Se celebra el 250 aniversario
Las calles de Manhattan se tiñen de verde para celebrar el Día de San Patricio
Asociaciones homosexuales tienen prohibido marchar en el desfile
En Nueva York este día se celebra con mucha efusividad
La mañana ha sido para los jóvenes y la tarde/noche para los trabajadores
Casi dos millones de personas han ocupado las calles de la ciudad
Gonzalo Aguirregomezcorta | Nueva York
Chavalería haciendo 'eses' a las 11 de la mañana, calles cortadas, mucho tráfico, proclamas nacionalistas irlandesas a todo grito, efectivos de la Policía en cada esquina y verde, mucho verde. Así amaneció Manhattan este soleado jueves, día en que se celebra San Patricio; y así piensa anochecer.
Nueva York es una de las ciudades donde este día se celebra con más efusividad. El desfile, que este año ha recortado su recorrido siete bloques para ahorrar en pagas extra a los agentes de la Policía, ha sido seguido por más de un millón de personas.
Se trata del más significativo de todos los que conmemoran la muerte del patrón de Irlanda, superando incluso al que se celebra en Dublín. Este año se conmemoran 250 años del primero que recorrió la Gran Manzana, cuando en 1761, soldados irlandeses marcharon por sus calles.
Gentes de todas las edades disfrutan de la fiesta, del desfile, de la cerveza. Los más jóvenes han madrugado para cambiar las aulas por las calles y el zumo de naranja del desayuno por el de cebada. Resultado: Invasión total de universitarios cantando mientras portan vasos de Mc Donald's con contenido aderezado. "Hoy tenemos clases pero lo profesores dan por hecho que no vamos a ir", comentó un estudiante de la Universidad de Nueva York mientras sus amigas gritaban sin parar.
Los turistas no quieren desteñir la fiesta y acaban formando parte de la marea verde. Compran camisetas, gorros y sudaderas de ese color en los puestos que hay por las esquinas y los vendedores hacen su marzo. "El negocio va muy bien, mucho mejor que vender paraguas cuando llueve", bromea uno de los que atienden a los menos previsores.
La mañana ha sido dura para los que ya dejaron las clases hace unos años. Contaban las horas para salir de la oficina mientras escuchaban el bullicio del exterior. Por la tarde llenaban los pubs que hay por toda la ciudad, dispuestos a hipotecar a base de cerveza su jornada laboral del viernes.
Otros han sido más previsores. "Yo tenía días acumulados", comenta Rob, un estadounidense de origen italiano, "así que mañana disfrutaré de una jornada de vacaciones". Y es que ése es el pacto tácito que Rob y dos de sus amigos han hecho para poder dar rienda suelta de este Día de San Patricio. "No hay mejor ciudad que ésta para celebrar este día", continuó.
Un desfile con polémica
A pesar del ambiente festivo, la polémica ha estado servida, ya que desde hace varios años los organizadores del desfile han excluido a las asociaciones de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Los ecos de esta decisión han cruzado el Atlántico y el ministro de Exteriores irlandés, Ealmon Gilmore, ha criticado duramente la decisión.
"La exclusión no es una cuestión irlandesa", ha comentado a los medios de Irlanda, "la igualdad es parte de nuestra identidad, y eso es precisamente lo que estamos celebrando".
La escritora de novelas de suspense, Mary Higgins, de descendencia irlandesa, encabezó el desfile, al igual que Michael Bloomberg, alcalde de la ciudad, que tuvo sus diferencias hace unas semanas con la amplísima comunidad irlandesa de Nueva York. Bloomberg afirmó en un discurso frente a la American Irish Historical Society, que vivía cerca de un barrio con gran cantidad de oriundos de la isla europea.
"Cuando camino por las inmediaciones hay muchas personas que se cuelgan por la ventana completamente borrachos", comentó el alcalde entre algunas risas y más abucheos, "sé que es un estereotipo sobre los irlandeses, pero eso es lo que pensamos nosotros los judíoss", continuó.
Lo que pretendía ser un comentario jocoso se tornó en un mar de críticas por parte de la comunidad irlandesa. John Dunleavy, presidente del comité organizador del desfile, llegó a expresar que las declaraciones fueron "muy ofensivas" y determinó que él nunca diría "una broma de tan mal gusto sobre cualquier otro grupo étnico".
Diferencias aparte, el buen ánimo impera entre los que forman parte de esta fiesta donde gentes de todas las nacionalidades se vuelven irlandeses por un día. Todo sea por un buen brindis.