La buena y verdadera amistad no debe ser sospechosa en nada.
Amistades que son ciertas nadie las puede turbar.
Puede haber amor sin celos, pero no sin temores.
En los principios amorosos los desengaños prestos suelen ser remedios calificados.
Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.