Tres Reyes Magos alegran a Miami
POR DANIEL SHOER ROTH
Para decenas de miles de miamenses que asistieron el domingo al Desfile de los Reyes Magos en la Calle Ocho, fue un día de diversión con coloridas carrozas, bandas escolares de música, gigantescos muñecos inflables y la oportunidad de ver a sus políticos y estrellas favoritas detelenovela.
Pero para Yuliseki Hernández, que llegó de Cuba hace tres meses, fue un día de descubrimiento.
A sus 27 años, fue la primera vez que veía un camello, al igual que carrozas decoradas con preciosos detalles y hasta un gigantesco Mickey Mouse inflable. Estaba sorprendido del orden. No podía comprender cómo la gente se mantenía detrás de las barandas y no se lanzaba a las calles.
``Mira, esos son los tres Reyes Magos, Melchor Gaspar y Baltasar', le dijo Nora Castelló, una amiga de la familia que lo llevó al evento, mientras desfilaban los actores que personificaron a los tres sabios, que según el Evangelio homenajearon al Niño Jesús con oro, incienso y mirra.
``Nunca en mi vida había visto algo así', comentó Hernández, que también vio por primera vez fuegos artificiales el día de Año Viejo.
Este festival familiar organizado por Univisión Radio no solamente era un mundo distante al que Hernández había conocido en Cuba, sino también difería legüas de la primera parada de Reyes que se celebró en Miami en 1971, cuando no se pudieron conseguir camellos y los organizadores tuvieron que conformarse con muñecos de plástico que se desinflaban en el camino.
El desfile se fundó en respuesta al dictamen del gobierno comunista de Cuba de eliminar la celebración de la Navidad a partir de ese año.
Desde entonces, detrás a los Reyes Magos y de las ilusiones de los niños, desfilan los políticos de los gobiernos municipales. El domingo, la mayoría de los funcionarios pasaron en convertibles saludando a las multitudes como estrellas de cine.
El alcalde de Miami, Tomás Regalado, pasó montado con su familia en un camión antiguo de bomberos de la Ciudad, seguido de un convertible negro que transportaba al jefe de la Policía, Miguel Exposito, y su esposa.
Los dos, enfrascados en una trifulca política, se mostraron por igual sonrientes. Más adelante, la multitud vitoreó a Marco Rubio, el recién elegido senador por la Florida, que estaba con su esposa e hijos.
El alcalde de Miami-Dade, Carlos Alvarez, no asistió, pero una avioneta circulaba en el cielo despejado con un cartel que rezaba: ``Fuera ya Carlos Alvarez. Basta demalgastos'.
La única política que no se subió a un convertible, sino que caminó de la Avenida 4 del suroeste hasta la Avenida 17, fue la representante republicana por la Florida Ileana Ros-Lehtinen, que saludó personalmente a todos los que le extendían la mano.
``Por eso es que la gente siempre vota por ella', dijo Lázaro Rojas, dueño de una compañía de grúas. ``En cambio los otros políticos pasan en sus convertibles saludando desde lejos. La parada es para caminar'.
Mayra Leite, de 28 años, llevó a sus hijos Emily, Scarlet y Jayden, de 11, 7 y 3 años, por primera vez para asegurar que los niños, que al igual que ella nacieron en Estados Unidos, no pierdan su herencia cultural.
Emily le preguntó a su mamá el viernes por qué no habían guardado las decoraciones navideñas. Leite le respondió que los hispanos esperan hasta el Día de los Reyes Magos. No sabía cómo explicarle bien el significado de la celebración y pensó que llevándolos al desfile ayudaría a que entendieran.
``Todo el mundo está compartiendo con sus familias', djo Emily, estudiante de quinto grado de la escuela Palm Lakes, en Hialeah.
Una de las que más alegre parecía estar era Mireya Gómez, de 64 años, que levantaba los brazos exaltada y vitoreaba jubilosa hasta cuando pasaban políticos que desconocía. Había salido de Cuba hace cinco años y, al igual que Hernández, tampoco imaginaba algo como eldesfile.
``Me siento como una niña de 12 años', confesó Gómez. ``Hoy es el día más feliz de mi vida'.