Apenas puede hablar. Su voz se escucha a duras penas a través del hilo telefónico. Sabe que las conversaciones están intervenidas y que el Ejército marroquí la está buscando. Pero, Isabel Terraza, una de los tres españoles que permanece en El Aaiún, todavía tiene fuerzas para lanzar un grito ahogado de socorro: "Estamos hablando de un exterminio. Esto es un genocidio. Están entrando casa por casa, torturando a las personas y matándolas", explica esta activista, miembro del Grupo Resistencia Saharaui.
Teme por su vida y critica la pasividad del Gobierno español y de la comunidad internacional ante lo que está sucediendo en el Sáhara Occidental: "No entiendo cómo no hacen nada. Ya no podemos salir de casa: ni los saharauis ni nosotros. No te puedo contar nada para no dar pistas de dónde estamos", asegura momentos antes de cortar la conversación telefónica.
Su voz denota el miedo, el cansancio, la rabia y la desesperación por todo lo que está sucediendo tras el desmantelamiento del campamento de protesta de los saharauis y los posteriores disturbios en El Aaiún. Desde entonces, las acontecimientos han ido de mal en peor.
"El régimen marroquí está exterminando al pueblo saharaui bajo la indiferencia del Gobierno español y el francés, responsables históricamente del bloqueo para la resolución de este conflicto", denuncia el Movimiento Resistencia Saharaui en un comunicado.
Segunda víctima civil, según Marruecos
Mientras tanto, el régimen marroquí va reconociendo el número de víctimas con cuentagotas. Curiosamente, según sus cálculos, hay nueve agentes de las Fuerzas de Seguridad muertos y tan sólo dos saharauis. El último fallecido saharaui reconocido por el Reino alauí se llama Brahim Daudi.
El balance oficial de víctimas proporcionado por Marruecos asciende a trece personas, de las cuales once son miembros de los cuerpos del orden marroquíes y dos son civiles, aunque diferentes asociaciones saharauis aseguran que ese número es mucho mayor.
Fuentes hospitalarias indicaron a la agencia oficial MAP que Daudi murió anoche por las heridas recibidas durante el desmantelamiento, el pasado lunes, del campamento de protesta de Gdaim Izik, a 18 kilómetros de El Aaiún, donde miles de saharauis reivindicaban sus derechos socioeconómicos.
Por su parte, fuentes de la "wilaya" (gobernación) de la capital administrativa del Sáhara Occidental informaron de la muerte de un agente marroquí, y señalaron que el fallecido pertenecía al cuerpo de las Fuerzas Auxiliares, sin ofrecer más detalles.
El rey Mohamed VI de Marruecos ha anunciado que correrá personalmente con los gastos de los entierros de los agentes de las fuerzas de seguridad muertos durante los incidentes.
El Aaiún fue el lunes pasado escenario de los más duros enfrentamientos callejeros en dos décadas entre saharauis y Fuerzas de Seguridad, que estallaron después del desmantelamiento por la fuerza del campamento de Gdaim Izik.