La coalición ha intensificado sus ataques sobre Libia por segunda noche consecutiva. Un edificio administrativo situado en el complejo residencial del líder libio ha quedado totalmente destruido por un misil lanzado por los aliados, aunque el portavoz del Pentágono ha asegurado que Gadafi no está en la lista de objetivos ni su palacio en el punto de mira. Qatar ha decidido unirse a los aliados y ha movilizado cuatro aviones para participar en los ataques contra Gadafi.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el almirante Mike Mullen, asegura que la primera oleada de ataques ha conseguido dos importantes objetivos: establecer la zona de exclusión aérea sobre Libia y detener el ataque de Gadafi sobre Bengasi. Mientras tanto, el dictador arma a un millón de libios y dice que se prepara para "una larga guerra". Los bombardeos aliados sobre territorio libio han dejado un saldo de al menos 64 muertos, según un nuevo balance procedente de fuentes médicas oficiales, que precisaron que el aumento se debe al fallecimiento de heridos.
Los aviones de combate estadounidenses, apoyados por la aviación de guerra electrónica, han atacado a las tropas de tierra y a las defensas aéreas del líder libio dentro de la operación Odisea al Amanecer, emprendida junto a Francia y el Reino Unido. EE UU lidera las operaciones junto a Francia y el Reino Unido. La contribución española suma seis aviones, dos buques y casi 500 militares.
Las reacciones de Gadafi no se han hecho esperar. En un mensaje de audio ha declarado: "no abandonaremos nuestra tierra y vamos a liberarla". En el mismo, anuncia que el país se está preparando para lo que será "una larga guerra" contra lo que calificó como "la coalición del diablo", que será "derrotada".
Saif al Islam Gadafi, hijo del líder libio Muamar Gadafi, ha denunciado que las fuerzas occidentales están apoyando a los "terroristas", aseguró que su país no se vengará de Occidente atacando a los aviones comerciales que sobrevuelen el Mediterráneo y lamentó que el presidente norteamericano, Barak Obama, al que consideraba "un buen hombre", esté bombardeando su país.