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General: LA PROFECÍA MAYA
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: BuscandoLibertad  (Mensaje original) Enviado: 14/11/2010 17:20
 
La Profecía Maya

El Centro de Estudios del Mundo Maya le agradece su visita al Calendario Maya. Invite a sus amigos a visitar este sitio.
  
Por Lucía Norma Ross
Los mayas no hablan del fin del mundo, es más, específicamente dicen que todo se transforma, que lo único que permanece es el espíritu, en su viaje de evolución hacia niveles superiores. La profecía maya más bien nos habla de cambios que ocurrirán a nivel físico en el planeta, y en la conciencia de la raza humana.

Posiblemente, la civilización maya fue una de las más importantes de la historia. Hay vestigios históricos que existen desde los años 400 a . de C., si bien su real origen se remonta, de acuerdo a los propios mayas, a miles de años atrás, como sobrevivientes directos del cataclismo atlante. Entre el año 300 al 900 d. de C. se marca la culminación de su apogeo para los tiempos modernos. Tenían grandes conocimientos de astronomía y matemáticas, poseían un sistema de escritura jeroglífico y construyeron impresionantes edificaciones. Pero toda esta grandeza se vio reducida a la nada cuando, por causas desconocidas, las ciudades mayas fueron abandonadas e invadidas por la selva.

Fueron descubiertas después de varios siglos (XIX) y son las únicas pruebas que atestiguan toda esa grandiosidad.

Los Códices

Los Sabios Mayas de Palenque (Chiapas, México) supieron algo al estudiar el cosmos y sus calendarios sagrados. Ellos tenían un mensaje para transmitir a las generaciones de este tiempo y dejaron señales a través de signos y jeroglíficos para que los descubriéramos.

¿Pero qué dicen esos códices y esas profecías?

Uno de estos códices secretos dice que en 1475 el consejo supremo de los mayas reveló que comenzaba un ciclo de 520 años, que concluiría en la primavera de 1995, y que coincidiría con el fin del periodo de oscuridad que los españoles traerían a estas tierras años más tarde, algo que también supieron que iba a suceder.

Por eso comenzaron a ocultar sus textos sagrados, ya que Colón llegaría a América en 1492 y Cortés, a México el año 1519. Estos sabios mayas profetizaron que a partir de 1995 comenzará la era de Itza o la edad del conocimiento.

La Profecía

Se dice que entre el año 1995 y el 2012 la humanidad recibirá la luz del conocimiento desde el corazón de la galaxia. Dicen que esto sucederá cuando los seres humanos despierten sus cuerpos de luz y trasciendan sus sombras. Así, es posible recibir la luz del conocimiento y llegar a ser seres luminosos. El cuerpo dormido de la humanidad debe despertar. Ésta es la razón por la que, desde hace algún tiempo, han comenzado a volver mayas del tiempo del esplendor de su pueblo a entregarnos las claves que harán efectivo ese despertar, entregándonos su antiguo conocimiento secreto. Estos conocimientos sagrados nos prepararán para la edad de Itza, una edad de conocimiento, que dicen comenzará a finales del año 2012.

Su visión del mundo no era planetaria, tenían una conexión con el centro de la galaxia , por eso sus ciclos del tiempo no tenían una escala humana.

Los mayas piensan que el mundo tal y como lo conocemos hoy, finalizará después de estos trece últimos baktunes. El 13 es el número sagrado maya, el número del movimiento y el más elevado.

La humanidad ya vivió varios ciclos antes del que nos encontramos actualmente. Uno de ellos sería el de la Atlántida, que concluyó con la desaparición de este continente. Su conocimiento fue a parar a Egipto y al golfo de México. Esto explicaría la cultura olmeca y el origen de sus conocimientos secretos. Hubo tres grandes ciclos más, correspondientes a otras grandes civilizaciones de la humanidad, que al igual que la Atlántida, también desaparecieron. Ahora otro gran ciclo estaría a punto de concluir.

Hay un flujo de acontecimientos que no podemos dominar. Estamos todos en un río que ¡hay, quién sabe a dónde nos llevará!. Es su decisión qué hacer o no hacer dentro de ese río. Oponerse a su corriente o fluir con él, dejándose llevar.

Ya están las semillas dentro de nosotros. Estamos en el inicio del renacimiento de la civilización maya. Y todos nosotros podemos ser mayas. Ser maya no es una cuestión racial, sino espiritual. Maya es alguien armonizado con la Tierra y con el universo.

Los mayas no hablan del fin del mundo, es más, específicamente dicen que todo se transforma, que lo único que permanece es el espíritu en su viaje de evolución hacia niveles superiores.

La primera profecía anuncia el final del presente ciclo, que desde 1999 quedan 13 años y que cada hombre está en el salón de los espejos para encontrar en su propio interior su naturaleza multidimensional... que nuestro sol gira alrededor de Alción, el sol central de las Pléyades, y que ambos sistemas giran alrededor de la mente, y en el centro de la galaxia, en un giro que dura 200 millones de años.

Con esta profecía los mayas quieren abrir la mente del hombre a la galaxia. Dejan codificado en su calendario la fecha clave para la transformación definitiva: a fines del año 2012.

La Segunda Profecía

La segunda profecía dice que las respuestas a todo están en el interior del hombre, que su comportamiento determina su futuro y afirma que la humanidad se encuentra en un momento de transición fundamental hacia una nueva manera de percibir el universo... que la tierra y el sistema solar están recibiendo un haz de luz, energía e información desde el centro de la galaxia, que está provocando un aumento en la vibración del planeta, de las ondas cerebrales y las células del hombre, que se están poniendo en resonancia, en equilibrio con la nueva frecuencia, ocasionando enormes cambios en su comportamiento.

La segunda profecía muestra dos caminos: uno de comprensión y tolerancia, otro de miedo y destrucción. En ambos se aprenden las lecciones necesarias para la evolución de la conciencia. Somos nosotros los que debemos decidir cuál de los dos tomamos; son el cielo y el infierno manifestados simultáneamente.

Nos dice que la humanidad se dirige hacia una nueva época de armonía, que para llegar a ella tenemos que enfrentar nuestros grandes miedos y aceptar que las situaciones difíciles, que vivimos para aprender , conservando la paz en cualquier situación que vivamos, por difícil que sea, pues podremos mantener y aumentar nuestra energía interna produciendo un estado de vibración alta y un estado de respeto por todo lo que existe. Las situaciones difíciles estarán en nuestras vidas mientras necesitemos aprender algo de ellas.

La tercera profecía dice que debemos tomar conciencia de nuestra influencia en el planeta para no seguir equivocándonos, provocando su destrucción, como ha sucedido a lo largo de la historia... que los procesos de industrialización sin sentido ecológico han provocado con sus desechos un aumento general en la temperatura del planeta y que esto se acentuará con el aumento de la actividad del sol, causado por la energía que se recibe desde el centro de la galaxia, ocasionando grandes cambios en el clima y en los vientos.

Serán vórtices de energía que limpiarán la superficie de la tierra, que son la manifestación de la inconformidad de nuestro planeta y de las energías elementales contenidas en su interior.

La cuarta profecía nos dice que el hombre debe terminar con su conducta depredadora para sincronizarse con los ritmos de la naturaleza y ajustarse a los cambios que llevarán a todo el universo a una era de armonía, que los cambios en el clima producirán el derretimiento de los polos, permitiendo que la tierra se limpie y reverdezca nuevamente, originando grandes cambios en la composición física de los continentes donde vivimos.

Todas las profecías buscan un cambio en la mente del hombre, pues el universo está generando todos esos procesos para que la humanidad se expanda por la galaxia comprendiendo su integridad fundamental con todo lo que existe.

La quinta profecía dice que todos los sistemas basados en el miedo, sobre los que está fundamentada toda nuestra civilización, se transformarán simultáneamente con el planeta y el hombre para dar paso a una nueva realidad de armonía.

Los sistemas fallarán para enfrentar al hombre consigo mismo, hacerlo ver la necesidad de reorganizar la sociedad y continuar en el camino de la evolución que nos llevará a comprender la cocreación. El dinero dejará de usarse como medio de intercambio, y los síntomas que surgen desde distintas partes del mundo parecen confirmarlo.

Surgiría un solo camino espiritual común para toda la humanidad que terminará con todos los límites establecidos entre las distintas maneras de ver a Dios.

El nuevo día galáctico está anunciado en todas las religiones y cultos como una época de paz y armonía para toda la humanidad. Es claro entonces que todo lo que no produzca este resultado debe desaparecer o transformarse. La nueva época de luz y de armonía universal no puede tener una humanidad basada en la economía militar de imposición de verdades por la fuerza ni en un sistema no equitativo de distribución de la riqueza representado en el dinero, la riqueza virtual y la especulación financiera.

El Tiempo del No Tiempo

El amanecer de la galaxia debe basarse en el profundo respeto de los unos por los otros, y en el reconocimiento de que todo lo que existe es como otra parte de cada uno. Por eso, no se necesitarán aparatos represivos ni los sistemas tecnológicos de comunicaciones existentes, pues el hombre estará conectado mentalmente, por lo que la violencia dejará de existir.

Estamos en el final del ciclo de la noche de 5125 años. En el final de un día galáctico de 26.000 años, a punto de entrar en el amanecer de la galaxia. La época de cambio que los Mayas denominaron "El tiempo del no tiempo", que también fue profetizada por otra culturas y religiones. Todas coinciden en que está a punto de suceder un cambio de grandes proporciones y, al final del último giro aproximadamente, vendría un período de caos que conduciría a una nueva fase de la evolución de la conciencia y a cambios sin precedentes en el hombre.

La sexta profecía Maya dice que en los próximos años aparecerá un cometa cuya trayectoria pondrá en peligro la existencia misma del hombre. Los Mayas veían a los cometas como agentes de cambio que venían a poner en movimiento el equilibrio existente, para que ciertas estructuras se transformaran y permitieran la evolución de la conciencia colectiva. Todas las cosas tienen el lugar que les corresponde, todas las circunstancias, aun las más adversas, son perfectas para generar comprensión sobre la vida y para desarrollar la conciencia sobre la creación.

La Séptima Profecía

La séptima profecía nos habla del momento en que en el sistema solar, en su giro cíclico, sale de la noche para entrar al amanecer de la galaxia. Dice que en los 13 años que van del año 1999 al 2012, la luz emitida desde el centro de la galaxia, sincroniza a todos los seres vivos y les permite acceder voluntariamente a una transformación interna que produce nuevas realidades y todos los seres humanos tienen la oportunidad de cambiar y romper sus limitaciones recibiendo un nuevo sentido, la comunicación a través del pensamiento. Los hombres que voluntariamente encuentren su estado de paz interior elevando su energía vital llevando su frecuencia de energía vital del miedo hacia el amor, podrán captar y expresarse a través del pensamiento, y con él, florecerá el nuevo sentido.

La energía adicional del rayo emitido da la oportunidad a los hombres que estén en una frecuencia de vibración alta, y en ese sentido, ampliará la conciencia de todos los hombres, generando una nueva realidad individual, colectiva y universal.

La reintegración de las conciencias individuales de millones de seres humanos despertará una nueva conciencia en la que todos comprenderán que son parte de un mismo organismo gigantesco. La capacidad de leer el pensamiento entre los hombres revolucionará totalmente la civilización.

En ese momento comprenderemos que somos parte integral de un único organismo, y nos conectaremos con la tierra , los unos con los otros, con nuestro sol y con la galaxia entera. Todos los hombres comprenderán que el reino mineral, vegetal, animal, y toda la materia esparcida por el universo a todas las escalas, desde un átomo, hasta una galaxia, son seres vivos, con una conciencia evolutiva. A partir del año 2012, todas las relaciones estarán basadas en la tolerancia y la flexibilidad, pues el hombre sentirá a los otros , parte de sí mismo.

Transformación Interna

La séptima profecía Maya nos recuerda que sólo nuestra propia transformación interna puede conducirnos a nuevos sentidos, darnos salud e integrarnos con todo el mundo en una nueva realidad de paz y armonía.

La aceptación de todos los eventos, fáciles o difíciles, alegres o tristes como oportunidades de aprendizaje de las que sólo puede resultar un beneficio personal, traerá la independencia interior y la armonía. Se requiere un trabajo interior voluntario para aceptar y comprender la evolución de la creación, un trabajo diario que se refleje en todas las circunstancias de la vida y que conduzca a la paz interior.

Además, afima que la comprensión y aceptación de ese proceso de evolución llevará al aprendizaje y al crecimiento espiritual a través de la armonía. Millones de hombres encontrarán su paz interior, y al hacerlo, podrán abrir los archivos históricos de todo lo que han vivido, pues sólo en ese momento, los podrán ver sin juzgarlos como parte de un proceso de armonización. Aparecerá una nueva cosmovisión espiritual, las relaciones se establecerán a partir de los puntos de unión y no de separación, los hombres serán flexibles y buscarán la paz. Estos cambios ocurrirán en los niveles físico, mental y espiritual, en todas las escalas: individual, familiar, comunal, planetaria, y galáctica. La mayor transformación ocurrirá cuando se comprenda al universo como un proceso de evolución eterna de la conciencia de los seres.

Esto traerá respeto por la conducta de los demás, se acabará con los prejuicios y se comprenderá que todos las experiencias conducen, inevitablemente, a una mayor armonía.
 
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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: BuscandoLibertad Enviado: 14/11/2010 17:31
 
2012,
EL AÑO QUE LOS CHINOS TAMBIÉN PREDIJERON

   
Las profecías mayas no pronostican el fin del mundo, sino el fin de un ciclo cósmico
en el cual grandes acontecimientos llevarían a la raza humana a un nuevo ciclo de civilización.
 
 
Por Lin Ling - La Gran Época 
 La película apocalíptica “2012”, que está haciendo furor en el mundo y que se estrenó en Argentina la semana pasada, ha generado una suerte de cachetazo en la generalizada visión lejana frente a las profecías que advierten sobre tiempos convulsionados y catastróficos relacionados con la degeneración de la moral humana. Su propio director, Roland Emmerich, confeso incrédulo de que el mundo nos dirá adiós en 2012, no ocultó sus titubeos: “tengo que admitir que hay un par de libros que realmente me asustaron”, dijo.
  
Sin embargo, al contrario de lo que la cultura popular cree y el sensacionalismo de algunas películas y libros dan a entender, las profecías mayas no pronostican el fin de la civilización entera. Dotados de un extenso conocimiento sobre matemáticas y astronomía, los mayas vaticinaron para el sábado 21 de diciembre del 2012, el fin de un gran ciclo cósmico, donde grandes acontecimientos a nivel planetario llevarían a la raza humana hacia un nuevo ciclo de civilización.
 
Con una exactitud exquisita, los mayas supieron proyectar el acontecimiento que ocurre una vez cada 26.000 años, cuando el Sol y la Tierra se alinean con el centro de la Vía Láctea.
 
El legado maya habla, con una precisión sorprendente, sobre una ola de calor que derretiría los polos, así como sobre un cometa que amenazaría la existencia de la raza. Sin embargo, el mensaje gira siempre en torno al comienzo de un nuevo ciclo; señala a la catástrofe como una etapa de purificación para el nacimiento de una nueva humanidad, y un periodo previo que se traduce como una oportunidad única para el hombre de reflexionar y rectificar los errores cometidos para alcanzar la armonía con el cosmos.
 
Hay supuestamente 7 profecías que dejaron los mayas. Lo que es asombroso, o más bien alarmante, es que el tiempo en que vaticinan la calamidad coincide con los presagios de otras culturas. Pero también está la esperanza en todas. Nostradamu, los Mayas, los Egipcios, la antigua cultura Hopi y tantos otros –incluidos los chinos antiguos– parecieran haberse puesto de acuerdo para prever el fin de la civilización presente cuando grandes calamidades y conflictos sin igual darían paso al nacimiento de una civilización renovada, espiritualmente altruista.
 
“Para los antiguos mayas, era una gran celebración del fin de un ciclo completo”, dice por su lado Sandra Noble, directora ejecutiva de la Fundación para el avance de los estudios mesopotámicos, en Crystal River, Florida.
 
Por otra parte, “Nosotros, la comunidad arqueológica, no tenemos registros o conocimiento de que los mayas creyesen que el mundo se terminaría en el 2012”, explica al respecto la curadora del Museo de historia natural de Florida, Susan Milbrath.
 
Advertencias que brotan hoy de la cultura china milenaria
 
Son también muchas las profecías que ha dado la antigua China, aunque la mayoría de ellas se presentan con la forma de metáforas, acertijos, pinturas, cuentos, sueños, etc. Nunca se han mostrado a sí mismas directa y claramente. Esta característica se corresponde con la cultura y espiritualidad chinas, en las que se cree que la vida humana viene originalmente del cosmos y que el hombre –antes un ser iluminado–, aunque se haya desmoralizado y perdido en medio de la confusión, está dotado de sabiduría, inteligencia y libre albedrío para iluminarse por sí mismo dentro de la ilusión del mundo humano. Es que los chinos antiguos decían que primero hay que creer sin ver, y sólo se verá si antes se cree. 
 
Algunas de estas profecías antiguas chinas que señalan un nuevo mundo después de una catástrofe, no habían salido a la luz sino hasta poco. El tiempo ‘elegido’ para ser despertadas del profundo letargo es precisamente este, lo cual no deja de llamar la atención. ¿Un manejo del Cielo? Para el pensamiento antiguo chino, sí.
 
Los chinos creen que las profecías no son dejadas para que se cumplan, sino para que el ser humano cambie positivamente, corrija los errores con las lecciones aprendidas y evite así las previsiones negativas. Estos legados se entienden como el gran ‘ci bei’ (misericordia) del Cielo. Desde este ‘ci bei’, diversas predicciones se entrelazan en las viejas enseñanzas para prevenir que el hombre se corrompa y amenguar los daños de una catástrofe resultante –según se deduce de las mismas– de la desviación de su comportamiento. 
 
Al final, el hombre decide su propio destino.
 
Oriente y la catástrofe del periodo del fin de la Ley
 
En la India, hace 2500 años, el Fo (Buda) Sakya Muni profetizó que el Fa (Ley) que él enseñaba sólo podría ser transmitido durante 500 años, y que después de 500 años vendría el periodo del fin de Fa. La humanidad llegaría a un estado en que su enseñanza no servirá más para salvar la gente.
 
Hoy, 2000 años después, de acuerdo con la Escuela Fo (Buda), ya no existe más Ley en el corazón del hombre para restringirse de hacer cosas malas. El deterioro de la moral humana de hoy puede entenderse como el periodo anunciado, el final de Fa.
 
Una de las profecías que señalan este periodo del fin de Fa (la Ley) y la gran catástrofe es la tabla de Liu Bowen.  Liu Bowen, también llamado Liu Ji, fue un asistente del primer Emperador de la dinastía Ming (1368-1644), Zhu Yuanzhang (también conocido como Ming Taizu), quien unificó a China. Liu Bowen ayudó al Emperador a establecer la Dinastía Ming y se desempeñó como Primer Ministro. Pero no fue sólo una persona honesta y un gran Ministro, sino alguien que ‘obtuvo el Dao’ (el camino espiritual, la enseñanza).
 
De ahí se entiende cómo es que dejó tantas profecías al mundo –incluido el famoso Shao Bing Ge– cuyas predicciones tienen un alto grado de comprobación al día de hoy.
 
La profecía de la “Tabla de Liu Bowen de la montaña Taibai de la provincia de Shanxi” fue hallada recientemente, 700 años después de ser escrita, luego de un gran terremoto. Las palabras, al igual que en el caso de los antiguos mayas y de Miguel de Nostradamus, deslizan un futuro esperanzador para la especie humana, precedido por una gran catástrofe, donde tendrían lugar cambios profundos y una limpieza, a veces horrendos. Pero no habló de un final absoluto de la humanidad ni del universo
 
“De los pobres quedarán mil de 10 mil; de los ricos, dos o tres de 10 mil; si pobres y ricos no dan un giro en sus corazones, la hora de la muerte será inminente”
 
Tal como los mayas, Liu veía la esperanza de la raza en un cambio espiritual profundo después de esta gran limpieza, augurando que la gente que dé un giro en sus corazones, podría ser salvada.
 
Las fechas clave y “Tiempo del no tiempo”
 
 
 
En su calendario asombroso y perfecto, los mayas profetizaron que cuando el sistema solar en el sistema de la Vía Láctea haya pasado ‘el gran ciclo’ de 5125 años (desde 3113 antes Cristo hasta el invierno de 2012), el sol coincidirá exactamente con el punto donde se cruzan el Eclíptico y el Ecuador. Después, la Tierra saldrá de la Vía Láctea y entrará en una nueva etapa; la humanidad entrará en una nueva civilización que no tiene que ver con esta.
 
Los últimos 20 años del ‘gran ciclo’ (entre 1992 y 2012) son un período de suma importancia, que los mayas llaman el “Tiempo del no tiempo”. Este “Tiempo del no tiempo” aparece como un periodo de gran aprendizaje y cambios, y –según los mayas– es cuando el hombre entra en un gran salón de espejos y se mira adentro de sí mismo, analiza su comportamiento y toma la decisión de cambiar. Esto implica algo tan profundo: la voluntad libre del hombre. Implica la decisión de cada uno de pasar a la nueva etapa o perecer.
 
De la profecía se interpreta que en esta época del cambio de los tiempos, que está llegando a su fin, la humanidad tiene ofrendada la posibilidad y la responsabilidad de retomar su creencia en el aspecto espiritual. Se puede pensar que es un periodo regalado, una única y última oportunidad para salir del espejismo y cambiar el destino de la Tierra. 
 
Desde el otro lado del mundo, Liu Bowen profetizó, “Si puede sobrevivir al año de la gran catástrofe, será un ser divino terrenal que permanecerá siempre joven; aunque sea luohan (un ser divino) de acero, tendrá dificultad de pasar el 1 de julio; el 13, no importa si es luojan  de oro y acero, solo la bondad puede ayudar. Son difíciles de pasar los años del dragón y de la serpiente.”
 
Aquí, lo que profetizaron Liu Bowen y los mayas coinciden asombrosamente, si tenemos en cuenta que los años del dragón y de la serpiente son 2012 y 2013. ‘Luohan’ (o ‘arhat’ en sánscrito) es el primer grado de logro o ‘posición de fruto’ en el proceso de cultivación, en el lenguaje budista; Liu Bowen pone en evidencia el requisito de la elevación espiritual para superar la catástrofe.
 
La cultura china antigua se consideraba como una cultura semi-divina dejada por dioses que se reencarnaron en la Tierra. Por eso, se cree que los acontecimientos importantes en China son arreglados por el Cielo por ciertas razones, reflejos de “cambios celestiales”. Los chinos llaman a su país “Zhong Guo”, que significa “país central”. Todo ello se condice con pistas de sabios chinos, de que China sería el escenario principal de la última obra teatral de la humanidad.
 
Los chinos dicen: “los cambios celestiales dirigen los cambios terrestres”. Efectivamente, en este periodo del “tiempo del no tiempo”, a pesar de una cultura global cada vez más desligada de la formalidad religiosa, se han visto diversas corrientes de búsqueda de respuestas espirituales. También han surgido muchas escuelas, enseñanzas, así como charlatanes y comerciantes que buscan aprovechar aquella ansiosa demanda.  Pero también, en este cambio celestial, aparecieron enseñanzas que realmente han contribuido a una verdadera elevación del hombre.
 
En 1989, en China ocurrió la matanza a los estudiantes en Tiananmen. Después de esta masacre, para amortiguar la tensión social, el régimen chino aflojó un poco las riendas para dar algunas pequeñas libertades, lo cual abrió el camino para el florecimiento de antiguas prácticas y enseñanzas legadas de la China antigua, que venían resurgiendo curiosamente desde mediados de la terrible Revolución Cultural en los ’60, agrupadas tímidamente bajo el nombre de “qigong”. 
 
Las formas de ‘qigong’, en realidad, tienen miles de años de historia y data al comienzo de la historia china, de la cultura china antigua. Si bien hoy varias se transmiten –incluso en Occidente– como métodos energéticos para mejorar la salud, originalmente eran justamente vías de cultivación o mejoramiento físico y espiritual, a veces con formas más religiosas o místicas, cuya meta era que el hombre regresara a su estado más elevado que tenía antes de ser hombre terrenal. 
 
Esta libertad personal para buscar algo de salud mental y física mediante el qiqong generó un gran movimiento de millones chinos que empezaron a abrazar estas disciplinas antiguas resurgidas.
 
El suceso más masivo y resonante en la difusión de estos sistemas de qigong comienza precisamente en 1992, cuando apareció entre el pueblo chino, por primera vez, la disciplina Falun Dafa, que alcanzó una popularidad sin precedentes para ser practicada pronto por cien millones de personas. Esta disciplina habla de las tres características del universo: Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y la necesidad de ser una buena persona siguiendo estas características para la elevación del hombre.
 
En todos los estratos sociales había gente que ostentaba practicarla. Al poco tiempo de su propagación, en distintos ámbitos de la sociedad china se manifestaba un cambio profundo espiritual.
 
Aunque no fue percibido en el exterior debido al restringido flujo de información, en la década de los noventa se generó en China una gran corriente de miles de chinos que, uno tras otro, intercambiaban y hacían públicas sus experiencias de mejoras en la salud, de lograr una comprensión de la relación entre el hombre y el cosmos y de la necesidad de mirar hacia adentro para mejorarse espiritualmente y ser mejores personas, de manera de “volver a la verdad”, como pregona el Dao.
 
Otra fecha clave dentro de los veinte años del “Tiempo del no tiempo” comenzado en 1992 es el año 1999.  Para aquel entonces, más exactamente para el 11 de agosto de 1999, los mayas profetizaron en su códice de eclipses que un eclipse demarcaría el ingreso de la humanidad al llamado “Salón de los Espejos”, en donde el hombre debe verse a sí mismo reflejado y cambiar su actitud frente a la vida. Las transformaciones del Sol por el eclipse alterarían el comportamiento del hombre y su forma de pensar y sentir.
 
Habría enfrentamientos por ideologías y religiones; habría cambios en las creencias espirituales, las religiones y los valores aceptados. Habría cambios en las formas de la justicia y el orden, de las comunicaciones, de los sistemas sociales y económicos. Desde 1999, se incrementaría más la separación por las diferencias, se potenciarían la agresión, el odio, las disoluciones de las familias, el derrumbe de la moral y de las éticas, los enfrentamientos por ideologías, religión, etc.
 
1999 fue una fecha clave para China también. Después de casi diez años de mayor apertura económica y algunas libertades personales, exactamente el 20 de julio 1999, el Estado prohibió la práctica de disciplinas antiguas espirituales, incluida la más difundida Falun Dafa. Así, se terminó la libertad de los chinos para perseguir una vida espiritual y un pensamiento individual sobre la vida. Esta prohibición que se convirtió en una persecución, especialmente contra Falun Dafa –por el gran número de practicantes–, ha generado situaciones de destrucción, muerte y sufrimiento de todos los involucrados.
 
Circunstancias como estas no difieren de aquellas predichas por los mayas para nuestros tiempos, y a su vez dan lugar al ‘Salón de los espejos’. Por ejemplo, en el caso de China, por el sistema político vigente, es difícil para un ciudadano desacatar las órdenes de malas acciones, aún cuando van contra sus conciencias. Pero justamente este tipo de situaciones extremas reflejan las decisiones finales y el posicionamiento del espíritu del hombre: frente a la adversidad, aparece la oportunidad de realizar grandes acciones de bondad, de valor y de rechazo a la maldad a costa del beneficio personal.
 
También se convierten en pruebas para cada conciencia individual del mundo: cómo se posiciona uno frente a tales situaciones, cuando se llega al punto de que grupos de gente están siendo exterminados con el propósito de destruir su fe. La prueba es dura, porque el hombre a veces tiene que elegir entre los intereses personales (la posición, el mercado, el dinero…) y la conciencia recta.
 
Otras profecías describen los desastres que enfrentará el hombre en este periodo apocalíptico, donde habría guerras por doquier, pestes, desastres naturales, una energía negra de perversidad, una sociedad en tumulto por derrumbe de la moral.
 
A esta altura, es difícil no ver la analogía en nuestra realidad inmediata. Los tornados, los tsunamis, los volcanes activos, las cenizas, el efecto invernadero que amenaza al planeta, son panoramas que deberían llevar a cada uno a reflexiones y a ocuparse urgentemente en el mejoramiento humano por el bien de su supervivencia.
 
Hercólubus, el cometa indecifrable
 
La sexta profecía maya dice que en los próximos años aparecerá un cometa que pondrá en peligro la existencia del hombre. Su nombre es Hercólubus, un cometa errante que no cumple con las leyes cósmicas establecidas, y que regresa luego de un acercamiento hace 25.000 años. Se trata, en realidad, de un planeta con una cola de cometa. Se mueve como un cometa, pero tiene la masa de un planeta; es un planeta con cola.
 
Hercólubus ya ha sido detectado por la ciencia, pero muchos científicos han dejado en la sombra este conocimiento por la incapacidad de explicar su trayectoria errante. Es que su comportamiento –según la profecía– está conectado con el estado espiritual del hombre.  Se aleja cuando existe positividad sobre la Tierra, pero se acerca cuando estamos llenos de guerras, sufrimientos, etc. Si realmente penetrara nuestro sistema solar, podríamos verlo a simple vista.
 
La antigua China consideraba que todas las materias tienen vida, y que los planetas son deidades también. En China hay una enseñanza que dice que cuando podamos ver un planeta-cometa con nuestros ojos físicos, ya no se podrá negar más la existencia de un poder superior.
 
Los chinos antiguos contaron que cuando apareciera un cometa con todo su brillo en el cielo, el hombre creería nuevamente en la existencia divina y de una ley universal (Fo Fa).  Pero, ¿será ya demasiado tarde? Según los legados mayas y chinos, ahora estamos viviendo en el periodo previo, el tiempo dado a la humanidad para corregir lo desviado y lo perverso, y evitar la llegada de Hercólubus.
 
El hombre superior
 
Los antiguos sabios chinos decían que solo en el ambiente más complicado pueden surgir personas con gran virtud. En la lógica de las profecías, aquellos que pueden mantener un comportamiento recto en este periodo son superiores, son quienes entrarán en el nuevo mundo.
 
Lao Tse habló del hombre superior, mediocre e inferior. El hombre mediocre hace lo que hacen otros y deja de hacerlo cuando otros dejan, porque su voluntad individual es débil; el hombre inferior se ríe sobre acontecimientos sobrenaturales, y de ese modo no puede asimilarse al universo, no entiende que la vida terrestre es solo un paso en la vida infinita de uno; tampoco puede ver claramente qué cosa es la que está haciendo mal, para cambiar su actitud y sus acciones.
 
En cambio, el hombre superior se comporta rectamente, rechaza la maldad, lidia con sus miedos y angustias, posee un corazón abierto a conocimientos nuevos, busca activamente las repuestas sobre la vida y el cosmos, y reconoce los cambios celestiales. En la lógica de las profecías, un hombre superior puede darse cuenta de que estos veinte años son un regalo del Cielo, una última oportunidad, única, ofrendada al hombre.
 
Al final del ciclo, cada hombre será quizás su propio juez en el salón de los espejos. La Biblia habla del Juicio final. La cultura china dice que el Cielo tiene ojos y que todas nuestras acciones quedan registradas. De alguna manera, según las más diversas profecías, todo lo hecho en la vida –y en especial, de acuerdo con los mayas, durante el “Tiempo del no tiempo”– será examinado, y habrá que saldar la cuenta.
 
No importara si fue por ambición, miedo, frustración o hasta amor, que uno se haya desviado de la moral, la ética y la rectitud. Tampoco habrá justificaciones por acciones moralmente desviadas echando la culpa a los valores morales laxos de la sociedad, los cuales justamente fueron las trampas puestas por la maldad para que la humanidad no pasara las pruebas. Será demasiado tarde para culpar a los demás o a Dios por lo que sucederá. Distinto será para aquellos que, como dijo el profeta chino Liu Bowen, pudieron, en este último periodo, “dar un giro en su corazón”.
 
Y  despues...
 
Las enseñanzas mayas y chinas antiguas hablan sobre el nacimiento de una nueva humanidad para aquellos que pueden sobrevivir a la limpieza. El hombre entrará en una nueva época de aprendizaje, habiendo eliminado ya los egoísmos. Entenderá la existencia del poder superior y adorará nuevamente los dioses. Entenderá que todas las materias tienen vida y que la vida humana sobre la Tierra tiene un significado y una meta mucho más importantes que el gozo superficial que buscamos ahora.
 
Lo dicho sobre 2012 es esperanzador para la humanidad. Lo que le resta a uno preguntarse es, ¿lo pasaré yo?
 
 
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