Leve delicadeza
No sé. Abro el buzón. Llegan aquellas cosas mal puestas en una silla o sobre ella. Aturdirme de letras, vivir tardíamente dos pasos lo justo para intransitar lo cotidiano. Verme en el espejo: sí, otro día. Sí, son varios. Sí, fueron muchos. No sé. Llegar, doblar la ropa otear la casa, el interior de la casa, de soslayo, y a veces de frente sin dejar de examinarme. Es eso. Sí es eso. La felicidad no tiene temblores ni arquea días. Es eso. Fíjate qué cotidiano. Qué leve delicadeza casi a solas.
Concha García
1994
BY GOREMME |