Lecciones de Egipto para Cuba´
POR JORGE RAMOS AVALOS
Una dictadura osificada, corrupta y recalcitrante. Una juventud oprimida por la represión social y política. Una economía estancada por ineficiencia e intervención gubernamental. Las aspiraciones de un pueblo sofocadas por una camarilla política de ancianos aislados e ignorantes de la lucha cotidiana del pueblo. Esta descripción encaja muy bien en la situación que explotó en Egipto, pero también se ajusta a la situación de la dictadura cubana.
Después de cinco décadas de dictadura, muchos expertos están de acuerdo que protestas populares pueden desatarse en Cuba este año. Como en Túnez y Egipto, el panorama es similar en una forma impresionante a la situación de un país al borde de una catástrofe.
La fracasada economía comunista de Cuba ha caído en un deterioro apocalíptico. Desesperadamente, la dictadura está adoptando medidas drásticas y sin precedente. Más de 500,000 trabajadores serán despedidos este año. Las fuentes de ingreso han disminuido y el resultado ha sido recortes dramáticos en importaciones y un aumento en los precios de alimentos y combustible. Caracterizada por una falta de productividad y dependiente de las importaciones, la economía cubana está moribunda. Un análisis concluye que el estándar de vida está por debajo del nivel de 1989.
¿Qué significa esto? Un caldero hirviendo y listo para explotar. Ya comenzaron los avisos. La semana pasada el director Nacional de Inteligencia, James Clapper, declaró antes el Congreso que la situación de la economía cubana es ``desesperada'. Dada la burocracia, corrupción y obstáculos estructurales, Clapper explicó que era dudoso que la economía cubana pudiera absorber a los desempleados. El descontento popular seguirá aumentando y a pesar de que el gobierno está más que dispuesto a suprimir manifestaciones de protesta, el exceso de represión pudiera exacerbar el descontento y resultar en más violencia.
La ola por la libertad y la democracia estalló en Túnez y se está regando a través del mundo árabe. Esa ola popular tumbó a Mubarak y como una onda descontrolada sigue reverberando y afectando a gobiernos a través del planeta. Utilizando tecnología y repudiando la violencia, una generación de jóvenes ha causado un terremoto político que le da temblores de temor a dictadores de toda fachada.
Es claro que lo que pasó en Egipto puede pasar en Cuba. Como en Egipto, Cuba tiene una población joven, educada y frustrada con un gobierno obsoleto y corrupto. ¿Pero cuál es el gran interrogante? Si el pueblo quiere ser libre.
Después de 50 años de dictadura, el factor decisivo es si el pueblo cubano está dispuesto a gritar: ¡Basta! Existen todas las condiciones para provocar una sublevación de las masas pero más importante es la voluntad y el espíritu nacional.
s fácil criticar de lejos pero también es necesario pensar con lucidez. Para replicar lo que ocurrió en Túnez y Egipto, el pueblo cubano tiene que tener disciplina, coraje y más coraje. Disciplina para movilizarse, comunicarse y organizar la sencilla pero efectiva táctica de salir a la calle y decir sin violencia: abajo con la dictadura. Y esa misma disciplina facilita el coraje necesario para resistir la represión que es inevitable. Cuando comience la represión, y las probables muertes (más de 300 murieron en Egipto), se necesita todavía más coraje para perdurar. Pero para ser libre hay que vivir en la sombra del peligro.
El gran escritor Jorge Luis Borges escribió que cada vida se compone esencialmente de un solo instante cuando un hombre descubre, para siempre, quien realmente es. Y eso quizás se aplica a las naciones. Para Cuba y los cubanos ese momento está llegando. Si el pueblo se define más enamorado del peligro que glorifica la libertad que de la comodidad que ofrece la represión, Cuba será libre.
Abogado criminalista y ex oficial del ejército de EEUU.