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General: Se inicia en Cuba juicio a contratista estadounidense
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 04/03/2011 16:42
Se inicia en Cuba juicio a contratista estadounidense
 
 Alan P. Gross con su esposa Judy.
Por JUAN CARLOS CHAVEZ Y JUAN O. TAMAYO
El subcontratista del gobierno estadounidense Alan P. Gross irá a juicio hoy en La Habana, en un caso que podría congelar o favorecer los esfuerzos de la administración del presidente Barack Obama para mejorar las relaciones con Cuba.
 
La condena del hombre de 61 años de Potomac, Maryland, es prácticamente segura, dicen los analistas. Los fiscales piden una sentencia de 20 años, basada en cargos de "actos contra la integridad y la independencia' del país.
 
Pero aunque algunos analistas predicen que el gobierno comunista puede mantener a Gross en prisión por años con el fin de dar un ejemplo, otros esperan que será liberado después de cumplir una corta parte de la sentencia.
 
Gross trabajaba para Development Associates International, con base en el área suburbana de Washington, que fue contratada por la Agencia Federal para el Desarrollo Internacional para operar algunos de los programas de USAID para promover la democracia y la sociedad civil en Cuba.
 
Fue arrestado en La Habana el 3 de diciembre del 2009, después de entregar teléfonos satelitales y otros equipos sofisticados de comunicaciones a grupos de judíos en Cuba y a otros grupos no gubernamentales, para que pudieran tener acceso a internet y comunicarse unos con otros y el mundo exterior.
 
Funcionarios de la administración Obama han puntualizado durante los últimos 15 meses que no habrá una gestión significativa de su parte para mejorar las relaciones con La Habana hasta que Gross sea liberado.
 
Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami, descalificó el juicio contra Gross como un ‘‘show mediático'.
 
El activista anticastrista Mauricio Claver-Carone pronosticó que Cuba empleará el juicio para demostrar que Washington proporciona apoyo material a los disidentes, a los que La Habana llama ‘‘mercenarios', como ocurrió en los juicios del 2003 contra 75 opositores pacíficos.
 
"Lo que se verá aquí es una historia repetida, excepto que la persona en el banquillo de los acusados no es un cubano, sino un estadounidense', dijo Claver-Carone. "Esta es una forma de acusar a Estados Unidos sin crear más mártires como los 75'.
 
Señaló que sólo días antes de los juicios del 2003, La Habana dio a conocer a tres espías que habían infiltrado a grupos disidentes, y acusó a Washington de darles equipos tales como computadoras portátiles. La semana pasada, La Habana dio a conocer a otros dos infiltrados: Carlos Serpa y Moisés Rodríguez, que podrian testificar en el juicio contra Gross.
 
También se espera que testifique William Miller, ex vicepresidente de un grupo de la comunidad judía de Cuba, que ha dicho a algunos periodistas que él conoció a Gross. Adela Dworin, la funcionaria máxima de la comunidad, ha negado haberse reunido alguna vez con Gross.
 
El estadounidense será juzgado por un panel de tres jueces de carrera y dos ciudadanos comunes que trabajan durante cortos períodos en el tribunal.
 
Claver-Carone, director del comité de acción política US-Cuba Democracy en Washington, predijo que Gross será declarado culpable. "Nadie en su sano juicio cree que no será condenado', dijo.
 
"La única pregunta es lo que van a hacer después: dejarlo en prisión por 20 años o liberarlo para convertirlo en un regalo humanitario para la administración de Obama o la comunidad internacional', añadió.
 
Un alto funcionario del Departamento de Estado que visitó La Habana en enero, dijo a los reporteros que funcionarios cubanos le habían dado a entender que Gross sería enviado a casa poco después del juicio.
 
Gross entró en Cuba con una visa de turista, no como subcontratista del gobierno estadounidense, y entregó al menos un teléfono satelital BGAN, que La Habana trata de controlar porque sus usuarios pueden evadir la capacidad del gobierno para monitorear todas las llamadas telefónicas regulares.
 
El gobierno cubano y sus partidarios han tratado de presentar el BGAN como ultrasofisticado, diciendo que es capaz de encriptar comunicaciones. Y un video que se filtró a la internet el mes pasado mostró a un agente de la inteligencia cubana alegando que Gross trató de crear varias redes independientes de comunicaciones en la isla.
 
Pero los BGAN pueden ser comprados o alquilados y usados por cualquier persona. The Miami Herald tiene seis, que se usan cuando las comunicaciones regulares son interrumpidas por desastres naturales como los huracanes.
 
Claver-Carone dijo que también esperaba que Cuba usara el juicio de Gross para hacer públicos los detalles de los programas de USAID, que Washington dice que están diseñados sólo para ayudar a los grupos que promueven la sociedad civil, pero que La Habana califica como intentos de ‘‘cambio de régimen'.
 
La última propuesta de presupuesto de la administración de Obama contiene la misma asignación de $20 millones para tales programas, como en cada uno de los dos últimos años de la administración de George W. Bush.
 
Héctor Palacios, líder de la opositora Unidad Liberal de la República de Cuba, dijo que el juicio contra Gross no reúne ninguna garantía que asegure un proceso transparente. Palacios es uno de los 75 disidentes sentenciados a largas penas de cárcel y que fue liberado con una licencia extrapenal por motivos de salud, en diciembre del 2006.
 
"Todo está fabricado y los que hemos pasado por esto sabemos que funciona así', dijo Palacios a El Nuevo Herald por teléfono desde La Habana.
 
El caso de Gross también ha estado rodeado de especulaciones acerca de que podría ser condenado y después cambiado por alguno de los cinco espías cubanos que cumplen largas sentencias en prisiones de Estados Unidos, aunque la administración de Obama ha negado repetidamente esa posibilidad.
 
En noviembre, los departamentos de Estado y de Justicia de Estados Unidos escribieron al ex representante Lincoln Díaz-Balart, republicano por la Florida, que el trabajo de Gross, consistente en proveer de acceso a internet a "la comunidad judía y otros grupos marginalizados', no era comparable a "los graves crímenes' de los cinco espías.
 
"La negociación está fuera de discusión porque sería reconocer que Gross es un espía. También estaríamos burlándonos del sistema de justicia y del proceso democrático en Estados Unidos', acotó.
 
Claver-Carone dijo que él tampoco esperaba un intercambio de prisioneros, señalando "que las repercusiones políticas serían problemáticas: recompensar la toma de rehenes'.


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 05/03/2011 07:55
Defensa pide que Gross sea liberado
 El contratista estadounidense Alan Gross y su esposa. | AP
El contratista estadounidense Alan Gross y su esposaJudy Gros
Uno de los abogados del subcontratista del gobierno estadounidense Alan P. Gross dijo que su cliente llevó a cabo "una defensa vigorosa' el viernes en el primer día de su juicio, que podría enviarlo a una cárcel cubana por 20 años por entregar equipos de comunicación a grupos independientes.
 
La sesión inicial del juicio de Gross, de 61 años y vecino de Potomac, Maryland --cerrado a la prensa extranjera-- duró casi nueve horas. La audiencia debe resumirse a las 9:30 a.m. del sábado, en lo que podría ser su sesión final.
 
Su abogado estadounidense, Peter J. Kahn, quien asistió a la sesión, dio a conocer una declaración que no dice casi nada sobre lo ocurrido en el juzgado pero urge al gobierno cubano a poner en libertad a Gross a manera de gesto humanitario.
 
Gross "ya ha pasado 15 meses en una cárcel cubana. Aunque Alan y su representación legal cubana llevaron a cabo una defensa vigorosa, urgimos con todo respeto a las autoridades cubanas a que pongan en libertad inmediatamente a Alan teniendo en cuenta el tiempo ya cumplido', dijo Kahn en una declaración dada a conocer por su firma legal de Washington, Williams & Connolly.
 
"La salud de Alan continúa deteriorándose como resultado de su drástica pérdida de peso, otros padecimientos físicos y el estrés y la angustia extrema que él continúa sufriendo', agregó Kahn. "El reciente diagnóstico de cáncer de pulm pulmón de su anciana madre, y la recuperación todavía en curso de su hija de 26 años de una doble mastectomía, han creado una necesidad aún más urgente de que Alan pueda reunirse con su familia'.
 
Se pudo ver a Kahn y la esposa de Gross, Judy, salir del edificio del juzgado, una antigua casa de familia en el municipio de 10 de Octubre. Se permitió también la presencia de funcionarios consulares de EEUU en el juzgado, dijo Gloria Berbena, vocera de la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana.
 
Se mantuvo a los reporteros y fotógrafos extranjeros al otro lado de la calle del juzgado, y hubo una fuerte presencia policial en varias cuadras del barrio, dijo un periodista a El Nuevo Herald por teléfono desde La Habana.
 
La fiscalía ha pedido una sentencia de 20 años para Gross, por "actos contrarios a la integridad e independencia' de Cuba, según el Artículo 91 del código penal de 1987 que prohíbe "acciones en beneficio de un gobierno extranjero'.
 
Gross fue arrestado en La Habana el 3 de diciembre del 2009 mientras trabajaba para Development Associates International, una firma de Maryland contratada por la Agencia de EEUU por el Desarrollo Internacional (USAID) para ayudar a grupos a favor de la democracia y la sociedad civil en Cuba.
 
Funcionarios cubanos alegan que los programas de USAID se diseñaron para derrocar al gobierno comunista y califican de ‘‘mercenarios' a los cubanos que reciben la ayuda de EEUU.
 
Gross entregó al menos un teléfono satelital y otros equipos de comunicación a grupos judíos y ‘‘otros grupos marginalizados' para que pudieran comunicarse entre sí y con el mundo exterior, de acuerdo con varios informes del gobierno de EEUU.
 
Entre los que fueron vistos entrando al juzgado el viernes por la mañana estaba William Miller, el único miembro de la pequeña comunidad judía de Cuba que ha admitido haberse reunido con Gross. La líder comunitaria Adela Dworin ha negado repetidas veces haber conocido al subcontratista.
 
Con funcionarios de EEUU alegando que Gross no violó las leyes cubanas --‘‘Lo que él hizo no es un crimen', dijo el mes pasado un portavoz del Departamento de Estado-- sus 15 meses de detención se han convertido en el principal obstáculo a los esfuerzos de la administración de Obama por mejorar las relaciones con La Habana.
 
"El ha sido encarcelado injustamente por demasiado tiempo', dijo la secretaria de Estado Hillary Clinton. "Nosotros hacemos un llamado al gobierno de Cuba a que lo ponga en libertad incondicionalmente y le permita salir de Cuba y reunirse con su familia'.
 
La mayoría de los analistas espera que Gross sea hallado culpable, sentenciado, y luego puesto en libertad a modo de ‘‘gesto humanitario'. Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo en enero que funcionarios cubanos habían insinuado que Gross sería puesto en libertad pronto.
 
La declaración de Kahn sobre una "defensa vigorosa' cerró las especulaciones de que Gross se declararía culpable y pediría clemencia al panel de tres jueces profesionales y dos ciudadanos comunes designado por breves períodos.
 
Los jueces cubanos generalmente llegan con rapidez a un veredicto, pero luego toman semanas o meses para anunciar la sentencia.
 
El juicio de Gross provocó llamados por parte de críticos estadounidenses de los en ocasiones semiencubiertos programas por la democracia de Cuba organizados por USAID, con un presupuesto de alrededor de $20 millones al año, a hacerlos menos provocadores.
 
Dos fuertes críticos de las sanciones de EEUU a Cuba --los académicos Lawrence Wilkerson y Arturo López-Levy-- escribieron una columna en el website The Washington Note haciendo un llamado a poner en libertad a Gross por razones de tipo humanitario.
 
Agregaron que su juicio podría cumplir tres objetivos del gobierno cubano:
 
* ‘‘Estimular los sentimientos nacionalistas del pueblo cubano para denunciar la interferencia extranjera en los asuntos internos de Cuba'.
 
* ‘‘Crear un ejemplo para disuadir a otros cubanos, estadounidenses y personas de terceros países de participar en programas para cambiar el régimen'.
 
* ‘‘Impulsar la condena internacional de la política de EEUU y fortalecer la solidaridad con la soberanía de Cuba'.
 

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 06/03/2011 14:52
 
La Justicia cubana declara culpable al contratista de EE.UU. acusado de espionaje
La Fiscalía una pena de 20 años de cárcel por facilitar contenido informático a la oposición.
El incidente ha causado un nuevo choque diplomático
 
Gran expectación por el juicio a Allan Gross
 
 
El contratista estadounidense Alan Gross ha sido declarado culpable de trabajar para socavar al Gobierno cubano y se enfrenta a una pena de hasta 20 años de cárcel, según ha informado la televisión nacional cubana.
 
El grupo de cinco jueces designados para el proceso ha alcanzado el veredicto después de escuchar los testimonios de ambas partes durante los últimos dos días. Ahora han de decidir la sentencia definitiva, lo que podría llevar "algunos días", según el comunicado.
 
La Fiscalía cubana ha pedido 20 años de prisión contra Gross por el delito de "actos contra la independencia o la integridad del Estado". Cuba asegura que Gross, de 61 años, distribuyó ilegalmente equipos de comunicación satelital como subcontratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) que financia, entre otras cosas, programas destinados a promover la democracia en Cuba.
 
El Gobierno estadounidense aseguró que la labor de Gross era facilitar acceso a Internet a comunidades judías en la isla, pero que no cometió ningún crimen.
 
Gross estuvo arrestado 14 meses sin que se conocieran los cargos en su contra. A comienzos de febrero la Fiscalía presentó su solicitud de 20 años de prisión por delitos contra el Estado y no fue sino hasta la semana pasada que se asignó una fecha para el juicio.
 
Algunos observadores creen que se alcanzará una solución política entre ambos países para proceder a la liberación de Gross. En un principio, se consideró que Cuba iba a usar el proceso para arrojar luz sobre las actividades estadounidenses en la isla, pero finalmente no se permitió a la prensa extranjera entrar a presenciar el juicio.


 
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