Todo empezó hace cuatro años. Según The New York Times, detenidos en la prisión de Guantánamo habían facilitado el seudónimo del mensajero a los interrogadores norteamericanos y dijeron que el hombre era un protegido de Sheikh Mohammed, el cerebro de los ataques del 11-S. Sin embargo, los agentes tardaron dos años en conocer la región donde operaba. A partir de ahí, la CIA halló la localización donde el mensajero de Bin Laden y su hermano vivían en Pakistán.
La sorpresa fue mayúscula. El lugar era un área próspera que se hallaba a unos 55 kilómetros al norte de Islabamad. Durante una década, la inteligencia y el Ejército norteamericanos habían seguido diversas pistas de Bin Laden, pensando que se encontraba en alguna cueva, entre Pakistán y Afganistán, donde incluso en una ocasión se llevó a cabo una agonizante batalla de persecución en las montañas de Tora Bora donde estuvo acorralado. A partir de entonces, Bin Laden consiguió huir a Pakistán, donde permaneció protegido por sus secuaces y por los simpatizantes que Al Qaeda tiene en un territorio en el que el extremismo islámico ha crecido considerablemente en los últimos años.
El paradero exacto de Bin Laden se conoció en agosto. Se encontraba en la localidad de Abottabad a 80 kilómetros de Islamabad y en el norte de Pakistán. Fuentes oficiales estadounidenses aseguran que los espías norteamericanos se dieron cuenta que no era una residencia normal. Se trataba de un complejo de lujo por completo fortificado. Muros de más de tres metros, con alambres de espino, sin ventanas y con el acceso muy restringido. Solo constaba con dos puertas de entrada. Construida en 2005 y valorada en un millón de dólares, la residencia no tenía ni acceso telefónico ni conexión a Internet.
La CIA dedicó semanas a examinar con fotos vía satélite e informes de sus espías la mansión y determinar quién estaba viviendo entre sus grandes paredes. Según el diario británico The Guardian, los agentes conocieron que el mensajero y su hermano vivían junto con una familia. En septiembre, según un alto funcionario, la inteligencia estadounidense determinó que había "una gran posibilidad" de que Bin Laden se hallase escondido dentro. En febrero, los agentes supieron que esa familia era nada más y nada menos que la familia Bin Laden.
En marzo, Obama conoció de primera mano la situación de la investigación. Ese mes, tuvo su primera reunión de las cinco que mantuvo en seis semanas en la Casa Blanca para conocer todos los detalles de la operación contra Osama Bin Laden. El Ejército de Estados Unidos preparaba el asalto a la mansión búnker de su enemigo número uno. Finalmente, Obama dio la orden de atacar el pasado viernes, 29 de abril. Washington no compartió los datos de inteligencia sobre el paradero de Bin Laden con ningún otro país, ni siquiera con Pakistán, por cuestiones de seguridad.
Un alto funcionario de la Administración de Obama ha asegurado, según el diario The Guardian, que "las altas paredes hacían la operación más peligrosa". La operación, según este alto funcionario, fue "de precisión quirúrgica" a manos de un puñado de operativos norteamericanos. Apenas duró 40 minutos desde la llegada de los efectivos estadounidenses a la residencia hasta su partida.
La supuesta casa en la que EE UU mató a Bin Laden
Cuatro helicópteros sobrevolaron en plena madrugada del domingo la mansión fortificada de Abbottabad, a 60 kilómetros de la capital pakistaní, donde se sospechaba que podía ocultarse Osama Bin Laden.
En medio del revuelo atronador, 20 soldados de elite de la Marina (los temibles SEALS) se abrieron paso con explosivos de mano, potentes rifles de asalto y dispositivos de visión nocturna.
El líder de Al Qaeda fue sorprendido por el ataque. Sus hombres de seguridad poco pudieron hacer contra la avalancha de fuego de los SEALS, que no sólo mataron a Bin Laden, sino también a uno los hijos del terrorista saudí, a otros dos hombres y a una mujer que llegó a ser usada como escudo humano, según relataron fuentes próximas a la operación a la cadena 'ABC'.
Según la Fox, los soldados de elite le dieron a Bin Laden la oportunidad de rendirse antes de dispararle un tiro en la cabeza, concretamente, en su ojo izquierdo. Sin embargo, el líder de Al Qaeda ya había declarado en cierta ocasión que EEUU nunca le capturaría vivo.
Entre las fuerzas norteamericanas no ha habido bajas, aunque un helicóptero estadounidense fue alcanzado y los propios soldados decidieron destruirlo con explosivos cuando su tripulación estaba ya a salvo. Se ha tratado de una operación muy rápida, en total, poco más de 40 minutos.
El Comando Conjunto de Operaciones Especiales, en cooperación con la CIA, dirigió la operación relámpago, aprobada el sábado directamente con el presidente Obama a la vista de los últimos informes de los servicios de inteligencia, que confirmaron la presencia de Bin Laden en la mansión fortificada por muros de casi tres metros, con ventanas altas y contados puntos de acceso.
Por un chivatazo
El 'chivatazo' se recibió al parecer en agosto y se ha venido trabajando intensamente en el plan para llegar al fin del líder de Al Qaeda. Bin Laden había abandonado su 'refugio' en las montañas, en la porosa frontera de Afganistán y Pakistán, para acomodarse en una casa valorada en más de un millón de dólares, ocho veces más grande que cualquier otra en las afueras de Abbottabad, una ciudad de 90.000 habitantes al norte de Islamabad.
La falta de televisión o teléfono, y el hecho de que la basura fuera quemada a diario dentro de los jardines, sirvieron para confirmar que la mansión cumplía las funciones de búnker o escondite.
Nada más conocerse la noticia de la muerte de Bin Laden se extendió el rumor de que podría haber sido abatido en un ataque con aviones no tripulados de Estados Unidos que vigilan habitualmente la frontera. Sin embargo, el presidente Obama confirmó en una declaración al país que se había tratado de una "lucha armada", protagonizada por "un pequeño equipo de americanos que llevaron a cabo la operación con extraordinario coraje".
Obama también confirmó que los soldados que lanzaron el ataque habían "tomado en custodia" el cuerpo de Bin Laden. Fuentes de la Administración aseguraron a la cadena ABC que el cadáver será tratado "de acuerdo con las prácticas y las tradiciones islámicas".
De hecho, según han explicado varias cadenas televisivas, el cuerpo de Bin Laden habría sido ya arrojado al mar después de practicarle la prueba del ADN y respetando escrupulosamente las tradiciones islamicas que indican que hay que enterrar el cuerpo antes de 24 horas.
Las informaciones son todavía contradictorias, pero parece que el ejército y los servicios de inteligencia de Pakistán pudieron cooperar al menos en labores de apoyo. Los méritos de la acción directa, sin embargo, correspondieron a los legendarios SEALS, uno de los cuerpos de elite mejor preparados del mundo, cuyo lema ha cobrado un nuevo valor después de la hazaña bélica: "El dolor es temporal, el orgullo dura toda la vida".
Tras la operación, los estadounidenses abandonaron el lugar nuevamente en helicóptero. "Se trata de la mayor victoria jamás alcanzada por EE UU en diez años de lucha contra Al Qaeda", ha asegurado el alto funcionario norteamericano. El presidente de EE UU, Barack Obama, ha sido más directo: "Se ha hecho justicia". Casi diez años después de los atentados del 11 de septiembre, la muerte de Bin Laden estaba confirmada.