Aaron murió...
Su voluntad fue dejar 40,000 dólares para un buen entierro.
Después de que salieron los últimos acompañantes, su viuda Sara se acercó a su más vieja y querida amiga y le dijo:
- "Estoy segura de que Aaron estaría contento".
- “Se que tienes razón" - contestó Esther, quien bajó la voz y preguntó:
- "¿Cuánto costó realmente?
- Cuarenta mil dólares, - respondió Sara.
Esther se sorprendió y dijo:
- "Todo estuvo muy bien, pero ¿40.000 dólares ?
Sara contestó:
- Del funeral fueron 6,500 dólares, doné 500 dólares a la sinagoga, del licor y los canapés otros 500 dólares, y el resto fue para la piedra conmemorativa".
Esther sumó rápidamente:
- ¿32,500 dólares para una piedra conmemorativa? ... ¿Qué tan grande es?"