dios y orgulloso de sus padres exiliados, el primer senador cubanoamericano nacido en Miami, Marcos Rubio, advirtió a su partido que la victoria electoral del martes es una segunda oportunidad para cumplir con las promesas que quedaron en el aire.
"Cometeríamos un gran error si pensamos que los resultados de las votaciones de esta noche son una acogida a los republicanos. Lo que son es una segunda oportunidad para que los republicanos sean lo que dijeron que iban a ser no hace mucho tiempo', afirmó Rubio en su discurso de victoria.
Rubio, un favorito del movimiento Tea Party que empezó su meteórica carrera política como comisionado de West Miami, dijo que nunca renunciará a su condición de hijo de un cantinero y una camarera.
"No importa a donde llegue o qué título puedo alcanzar, siempre voy a ser el hijo de exiliados y siempre voy a ser el heredero de dos generaciones de sueños incumplidos', agregó.
En una espontánea intervención, el flamante senador que sedujo a miles de votantes con su promesa de poner en orden las finanzas de Estados Unidos y mostrar mano dura con el gobierno de Cuba, se comprometió a trabajar en Washington para garantizar un futuro más promisorio a las próximas generaciones.
"Esta contienda es sobre el futuro de este país, y cómo va a ser cuando nuestros hijos tengan nuestra edad', dijo Rubio junto a su esposa de origen colombiano y sus cuatro hijos.
En una de las contiendas electorales de medio término más caldeadas de la historia de Estados Unidos, el triunfo de Rubio se sumó a una arrasadora victoria republicana que reconquistó la mayoría de la Cámara de Representantes y recuperó gobernaciones y escaños estatales claves en todo el país.
En esa ola también resultó ganador un gran amigo personal y político de Rubio, David Rivera, quien obtuvo un escaño en la Cámara de Representantes al derrotar al candidato demócrata Joe García en la batalla por el Distrito 25.
Más de 300 periodistas extranjeros y nacionales se agolparon en las instalaciones del Hotel Biltmore para reportar la victoria de Rubio, anunciada a las 8 de la noche en una pantalla gigante de una plaza del tradicional hotel de Coral Gables.
Rubio, de 39 años, fue presentado a sus seguidores por Rivera, quien se refirió al nuevo senador como "el tipo de líder de principios que necesitamos para retomar a Estados Unidos y los valores americanos'.
Decenas de seguidores cubanoamericanos acudieron al lugar para celebrar la victoria de ambos políticos.
"Siendo un hombre tan grande como es, es un hombre sencillo, soy cristiano y el representa lo que es la cristiandad', dijo Jesús Suárez refiriéndose a Rubio. Suárez vestía con un sombrero que decía: "2012 Pennsylvania Avenue'.
"Esta es la dirección de la Casa Blanca, yo creo que el próximo presidente de Estados Unidos es nuestro joven senador', agregó Suárez mientras una orquesta interpretaba música latina.
Rubio derrotó al gobernador Charlie Crist y así toma la silla que dejó vacante su correligionario, el también cubanoamericano Mel Martínez, de Orlando, en agosto del 2009.
Temporalmente, el escaño estuvo ocupado durante estos meses por George LeMieux.
Para muchos, la lección a boca de urna de la jornada electoral del martes es que el mensaje electoral de un bien financiado movimiento republicano que acusó al presidente Barack Obama de fracasar estruendosamente en el manejo de la economía del país, parece haber calado en una masa de votantes asediada por el desempleo, la reducción de sus ingresos y la sensación de que el liderazgo mundial de Estados Unidos se ha perdido.
La tasa nacional de desempleo aún está cercana al 10 por ciento y más de dos millones de hogares enfrentan la liquidación de su hipoteca y las bancarrotas se acercan a niveles sin precedentes.
"Fueron muchas las cosas que los demócratas prometieron en las elecciones pasadas, pero es muy poco lo que cumplieron', comentó a El Nuevo Herald Yolanda Zea, una votante en la Biblioteca Southwest Regional, en el Condado de Broward.
Algunos analistas señalaron que en todas las elecciones de mitad de período el partido gobernante pierde escaños en el Congreso.
"Esto ha sucedido históricamente con dos excepciones, de modo que esto es lo más cercano a una ley de física que tiene las ciencias políticas en Estados Unidos', dijo Deborah Schildkraut, profesora asociada de Tufts University, Massachusetts.
"Y las mayorías demócratas en las elecciones pasadas eran muy altas, de manera que sólo podían bajar, lo que va a ser sobresaliente en este caso es la proporción', agregó Schildkraut.
La polarización de las campañas creó un ambiente tenso y agresivo que se reflejó en los anuncios publicitarios de los candidatos de todos los niveles.
Hastiados del radicalismo, algunos de los votan- tes del sur de la Florida dijeron el martes que votaron más por las personas y sus plataformas que por un partido político en particular.
"No voy a votar por los demócratas. No voy a votar por los republicanos', explicó a El Nuevo Herald, Carol Singer, quien votó en la Biblioteca Southwest Regional. "Mi voto es para la mejor persona'.
Singer dijo que estaba descontenta con los ataques de las campañas.
"Fue muy lamentable, todos esos escándalos que fueron ventilados por la televisión son deprimentes', precisó.
En el exclusivo enclave de Key Biscayne, las opiniones estuvieron divididas. Votantes entrevistados fuera del recinto de votación en el centro comunitario de la isla, dijeron haber votado por combinaciones de demócratas y republicanos.
"Voté por casi todos los candidatos demócratas,’’ dijo Marián Prío, hija del ex presidente cubano Carlos Prío Socarrás, y esposa del ex administrador de la Ciudad de Miami, César Odio, ambos residentes de Key Biscayne.
"Creo que el presidente Obama, que ha hecho un gran trabajo, necesita más tiempo y necesita el apoyo del Congreso y el Senado porque ha habido mucho obstruccionismo de parte de los republicanos', dijo Prío. "El presidente necesita una oportunidad de terminar lo que el ha comenzado’’.
El único candidato no demócrata por el que Prío votó fue Crist, que competía contra Rubio y el demócrata Kendrick Meek.
"El voto por Charlie Crist fue un voto estratégico', dijo Prío. "Hay que parar a los demagogos de la derecha. Antes decíamos que todos los demagogos eran de izquierda. Ahora los de derecha están acabando'.
Al preguntársele si no pensó en votar por Rubio por ser de origen cubano, Prío respondió: "Por favor, Fidel es cubano'.
Otra votante de Key Biscayne, Claudia Hernández, de Puerto Rico, dijo que había votado por los republicanos porque piensa que podrían hacer más para mejorar la economía.
"Por ejemplo, voté por Marco Rubio porque dice que va a ayudar a quitar el déficit, mejorar el presupuesto; y por Rick Scott, también por la economía’’, dijo Hernández. "Voté por todos los republicanos para ver si bajan los impuestos, y nos ayudan con el empleo'.
Un tercer votante, Iván Arellanes, de origen mexicano, dijo que votó por demócratas porque -- al igual que Prío -- piensa que Obama necesita más tiempo para llevar a cabo sus proyectos y tratar de unir al país.
"Es una pena que estemos tan divididos', dijo Arellanes. "Tenemos que trabajar juntos para poder resolver los problemas que nos afectan. Si votamos por Obama y por el Partido Demócrata en el 2008, vamos a darle oportunidad de más tiempo porque no se han resuelto cosas ya que los dos partidos están encontrados’’.
La única sorpresa de la jornada en Miami-Dade la expresaron algunos votantes de Hialeah que se quejaron de no entender el texto para votar por la enmienda para eliminar restricciones a la firma de contratos municipales y modificar estatutos de la ciudad.
La propuesta fue rechazada por el 52 por ciento de los electores contra 47 por ciento.
"No sabía que la elección incluía una enmienda de Hialeah', dijo María Cruz. ‘‘La leí y el texto no explica de forma clara para qué servirá, preferí dejarla en blanco'.
Rubio, hijo de un cubano exiliado que trabajó en hoteles y cantinas de Las Vegas y Miami para mantener a su familia, basó su campaña a lo largo del estado en un reiterado mensaje: que las políticas del presidente Obama en materia de gasto y salud son un desastre y que el país se irá al traste si los gastos no son controlados.
Sus críticos le reprocharon que ese mensaje contrastaba con su propio estilo de vida.
Rubio fue cuestionado por usar una tarjeta de crédito de Partido Republicano de la Florida para artículos personales, así como por una montaña de deudas personales, en gran medida producto de hipotecas y préstamos estudiantiles.
Rubio desestimó las denuncias comentando que se trataba de obstáculos que sus enemigos querían ponerle a su exitosa carrera política.