La ingratitud es hija de la soberbia Miguel de Cervantes
La ingratitud es la amnesia del corazón. Gaspar Betancourt
Saluda a la ingratitud como una experiencia que enriquecerá "No des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendes que necesita; y soporta luego la ingratitud" Miguel de Unamuno .
Entre estas dos frases inmortales,siempre he preferido la de Miguel Cervantes,pues la soberbia,se consigue cuando se pretende ser centro en todo,buscando protagonismo y manejar a los seres que te ofrecen una amistad sincera sin pedir nada a cambio... La ingratitud mata todo vinculo de una amistad.
Tambien la ingratitud es una muestra del celoso ,que siempre esta inseguro y ofendido por cualquier tonteria,llenando su vida de soberbia y de ingratitd y ENTRISTECIENDO el alma a los que trataron ser su amigo sin conseguirlo.
En fin a los ingratos se conocen por todos los problemas que causan a los demás y por los enemigos que ellos se buscan en su caminar.
Ama a tú projimo como a ti mismo y entonce no tendras ingratitud ni soberbia en tú alma, y recibiras siempre amor de todos.
MÁS SOBRE LA INGRATITUD
La ingratitud es un pecado que puede herir profundamente a las personas que se han sacrificado por nosotros: a los padres, hermanos o amigos. Cualquier tipo de maldad es el trueno; la ingratitud es el rayo. El trueno asusta, pero el rayo mata.
La ingratitud es el espectáculo más triste que uno pueda presenciar. Veámoslo a través de una vieja fábula:
"A cierto lobo glotón se le atravesó un hueso en la garganta mientras comía. Viéndose en semejante apuro, rogó con mil promesas a una cigüeña que se lo extrajera.
Oye- le dijo- tú que tienes un pico tan largo, bien podrías quitarme este hueso que me ahoga. Hazlo por favor, que yo recompensaré tu servicio.
Enternecida la cigüeña por los ruegos del lobo y confiada en sus promesas, le sacó el hueso con suma habilidad; y luego, terminada la operación, le pidió el pago de sus servicios, a lo cual, el lobo mostrándole los dientes contestó:
¡Cuán necia eres! Después de que he tenido tu cabeza entre mis dientes ¿Aún me pides premio mayor que el perdonarte la vida y dejarte libre para contar que pusiste tu vida entre mis dientes?
Ante la insólita respuesta, para evitar mayores desengaños, se marchó la cigüeña sin decir nada"
¿Lo ve? La ingratitud es la insensibilidad a los favores recibidos. Es la amnesia del corazón.
Es inútil esperar bien de los malvados, ellos nunca corresponden a los favores recibidos. Por más miel y leche que usted diera a las víboras, veneno solamente le escupirán.
¿Quién no ha sido pagado con ingratitud? El que no sepa de ingratitudes poco bien habrá hecho en la vida. Pero bueno, ¿qué importa la ingratitud de los hombres? Al fin y al cabo, al servir, uno solo trata de hacer el bien y no de colocar fondos ni de recibir recompensas.
Es preferible crear ingratos que dejar de hacer el bien. Además, el mal pago añade mérito a las buenas obras.
Quien sirve conocerá a veces la ingratitud pero también la emoción de dar. Y siempre se encontrará gente noble y agradecida.